Hubo un tiempo en que fue jardín municipal, con árboles en cubos enterrados, pero ahora es un jardín silvestre…, lleno de vida y de plantas, que se distinguen tras las vallas metálicas.
Además de la parietaria, de
la que ya hemos hablado, una muy extendida es el Geranio de San Roberto (Geranium robertianum), con una flor
pequeñita rosa/malva. Se arranca fácil y tiene un olor extraño, un poco acre.
El tallo es rojo (en euskera la llaman zangogorri=pierna roja y, en tiempos,
también se conoció como “hierba roja”). Yo lo llamo, para mí, “perejil
silvestre”, porque la hoja a eso se me parece, a la hoja de perejil.
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