El lunes, 1 de abril,
principio de mes y de semana, recomenzó el dolor. Me estaba vendando el pie
porque notaba que al acercarme a los 30 minutos pautados de andar, era como si
el tobillo derecho quisiera salirse para fuera. Pensaba que quizá el excesivo
vendaje o su apretura eran los responsables del inicio de las molestias, pero
no. Debe ser que ya se me ha pasado el efecto de la segunda infiltración, y
ahora debo esperar 10 meses dolorida hasta que haga el año y pueda infiltrarme
de nuevo. ¡Damn!
(No sé qué me hicieron en la
plantilla, pero el dolor se me ha quitado…, por ahora, aunque los tendones del
pie me molestan).
El miércoles 24 de abril, por fin, fui a comprar las
plantas. Iba con toda la caterva de consejos y recomendaciones: fibra de coco,
humus de lombriz, corteza de árbol, perlita…Cuando le expliqué a la señora el
tamaño del cubículo, lo sentenció:
“sustrato universal y humus de lombriz”. Si pones tantas capas, al final no vas
a tener tierra suficiente para que crezcan las plantas…
No tenían albahaca, pero sí
orégano y lavanda. También me llevé una acelga y una fresa. Al día siguiente,
iré por el cebollino. La espinaca, también es de hojas, como la acelga (pero a
esta ya la conozco). El perejil, otra de las recomendadas, siempre se me ha
dado fatal. Dejaré para otra vez la rúcula y los canónigos.
Como hacía mucho viento, he
decidido esperar a que esté más calmado para plantar. No vaya a ser que el aire
me lleve toda la tierra…
El
viernes 26 echo los 15 litros de tierra (sustrato universal) y el
humus de lombriz y planto mis 6 pantas: en la parte de fuera, la albahaca, el
orégano y la lavanda. En la de dentro, la acelga, la fresa y el cebollino. Aplasto
bien la tierra alrededor y, como todavía están húmedas, las riego sucintamente
para el fin de semana. Espero que no se me vuelen con el sur…
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