Son
3 rúas de este a oeste: San Martín, En Medio y Yusera (o de abajo). Y otras 3, de norte a sur: Ruamayor,
Carnicerías Viejas (hoy, San Marcial) y Santa María.
Miércoles,
24 de julio de 2019
23 grados a las 7.43 h. Día
gris y con atmósfera baja, pero no da lluvia.
¡Aaaba!- dice el niño de la
pareja de delante al ver la lámina de agua de las marismas de Alday. Hoy hay mucho tráfico en
dirección Bilbao, y también a la contra.
23 grados en Laredo a las
8.46 h. Aún no ha asomado el sol (y que siga así…).
En el exterior del mercado
han recreado, a ganchillo, unas “hilanderas” muy particulares.
Sigo la calle
Menéndez Pelayo hasta el túnel de la Soledad, bajo [el monte de] La Atalaya,
rehabilitado en 1999 (220 m de longitud y casi 5 de anchura). Sirvió de refugio
durante la Guerra Civil y nunca se pudo utilizar porque el puerto al norte de La Atalaya fue
destruido por varios temporales en los años 1860s, antes de finalizarse, en
1864.
Luego, cojo la calle San
Francisco desde la plaza Cachupín y la Casa palacio de Zarauz (en ella vivió,
desde 1737, el armador, navegante y general de artillería José Benito Zarauz).
En ella está el arranque de la Puerta medieval de la Mar (en el arrabal de la
mar).
A las 9.30 h sale el sol (¡Horror!!!).
En el convento de San
Francisco, ahora de monjas trinitarias, está el albergue de peregrinos. Y junto
a la ermita del Espíritu Santo, el hospital de 1787.
En su continuación, la calle Santa María (hacia la iglesia
parroquial), la casa torre de la familia Villota (del siglo XV), también
conocida como de Gutiérrez Rada (político del siglo XIX, que vivió en ella).
Las casas-torres, una
especia de fortalezas, pertenecen a la época de las guerras familiares
medievales entre La Obra y los Escalante, por un lado, y los Cachupines y Hoyo-Villota, por la otra (todos fundadores y gobernadores de la villa).
En los bares, los nombres
anglosajones se codean con los locales: Manhattan y bar Isidro; taberna
Mulligan y La Gruta.
La casa torre Villota del
Hoyo está adosada a la muralla medieval.
En la perpendicular calle San Martín se oyen voces
destempladas y el aleteo de las palomas. Se vende la casa (en algún momento, el
disco-bar Abanicos) de don Diego Cacho Rada de la Sierra y Rivas (de 1731).
Conserva un guardacantón para proteger la esquina del edificio de las ruedas de
las carretas y carros. También, una ventana saetera y un balcón de piedra.
La cruza la calle San Marcial que conduce a la atalaya
Fuerte del Rastrillar, con un local que se autodenomina “Antro” a sí mismo…La
casa del capitán Domingo de Rosillo (del siglo XVII) ha perdido su esencia
entre añadidos y la mano de pintura verde. Debajo, el disco-pub Bourbon St.
Algunos espacios están muy deteriorados y los saúcos colonizan los solares
vacíos.
En la calle El medio ha desaparecido una
edificación, ahora aparcamiento improvisado que deja ver la trasera de un
edificio moderno.
En la calle Ruamayor descubro el café Quatro, con
cerveza artesana de elaboración propia. Un cartel manual señala hacia una
iglesia del siglo XIII (supongo que la románica de San Martín, ya en las
afueras), tomando la rúa de San Martín. La torre del Condestable o
del Merino (del siglo XV) se cae a trozos. De ella salía la torre de la Escala,
que daba acceso al puerto.
A las 10.30 h (para
descansar un poco los pies) cojo el tren turístico de Laredo, frente al bar
Riviera, en el centro. Es el primer viaje del día y voy solita en los dos
vagones. El trayecto, de unos 20 minutos cuesta 3 euros y no cuentan nada
porque están esperando una audioguía? Lo más novedoso es que va hasta el puerto nuevo (el
macropuerto). Descubro un asador nuevo Son
de mar; están haciendo obras para un edifico multiusos y hay más atraques
de pequeños yates que el año pasado (pero aún me parece infrautilizado…).
Cuando me bajo del
trenecillo, me tomo en el Bar Buenos Aires, en Ruamayor, una minicaña y un
pincho de “picadillo de atún”, con huevo duro y cebolla picadita. A las 11.15 h hace un sol
picón que aplana. Menos mal que sale también la brisa marina (bendito
nordeste…).
A las 12, mientras espero el
autobús de vuelta, las campanas de las trinitarias se confunden con el ruido
del tráfico y los trinos de los pájaros.
Llego a Santander amortajada
y amojamada por el aire acondicionado…
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buscar las 7 diferencias…
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