domingo, 29 de enero de 2023

MÁS VIAJES EN TREN: A Mar

 

Jueves, 12 de enero de 2023. A MAR

9 grados a las 9 y 23. Luna menguante en un cielo, más o menos, despejado.

¡Qué bueno…! Por la autovía, una caravana (rulot) que lleva, en una plataforma, un minicoche, supongo que para desplazarse donde se queden…

Cuando bajo en Mar, sobre las 10 h, me sale humo por la nariz (del frío…). En los campos y la pasarela metálica hay rocío. “¡El chatarrero…!”. Hacía tiempo que no lo oía. En furgoneta.

Voy a tirarme primero del lado del sol, el barrio La Cantera. Veo la flecha amarilla del Camino de Santiago (o sea que, por aquí, ya estuve).Me doy la vuelta. Cojo entonces una carretera cortada (un paisano me dice que no tiene salida) al filo de las vías. Un mimoso está preparando sus brotes para florecer en febrero, como es su norma.

Se oye el ruido de fondo de la autovía y, sobre él, el piar de los pájaros. De frente, viene un viento fresco. El camino asfaltado, efectivamente, no lleva  a ninguna parte. Bueno, sí, hasta el número 114. En la huerta, solo berzas. Huele a humo de leña.

Llegando a la estación, de vuelta, veo una casa con 5 placas solares en el tejado.

Dejo a la izquierda una carreterita en sombra y sigo de frente hacia el bar que veo al fondo, al sol. Recuerdo que ahí me tomé algo mientras hacía este tramo del Camino. Huele a colada recién tendida. Una mujer me ha informado de a dónde llega la carreterita en sombra.

Es el bar La Fuente. Menú del día. Hamburguesas -publicita en su toldo.  Hoy toca tortilla de bacalao, a pesar de ser miércoles (un cartel pone las distintas especialidades según el día de la semana). Con un cortado, me cobran 3´90 euros, pero es un pedazo de tortilla…Buenísima. La señora me dice que la ha hecho su marido. Le digo que le felicite de mi parte. “No, que se lo cree…”.

Ya restaurada, llego al final de Mar y el inicio de Bárcena de Cudón. Y entonces reconozco el sitio: yo bajé desde la iglesia/ermita que hay en lo alto de una colina, por la carretera. Me vuelvo. A las 11 y 10 h, el sol empieza a calentar.

Mar parece un municipio tranquilo, alterado -de cuando en cuando- por el-pitido del tren.

Junto a la ermita/iglesia (San Miguel, según el mapa), una casa de oficios dedicada a la rehabilitación del patrimonio arquitectónico y medioambiental (lo que antes llamaban una escuela-taller).

De frente, en un muro, junto a una mancha de hierba de campanario, una señal del Camino (en perpendicular a la que va cruzando las vías. Como todos los caminos van a Roma…). Ante mis ojos, la “masera” de Cortiguera.

Llego a una rotonda con una sirena de piedra que no recuerdo (La sirena de los ojos turquesa, de 2002, obra del escultor Salvador G. Ceballos). Como siempre, el focazo que han puesto en el centro, me estropea la foto…

Requejada, a 1 kilómetro –leo. Llego hasta la señal del barrio de Ventorro en el kilómetro 11 de la CA-232, y me vuelvo. El sol se está poniendo mortecino. Huele a hierba recién cortada (aunque ya no sea a  dalle, sino con desbrozadora). No me suena nada que la otra vez las flechas me enviaran por un caminito entre árboles…

Junto a las traviesas que enmarcan el sendero de arrocillo, una vinca per vinca en flor: me encanta esta planta. Aunque su flor sea morada… Los árboles los han dejado en muñones, con una poda salvaje. Da dolor verlos, con un extremo lleno de nudos y enroscamientos.  Menos mal que, a los alisos, los han dejado crecer libres…

Llego hasta la nave de FAED (Fundición de Aceros Especiales) y me vuelvo al tren. Son las 12 h y me duele el pie. Me meto por donde he visto salir un coche, en el barrio de El campón. Espero que llegue a la estación (resulto salir  a la carreterita en sombra del principio)…

El día se está quedando frío y las nubes se agazapan a lo lejos.

Para saber el siguiente tren tengo que leer el código QR con el móvil (no hay horario en papel). Menos mal que ya sé hacerlo y mi teléfono tiene capacidad… A las 12 y 21 h. ¡Bien! Justo a tiempo.



 

 

 

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