Viernes, 1 de septiembre
Salgo, pasadas las 7.30 h, a mi paseo marítimo
resiguiendo la costa. Los cuervos graznan.
El horizonte está despejado, pero el lado opuesto…, parece la mano negra...
Hoy la tienda de campaña bajo el Joseín está tras el chamizo de la Cruz
Roja.
El señor del pelo blanco camina solo y hay un paseador de perros.
Hoy va a ser un día de calor…, ¿antes de la DANA…? La superluna azul
“ondea” junto al marqués.
Los dos cormoranes bucean al lado de la roca de la ballena, en el
puerto.
Saludo a Juan, el vagamundo, que ya lleva ropa de invierno.
Sábado,
2 de septiembre
Salgo antes de las 8 h, sin
lluvia, pero antes de llegar a Joseín empiezan a caer unas gotas.
Las olas rompen mal: son de
las que te dislocan la clavícula si te revuelcan. En el pinar, la policía local
ha puesto dos cintas de “No pasar” abarcando los pinos, no sé si temiendo que
el temporal derribe alguna rama. Por ahora no hay viento fuerte.
En el aparcamiento, a las 8
y 20 h, solo queda la furgoneta de Azu (cocinas y baños). La de Jardinor, o ya
ha salido o no ha venido. Sus dueños vienen a desayunar a El Pazo antes de iniciar
su jornada laboral.
En el puerto, los dos cormoranes
siguen buceando frente a la lonja. Dos niños echan la caña. “Qué esperáis coger…?”.
“Cebo vivo para luego ponerlo para pescar”. “¿Y no es aburrida la pesca?”. “Si
la gente lo hace, no será aburrido”- me dice, con toda lógica, el que parece el
“jefe”. “José, ¡trae el cubo!...”, “¡Acércame la caña!”…
Hoy el mar, cuando suba, se
va a poner bravo.
En el pueblo, Juan se sienta
en Zubiaga con otros dos del pueblo: yo creo que lo han adoptado…
Domingo, 3 de septiembre
El mar ya es mar de septiembre, como la luz.
Hoy, en la playa, un fotógrafo con trípode enfoca al pico Miradorio.
En la bajada del Paseo Jesús Cancio ha desaparecido la playera negra:
ahora, en su lugar, hay unos calcetines…
Las cintas en los pinos –me dice uno de los barrenderos- eran para
delimitar una zona de acampada para un festival [¿Beltane Fest?...] (no por la
DANA). Solo hay 2 tiendas de campaña…
De camino al puerto le pregunto a Juan si necesitaría un edredón ahora
que viene más frío, pero me dice que tiene de todo y que no necesita nada. “Gracias,
señorita”…
La chica del pelo largo sigue con sus nadadas diarias en horizontal y veo a la señora de las
orcas, que va a bañarse sobre las 8 y 20 h.
Las algas de septiembre van colonizando la orilla y el mar ha arrastrado
algunos troncos.
Dos lavanderas (pájaros) me acompañan un rato, dejando siempre la distancia de seguridad.
Lunes,
4 de septiembre
Cuando salgo, a las 8 h, ya
hace calor en Comillas. El coche está cubierto de gotas de barro y hay calima.
24 grados en Cóbreces, y 25
en Torrelavega. Va a ser infernal…
En el recorrido en tren de Torrelavega
a Santander los plumeros están en pleno apogeo. Suben por las colinas en
Peñacastillo. La Reynoutria, otra invasora, florece junto a las vías.
Martes, 5 de septiembre
Un calooorrr… En el
tejadillo de la estación de tren de Santander ha salido un plumero.
https://www.eldiario.es/sociedad/especies-invasoras-informe-ipbes-salud-humana_1_10485870.html. 37.000 especies invasoras amenazan a la
salud humana y del planeta. El ranking de los invasores más extendidos lo
encabeza el jacinto de agua (Pontederia crassipes), que es la especie exótica
invasora terrestre más extendida del mundo y ha esquilmado la pesca en el lago
Victoria, en África. La lantana (Lantana camara), un arbusto, y la rata común
(Rattus rattus) son la segunda y tercera especies más extendidas en el mundo,
con repercusiones de gran alcance sobre las personas y la naturaleza.
Miércoles,
6 de septiembre
El señor meditabundo sigue
sentado en la misma roca bajo el Joseín…, mirando el móvil.
Hoy no veo al señor del pelo
blanco. ¿Se habrá ido ya para sus lares?... El mar está bravo y las olas rompen
ruidosas.
Cerca del puerto los
buceadores se entrenan nadando un rato con una boya naranja en los pies.
Jueves,
7 de septiembre. En Soto-Iruz
A las 8 h, tras perderme por
una señalización borrosa e imprecisa, llego al convento de Soto-Iruz. ¡Ya me
acuerdo! –digo al ver el Museo del Pobre y la estatua de Juan Carlos Calderón.
De cuando hice la Vía Verde del Pas.
Hace sur (había 22 grados en
Torrelavega al salir) y el aire es templado. Lo primero abierto que me
encuentro es…¡un gimnasio!
Cojo una carretera interior
y me encuentro con un edificio de viviendas fuera de escala, que destaca por
feo y grande. Estoy en el barrio Las Fuentes.
Un poco más adelante, a la
vera de la vía verde, varias casas “nobiliarias”, casoplones con unos muros impresionantes.
Viernes,
8 de septiembre
Hoy hace algo menos de
calor. Y la carretera está mojada en Soto-Iruz. He ido a nadar a la piscina de
La Lechera media hora, antes de la
sentada de hoy en el curso Maneras de
mirar.
Tengo casi una hora para
pasear antes de las 9.30 h. Hoy cojo en línea recta hacia Puente Viesgo por el
interior desde el monasterio. Las vacas mugen (deben pedir que las ordeñen ya) y huele a caca de idem.
Llego al barrio El oro y al
cartel de Penilla de Toranzo. Las paredes de piedra están coronadas de helechos
verde claro, frescos y rozagantes.
Mientras rodeo los muros del
convento me caen unas gotas…, o me ha escupido un pájaro…
A los participantes que han
dormido en las celdas les han abrasado los mosquitos por la noche.
Sábado,
9 de septiembre
Hoy no parece haber llovido,
pero hay bruma, nubes bajas o niebla, lo que sea.
No he podido bañarme en la
piscina porque con el horario de verano abren a las 9 h los sábados (en vez de
a las 8 h), y llegaría tarde al curso. Así que paseo al fresco a primera hora
por Soto-Iruz.
A las 8.30 h el gimnasio ya
está abierto. El cartel dice: “El último que salga del gimnasio que cierre la
puerta y las ventanas”…
Esta vez voy por la carretera
general (así lo dice en la placa) hasta la gasolinera (cerrada a estas horas),
dejando atrás la frutería Cocar, con sus “campos de cultivo” adyacentes (judías
verdes, calabacines, lechugas…).
Llego hasta el cruce, hasta
la ganadería Campo La Viña y Puente Prao 127, y me vuelvo por el interior, por
el barrio de Pamarrozán (espero llegar el convento…).
El cartel de “Camino
particular. Perros sueltos” me
desincentiva y vuelvo a la carretera general. En la bajada a la gasolinera
huele a menta (de las cunetas).
Domingo,
10 de septiembre
Día nublado con el mar en
calma en Comillas a las 7.45 h. Aún no se han apagado las luces de las farolas
(lo hacen a las 7.55 h).
Las casas de verano junto a
la carretera ya parecen cerradas. No pasa ni un solo coche y solo se oyen las
olas y los piares de los pájaros.
En el hotel Joseín me dicen que
van a permanecer abiertos hasta el finde del 28 de octubre.
A la vuelta, recojo de la
barandilla 4 vasos de cristal y los acerco a El Pazo, el primer bar junto al antiguo
tendedero de redes, abierto a estas horas.
Luego bajo a la playa por la
escalerilla frente a la lonja a ver si veo medusas en la orilla, pero ni una.
Recojo varios cristales.
En el pueblo, en Zubiaga, me
compro un bocadillito de bacon y queso. El sabor del bacon turriado es el que
recuerdo de cuando era pequeña. Hacía años y años que no encontraba ninguno que
supiera igual…
Lunes, 11 de septiembre. GEA se venga
Terremoto en Marruecos, inundaciones por la borrasca Daniel en Libia y
Grecia…
23 grados, casi 24 en la terraza, en Comillas. Bufff.
Voy a Torrelavega a arreglarme los pies y ponerme a punto para el Camino.
La ciudad está llena de color.
Por la tarde -en alerta entre las 14 y las 24 h- caen varios diluvios...
Martes, 12 de septiembre
Ha debido pasar toda la noche lloviendo. Leo en el periódico que se han
inundado varias partes de Santander.
A ver si escampa un
rato para las compras que tengo que hacer. Me pondré las botas para no mojarme
los pies…
Miércoles,
13 de septiembre
A las 11 h voy a la
Fundación Gerardo Diego para una visita guiada por una selección de la biblioteca
personal del escritor: resulta muy interesante.
En el trayecto a Torrelavega
en tren, dos peregrina alemanas -dos
chicas jóvenes- se suben en Santander para bajarse en Bezana. Otra peregrina
extranjera, lo hace en la estación de Boo de Piélagos para apearse en Mogro (recuerdo que era una recomendación en la Guía
cuando lo hice yo, para salvar el puente metálico antes de la estación).
Jueves,
14 de septiembre
22 grados en la terraza a
las 7.30 h. Amanecer nublado.
Cuando salgo, un poquito
antes de las 8 h, justo se apagan las luces de las farolas.
En la orilla, un ringlero de
algas y varios perros con sus amos.
¡Ah! Pues no. El del pelo
blanco no se ha ido, porque acaba de cruzar, ante mí, un paso de cebra.
Hoy veo a Marta paseando
después de muchos días sin poder hacerlo. Siempre antes de las 9 h, que es
cuando abren la tienda.
En los anuncios de Cruz Roja
para ayer, además de alertar de las medusas, aclaran: “Si te pican, agua
salada. ¡AGUA DULCE, NO!”.
Hoy la pleamar será sobre
las 18 h y la bajamar sobre las 12 h. Ahora, la marea está bajando. Sopla
gallego suave.
De regreso del puerto, me
huele a humo de incendio mientras oigo las máquinas segadoras en los jardines.
Viernes,
15 de septiembre. El paseo mañanero te vivifica
Hoy me retraso un poco y
salgo pasadas las 8.15 h. Ya hace fresquito, pero me encanta.
Bajo el Joseín, alguien toca
la guitarra junto a un saco de dormir.
Los dos mozalbetes que van a
calamares reman desde la punta del Milladorio hacia el puerto. En el mar, tres
cabecitas de bañista tempraneros.
Voy hasta el inicio del
camino herbáceo que comienza junto a la urbanización El Castillo: el día
anterior me había sorprendido lo que la gente es capaz de hacer con tal de no
llevar la basura a su sitio. Si el “ejemplo” seguía, quería fotografiarlo.
¡Estaba!
A primera hora de la mañana
se ven todos los comienzos: los barcos que salen a faenar, los pájaros que van
a buscar comida…
Sábado,
16 de septiembre. Un paseo mañanero te serena para todo el día
Hoy, cuando salgo, aún no se
han apagado las luces de las farolas. Las nubes son de sur; y el viento,
suroeste flojo.
A las 8 h, hoy no hay nadie
en la playa: ni paseando ni bañándose. Es como si el 15 de septiembre se
hubiera acabado, de verdad, el verano.
Sobre la arena, confundo un
saco de dormir con un tronco (me pareció una momia). En la bajada a la playa
los helechos ya se han secado.
Siguen dando 21 grados a la
temperatura del mar, pero ayer me dolían los deditos de las manos…
La gente olvida, y abandona,
cosas: una silla de playa, un sombrero de paja…
Hay tanto silencio que andas
con recogimiento, saludando en voz baja y andando sin hacer ruido.
He coincidido con la chica
que nada en horizontal, de pelo largo: es muy alta. Vive enfrente del mar y
sale con una toalla de manos a la cintura.
Hoy me doy cuenta de que uno
de los galpones del puerto tiene nombre: Gaviera.
Domingo,
17 de septiembre
Cuando salgo, ha llovido y
el día está un poco negro. El mar está malo (el sonido fuerte ya me lo decía).
Las gaviotas chillan en la
orilla y el aire huele a mohítos. Hoy la bajamar será sobre las 13 h. Bajo el
Joseín las olas se reviran.
Yendo hacia el puerto, sigue
el charco que conozco desde mi infancia. Es como el de la antigua estación de
Viérnoles (ahora, Torrelavega); más bien, un socabrón…: hasta que no vino la reforma de un amigo arquitecto, no
desapareció para siempre.
Hoy hay un pescador sentado
en el muro que rodea el faro.
En la casa del ¿práctico? la
tabla de mareas de septiembre y octubre, y el aviso: “En caso de urgencia
llamar al guardamuelles de San Vicente de la Barquera. Samuel”.
Hoy la bajamar es a las
12.30 h. La pleamar ha sido a las 6.30 h de la mañana con un coeficiente de 85.
El domingo 1 de octubre el coeficiente será de 101, pero a las 5.22 h de la
mañana, y el sábado 28 de octubre, de
105, ¡a las 3.40 h de la madrugada!...
Mi hermana sigue con la huella de la medusa días después. Y aún le pica...
Viernes, 22 de septiembre
Tras
pesarme, me tomo un chocolate caliente y pan con tomate en la chocolatería
Valor de la calle Burgos. Tengo que estar fuerte para la entrevista de la radio…
Empezamos con las presentaciones del otoño.
Llego
a El Caserío, en Suances, 5 minutos antes de la hora. El mar está fatal (de
bandera roja roja) y hace mucho viento.
“Tenemos
9 minutos”-me dice Carlos, cuando me toca. “¡Pues vale!”. Convoco a todo el que
quiera a la presentación de Diarios de una arbularia el viernes 28 de
septiembre, a las 20 h, en la biblioteca Elena Soriano.
Sábado,
23 de septiembre
Por
primera vez hay menos de 20 grados en el termómetro de la terraza.
Nada
más salir, me encuentro a un amigo y colega: el caracol, con sus cuernos… al
fresco de la mañana. El mar está fragoroso. Se ve blanco por detrás del
muro del faro.
Las
escaleras de bajada a la playa desde Joseín empiezan a ser invadidas por las
ortigas. Una babosa se arrastra por las baldosas.
A
las 8.30 h, el del sombrero de cowboy baja con su mochila y su traje de baño
fosforito, en piernas: ya no hace tiempo… Y lo digo yo, que soy una calorífica
y hoy me he puesto una chaquetilla fina de manga larga. Ahhh. Va a desayunar.
La
última temperatura del agua es del día 17, domingo. Claro: ya se ha acabado el
servicio de socorrismo entre semana…
Me
encuentro a Juan, que sigue durmiendo al raso, paseando por el puerto. El
antiguo alcalde le ha dicho de ir a dormir a un sitio. “Pero tienen normas, y
yo quiero ser libre…”. El cielo está como si lo hubieran rastrillado.
Domingo,
24 de septiembre
Cada
gramo de azúcar contiene 4 calorías (un sobre de azúcar, 8 gramos, ya contiene
32).
Esta
noche he pasado frío con mi mantita: tuve que levantarme a ponerme unos
calcetines (no me puedo dormir con los pies fríos) y una chaqueta.
El
fresco de la calle me recuerda a nuestros días de colegio, en septiembre. La
luz es la luz naranja del otoño. Un chico mira al mar desde la valla blanca que
rodea el pinar.
Junto
al centro de buceo han dejado los tablones de entrada a la playa y las
papeleras: podían haberlos dejado hasta el 30 de septiembre (como también las
duchas), que es cuando finaliza el servicio de cobro de aparcamiento y la Cruz
Roja… 15 días más no es tanto…
Busco
en Google una duda: ¿Cuánto crece una zarza al día…? Hasta 7´5 centímetros. Yo
decía que, de semana en semana, crecían un metro -cuando iba a cortarlas con mi
podadera (pero medio metro sí que crecen…).
Lunes,
25 de septiembre
Cuando salgo, a las 8.15 h ya está el soplador de hojas por la avenida de España, aventándolas con su ruidosa máquina. En el instituto, los estudiantes esperan a que se abran las puertas. A algunos los veo tan pequeños…
Decido hacer la ruta por las
librerías de Torrelavega, para ver qué novedades tienen en sus escaparates con
la llegada del otoño.
12 grados a las 8 y 25 en la calle de la librería Campillo. Me llama la
atención El infinito en un junco, de
Irene Vallejo, en versión gráfica.
En el tramo recién inaugurado de la calle Julián Ceballos han plantado
arces, estipas y agapantos y han puesto bancos a su sombra.
En la otra dirección, de momento, se ve una masa negra y continua de
alquitrán. El Chema está cerrado por vacaciones hasta el martes 3 de octubre.
Tras el desayuno en Torrelavega con unas primas, nos venimos para Comillas. La playa en un día
de diario de finales de septiembre está maravillosa: poca gente, tranquilidad,
un mar asequible (aunque ya sin Cruz Roja) y calor adecuado con una ligera
brisa. Aguanto una hora.
Cohorte Cantabria alcanza los 30.000 participantes (de los 50.000
voluntarios requeridos. Yo soy uno de ellos…). Coincidiendo con "La Noche
Europea de los Investigadores y las Investigadoras" estarán el viernes 29 de
septiembre en la plaza de Pombo de Santander para informar a los interesados.
Me mandan su nueva newsletter a mi correo electrónico.
Martes, 26 de septiembre
Hoy el mar vuelve a estar
malo: se ven olas por el faro. Damn!
El cielo está hoy un poco
enmarañado. Las escaleras del Joseín, mojadas de la humedad de la noche,
rezuman: es la primera vez. También me huele a cloaca…
Por el pinar encuentro, como
en los últimos días, a la señora que pasea en bata a su perro, con un cascabel
al cuello.
Hoy no veo a Juan (quizás
esté en los aseos), pero ha dejado “a secar” su traje de baño de ayer, junto a
la pelliza y unos pantalones cortos en el respaldo de un banco.
Sobre las 9 h se nubla y la
humedad se nota más.
Por la tarde, las “chicas” de la familia subimos al mirador de Santa Lucía.
Miércoles, 27 de septiembre
Hoy el día ha amanecido brumoso y rosado. Y el mar, malo, hacia su cenit
de 114 de coeficiente el próximo viernes (estamos con las mareas vivas de septiembre).
No sé cómo le toca a la luna…
A las 8.45 h sale uno de los barcos de pesca del puerto. Espero que, al regresar,
no se bambolee tanto como ayer.
Veo el tronco que aparté con la ayuda de un chico. Pensaba -muy chulita
yo- que sería tirar de él y quitarlo como un palito, pero sola no pude moverlo ni
un milímetro.
¡Qué buena idea! En la casa que me gusta, nada más entrar por el portón,
han instalado una ducha; supongo que para quitarse el salitre/la arena antes de
entrar en casa.
En la playa, se ve la línea de la marea alta de ayer: casi llegó a la
terraza semicircular de La caracola.
Jueves,
28 de septiembre
16 grados a las 8 h. Aún
hace demasiado frío para darme mi baño diario… Voy a por el paseo mañanero…
En una esquina de Jesús de Monasterio
descubro una gaviota comiéndose un “vomitado”. Puaggg.
Voy a sacar con tiempo el
billete para Madrid y..., ¡primera sorpresa!: ponen que abren a las 7.45 h y son
las 9 h y tengo que sacarlo en ventanilla (“Es que se acaba de jubilar mucha
gente y somos pocos”…). Segunda sorpresa; han quitado el tren de primera hora de
los domingos desde Madrid. Y el de la última de los sábados. Dentro de poco,
tendré que ponerme yo misma unos ruedines…
A las 9.30 h aún están
colocando los puestos de ropa en el mercado de La Esperanza.
Tras coger en casa las cosas
de baño, salgo a tomar el bus hasta Piquío. A las 10.08 h ya hay 23 grados, al
sol.
Frente a la pérgola de Sepúlveda,
veo entrando el ferry por el canal.
Una “procesión” de mayores
cruza en el semáforo de La Magdalena. El mar está “jabato”…
A las 11 h ya estoy fuera de
la playa. Las olas eran fuertes y te enarenabas, así que entre una tanda y
otra, me he sumergido unos segundos. Una señora mayor a mi lado, se tira en la
orilla y luego me confiesa en las duchas que tiene arena “hasta en el chirri”.
Hoy me duele mucho la inserción de la tibia en el tobillo.
Por la tarde, cruzo al CDIS a ver la magnífica exposición de dos fotógrafas noruegas, Marie Hoeg y Bolette Berg.
Viernes, 29 de septiembre. San Miguel
https://www.eldiariomontanes.es/economia/cantabria-cambia-turismo-perder-753-bares-restaurantes-20230929071640-nt.html. Cantabria
cambia su turismo al perder 753 bares y restaurantes en diez años. Un estudio
de USO ilustra las tendencias cruzadas en la última década, con una mayor
demanda de alojamiento frente a la restauración. La productividad por hora
remunerada en el sector de servicios de alojamiento es de 31,5 euros, mientras
que la del sector de bebidas y comidas es de 15,8 euros, un 50% menor. La
facturación ligada a las pernoctaciones, excluidas las casas vacacionales no
registradas, se dispara un 42% en una década.
Hoy no he sido capaz de
salir a primera hora, a pesar del amanecer tan divino. Me había despertado a las 4 h y había estado trabajando hasta
las 6 h, y luego me acosté de nuevo. Pero sí que, sobre las 10 h, cojo el
petate de playa para ver la marea viva de hoy (114 de coeficiente). Anoche,
además, había luna llena…
La marea está bajísima y la
última pleamar casi ha llegado hasta las escaleras de la Segunda del Sardinero,
la playa que tiene más fondo. Hoy me baño más rato y mejor.
A las tres menos cuarto, la
salida de Santander está llena de retenciones en la glorieta de Valdecilla
norte. 25 grados en el bus a Torrelavega. 28 ya en Torrelavega. Bufff.
Por la tarde, voy dos horas
antes a Suances donde tengo la primera presentación del otoño. Dedico el tiempo a pasear por las inmediaciones de la biblioteca intentando encontrar los
viejos lugares de la infancia. Tengo que hacer trampas al fotografiar para que
no se vea lo moderno. Todo lo han alquitranado. Y lo peor es lo que está fuera de escala: en una colina están
construyendo una mole que quita todas las vistas...
En la presentación, somos pocos, pero escogidos, como siempre.
Sábado,
30 de septiembre
Niebla a primera hora. 18
grados a las 8.31 h. En el parque,
concentración de urracas y, en el suelo, las primeras castañas “pilongas”.
Antes he visto una urraca parada ante una paloma atropellada (y destripada): ¿Serán carroñeras…?
Como la piscina sigue con el
horario de verano (abre a las 9 h en vez de a las 8 h los sábados) me doy un
paseo mañanero de media hora cerca de casa de mis padres. Hay humedad. Pero no
le importa a uno que intenta hacer el pino sobre la hierba mojada, desde las
cuclillas. Alrededor del mercado de ganado el día está fantasmagórico.
Hoy -muy lista- al mirar la
App de los autobuses ALSA y ver a las 10.45 h, pensé: eso es porque está muy
cerca el de las 10.15 h (son las 10 h) y ponen el siguiente… Pero no: es el
horario de los sábados. Y tengo casi media hora de espera. La App del tren se
quedaba “pensando” en bucle y no la podía consultar. Así que…, ¡paciencia! A
las 10.30 h el día ha despejado.
33 grados al sol a las 13.31
h cuando salgo con destino al Sardinero. La Segunda del Sardi está petada, como en verano... Y es ¡30 de septiembre...!
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