jueves, 14 de septiembre de 2023

El Canal de Castilla (1), a paso de caracol. Hasta la primera esclusa

Hasta la primera esclusa. Barrio de San Vicente

Miércoles, 19 de julio de 2023. Alar del Rey

Desde el principio sé que no podré acometer la primera etapa, de 9 kilómetros, entre Alar del Rey y Herrera de Pisuerga, pero un lugareño me da la solución: puedes ir hasta la primera esclusa en el barrio de San Vicente y dar la vuelta por el otro lado del canal. ¡Dicho y hecho! Creo que unos 5 kilómetros, entre ida y vuelta, sí puedo hacer…

Empiezo a las 8.15 h, junto a las naves, pegada al Canal, por un enlosado de piedra, entre flores de hipérico y de achicoria, malvas y alfalfa silvestre.

Cuando acaba el muelle de piedra, el camino va bastante por encima del canal y, por un momento, pienso si hacer el ramal izquierdo, que va más cerca del agua.

Subo un poco por la pista de tierra y el lado izquierdo está muy sombreado a estas horas, así que decido seguir por el lado derecho, más soleado.

Paralela, a mi derecha, va la vía del tren y, al fondo, una iglesia/ermita en una loma, me marca el horizonte. A las 8.40 h, veo  un poste en el suelo con el borde superior amarillo. ¿Indicará que ya he recorrido el primer kilómetro…? Podían poner algo…

Más adelante, compruebo lo que había leído: que el Canal de Castilla, además de para navegación y transporte de mercancías, servía como canal de riego a las tierras cercanas (se ve una especie de acequia entre los campos de cultivo).

Aquí en vez del “viento entre los sauces” habría que hablar del “viento entre los juncos”… A pesar de distinguir en el suelo pisadas y rodadas de bicicleta, aún no me ha adelantado nadie… A las 9 y 10 h estoy en el barrio de San Vicente. Si ya sabía yo: una hora para 2 kilómetros. ¡Siempre el doble!

En el barrio de San Vicente está la primera esclusa del ramal Norte. Junto a ella, uno de los primeros martinetes del canal que, en 1929, pasó a ser una pequeña central hidroeléctrica.

A las 9.30 h vuelvo por el lado contrario. Los aviones bajan a beber al canal o a mojarse las alas. En la vuelta voy mucho más lenta: cojeo con la fascitis del pie izquierdo y, en el derecho, la inserción de la tibia también me molesta. A ratos, voy por el centro de la senda, herbosa, que está más mullida. Y miro al suelo para sortear las piedras más grandes y no pisarlas con el talón izquierdo.

Pasadas las 10 h ya veo las naves de almacenamiento. ¡Bien!.

Por este lado, han plantado unos ciruelos Pisardii a los que se comen las zarzas. Doy marcha atrás para contemplar las mazmorras. Recuerdo que Mónica el día anterior en el barco nos dijo que ahí dormían los presos que construyeron el Canal. Me parece un lugar muy pequeño, abovedado.

En la dársena finaliza la ruta del carbón de cok -leo. Que parte de Vergaño y recorre 37 kilómetros hasta llegar a Alar.

La próxima vez, ¡a por la segunda esclusa!, San Quirce del río Pisuerga...



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