Hasta la primera esclusa. Barrio de San Vicente
Miércoles, 19 de julio de 2023. Alar del Rey
Desde el principio sé que no
podré acometer la primera etapa, de 9 kilómetros, entre Alar del Rey y Herrera
de Pisuerga, pero un lugareño me da la solución: puedes ir hasta la primera
esclusa en el barrio de San Vicente y dar la vuelta por el otro lado del canal.
¡Dicho y hecho! Creo que unos 5 kilómetros, entre ida y vuelta, sí puedo hacer…
Empiezo a las 8.15 h, junto
a las naves, pegada al Canal, por un enlosado de piedra, entre flores de
hipérico y de achicoria, malvas y alfalfa silvestre.
Cuando acaba el muelle de
piedra, el camino va bastante por encima del canal y, por un momento, pienso si hacer el ramal izquierdo, que va más cerca del agua.
Subo un poco por la pista de
tierra y el lado izquierdo está muy sombreado a estas horas, así que decido
seguir por el lado derecho, más soleado.
Paralela, a mi derecha, va la vía del tren y, al fondo, una iglesia/ermita en una loma, me marca el horizonte. A las 8.40 h, veo un poste en el suelo con el borde superior amarillo. ¿Indicará que ya he recorrido el primer kilómetro…? Podían poner algo…
Más adelante, compruebo lo
que había leído: que el Canal de Castilla, además de para navegación y
transporte de mercancías, servía como canal de riego a las tierras cercanas (se
ve una especie de acequia entre los campos de cultivo).
Aquí en vez del “viento entre los sauces” habría que hablar del “viento entre los juncos”… A pesar de distinguir en el suelo pisadas y rodadas de bicicleta, aún no me ha adelantado nadie… A las 9 y 10 h estoy en el barrio de San Vicente. Si ya sabía yo: una hora para 2 kilómetros. ¡Siempre el doble!
En el barrio de San Vicente
está la primera esclusa del ramal Norte. Junto a ella, uno de los primeros
martinetes del canal que, en 1929, pasó a ser una pequeña central
hidroeléctrica.
A las 9.30 h vuelvo por el lado contrario. Los aviones bajan a beber al canal o a mojarse las alas. En la vuelta voy mucho más lenta: cojeo con la fascitis del pie izquierdo y, en el derecho, la inserción de la tibia también me molesta. A ratos, voy por el centro de la senda, herbosa, que está más mullida. Y miro al suelo para sortear las piedras más grandes y no pisarlas con el talón izquierdo.
Pasadas las 10 h ya veo las
naves de almacenamiento. ¡Bien!.
Por este lado, han plantado
unos ciruelos Pisardii a los que se comen las zarzas. Doy marcha atrás para
contemplar las mazmorras. Recuerdo que Mónica el día anterior en el barco nos
dijo que ahí dormían los presos que construyeron el Canal. Me parece un lugar
muy pequeño, abovedado.
En la dársena finaliza la
ruta del carbón de cok -leo. Que parte de Vergaño y recorre 37 kilómetros hasta
llegar a Alar.
La próxima vez, ¡a por la segunda esclusa!, San Quirce del río Pisuerga...
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