viernes, 23 de agosto de 2019

PASEOS DE MEDIA HORA. A LAREDO (Y SUS 6 CALLES), EN BUS



Son 3 rúas de este a oeste: San Martín, En Medio y Yusera (o de abajo).  Y otras 3, de norte a sur: Ruamayor, Carnicerías Viejas (hoy, San Marcial) y Santa María.

Miércoles, 24 de julio de 2019

23 grados a las 7.43 h. Día gris y con atmósfera baja, pero no da lluvia.

¡Aaaba!- dice el niño de la pareja de delante al ver la lámina de agua de las marismas de AldayHoy hay mucho tráfico en dirección Bilbao, y también a la contra.

23 grados en Laredo a las 8.46 h. Aún no ha asomado el sol (y que siga así…).
En el exterior del mercado han recreado, a ganchillo, unas “hilanderas” muy particulares. 


Sigo la calle Menéndez Pelayo hasta el túnel de la Soledad, bajo [el monte de] La Atalaya, rehabilitado en 1999 (220 m de longitud y casi 5 de anchura). Sirvió de refugio durante la Guerra Civil y nunca se pudo utilizar porque  el puerto al norte de La Atalaya fue destruido por varios temporales en los años 1860s, antes de finalizarse, en 1864.

Luego, cojo la calle San Francisco desde la plaza Cachupín y la Casa palacio de Zarauz (en ella vivió, desde 1737, el armador, navegante y general de artillería José Benito Zarauz). En ella está el arranque de la Puerta medieval de la Mar (en el arrabal de la mar).


A las 9.30 h sale el sol (¡Horror!!!).

En el convento de San Francisco, ahora de monjas trinitarias, está el albergue de peregrinos. Y junto a la ermita del Espíritu Santo, el hospital de 1787.


En su continuación, la calle Santa María (hacia la iglesia parroquial), la casa torre de la familia Villota (del siglo XV), también conocida como de Gutiérrez Rada (político del siglo XIX, que vivió en ella).

Las casas-torres, una especia de fortalezas, pertenecen a la época de las guerras familiares medievales entre La Obra y los Escalante, por un lado, y los Cachupines y Hoyo-Villota, por la otra (todos fundadores y gobernadores de la villa).

En los bares, los nombres anglosajones se codean con los locales: Manhattan y bar Isidro; taberna Mulligan y La Gruta.


La casa torre Villota del Hoyo está adosada a la muralla medieval.

En la perpendicular calle San Martín se oyen voces destempladas y el aleteo de las palomas. Se vende la casa (en algún momento, el disco-bar Abanicos) de don Diego Cacho Rada de la Sierra y Rivas (de 1731). Conserva un guardacantón para proteger la esquina del edificio de las ruedas de las carretas y carros. También, una ventana saetera y un balcón de piedra.


La cruza la calle San Marcial que conduce a la atalaya Fuerte del Rastrillar, con un local que se autodenomina “Antro” a sí mismo…La casa del capitán Domingo de Rosillo (del siglo XVII) ha perdido su esencia entre añadidos y la mano de pintura verde. Debajo, el disco-pub Bourbon St. Algunos espacios están muy deteriorados y los saúcos colonizan los solares vacíos.


En la calle El medio ha desaparecido una edificación, ahora aparcamiento improvisado que deja ver la trasera de un edificio moderno.

En la calle Ruamayor descubro el café Quatro, con cerveza artesana de elaboración propia. Un cartel manual señala hacia una iglesia del siglo XIII (supongo que la románica de San Martín, ya en las afueras), tomando la rúa de San Martín. La torre del Condestable o del Merino (del siglo XV) se cae a trozos. De ella salía la torre de la Escala, que daba acceso al puerto.


A las 10.30 h (para descansar un poco los pies) cojo el tren turístico de Laredo, frente al bar Riviera, en el centro. Es el primer viaje del día y voy solita en los dos vagones. El trayecto, de unos 20 minutos cuesta 3 euros y no cuentan nada porque están esperando una audioguía? Lo más novedoso  es que va hasta el puerto nuevo (el macropuerto). Descubro un asador nuevo Son de mar; están haciendo obras para un edifico multiusos y hay más atraques de pequeños yates que el año pasado (pero aún me parece infrautilizado…).


Cuando me bajo del trenecillo, me tomo en el Bar Buenos Aires, en Ruamayor, una minicaña y un pincho de “picadillo de atún”, con huevo duro y cebolla picadita. A las 11.15 h hace un sol picón que aplana. Menos mal que sale también la brisa marina (bendito nordeste…).

A las 12, mientras espero el autobús de vuelta, las campanas de las trinitarias se confunden con el ruido del tráfico y los trinos  de los pájaros.

Llego a Santander amortajada y amojamada por el aire acondicionado…

LEER MÁS


lunes, 12 de agosto de 2019

SOCABARGA (2). EN LA FINCA LA ESTRELLA UN 9 DE AGOSTO

“Si uno observa con atención, y está el tiempo suficiente, descubre un montón de historias”...

En mi caso,  dos horas sentada sobre una paca de heno bajo un castaño, han dado para mucho.

Como no puedo andar demasiado, Ana me ha buscado  un rincón mágico en su finca La Estrella para esperar a los niños que Susana (Nansa Natural. www.nansanatural.es) traerá tras darles una vuelta –llena de sensaciones- por el terreno.

Sobre las 10 h, en las faldas de Peña Cabarga, con una ligera brisa y el cielo cubierto, sin sol, solo se oyen una desbrozadora, el piar de los pájaros y algún mugido. La niebla, o las nubes bajas, van descendiendo poco a poco por las laderas de la sierra.



A las 10. 30 h estoy en mi “hide”. Enfrente, a unos 200 metros, un grupo de vacas rubias está junto a sus terneros con algunas garcillas bueyeras campando entre ellos. Ana me ha dicho que uno de los terneros, de 4 días, se ha puesto malo con el calor de ayer. Igual no mamó lo suficiente y se ha deshidratado (los terneros maman al menos 7 meses).


Parejas de mariposas y aviones hacen filigranas ante mí. Sobre la paca de heno, huele a humedad y a hierba recién cortada. Los cuervos graznan y las vacas mugen en la cabaña mientras se oyen algunos campanos.

“Hay tantos tipos de vacas como de personas… son seres individuales…”- leo en el prólogo de Rosamund Young (La vida secreta de las vacas). Y, como las personas, pueden ser “inteligentes o duras de mollera”, amables o agresivas, sosas u orgullosas, ingeniosas o tímidas. Rosamund cuenta que sus padres se establecieron como ganaderos por cuenta propia en 1953, con 5 vacas. Ella tenía entonces 12 años. Poco a poco, fueron reuniendo un rebaño de vacas ayrshire [escocesa] con pedigrí y cerdos wessex saddleback… En 1974, dejan de ordeñar las vacas con fines comerciales y les permiten criar sus propios terneros.


A las 11 h se han tumbado casi todas las vacas y terneros (solo quedan dos en pie) y solo una garcilla picotea entre ellos. La brisa hace que las hojas de castaño suenen rumorosas.

Sobre las 11 y 10, oigo una algarabía de voces infantiles a mi izquierda. 56 niñ@ s entre 4 y 11 años, que vienen de un campamento  urbano  de verano, es difícil que puedan estar callados nada más bajar del autobús.

Yo, a ratos, sigo leyendo el libro de Rosamund: … "Einstein dijo que lo único realmente valioso es la intuición… Los animales buscan las plantas que sienten que necesitan. Los bóvidos acuden regularmente a buscar zarzamoras en otoño y hojas y brotes de espino blanco joven en primavera, y comen hojas de fresno y de sauce siempre que tienen ocasión…”.

Poco a poco, va despejando. El viento empuja las nubes, que se abren y trocean.


Bajo de nuevo la cabeza al libro: “Algunos buscan tomillo y acedera silvestre mientras que otros, en determinados momentos del año -que suelen depender de su fase de gestación-, comen grandes cantidades de ortigas (¿por el nitrógeno…?). Las ovejas comen cardos y hojas de vinagrera por propia voluntad”.

Acaba de venir a visitarme un pájaro, que se ha posado a 2 metros de mí. Ha sido tan rápido que no he podido ver ni lo que era. También ha venido un avispón, que me ha hecho levantarme de la paca a toda flecha. Y varias moscas zumbonas.

He calzado la paca con una piedra porque estaba un poco desnivelada. Leo  que en una paca (inglesa) de heno de 4 kilos puede haber 17 láminas de heno. No sé si en las pacas españolas sucede igual…

Una mariposa blanca revolotea entre los tréboles blancos. Las vacas, a la luz del resol, parecen doradas. En la nave, sigue mugiendo una vaca desaforadamente. ¿Estará pidiendo que la ordeñen…?

A las 12.15 h, dos de las vacas se levantan para pacer. La garcilla bueyera sigue paseándose y picoteando. Parece que el ejemplo ha cundido y, ¿por contagio?, se levantan otras dos. Una desciende por la colina hacia una especie de vaguada, con higueras y otros árboles que dan sombra. El sol empieza a ser más permanente; quizá busquen un toldo… Como si se hubieran puesto de acuerdo, una tras otra, van bajando hacia el socavón. La garcilla les acompaña como si fuera su mascota. Ahora están más cerca de mí. No sé si vienen a “la hora del cuento…”.



La garcilla vuelve al descansadero en busca de comida, que comparte con una pareja de cuervos. Pronto acude una bandada, que la espanta.

Sigo leyendo La vida secreta de las vacas (ya voy casi medio libro): “Los programas de cría han priorizado… al ritmo de crecimiento y el tamaño que, a menudo, los esqueletos de las aves criadas de forma intensiva ni siquiera pueden sostener su propio peso. El resultado es una mayor incidencia de huesos rotos. En el caso de las vacas, demasiado pesadas para ponerse en pie, pasan sus vidas encima de estiércol empapado de amoniaco, que les quema las patas y los jarretes…”. ¡Terrible!

Ahora, que los tengo cerca, puedo contarlos. Son, en total, 11 vacas y 4 terneros. ¡No! 12 vacas y 5 terneros. Una acaba de aparecer, con su retoño, por el lado contrario de la vaguada. Debe de ser el que tiene 5 días: es muy chiquitín, el más pequeño de todos.


A mi espalda, por mi derecha, empiezo a oír las voces de los niños. Permanezco inmóvil hasta que me rodean. Entonces, me vuelvo lentamente y les pregunto: ¿Venís a la hora del cuento…?


Cuando regresamos hacia la casa, Ana nos indica una vaca que acaba de parir en el campo: su hijo sí es el más pequeño de todos…


MÁS SOBRE PASEOS EN LA NATURALEZA







viernes, 2 de agosto de 2019

PASEOS DE MEDIA HORA. Medio día en Aguilar de Campoo

Este año no voy a la undécima edición del Taller didáctico del Románico, pero quiero ir a saludarlos el primer día y llevarles unas polkas de Torrelavega (además de comprar unos quesos que me ha encargado mi padre y hacer algunos de mis paseos favoritos).

Lunes, 22 de julio de 2019

Salgo hacia las 7.15 h de Torrelavega en coche (quiero llenar el depósito, que tengo solo dos rayas…).

El sol comienza a aparecer en la desviación a Anievas. En Reinosa, sobre las 8 h (18 grados), hay un poco de niebla. Me tomo en Vejo un cortado y dos empanadillas (y encargo otras dos para llevarle a Fernando). En la calle San Roque (nunca me había fijado en la ermita, con el santo y su perro), están poniendo los puestos del mercadillo. También subo hacia el Impluvium (sede de un centro sociocultural construido sobre el antiguo mercado de abastos), que veo por una de las bocacalles. Diseñado por los arquitectos Begoña de Abajo y Carlos García, el año pasado consiguió el  premio Ortega Alloza.



Lo primero que hago tras aparcar en Aguilar es ir a la tienda de Fernando a encargar los quesos (y de paso me llevo un kilo de cerezas negras y gordas que tienen una pinta estupenda). Cuando le entrego las empanadillas de Reinosa me dice que él se crió ahí y que lo más pijo en sus tiempos era tomar un mezclado y una empanadilla de atún en Casa Vejo…


Lo segundo es ir a ver mi huerta en mitad del trigal, en el Paseo del Monasterio. Creo que me cruzo con los dos huertanos de camino, frente a la sede de la Fundación Santa María la Real, pero como no estoy segura del todo, no les digo nada…


Mi huerta sigue, en mitad de la mies, como el reducto de Astérix y Obélix, resistiendo…Por el camino me alcanzan Jaime y Juan Carlos, dos de los profesores del taller. Vamos a toda prisa hacia el refectorio, donde es la inauguración a las 9.45 h.

Saludo a mis compañer@s de anteriores ediciones y me quedo a la breve inauguración antes de coger los autobuses hacia los destinos de hoy. “Lo medieval está de moda…”- dice Juan Carlos Prieto, arquitecto y uno de los cicerones. Este año el programa va de “El edificio románico como expresión de una época”. Pedro Luis, historiador y coordinador del taller, comenta la logística de estos días.

Tras despedirlos a las 10.20 h, tomo por la calle del Abad, paralela al Paseo del Monasterio, que no había cogido nunca. Es una zona de chalés junto a una “mole”, que resulta ser el Centro Abundio Calderón, en la calle del Prior. Aún quedan solares vacíos con cardos, pero las calles están urbanizadas.


Salgo de nuevo al paseo del Monasterio y lo recorro, a pleno sol, de vuelta, con una ligera brisilla. Antes de llegar a una de las puertas de la muralla (la Puerta del Paseo Real),  me meto en el parque de la isla de San Roque. Los mirlos saltan sobre la hierba y la menta acuática copa el riachuelillo. En el río, los patos se han apalancado en un descansadero, a la sombra. Listos ellos…


Cojo la calle El Puente hacia la plaza de España. Me sorprenden una casa medio en ruinas, locales cerrados y un solar vacío. Al pasar frente a los cines Campoo, pienso que, de haberme quedado, habría ido a la sesión de las 20.30 h a ver la peli “La biblioteca de los libros rechazados”. Me encanta ir al cine en los pueblos, como antes…


Luego, voy al café “El 37”, a ver a Mónica (Me doy cuenta de que se llama así porque está en el número 37 de la plaza). A esta hora (las 11), ya hay mucho trabajo (siempre iba a desayunar nada más abrir). “¿Ya ha pasado un año…?”- me dice. Soy su constatación del paso del tiempo…


Tras mi favorito Paseo del Monasterio, me quedan otros dos, que no puedo dejar sin caminar, antes de irme: el Paseo de las Tenerías y el Paseo del Loco, junto al monasterio de Santa Clara (el de la Cascajera, al otro lado del río, ya lo anduve a primera hora).

Mientras voy al puente del Portazgo, veo -en la plaza Torrejones, frente a la cooperativa San José- que se ha secado mi serbal de cazadores…

Constato, frente al río, que me gusta más la primera luz de la mañana o la última de la tarde. Ojalá me hubiera traído el bañador para darme un cole en la piscina…Mi casa “de las lavandas” está cubierta de geranios rojos y blancos y una parra rozagante. Las lavandas, sustituidas (por leñosas) el año pasado, aún no han alcanzado su máximo esplendor.


Luego, cojo la Avenida del Soto hacia el puente de la Teja para hacer el Paseo del Loco, por el otro lado del río Pisuerga (frente al paseo de la Cascajera). El río baja turbio y rápido y el paseo, entre chopos y salgueras, es fresco y relajante. En el parque infantil, situado en la isla en medio del río, hay una nueva atracción: un tren de madera. He visto bastantes niños y adolescentes por la calle: tienen con quien jugar y divertirse. Aguilar me sigue pareciendo un buen lugar donde vivir.


LEER (Y SABER) MÁS


https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2018/07/aguilar-de-campoo-2009-2018-diario-de.html. PASEOS DE VERANO: TRES DÍAS Y MEDIO (Y DIEZ AÑOS) EN AGUILAR DE CAMPOO.


https://www.eldiariomontanes.es/economia/teresa-rodriguez-pasa-20190618210523-ntvo.html. Teresa Rodríguez pasa el relevo de la presidencia de Gullón a su hija Lourdes.