https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2014/01/. DIARIO DE DOS PINTORAS EN CIERNES.
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2015/05/diario-de-una-retratista-aprendiza.html.
DIARIO DE UNARETRATISTA APRENDIZA.
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2016/01/diario-de-una-retratista-reincidente-i.html. DIARIO DEUNA RETRATISTA REINCIDENTE I.
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2016/02/diario-de-una-retratista-reincidente-ii.html. DIARIO DEUNA RETRATISTA REINCIDENTE II.
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2017/02/retrato-y-color-1-diario-de-una.html. DIARIO DE UNA REINCIDENTE…RETRATISTA.
Día 1.
Hoy, miércoles 2 de octubre, a las 11 h, con el inicio del curso escolar, empezamos nuestro nuevo taller de pintura con Sonia Piñeiro. http://soniapineiroambrosio.blogspot.com/
He cogido mi maletita, con
todo lo que tenía en ella del curso pasado (pesa como una piedra de 20 kilos),
sin mirarlo, y ¡allá que me he ido…!
Ha llovido y ha bajado la
temperatura. Para mí, que más de 20 grados ya es calor, ¡perfecto!
Paloma me ha dicho que le
guarde sitio, pero no sé si alguien se molestará…
Llego de los primeros con mi
cuaderno recién comprado – que viene con pinceles incluidos- y el rotulador
negro, que no sé si es el que tenía que comprar…
El taller incluye
composición, collage, boli, color…Es todoterreno: por eso, he titulado mi
diario así: Diario de una pintora
polifacética. O sea, este año voy a ser una Leonarda da Vinci…
Sonia nos muestra el
ejercicio de hoy: tenemos que hacer una tira dividida en 6 módulos y
rellenarlos con color, rotulador, algo figurativo…Luego, se trata de
repetirlos, en diferentes posiciones (pueden quedar cuadros en blanco),
buscando “la unidad en la variedad”. A mí esto me parece dificilísimo. Ya no
voy a ser la “niña prodigia” del año pasado…
“Es un ejemplo de
composición y creatividad”. “Se trata de combinar y crear algo armonioso” – nos
explica Sonia. Pero ni por esas.
En clase somos 10: 3 hombres
y 7 mujeres. A varias ya las conozco de otros cursos. Pedro, que me ha enseñado
al empezar la clase un cuadro con un paisaje muy elaborado, me desmoraliza: es
un avanzado…
Sonia ha diseñado primero su
tira y, en otra hoja, las permutaciones varias, pero yo decido hacerlo todo
junto. Empiezo, por el lado derecho de la hoja, a llenar de color mis
rectangulitos: turquesa, naranja, rayas verticales verdes y horizontales rosas.
Para los dos últimos, no se me ocurre nada, así que decido empezar a jugar con
las 4 primeras variaciones.
Me confundo y pinto las rayas
rosas verticales y las verdes horizontales. ¡Pues así se quedan…! Cuando empiezo a vislumbrar un cierto patrón
para componer, ya es tarde: debería haber hecho primero “el sudoku coloril” en
borrador, como cuando los del cine preparan los bocetos, y luego pasarlo a
limpio ya con todo resuelto. ¡Otra vez será…!
En la parte de abajo, me he
inventado triángulos azules y un redondel morado/malva (¿Es un higo…?-me
pregunta Paloma, incisiva) -quería ser un círculo pero, no muy ducha con el
pincel, me ha salido más bien elíptico.
En cuanto le cojo el
tranquillo, ya voy a toda máquina y
sobrepaso a todos por el arcén. Acabo
enseguida. ¡Ya! -le digo a la profe. Sonia me dice que inicie el ejercicio 2.
Este me parece aún más complicado: “Es algo más libre” – trata de convencernos.
Se trata de combinar colores y formas en distintos tamaños para crear algo
hermoso. ¡Veremos…!
De momento, he elegido mis
dos colores fetiche: turquesa y naranja, y he dividido en 2 la lámina; el
turquesa, abajo y el naranja, arriba. Como formas, una espiral y un triángulo.
¡Añádele un cuadrado, anda! - me pide Sonia. ¡Bueeeeno!- me pliego. Pero no
pienso hacerlo en casa. Ya lo pensaré la semana que viene - como Escarlata.
Durante la clase me he
pasado a ver cómo “componen” los demás. Al final, me subo a la banqueta para
hacer la foto “a vista de dron”: siempre me fascina cómo, con los mismos
parámetros, salen cosas tan diferentes. ¡Y tan bonitas…!
Día 2, Miércoles, 9 de octubre
Martamante dice que mi
primer ejercicio le recuerda a Jules Olitski. Lo miro en internet… ¡y creo que
yo soy mejor…!
Hoy, teníamos dos tareas: la
de colores más formas y la del collage “otoñal”. Yo he cogido mi rotulador negro y he empezado
a poner espirales, triángulos y cuadrados. He terminado enseguida. Paloma me
afeaba: “Pero haz algo más”… “Es que eres muy vaga…”. “No es que sea vaga: es
que soy minimalista. No me gusta llenar todo de cosas. ¿Y si luego queda
demasiado lleno…? Entonces ya no se puede quitar…”.
Como Sonia también me
insiste, le hago unos “rabillos” al triángulo, en plan Miró. Luego, la profe
nos explica que como (en nuestra
cultura) miramos de izquierda a derecha, lo que queramos destacar ha de estar
en el lado derecho, hacia la mitad (y me acuerdo del niño que tiraba del burro
en un cuadro de Barceló, cada uno saliéndose por un lateral). Que el dibujo ha
de estar compensado y “no pesar” más de un lado que de otro. En mi caso, dice
que con las dos franjas de color, que cada una llena la mitad de la página, ya
estaría compensado. Sin embargo, para destacar dónde quiero que el público fije
su mirada, pinto de naranja, con acrílico, la espiral situada en el turquesa. Y
compenso, “aturquesando” 2 líneas del
triángulo en el margen izquierdo (esto me lo ha chivado Sonia, claro). Al
final, queda algo sencillo, pero a mí me gusta.
Después, me pongo con el
collage. Sonia nos sugirió que trajéramos hojas secas y cartulinas de nuestros
colores favoritos. Yo he traído varios ejemplares recogidos en el suelo del
parque, pero no les he dado Nivea como me dijo Paloma - para que no se arruguen
(de hecho, tienen la arenilla y la tierra del momento). Las cartulinas: azul
marino, verde y naranja, ¡cómo no!...
Ya voy a romper trozos de
cartulina a lo bestia cuando Sonia me dice que hay que rasgarla con cuidado
porque lo bonito es que queden las “capillas” al aire, cuantas más, mejor (como
si fueran hojaldre). ¡Ahhhhh!
Enseguida lo tengo claro:
azul marino arriba, verde abajo y naranja en el centro, a la derecha. Luego
selecciono entre las hojas las que más me entran por el ojillo y las pego. “¿Se
puede titular?”- pregunto. Como me dan el visto bueno, pongo “Otoño al
atardecer”. Puede parecer un título muy
poco pensado, pero para mí, la cartulina naranja es el sol poniéndose…
Paloma (ella está haciendo
estampas japonesas finas porque es “muy japonesa”) me dice que no la estrese y
que haga otro collage, así que cojo mi máquina de “troquelar” (tenía en casa de
esa actividad que se llama “scraping book” una especie de grapadora/tuneladora
que en vez de hacer agujeros hace
recortes de hojas) y, en papeles de colores, saco la silueta de la hoja
de plátano. Combino el lleno y el vacío y con la barra de sanguina le añado
unas líneas para darle movimiento (de nuevo, una propuesta de Sonia). ¡Y ya! (No me gusta tanto como el anterior).
Para el próximo día, el
objetivo es utilizar dos colores y jugar con las texturas y la diversidad de
materiales (la profe nos enseña su dibujo, en negro y acrílico dorado), que
combina boli, tinta china, rotulador…”Hay que sacar la mejor chicha con dos colores”…
Pues bueno…Elijo el azul
marino y Paloma dice que ella va a comprar acrílico plateado y que me lo presta
para hacer mi luna y mis peces. De momento, he dejado pintado el fondo, con
olas en acrílico puro, sin rebajar con agua…
Durante la clase, me he
paseado varias veces a ver qué hacían los otros: cada cual tiene sus colores
favoritos y su técnica, más o menos abigarrada. Al final, queda un bonito
trabajo de patchwork en la foto-resumen.
P.S. Paloma ha mejorado
muchísimo su estampa japonesa en negro y naranja. ¡Es una artista de tomo y
lomo!
P. S. 2. Ejemplos del ejercicio 1
P.S. 3. Ejemplos del ejercicio 2
LEÍDO
ESTOS DÍAS
https://www.eldiariomontanes.es/culturas/arte/jimmy-liao-ilustrador-exposicion-museoabc-20191008160219-ntrc.html. El
taiwanés Jimmy Liao, ilustrador de lo invisible.
Día 3. Miércoles, 23 de octubre
Nuestra profe ha diseñado el
cartel del Día Internacional de las Mujeres Rurales (15 de octubre)… En la foto
está totalmente rural e integrada...
Hoy, cada cual ha hecho lo
que ha querido…Dos que faltaron, se
hicieron de una tacada todos los dibujos anteriores, en su casa.
Yo llegué como lo dejé hace
dos semanas: con mi mar lleno de olas “acrílicas” esperando a poner peces y una
luna plateada con el tubito que iba a comprar Paloma. Pero Paloma se fue a Sevilla…
y yo perdí mi silla…Menos mal que Pilar tenía un rotulador gordo de plata y me
lo prestó.
A mí me parecía que quedaba
muy soso, pero Sonia insistía en que no. Le recordaba a una tal Mo Gutiérrez (de
la que yo nunca había oído hablar…Es Mo Gutiérrez Serna, ilustradora, Santander,
1967. http://www.mogutierrezserna.com/.
Como no me parezca en el blanco de los ojos o en que solo uso dos colores…).
Le
di tanto la tabarra que, al final, me
dijo: “Pues pon unos peces rojos o naranjas que vayan en sentido contrario”. Dicho
y hecho. Solo puse un pez, pero el efecto ya es otro…
Después me puse con el
trabajo de hoy: un collage con las revistas que habíamos traído. Tema libre. “Lo
que queráis”… Hay gente que primero lo hace en borrador. Yo voy recortando lo
que me gusta y ¡ya me vendrá después la idea!...
Recorto primero a una
modelo. Antes, había recortado una mata
de tomatitos que me gustaban (la combinación de rojo y verde en la naturaleza,
me encanta). De repente, se me ocurre ponerle la mata a modo de sombrero: queda
bien. Y decido modificarle el atrezzo
a la modelo. Recorto una especie de pelos turquesas y se los pongo a modo de capita. En la mano,
una gran flor y unas grecas de rosas para el vestido. Luego veo un gato y me
acuerdo del de Pilar, y también se lo coloco a los pies. Pero lo mejor es
cuando encuentro un abejaruco con el pico abierto… con el tamaño justo para
picar los tomatitos…
Como final, una ciudad, que
bien pudiera ser la suya, en tonos azul-verdosos. Dejo a Sonia estupefacta. Solo
me indica darle un poco de movimiento con una línea de rotulador negro alrededor. Decido
titularlo: “Revistiendo a Marta”.
Hoy decidimos dejar la foto “a
vista de dron” para el próximo día, porque los collages no están totalmente terminados.
Una de las talleristas ha decidido emular a “Archivaldo”, un pintor del siglo XV
(buscándolo en internet, me entero de que es Arcimboldo), italiano, que componía
sus caras con flores, frutas y verduras.
Ha pegado en su cuaderno un gran rostro
africano con turbante y tiene la santa paciencia de cambiarle el color (al turbante)
con trocitos minúsculos de papel verde…
Cuando Sonia me ve
desocupada, mano sobre mano, me encarga un nuevo trabajo: “Vas a hacer a Scarlett Johansson a
bolígrafo” (Nunca he usado antes el boli para dibujar, pero me sigue encantando
pintar pelos (cabellos)…, así que me pongo a ello con fruición). Cuando termino (que es
rápido), la profe me dice: “Esto hay que trabajarlo más…”. La diferencia entre
su lado “trabajado” y el mío es notable…
A las 12.30 h, fin de la
clase, le digo que deje de “cebarse” con mi dibujo (que es que empieza y se
emociona y no ve el momento de ponerle fin…). Ya seguiremos el próximo día…
A vista de dron, con una semana de retraso...
Día 8. Miércoles, 27 de noviembre
Luego, como no me gusta desperdiciar pintura y ya es casi la hora, mezclo todo lo que me queda en el plato y consigo un verde oscuro precioso para la tierra. “¿Puedo poner un montículo, en verde, en la parte de los colores cálidos…? “Sí, pero acláralo un poco”, me dice la profe. Dicho y hecho: le añado un poco de blanco, y ya. La verdad es que me recuerda la silueta de un perro de perfil, pero si no digo nada, igual ni se dan cuenta…
Día
4. Miércoles, 30 de octubre
Hoy, mayoritariamente, la
gente se ha dedicado a terminar, o a empezar y terminar sus collages (algunos,
todavía, sus láminas a dos colores…). Yo,
como voy adelantada, he hecho varios retratos a boli (y al de Scarlett le he
añadido una hoja roja de liquidámbar, que le queda muy elegante).
Como no había cogido una
revista de casa, paré en Lupa a comprarme una baratita. Para el retrato número
2, elegí primero a la reina Letizia. La encajé rápido y traté de hacer caso a Sonia
con lo de ennegrecerla, probando a coger
el boli de diferentes maneras y a
apretar más o menos. Cuando la terminé, decidí pintarle los labios con
acrílico magenta. Creo que quedó bien. Luego, pensé: pues ahora le voy a pintar
las canas con el gris de Paloma. Esta me decía: “Pero primero has de ennegrecerle más el pelo… Que no se va a notar…”. Pues ¡claro que se nota!...
A continuación, de la revista
Icon de Paloma seleccioné un rostro en
blanco y negro de Michael Keaton, el actor. Ella quería que pintara uno en el
que estaba mirando de abajo arriba (muy difícil), pero yo elegí uno en escorzo -obviando
su mano en el mentón, porque dientes y dedos son muy complicados. Lo hice
enseguida, y Paloma, que ella dice que es "tirando a zen", me dijo que tenía fuerza...
Entre medias, me di varias
vueltas a la mesa para ver el trabajo de mis compañeros, de lo más diverso:
arrepintiéndose de pegar papelitos minúsculos, descontenta con el resultado o
encantada con el resultado…
P.S. Aquí es que cada cual va a su aire. Estos son algunos del día anterior o incluso del pre-anterior...
Día 5. Miércoles, 6 de noviembre
Hoy, Sonia pretendía que
hiciéramos una composición, variando tamaños y jugando con primeros planos.
Claro, a ella le parecía muy fácil…
“¿Puedo hacerlo a modo
collage…?”- le pregunto. Porque ella ha traído unas láminas con plantas para
que la gente las copie y luego haga combinaciones varias. “No hace falta que
sea idéntico a la foto…”. Pero no me convence.
Yo me he agenciado varias
revistas y calendarios de años anteriores y quiero hacer un collage con pájaros
que se acerquen y se alejen. Recorto dos láminas con lavandas y las pego, como
fondo (luego, Sonia me dirá que así es más difícil que con una superficie de un solo color…).
A continuación, busco
pájaros que me gusten, más grandes y más pequeños para ponerlos en primer plano
o en la parte más alta de la página. Recorto uno rojito que me gusta mucho, un
mirlo, varias golondrinas y dos ¿ánades??? (Mi amigo "pajarero" Javier Rico, https://averaves.wordpress.com/, me dice que son barnaclas canadienses).
Los sitúo sobre las matas e
hileras de lavandas, ¡y ya! La profe, como siempre, me dice que le dé más
vueltas. Cuando viene, lo entiendo: tengo que jugar más con las posiciones; los
pájaros pueden solaparse…Hay que buscarle un sentido -como dicen en Masterchef
al emplatar-, una unidad, un juego de
volúmenes…Sonia intenta siempre partir de nuestra visión y de la idea que
tenemos en la cabeza. Nunca dice: ¡Mal! o ¡Empieza de nuevo…!
Cuando acaba de disponer mis
elecciones sobre el fondo, queda mucho mejor. “Recorta un par de círculos
rojos”-me sugiere. Uno, lo veo claro, pero decido sustituir el otro por tres
círculos más pequeños que compitan con las bayas a los pies del mirlo. Ahora sí
que creo que está acabado.
Como aún me queda tiempo,
decido copiar en mi cuaderno el pájaro rojito, para “jugar” con él. Lo pinto,
grande, en la parte inferior derecha. Luego -recordando al ínclito Gary Cooper-, decido darle la vuelta para
pintarlo boca abajo, arriba a la izquierda (más pequeño).
Cuando se lo enseño a
Paloma, solo me apunta, lapidaria: “Ver algo al revés, me incomoda”…. Y me deja
planchada. Pero lo peor está por llegar: cuando se lo muestro a la profe me dice
que parece "un pájaro muerto". Solo se le ocurre que ponga unas letras al revés,
como esos dibujos de doble interpretación. “Puedo poner “Estoy vivo” en un bocadillo que salga de la boca del pájaro…- le digo.
Intentando arreglarlo, yo,
de mi mano mayor, decido pintar tres pajarillos, más pequeños,
arriba a la derecha. ¡Error!!! Cuando vuelvo a enseñarlo, el descoj…es tremebundo. Por lo visto, lo he estropeado más. Ahora la única solución es taparlos con acrílico y poner
una mancha que compense en la otra esquina. A Paloma le da pena que los tape: “Lo
que se hubiera reído Marta con tus pájaros surrealistas”…
El último acto es escribir
la palabra (“pájaro”, tampoco me maté pensando otra) en acrílico rojo y, ya
puestos, silueteo a los dos pájaros -del pìco a la cola en el mismo color- para
“compensar”. No me gusta mucho el resultado, pero ¡no siempre se puede ganar…”.
Como la gente ha empezado a
irse antes de tiempo, tengo que dejar para el próximo día el resumen a vista de
dron. Han hecho cosas chulas…Paloma quiere poner telarañas a todo. Si Halloween
ya ha pasado…
Día 6. Miércoles, 13 de noviembre
“Llevad acrílicos y boli. Vamos
a trabajar el color”. Este fue el críptico mensaje de Sonia en el móvil a
nuestra pregunta: “¿Qué llevamos mañana a clase…?”.
Paloma todo el rato se quería
ir a tomar un café. Y ¡menos mal que hoy no le ha dado por pintar telarañas a
troche y moche…!
La profe explicó que hoy íbamos
a trabajar con los colores primarios (amarillo, cian y magenta) y sus
combinaciones. Recomendaba primero poner una mancha con los colores básicos,
con un detalle dentro a boli, y luego hacer una escalera/escala de gradaciones.
Yo, a lo primero, me plegué:
dibujé tres círculos: uno magenta, uno azul y otro amarillo y, a cada cual, le
asigné un objeto que me pareció pertinente: una flor en boli azul en el magenta;
una estrella en el amarillo y una nube,
en el azul.
El amarillo acrílico no estaba del todo seco y la estrella a boli
quedó una porquería. En cuanto a la nube, en boli rojo, no se veía pero nada. Rosario
me prestó su rotulador plateado y ahora se veía un poco más…
A lo segundo, me negué en
redondo: ese ejercicio ya lo había hecho en el anterior taller: mi círculo cromático
divino. Así que pasé directamente al tercer ejercicio: trabajar con las mezclas
de los tres primarios para crear arte.
De mi calendario de pájaros,
elegí uno gordito en blanco y negro y decidí asignarle los colores fríos (era
un paisaje invernal). Me salió azul y morado. Al principio, parecía un pájaro-perro,
pero tras siluetearlo con el boli, creo que me quedó más pájaro que perro…
Para los colores cálidos,
seleccioné un petirrojo (uno de mis pájaros favoritos) con el pico abierto,
como cantando (Paloma me dijo que me había quedado muy agresivo, pero es que en
la foto era así…).
Cuando terminé, muy orgullosa, se lo fui a enseñar a la
profe: “Has hecho otro ejercicio…”- me sobresaltó. Menos mal que enseguida me
propuso un arreglo: “Pinta un pájaro que salga de la mezcla del azul y el
amarillo”. Dicho y hecho: busqué un jilguero en mi calendario y lo coloreé en
verde (pero no es un loro).
Yo creo que la composición
me quedó muy bien. “Ha quedado muy didáctico”- me animó Sonia, que siempre nos
alienta. Los ojillos los pinté en boli/rotulador negro y los silueteé con
rotulador blanco. Casi se salen del cuaderno de lo vivos que parecen…
Como aún me quedaba una hora
de clase, decidí hacer otro ensayo: pintaría un paisaje a bandas, inspirándome
en un campo de girasoles. Primero pincelé el cielo, en colores rojizos; luego, los
girasoles, en amarillo, con unas impresiones que parecen cruasanes (es la reinterpretación
moderna, siglo XXI, de los girasoles…). Finalmente,
en verde, hojas que aparecían en el primer plano de la hoja del calendario.
Al enseñárselo, Sonia me
dijo: “que haya más tonos de verde…”. Pues más tonos de verde. Y, la segunda
vez: “Pero te falta la familia de los morados…”. Eso no es problema para mí: me
fui a mi sitio y, con los restos que me quedaban en el plato, saqué un morado
precioso que puse en forma de nube y brisa fresca. ¡Ahora, sí…!
Me gustan más los pájaros:
este ha quedado más guarri, pero como
Sonia me dice que el objetivo de hoy está conseguido…, me consuelo.
La gente de clase ha hecho
cosas estupendas: tienen una imaginación…
Paloma, además, en su casa, hace trabajos "conceptuales"...
Otros son más terrenales, y los entiendo mejor...
Este es un enlace muy interesante que me ha enviado Marta...
http://www.m-arteyculturavisual.com/2018/10/08/los-albumes-victorianos/, LOS ÁLBUMES VICTORIANOS O EL COLLAGE ANTES
DEL COLLAGE, por Marta Mantecón Pérez.
Día 7. Miércoles, 20 N. Saliendo de la zona de confort
Hoy,
la propuesta de Sonia era: “elegir una gama y sacarla de su zona de confort”. En
cristiano, elegir dos colores primarios y mezclarlos en diferentes proporciones
(se podía añadir blanco) para crear un cuadro en la gama de verdes, azules o
rojos. Y luego, en un apartadito o, a modo de greca, combinarlo con algo que
rompiera, por contrario o contraste.
Yo
me decidí por la gama de los azules (mezcla de magenta y cian). Añadiendo
blanco, creé un fondo que me gustaba y, pensaba llenarlo de pájaros, pero Paloma,
que es como el demonio en el hombro del pecador, me dijo: “Hija, haz
impresiones, que es más rápido…”.
Yo, dejándome tentar (soy una facilona), saqué
mi hojita rojiza de arce y procedí a llenarla de pintura por una cara. La pegué
al papel y, al levantarla, quedó… ¡una mierda! “Es que le has puesto demasiada
pintura…”- me afeó Paloma. Pues podías haberlo dicho antes…
La
segunda impresión, y la tercera y la cuarta, me quedaron más livianas. A mí,
hasta me parecían pájaros (sin cabeza) que volaban hacia el cielo... Me emocioné
tanto que estampé 8, desde el azul marino al malva. “Pero…¡a ver si ahora vas
a llenar toda la plana de hojas…!". Esta Paloma, ¡nunca está contenta!...
En
la parte de arriba, como contraste, pinté un pájaro naranja de mi calendario de
pájaros. Lo llamé el “pájaro-cohete”. Sonia, para que no quedara tan naranja,
me dijo que podía ponerle algo amarillo..., un ala…
Eso
hice cuando se secó…, y me dijeron que parecía el pájaro de Vox… Incluso hubo
quien le encontró parecido a Millán Astray… Esto de tener la política todo el día
hasta en la sopa…
La historia de la velutina
¿De
la qué…?- me interpeló Paloma, cuando me puse a contarles lo que me había
pasado hoy, al abrir la puerta del estudio. “En la puerta del salón, había posada
una velutina enorme… (la avispa asiática)”. “¿La echarías…?”- me dijo Sonia. ¡Y
una porra! Tras refugiarme unos segundos en el estudio -para pensar (¿pero no tenían ya que estar muertas, a estas alturas..?)-, primero
salí a cerrar la ventana central (no fuera que me entrara toda la colonia); luego,
sin perder de vista a la susodicha, corrí a cerrar todas las puertas, la de la cocina,
la del baño, la de mi dormitorio… Y, de nuevo, me sepulté en el estudio, a ver
si se iba por su propio pie, léase “patas”, o “alas”.
Cuando
volví a salir a la media hora, ya no estaba… ¡Bien! Miré con desconfianza por
todo el salón -no fuera que se hubiera buscado un escondite. Pero no, se había
ido. No me he atrevido a mirar por el balcón a ver si veía más. ¿Tendré que
ponerme una tela metálica en las ventanas…?
Dibujo 2
Como
aún quedaba tiempo, decidí hacer un segundo experimento; ahora, con la
gama de los verdes (del azul/cian y el
amarillo). Pinté el campo verde, en distintas aguadas, según se me iba acabando
la mezcla y tenía que volver a hacerla a voleo. Arriba, le añadí un poco de
blanco y decidí poner unas amapolas rojas como contraste -que saqué de un libro
de cuadros que había por ahí. Tuve que esperar un rato a que se secara el fondo
antes de pintarlas. Me quedó algo en relieve con pinceladas vistas que a mí me
resultó muy bonito (aunque Paloma me dijo que no tapaba bien porque mis acrílicos eran de mala calidad...). Con el rotulador negro, luego le pinté unos tallitos y ¡a esperar
otro día para pintarle el botón central!
Dejé
esta vez los útiles (pesan como dos piedras) en una habitación al fondo de Perines. Total, nunca pinto en casa…Ay, pero que
me llevé el cuaderno y quería pintarle los “botones” a las amapolas… Y no tenía
nada. Pues ahí que me puse a buscar hasta que encontré un rotulador negro permanente,
gordo. Y solo tenía pintura al agua blanca, de la de puertas y paredes. No era acrílica,
pero ¡quién lo va a notar…? Parece que están bailando o son arrastradas por el
viento, pero, para mí, el contraste ha quedado precioso.
Lo que he visto dando una vuelta a la mesa...
Leído estos días
https://elpais.com/cultura/2019/11/15/babelia/1573833088_377447.html?por=mosaico. Àngels Ribé, Premio Nacional de Artes Plásticas: “Crear te convierte en
una persona sin miedo”.
Día 8. Miércoles, 27 de noviembre
El
miércoles 27 de noviembre yo estaba en Madrid, así que dejé encargadas a Sonia
y a Paloma de hacer la crónica y sacar las fotos. Este es el resultado…Gracias
a ambas.
Contado
por la profesora
Mi propuesta para el día era
la experimentación con el color. Partiendo de la mezcla de los colores
primarios, había que obtener diferentes gamas de colores quebrados. Una vez
conseguidas estas gamas, había que elegir una para la realización de una
composición.
Con este ejercicio trabajamos
el color, la composición y la creatividad.
Contado
por Paloma, alumna aventajada
Hoy venía cargada con las
acuarelas, además de las pinturas acrílicas, con la intención de volver al
agua.
¡Mi gozo en un pozo!, porque
para hacer mezcla de los tres primarios más el blanco, es mejor utilizar los plastas acrílicos…
Me puse a la tarea de pintar
cuadraditos de los colores resultantes de las diferentes mezclas entre el
amarillo, el azul y el magenta -que me resultó un poco “deja vu”, ya que
habíamos hecho algo similar en el taller de hace dos años.
Después, rematé el trabajo
con un bosque en granate-morados de lo más tétrico y triste. Quizás me faltaba
el humor de Aída, que hoy estaba en un congreso de periodistas ambientales.
Ella eligió esa especialidad cuando casi nadie era consciente del cambio
climático y sus consecuencias, y acude desde hace muchos años a estas ponencias.
Como nos había dejado a
Sonia y a mí la tarea de escribir la crónica del día, decidí fotografiar a las
artistas con su obra, en vez de todas las obras juntas a vista de pájaro.
Hoy éramos pocas. Por las
conversaciones, a todas les entusiasmaba la obtención de tantos colores a
partir de solo tres. No es de extrañar, ya que nuestros “descubrimientos” hacen
que nos sintamos un poco alquimistas.
Los alumnos han disfrutado
descubriendo la magia del color y todas las infinitas posibilidades que se
obtienen de sus mezclas. Cómo cada gama produce sensaciones diferentes, estados
de ánimo, energías opuestas…Cómo la elección de un color para una obra es
determinante.
DÍA 9. Miércoles, 4 de diciembre. Recupero el relato
Me
ponen al día de la tarea con colores quebrados del pasado miércoles. ¡Eso para
mí está chupado…!
Hoy
se trata de crearnos dos gamas de colores quebrados (recuerdo que incluyen los
tres primarios, y ya, aparte, si uno quiere, un poco de blanco para aclararlos),
una fría y otra cálida, y combinarlos.
Antes
de nada, voy a recoger mi cartera-piedra del cuartito del fondo, pasando por el
taller de madera. Les digo a Paloma y a Sonia que “voy a saludar”, a ver si “me
dicen algo” (en el taller de madera son todo señores menos uno, creo). A mí
solo me dicen “buenos días”, y no todos, pero Sonia dice que a ella le dicen “cosas”.
“Me incomoda”… Vuelvo. A mi saludo solo ha contestado alguno; la mayoría, ni ha
levantado la cabeza. Paloma tiene la teoría de que como pasamos de los 50,
somos “potolitas” y no nos teñimos las canas, pues que somos invisibles. En
cambio, como nuestra profe es joven, delgada y guapa…
Rebusco
entre revistas y catálogos a ver si veo algo que me inspire. Lo de crear de la
nada, no es para mí. Selecciono un cuadrito de un barco en el mar, con un
señor/señora al timón, en color ocre; lo que al principio me parecieron escenas
de un belén, que luego resultan ser Cristos desmadejados, y una rosa sobre un
fondo verde.
Me
pongo primero con la escena del barco. Voy a utilizar la gama fría de los
azules y la gama cálida de los ocres. Paloma me insiste en que le pinte las
vestiduras más naranjas, como en el cuadro, pero yo no quiero: así está bien.
Luego, me reconoce que es “de lo más artístico” que he hecho. Viniendo de ella,
que empezó conmigo y ya está en las cumbres, me lleno de orgullo. A Sonia
también le gusta.
En
la otra mitad de la hoja, me pongo con la flor: esta vez, el fondo será verde y
la flor se llevará los tonos cálidos. La corola me queda un poco comprimida y
achatada; la del cuadro es más elegante y ligera. Para aligerarla, decido
meterme un poco con dos de sus pétalos en el barco de arriba; quizá no sea muy
ortodoxo, pero la flor “respira mejor”…
Mi
último cuadro, ya es la bomba. Como de
mezclar, tengo dos pinceles llenos de acrílico, decido pintar el cielo a dos
manos como si fuera Eduardo Manostijeras. El gesto causa sensación. “Espera,
espera, que te grabo...” -me dice Paloma. No sé lo que habrá salido....
Luego, como no me gusta desperdiciar pintura y ya es casi la hora, mezclo todo lo que me queda en el plato y consigo un verde oscuro precioso para la tierra. “¿Puedo poner un montículo, en verde, en la parte de los colores cálidos…? “Sí, pero acláralo un poco”, me dice la profe. Dicho y hecho: le añado un poco de blanco, y ya. La verdad es que me recuerda la silueta de un perro de perfil, pero si no digo nada, igual ni se dan cuenta…
Cuando
pongo las cruces a rotulador encima, el cuadro les resulta “trágico” (A mí,
nada más verlo, me trajo a la mente la peli de la canción “Están clavadas dos
cruces…”). Pero a Sonia le encanta mi
cielo naranjoso: “Te lo voy a copiar…”.
“El
dibujo siempre pesa más que la mancha y enseguida el ojo se va a la línea…”.
Como a todo el mundo se le va la vista
al montículo con las cruces -para mí, una cabeza de perro-…, Sonia me dice que
pinte otra cruz, inclinada, en el otro lado, “para compensar”. Yo voy a
pintarla en el mar, en color ocre, pero el verde aún está húmedo y se corre. “Déjalo,
que no queda mal…”. Añado la cruz inclinada a la derecha del montículo, en lo
ocre, y lo doy por terminado.
“Cada
una tenemos nuestra mancha y nuestro garabato…”- es la enseñanza zen de Sonia, hoy.
Para
la semana que viene, nos ha pedido que traigamos escenas/carteles de películas.
Vamos a sacar la gama cromática…
Pues aquí están las "manchas y los garabatos" de la clase...
Y el resultado final...
DÍA 10. Sacar gamas en
escenas de películas. El pantone
Ya
lo habíamos hecho con cuadros, pero ahora íbamos a ir un paso más allá: con
fotogramas.
Tenía
razón Sonia: mejor escenas que carteles porque en estos predominan los colores
puros y brillantes (y entonces no tenemos nada que trabajar…).
Yo
me llevo a clase dos escenas de Johnny Guitar,
una de mis películas favoritas (Nicholas Ray, su director, era muy particular
en esto del color. Dijo: “La
utilización de los colores primarios en el cine es tan significativa como la
utilización de un primer plano”). También imprimo un cuadro sobre el exilio
en una gama que me encanta.
Como
me he concentrado tanto, no me acuerdo de que solo había que pegar la foto
elegida; no hacía falta dibujarla-copiarla. Yo he pintado la escena, a lápiz,
grosso modo, para luego darle color.
El
lazo que lleva Joan Crawford (un turquesa fuerte) es muy difícil de sacar con
mis tres colores básicos más blanco. Sonia me dice que acepte el préstamo de
una de mis colegas, de un verde que se parece algo, pero yo no quiero. Lo que más
me gusta en este mundo es lograr millones de colores solo con esos tres más
blanco. La profe, de su mano mayor, me pone un poco del verde en el plato y
empieza a mezclar. No queda igual, pero algo más se parece...
Para
la segunda escena, ya recorto y pego una foto llena de flores y verdes (quería
que fueran colores totalmente distintos de la primera gama). Consigo unos
cuantos, pero cuando me acerco a enseñarle el cuaderno a Sonia, me dice que me
faltan el azul marino y el gris. Me voy de nuevo a mi sitio a mezclar como Carlitos
el de Snoopy, y vuelvo. “Es un gris azulado…”. ¡Pues vaya! Pero es gris, ¿no…? Otra
vez mezclo y Paloma, que está a mi derecha haciendo acuarela (que es lo que le
gusta), me chincha: “Es un gris verdoso…”. Ca… en la…Sonia quiere un gris-gris,
sin derivados. Yo, debe ser porque el gris siempre me ha parecido un color “sucio”
y un “no-color” (nunca llevo nada gris, ni marrón oscuro-color caca), tengo
problemas con esta gama. Menos mal que Sonia lo encuentra. ¡Ya los tengo todos!
Como
aún queda tiempo, y para gastar lo que tengo en el plato antes de que se seque,
me pongo con el cuadro de Josep Franch- Clappers, de 1940, Camino del exilio. No intento reproducir tanto los colores
originales como utilizar toda la pintura que me sobra. Los chopos me quedan de
un morado oscuro; el cielo en un grisáceo verdoso; el camino, un azul con mucho
blanco. Y solo dibujo dos figuras, las que están en primer plano. Tras pintar
sus abrigos-mantas, con rotulador negro trazo unas cuantas líneas del rostro y el contorno.
Y lo doy por terminado.
Cuando
se lo enseño a la profe, Paloma me sopla por la espalda: ”Yo creo que debías
ponerle un poco de amarillo…”. Pero Sonia, viéndome capaz y previendo una
desgracia (y dejarlo peor de lo que está…), dice: “No, no, que lo deje como está…”.
La
semana que viene es el último día antes de Navidad. Sonia no ha querido
decirnos en qué trabajaremos, Dice que es sorpresa…
La gente hoy ha hecho unas virguerías...
Esta es la foto finish, a vista de dron...
LEÍDO ESTOS DÍAS
https://www.fotogramas.es/noticias-cine/g9915239/el-esquema-de-color-en-el-cine-una-pequena-guia-para-no-perderse/. El esquema de color en el cine,
*Pantone, definición: sistema de identificación, comparación y comunicación de color para las artes gráficas. Tabla de colores pantone.
P.S. Así ha quedado mi cuaderno, con las intervenciones de todas... Lo he titulado "Mar musical".
Otros cuadernos y detalles...
DÍA
11. FIN antes de Navidad
La sorpresa era que hoy
haremos un trabajo colectivo. Sonia lo llama “El cadáver exquisito”… Cada una (Pedro
va a su bola) tenemos que dibujar en nuestro cuaderno “algo con color y algo en
línea”. Luego, lo pasaremos hacia nuestra izquierda (como si jugáramos “al burro”
con las cartas).
Yo decido utilizar mis
colores fetiche: el naranja, el verde
y el turquesa. Pinto un rectángulo naranja, una ola azul y unas hierbas verdes.
Como Pilar ha acabado (a dos sitios a mi izquierda), se lo paso y ella me pasa
el suyo. ¡Y ya desbaratamos el orden…!.
Pilar ha pintado algo
cubista. Yo intervengo rellenando de naranja y pintando un pez azul. La gente tarda
un siglo en pintar lo que quiere y, claro, nos aburrimos. Menos mal que, como
es el último día, hemos traído cosas de comer y, en los momentos de asueto,
podemos llenarnos el carrillo…A este paso, voy a salir de clase rodando…
Al romper el orden, comienza
el pandemoniun. Sonia se pone seria y recuperamos la secuencia. Acordaos: “Unidad
en la diversidad”- repite varias veces como un mantra, previendo que ella va a tener
que arreglar al final todo lo que le llegue…
Pero es que cada una vemos
una cosa en el cuadro de otra, y actuamos en consecuencia; por ejemplo, yo interpreté
como el brocal de un pozo lo que me dijeron luego era una ventana. Y claro, le
pinté una greca y puse un pez saltando de dentro afuera…Al final, se convirtió
en una cara con pelo…
Mis intervenciones han sido
siempre pequeñas; sobre todo, intentando alegrar con mis naranjas la composición;
pintando un pez, una luna, unas flores, un prado, o rellenando algún motivo
pintando por las otras chicas.
Por ejemplo, en el de Paloma, enseguida lo vi claro. Recordando lo que había sido mi "línea de cielo" uno de estos días, le pinté una banda naranja entre sus grises...
Por ejemplo, en el de Paloma, enseguida lo vi claro. Recordando lo que había sido mi "línea de cielo" uno de estos días, le pinté una banda naranja entre sus grises...
Al final, la vista de
dron muestra unos trabajos colectivos preciosos (con la mano unificadora de la
profe, eso sí).
Y todo hecho por alumnado
entre 50 y 67 años, creativo, creativo…
En enero, más…(Sonia dice que tendremos que analizar lo que hemos hecho...).
Muy interesante y esclarecedor el artículo de Fotogramas. Me ha encantado. Muchas gracias.
ResponderEliminarPantone me recuerda a panetone, dan ganas de comer color. Oye, yo creo que te estás volviendo expresionista, una discípula tardía de Munch.
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