Este año es el primer verano
en el que no acudiré a ningún curso de la UIMP o de la UC. Así que el tiempo
que tengo “de más”, quiero dedicarlo a ir hacia una vida más sencilla (intentar
tener cada vez menos cosas, y la casa, “más monacal”). ¿Lo conseguiré…?
Miércoles, 3 de julio. 14 julios sin Vid
Mi hermano Carlos pasó a recogerme sobre las 5 y 20 de la mañana para ver amanecer en Suances. En la península del Dichoso no había un alma, y entre el tío Carlos, el primo Arturo y mi hermano David nos prepararon un precioso amanecer, sosteniendo la nube negra que se quería despepitar sobre nosotros...
En
Astillero, a las 10 h
¡Qué bueno! El señor con
camiseta de tirantes que mira el móvil a la puerta de la tasca Orconera, sigue
en la misma posición que hace un mes…En su camiseta, no muy
limpia, la frase “Life´s a beach” (“La vida es una playa”…).
Jueves,
2 de julio
(Vuelvo
a mis 10 minutos de balcón -tras el diario del confinamiento)…
Amanece plomizo y luego llueve. Dan entre 15 y 18 grados. Yo agradezco
el frescor: se respira bien…Hay una gota persistente que
cae por ahí y se suma al aleteo de una paloma o el runrún del tráfico, de
cuando en cuando.
Adiós a mi baño playero.
También al de la piscina… El 30 de junio me di de baja tras 17 años ininterrumpidos
pagando todos los meses, porque la empresa, cuando más lo necesitaba, se sacó
de la manga que este verano no había
excedencia veraniega y nos obligaba a pagar sí o sí…Pues va a ser que no…
En mi jardinera vertical,
entre las hojas amarillentas, empiezo a ver botones de mis calendulitas enanas.
Por fin levantaron la
camiseta del patio (o se desintegró…). Los calcetines ondean en el balcón de
las sillas de playa, hoy con las pinzas sin “inquilinos”.
También se mueven las
cuerdas de los tendederos inutilizados. En el alféizar del edificio de
enfrente, las zapatillas claras de verano han sustituido a las pesadas del
invierno. Más lejos, una toalla con los colores del arco-iris, flamea ya dos
días en el tendedero, no sé si por el Orgullo, o porque sí.
Los gorriones siguen
revoloteando como en los días dichosos en que apenas había humanos por las
calles. A los del tercero, como no lo cojan, con la humedad se les va a pudrir el tomate en la
planta…
Miércoles, 3 de julio. 14 julios sin Vid
Mi hermano Carlos pasó a recogerme sobre las 5 y 20 de la mañana para ver amanecer en Suances. En la península del Dichoso no había un alma, y entre el tío Carlos, el primo Arturo y mi hermano David nos prepararon un precioso amanecer, sosteniendo la nube negra que se quería despepitar sobre nosotros...
Sábado,
4 de julio
15´4 grados a las 7 h. El pescador que pesca siempre ya está ahí, sobre una roca.
15´4 grados a las 7 h. El pescador que pesca siempre ya está ahí, sobre una roca.
Esta noche ha helado y hay
condensación en los coches. Huele a mojado y a fresco y el día me recuerda a la
primera vez que salí de Comillas hacia el Camino de Santiago, ya en septiembre
de 2013. Los pájaros cantan, emocionados y agradecidos por el nuevo día.
Dejo atrás el barrio Velecio
hacia la “avenida de los hoteles”. Las tejas están húmedas en la sombra y
pienso que debería haberme traído un jersey finito…
La hiedra trepa por los
cables y por los postes de la luz frente a la portada de la subida a la (universidad) pontificia. Un petirrojo se
posa en la cristalera con folletos desteñidos sobre el aprendizaje del español.
¿Me acompañarán en mi última etapa hasta Santiago…?
Hoy cojo la calle Doctores
Verdeja y Meneses (la que yo llamo “avenida de los hoteles”), que hace años que
no recorro (dejo para otro día el camino a la izquierda, que va hacia el
palacio de Sobrellano).
Tras el hotel Comillas, el
Tejo (con el restaurante Gorbea). Huele a heno dulce (de unas pacas embaladas
en plástico negro).
La zona ha crecido mucho:
urbanización “La Fragua” de Solatorre; residencial Sobrellano, urbanización El
Castro…Llego hasta el final de las urbanizaciones (La Maceta) y me vuelvo por
el mismo sitio, ahora con el sol de frente. Por la carretera a La Rabia (el
paseo de Solatorre) aún están en sombra… Huele fuerte a jazmín, un olor que al
principio me gusta y luego me repele -como si pasara del dulzor a la podedumbre
en un segundo…
A las 8 h, para mí, empieza
a calentar el sol (y el movimiento de coches). ¡Vamos al baño en la playa!
A las 8.30 h, un señor con
trípode y katiuskas fotografía algo desde las rocas. Un padre y dos hijos
franceses chapotean con el agua a media cintura. Ellos también saben lo que es
aprovechar la primera hora del día…
A las 9.30 h estoy en casa:
he cumplido con mi baño diario y mi ración de sol. Les dejo la playa y el mar a
los siguientes…
“España es un grado más
cálida y un 3 % menos lluviosa que hace 50 años”- leo en la prensa. Como si yo
no me hubiera dado cuenta…
Domingo,
5 de julio
A estas horas, ves la vida
de los que son tempraneros como tú: un gato, los pájaros, un caminante, una
corredora…
A las 6.50 h aún están las
farolas encendidas, aunque el sol acaba de alzarse del mar. Este resuena más
que ayer y las olas rompen mal (son de las que te estrapallan contra la arena -las que yo llamo “rompeclaviculas”).
Cuando se ve que hay espumilla en el faro del puerto…Alguien me dijo una vez
que el mal tiempo llegaba siempre primero por el mar.
El comedor del Joseín parece
el palacio del mar del cuento (inventado) que nos contaba mi madre cuando mi
hermana y yo éramos pequeñas: tenía el suelo de cristal y, por debajo, se veían
nadar los peces de colores.
Hoy voy a hacer el “camino
de las ballenas” -según el folleto que me proporcionaron ayer en Turismo.
De hace muchos años,
recuerdo que en el camino (un sendero) interior a Concha, pasada la gasolinera,
a la derecha viniendo de Comillas (ahora ya cabe un vehículo) había una
atalaya: voy a ver si la encuentro…
Tengo que traerme las botas
de monte: el sendero es un poco pedregoso…Las bicis de montaña deben bajar
haciendo cabriolas. Las cunetas están llenas de viborera y majuelos.
Ah…, vale. Recuerdo
equivocado: la atalaya se veía desde aquí, pero está al otro lado de la
carretera…
Dejo atrás la piedra (la
roca) en Arroyo Gandarias, donde se sienta -o se sentaba- mi padre (92 años)
como final de camino de su paseo, antes de regresar.
Por la acera ahora camina
una muy cómodamente, sin jugarse el tipo yendo por un arcén casi inexistente.
Sobre un muro de hormigón, el nombre “Venta de la Vega”. ¿Habría una venta en
algún momento…?
Al final de Casasola (o al
principio, según se mire), hay un caminito que sube, a la izquierda. Voy hacia
los pilares de subida de la caloca. La atalaya tiene que estar por aquí…
Ando y ando por un sendero
de “a uno”, pero no consigo verla. Voy con cuidado porque la hierba está con
rocío y no quiero resbalar y quedarme sin mi Camino a Santiago…Cojo una subida
de tojos, ya casi dándome por vencida…, y tampoco la veo.
Soy cabezona y decido darme
la penúltima oportunidad, andando un poco más lejos por el arcén. Pero, cuando
voy de regreso hacia la carretera, la veo, al otro lado de las grúas, frente a
la universidad, en un montículo. Más cerca de lo que pensaba…Ahoya, ¡ya es
mía…!
Cuando me acerco, veo primero
los restos de una construcción, pero el camino apenas está marcado y hay muchos escajos pinchudos. Intento
rodear los restos de la ¿casa? Por el lado del mar. ¡Ahí está!
Los brezos me acarician y
los tojos me arañan. Estoy tan cerca…Solo espero que no haya garrapatas… Al
bajar de una roca, se me explota la costura de mi viejo pantalón por la zona
del muslo. Ahora ya es definitivo: me tengo que volver. Lo intentaré otro día
con pantalón largo y botas de monte. El camino está casi cerrado…
Martes,
7 de julio. San Fermín (Este año no será…)
A las 6.50 h veo la luna
llena junto al edificio blanco de los caños; es un amanecer precioso y fresco.
Hoy me voy a ir a bañar a la playa a primera hora, en cuanto desayune.
Las palomas zurean y, en el
agua quieta del charco de ayer, se refleja una ¿chimenea…? Este finde ha
brotado mi primera caléndula enana: es de color amarillo (en el sobre de
semillas pone que también las hay naranjas). Los aviones/vencejos cruzan,
veloces, por el cielo.
A las 8. 30 h salgo de casa
a coger el autobús. Las jardineras aéreas ya están escullando agua del riego
automático.
18 grados a las 8.39 h. A
las 9 h estoy en la playa. El sol ya calienta (para mí)…
El acceso que suelo utilizar
está cerrado y me mandan al más próximo. Voy al del parque infantil junto al
Cormorán, frente al quiosco de helados, a ver…Sí, aquí hay una cámara que
supongo nos va contando…
https://www.eldiariomontanes.es/santander/controla-santander-aforos-20200707202527-ntvo.html. Santander controla con sensores los aforos a sus playas. http://playas.santander.es/.
A las 10 h, tras haberme
bañado (el mar estaba bravo, con olas grandes y fuertes) y recorrido las pozas y
“socavones” de la orilla hasta la primera playa del Sardinero, subo por la
rampa que me mandan, junto al balneario. A esta hora, la mayoría de la gente está
paseando por la orilla y hay muchos surfistas en el agua. He visto bastantes
chicas.
Desde el paseo, veo cómo hacen
primero ejercicios de calentamiento para salir a nadar, con una boya, por
detrás de las olas (¡a hacer pulmones!). Parecen patitos supervisados por otros, sentados en sus tablas.
Los señores de siempre se
bañan en la playa del Camello, que ahora parece una ensenada tranquila frente a
la espuma del mar abierto.
Sobre las 10 y 25 parece que
entra la niebla y empieza a nublarse; pero también sale viento, que “sonoriza”
los chopos.
Frente a mí, una pérgola,
ailantos y chopos susurrantes. Un señor medita en un banco mirando al mar.
Quizá soñando…
Cojo el bus en Reina
Victoria 79, antes de adentrarme en la ciudad por San Martín. Las arenillas me
molestan entre los dedos de los pies…
Miércoles,
8 de julio
Día más “calimoso” que ayer,
pero bueno.
Para ser la misma hora, las
8.30 h, a mí me parece que hace más calor y aprieta más el sol… Sí. 20 grados a
las 8.41 h.
Frente a la biblioteca
municipal, ¡sorpresa! De ayer a hoy han aparecido 6 maceteros gigantes con los
colores del arco iris, ¿a tono con las baldosas…?
Acabo de ver en un anuncio
de los TUS (autobuses municipales) que existe el “personal shopper”…inmobiliario.
Paso ante el galeón al que
la gente se refiere como “el barco pirata”. A mí lo que me gustaría de verdad,
más que una visita, es salir con todas las velas desplegadas por la bahía…
https://www.eldiariomontanes.es/santander/viento-popa-siglo-20200708195033-ntvo.html. El
Galeón Andalucía en el muelle de Santander hasta finales de julio (o más).
A las 10 h ya estoy fuera de
la playa. Hoy el nordeste ha empezado a soplar antes, pero el mar estaba más
calmado y he podido coger alguna ola, tras cruzar la banda arenosa que te deja
agotado…
Jueves,
9 de julio
Amanecer calimoso...
Como impongan el uso de
mascarilla obligatoria en Cantabria en todo tiempo y lugar (yo me la pongo en
todos los lugares cerrados y obligatorios), yo me muero…; no puedo respirar
bien y siento que me ahogo, por mucho que digan que el flujo de entrada y
salida entre los poros de la mascarilla es fluido. No sé si será mi capacidad
pulmonar o la sensación de asfixia que me recuerda a cuando tuve tres o cuatro
años (por un garrotillo- me dice mi madre), y que aún recuerdo.
Creo que, antes de pagar
justos por pecadores, deberían multar a todo aquel que participa en botellones
y fiestas incontroladas o que no mantiene distancias de seguridad. Pero si vas
por calles sin nadie, a primera hora, o cruzando en Z cada vez que ves a
alguien… Para mí es como otro confinamiento.
https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/revilla-plantea-mascarilla-20200709195006-ntvo.html. Revilla plantea la mascarilla obligatoria
aunque se garantice la distancia social. El 13% de los cántabros confiesa no
usar nunca este sistema de protección.
Salgo
sobre las 8. 30 h. Cuando voy por la mitad de mi calle, me digo: ¡Andá, la
mascarilla!...- como aquel famoso anuncio de los donuts. Menos mal que ya
siempre dejo una nueva en el bolso, en el coche, en la bolsa de la playa, en la
de la piscina…
21
grados a las 8.43 h. Más calor y, el viento, también antes. ¡Odio el aire
acondicionado! En el TUS pretenden criogenizarnos…Me anillo el fular en torno a
la garganta y saco mi pañuelo castañero
para taparme los oídos.
La
niebla “polvosa” ha tapado el sol. A las 9.30 h las nubes casi copan el cielo. Apenas
se bañan una decena de personas, pero muchas pasean por la orilla en hileras de
hormigas. El sol yo diría que está un poco picón
(cuando dicen que anuncia tormenta).
En
uno de los accesos han roto el precinto y un señor se cuela para bajar por las
escaleras más próximas al recinto de palas.
A
las 10 h, no sé si es por la marea alta, me parece que hay bastante gente. Como
no tengo costumbre de venir a esta playa, no sé si es lo habitual…
No
sé cuántas escuelas de surf puede haber, pero creo que he contado más de media
docena de grupos distintos.
Viernes,
10 de julio. 6.30 h. 20´6 grados. Noche tropical
Los sonidos y los ruidos son
distintos aquí: excepto los pajarillos, el mar, las voces de los jóvenes que
vienen del pueblo y se quedan abajo, hablando en el bar, el tractor que limpia
la playa…
Las imágenes, también son
diferentes: los 3 faros, con sus luces que se encienden y apagan con diferentes
ritmos; el horizonte, la playa, las terrazas de los bares, el aparcamiento…
Hoy la bruma está en Suances
y, la luz, hacia San Vicente.
6 y 20 h. Precioso amanecer
y los jóvenes dando alaridos por la playa. ¡A su bola…!
Salgo a las 7.15 h en busca
de los lavaderos de Rubárcena y Trasvía. 17 grados, sin viento.
En el Paseo Manuel Noriega
me encuentro a una habitual de la playa a primera hora de la mañana. Se ha
sentado a descansar en un poyo y me dice que “a ver si llega, por lo menos, a
ver el mar”…Los tres meses de confinamiento le han mermado mucho…
En el asubiadero junto a la
señal de Rubárcena, el cartel “Recuperación de lavadero”. Sin más. ¿Significa
que con las piedras del lavadero han construido el asubiadero…? En el mapa de
rutas aparece en un camino transversal/perpendicular a la carretera general,
pero ¿a qué distancia…? ¿Doscientos metros, dos mil metros…? No costaba tanto hacer
una buena señalética…
En mitad de la subida, mis
amigos los cuervos madrugadores. Frente a ellos hay un camino de hierba pisado
y abandonado. ¿Será el que lleva al lavadero…? ¡Pista falsa! Ando un poco más,
y me vuelvo. Ya lo intentaré en coche…
Cruzo en el paso de
peatones, junto a El Galeón, hacia el que me dijeron era el antiguo camino de
Trasvía a Comillas, antes de la actual carretera. Tampoco pone nada…Ahora es el
barrio Sobrellano. 1 kilómetro a 30 con reductores de velocidad (los rompesuspensiones). Voy en busca de la
“piedra de ánimas”, donde las mujeres de Trasvía me dijeron que descansaban con
el féretro en el camino al cementerio.
El arboreto “El Joyucu”,
además de precintado, está hecho un bardal (sin segar y con los bancos
ennegrecidos por la humedad).
¿Será esta, bajo un roble…?
Tiene toda la pinta…Además, está a mitad de camino, antes de abordar el último
repecho…
Llego hasta La Cotera, y me
vuelvo. Al entrar en casa, escucho de una terraza a otra: “No he visto a nadie
que use una mascarilla 4 horas, y la tire…”.
6.30
h.
En mi móvil dan lluvia y temperaturas entre los 16 y los 26 grados. Bufff. A
las 10 y 21 es la marea alta.
Sobre las 7 h llueve y cojo
el coche para buscar el lavadero de Rubárcena. Pero, al poco, desisto: la carretera es muy estrecha y no
veo ningún cartel.
Decido ir a por el de
Trasvía. Fotografío la Fuente Santa (de aguas férricas) junto a la casa de
Begoña, cerca del restaurante El Mirador de Trasvía. Tampoco hay un cartel
explicativo…Me vuelvo de vacío.
11h. Esto es lo que encuentro en apenas 200 m de la subida hacia el Marqués. Y es de anoche, o del finde, porque las cunetas están recién segadas...Martes,
14 de julio. Santander
19 grados a las 8 y 10.
Me voy a la podóloga con el
petate de la playa. Así, cuando salga (mi cita es a las 8.30 h y no suelo
tardar mucho), me voy directa a la playa a por mi baño diario, para no perder
tiempo en volver a casa.
Pero, entre pitos y flautas (estudio
de la pisada y molde para plantillas nuevas…) se me hacen las 9. 30 h cuando
cojo el bus en el Ayuntamiento.
El barco “pirata” sigue en el
muelle y, en el cielo, hay nubes: unas, más rasgadas; otras, más compactas. En
una farmacia de Puerto Chico, leo: 25 grados (a la sombra). ¡No puede ser…!
Es cierto que hay piedras en
la segunda del Sardinero, tirando hacia el Chiqui, pero no sé si saldría más
barato quitarlas que rellenar con arena… El agua me parece más fría que en días
pasados: he de sacar las manos (mis
dedos es lo más delgado que tengo…) fuera del agua, porque me duelen…
A las 10.30 h., de camino
hacia la playa del Camello, cuatro cormoranes descansan sobre una conducción de
cemento, tomando el sol.
A las 10.45 h, ya está más que
mediado el aparcamiento. El sol calienta pero bien…, aunque a los “palistas” habituales
no les importa coger ¡una bonita sudada!...
Los guardianes de la playa
están en sus sitios, con su uniforme gris, buscando la sombra más cercana para
pasar su jornada laboral.
https://www.eldiariomontanes.es/santander/nuevos-guardianes-playas-20200712194126-ntvo.html. Los nuevos guardianes de las playas. Desde las 10.30 horas hasta las 18.30. Se
les reconoce por el polo y la gorra grises. Y 12 informadores dentro de los arenales. Se les
reconoce porque visten polo y gorra blancos...
Cojo el bus de vuelta frente
a la playa de Peligros. No va nada lleno. Supongo que más tarde irá siendo peor…
https://www.eldiariomontanes.es/santander/regreso-playa-marca-20200713174754-nt.html. El aforo de los autobuses al regresar de las playas.
Sobre las 11 h, cuando me bajo en Jesús de Monasterio, se nubla…
Jueves,
16 de julio. El Carmen, sin procesiones
Antes de las 6.30 h un
montón de jóvenes -sin mascarilla (es
obligatoria desde ayer)-, ya está vociferando en la playa. Y como si nada…
A las 7 h salgo -en coche-
hacia Ruiseñada (“el río de la enseñada”), a 2´5 kilómetros de Comillas.
Aparco frente a la iglesia
en un aparcamiento con una entrada más estrecha que la puerta del cielo.
Solo se oyen los cuervos y
los campanos de las vacas. Huele a heno.
Recorro la iglesia
(parroquial de San Adrián) alrededor, por el camino de guijo, entre traviesas
de ferrocarril, y de norte a sur.
En tiempos debieron hacerse
en el pórtico (con losas de arenisca, sostenido por columnas - según consta en
el cartel a la entrada) reuniones vecinales, sentados sobre los bancos de piedra
adosados a las paredes.
De finales del siglo XV, con
pasadizo de acceso y portada ojival, con capitales tallados y una benditera muy
erosionada (vuelvo atrás tras leerlo: no
me había dado cuenta).
A las 7.45 h el sol se cuela
entre las nubes. Las cunetas húmedas están plagadas de ortigas y salicaria.
Las garcillas bueyeras
revolotean alrededor de las vacas mientras un martillo pilón deja oír su eco.
El Palacio no sé si es un
barrio o las ruinas junto a una casa de labranza. Sale una brisa muy agradable…
Viernes,
17 de julio
Hoy salgo casi a las 7.30 h.
Anoche no he dormido bien: tuve una pesadilla y estuve un rato con la luz encendida ( para no volver a soñar lo
mismo, que no recuerdo qué era…).
Ha amanecido un día gris
lleno de nubes, a pesar del “huevo frito” que daban en la tele…
¡Qué aficionados son los
pájaros a posarse en las alas del ángel del cementerio…! Huele a hierba recién
secándose y al olor dulzón de las flores del aligustre.
Saco una foto que titulo –
en mi pensamiento- “Paisaje con mascarilla”. Pero, ¿tanto cuesta tirarla al
lugar adecuado…? Hay una papelera a 50 metros…
Las correhuelas han empezado
a trepar por la valla metálica del inmenso jardín particular.
Dentro de Comillas, y fuera
del centro, han pintado caminitos para los peatones. ¡Bien…!
Hoy es viernes,
día de mercado, y están montando los puestos en la campa del palacio de
Sobrellano, ahora llena de furgonetas.
Como se me han olvidado los
bastones, hoy cojo carretera arriba, dejando la senda de guijarros y los
caminos boscosos para otros días.
De repente, oigo el sonido
del agua gorgoteando. La veo un poco más arriba, junto a una hierba de
Santiago, despeñándose por una rejilla.
Las moras y los frutos del
majuelo empiezan a engordar, y a enrojecer, en algunos casos.
Cuando salgo a cielo
abierto, estoy junto a una finca esquinada llena de palmeras y palmitos (ni que
estuviéramos en Elche…).
La universidad pontificia
luce magnífica tras una casa de labranza que sale de una roca.
Y llego al bosquete de
pinos, que era una excursión frecuente cuando mis padres, y sus hijos, éramos
“jóvenes”…Como siempre hemos tirado hacia la derecha (la Ruta a Ruiseñada),
decido hoy ir hacia la izquierda.
Lo primero que me encuentro
es un depósito de agua potable (agua de consumo humano), lleno de artilugios.
La construcción, por lo que
veo estos días, no se detiene. En muchos chalés, he visto coches de
mantenimiento de jardines, limpiezas generales o pequeñas obras de puesta a
punto. Y siempre agapantos, muchos agapantos…
Al bajar, leo el nombre del
camino: Paseo del Grañón. A ver dónde llego…
Mientras bajo, veo unas
cuantas “casitas de nada”…Enfrente, la colina del asilo. Llego justo por detrás
de El Capricho, de Gaudí (como sospechaba), en el barrio de Sobrellano. Salgo,
ya en la carretera general, a la carnicería Ramón y el restaurante La Fuente
Real (fundado en 1855).
Sábado,
18 de julio
Salgo sobre las 7.15 h, con
el sol ya elevado del mar y un viento cálido. Grupos de jóvenes se distribuyen
por portales, la estatua del marqués y la pasarela a la playa.
El sol ilumina El Capricho
entre los árboles, mientras la brisa agita las hojas de los chopos. Se oye
algún campano, un graznido de cuervo y la campana del reloj de la iglesia indicando la media.
Desde la carretera veo el
bosquete de pinos donde estuve ayer. Hoy intentaré otros caminos.
En la subida al palacio de
Sobrellano (luego leo que es el Paseo de Mª Luisa Bru) quedan restos (en forma
de bolsas de plástico) del mercado de ayer: la campa aparece limpia, pero las
cunetas y la finca al otro lado de la carretera…
En el camino (a la
izquierda) de guijarros, por detrás del palacio y la capilla, un cartel
advierte: “Por este camino NO se va a Sobrellano ni a El Capricho”. Podían
haber puesto el símbolo de carretera cortada (la “cerillita”- que decimos en
casa…). Dos puertas metálicas cierran el acceso a un sendero de monte y a unas
casas.
Luego, cojo a la derecha de
la carretera, por detrás de una secuoya? Enorme, un camino de tierra alfombrado
de hojas secas.
Lo primero que me encuentro es
una roca horadada, una especie de cueva. Tenía que haberme traído la
podadera…Ramas flexibles de laurel caen sobre el camino.
Veo una bosta de vaca,
¿camino ganadero…? y la puerta/portada que vi ayer: el camino se une con el que
yo vengo. Laureles, helechos…
Salgo de nuevo a la
carretera, pero una pista asciende por la colina, en paralelo. Me llevo unas
cuantas telarañas. Puaggg. Y llego a una especie de descansadero donde acaba
todo. Buscando veo que se puede seguir, bajando, pero no quiero romperme una
pierna sola por el monte…Así que vuelvo atrás para salir a la carretera que
llega a la finca de las palmeras y palmitos.
Antes de llegar al bosquete
de pinos me encuentro con dos “colgados”, uno con una litrona en la mano y el
otro con gafas de sol, cogidos por los hombros.
-
Buenos días -les digo.
-
Buenos días, me dicen, arrastrando la voz,
mientras se sonríen tontamente.
De ayer a hoy han segado la
pradería frente al “pinar”. Hoy cogeré el ramal de la derecha para bajar por la
primera bajada que encuentre e irme a bañar al mar. A las 8.30 h el sol
calienta bien.
Los maizales ya están a
media altura y las hojas del fresno parece que aplauden con la brisa. En una
ladera, la vaca con el campano.
Por fin llego a un cruce
donde se señala la ruta a San Esteban, pero yo me tiro hacia la derecha, a
donde oigo los coches por la carretera general a La Rabia.
Salgo a Rubárcena, pero ni
rastro del lavadero. Como no quede en el camino a San Esteban…
Mientras vuelvo, con el sol
de cara, por el Paseo de Solatorre, pienso en los versos del Cantar del Cid:
“Polvo, sudor y hierro/ el Cid cabalga”…
Domingo,
19 de julio
A las 6.30 h ya hay
grupillos de jóvenes intempestivos en la playa. Y a las 7 h…
Cuando yo voy, sobre las 8
h, a bañarme, de “regalito” han dejado un botellín de agua, una botella de
ron…, y una mascarilla usada…Siempre pienso: si son capaces de portar botellas
o latas llenas, ¿no lo son de depositarlas, vacías, al menos en una papelera...? (ya no hablo de dejarlas en su contenedor o de llevárselas de vuelta a
casa...).
Noticias
en la prensa
España necesitaría 8.500
rastreadores (al menos): tiene 3.500. Lo óptimo sería uno por cada 5.000
habitantes (ahora, 1 por cada 12.000).
Ya se han superado los 500
contagios diarios y los 200 hospitalizados, señal de alarma para el Ejecutivo.
Martes
21 de julio. En Aguilar de Campoo
He llegado pronto a Aguilar
(9.15 h) y, hasta las 10 h, el bus no recoge a los integrantes del XII Taller
Didáctico del Románico (durante diez años, muchos han sido compañeros de
excursión…) en el Monasterio, así que ¡voy a ver a mis huertanos en el Paseo
del Monasterio…!
Los plátanos del paseo
tienen oidio y una segadora (o lo que sea) hace un ruido infernal en la finca
enmurada. La temperatura, de momento, es muy agradable, con una ligera
brisilla.
La primera visión de la
huerta (en realidad, dos), desde un gordolobo, me parece chiquita…Como si se
hubiera reducido…
Oh, sí. Ya solo queda una
parte; la otra está abandonada…
En la huertita acaldada, una
fila de habas, otra de coles; judías verdes, guisantes, patatas, puerros y
cebollas, calabacines, lechugas, acelgas, pimientos (a veces, tan solo unas
pocas plantas).
En la finca hecha un bardal:
amapolas, hierbajos varios, achicoria, avena loca… Y creo que la flor es de
cebollas respingadas.
A las 10.15 h, le encargo a
Fernando en la charcutería de la plaza, 4 quesos de un kilo, para pasar a
recogerlos luego. Hoy es día de mercado en la plaza de España. Hay gente (no sé
si tanta como otros días…).
-
Se está bien ahora, ¿verdad…?
-
Ahora, sí- responde la tendera a su clienta. (Aún
no pega el calor de mediodía…).
Decido hacer primero el
Paseo de las Tenerías, tras cruzar la Puerta del Hospital junto a la colegiata
de San Miguel. Aviones/vencejos pían y vuelan sobre el río (Pisuerga) mientras
los aspersores refrescan las orillas.
Mi “casa de las lavandas”
sigue hermosa: aún no han alcanzado su cénit, pero ya construyen una buena
barrera malva que destaca de la piedra.
Poco a poco van saliendo
nubecillas, no sé si preparando la tormenta de esta tarde…
Un árbol (¿sauce?) está
desgajado en mitad del río: parece una boca abierta de cocodrilo o la cabeza de
una serpiente, con su legua bífida…
En el puente de madera, dejo
el Paseo del Coto para hacer el Paseo del Loco (al otro lado del río, donde
está el monasterio de Santa Clara).
Sobre las 11 h ya empiezo a
cojear, así que decido hacer una visita a Mónica en El 37, recoger los quesos,
y ya.
En el Paseo de la Cascajera,
junto a la Puerta del mismo nombre, la terraza del Nuevo Omega, en sombra, está a tope. ¡Vaya! El 37 está cerrado… Y yo
que venía porque el día de mercado Mónica solía hacer muchos pinchos distintos…
Me voy al de al lado (porque
necesito ir al baño) y me tomo un té. Pregunto y el dueño me confirma que está
cerrado (problemas familiares…).
Fernando me aclara que ambos
huertanos están bien, pero que los meses de confinamiento han hecho
mella…Además de los quesos, me llevo un kilo de cerezas locales (pequeñas pero
dulcísimas) y un par de tomates de un color que no he visto antes, para probar.
En la calle del Puente, veo
una nueva clínica dental (que no recuerdo del año pasado), y un salón de
peluquería con solárium vertical. En deportes Artiza, con un corazón en el
escaparate, agradecen la vuelta de los clientes (tras el confinamiento).
A las 12.15 h ya estoy en
camino, de vuelta; he decidido llegarme a Valderredible, mi valle favorito, en
el sur de Cantabria. La vegetación está lujuriosa; todo salvaje: hierba de
Santiago, brezo…Y las pacas redondas de hierba, que me encantan.
En Polientes, donde estuve
hace años trabajando como monitora, siguen los dos supermercados, la panadería,
la tienda de golosinas, La Olma y el Demetrio…La posada El cuartelillo viejo yo
creo que es nueva, lo mismo que el bar La parra.
A las 13.30 h voy a comer el
menú al restaurante La Olma: ensalada campera
(piriñaca con patata) y ternera en su jugo. Yo lo recordaba más rústico
(ahora, las sillas son de plástico, aunque continúan las mesas de madera
sólida).
Dos hombres se sientan a
comer:
-
La ensalada campera…, no llevará espárragos y
cosas de esas, ¿no…?.
De segundo, ambos piden
lechazo, sin dudar.
La ensalada campera está muy
buena: con aceite fuerte, lleva -además de patata cocida- mucho atún, tomate,
zanahoria rallada, “palitos de mar” y aceitunas verdes y negras.
En 15 minutos se han llenado
las 8 mesas. A unos que venían sin reserva les han sentado en una mesa
reservada para las 15 h (ahora son las 13.45 h).
Con el calor que hace, unos
han pedido alubias. ¡Bufff!. Una pareja, con una niña pequeña sentada en la
trona, que chilla como un hámster, debe ser sorda. El vocerío es
indescriptible. Esto es un pandemoniun…
Apuro la carne asada, un
poco dura, aunque las patas fritas de sartén, están de vicio. La buena fama de
las patatas de Valderredible, supongo…
El pudin, que me recomienda
la chica, me lo como en un santiamén para escapar, cuanto antes, de ese
griterío. A las 14. 15 h ya estoy en el
aparcamiento.
Decido volver por la otra
salida/entrada a Valderredible: por Ruerrero y el puerto de los Carrales. La
carretera de montaña es una sinfonía de morados
(los de los brezales) y está aún más comida por la vegetación que la
anterior (los peones camineros tienen mucho trabajo…). Helechos, “sombrillas”,
salgueras…, han colonizado el asfalto, naturalizándolo.
Un poco antes de Cabañas de
Virtus, las nubes empiezan a amenazar por el horizonte. Pero los parapentes
sobrevuelan el pantano, ajenos a Mordor.
En lo alto del puerto de El
escudo, junto al cartel promocional de Cantabria Infinita, un grafiti añade
“Infinitos plumeros”. Que quede claro…
Ya en Ontaneda (25 grados a
las 16 horas), me recuerdo a mí misma que prefiero subir El escudo, a bajarlo.
Por si hay otra vez…
Miércoles,
22 de julio. En Comillas
Salgo a las 7 y 20. Bruma y
bochorno. Huele a hoja húmeda y a arizónicas de cierre.
El paseo a La Rabia, a la
izquierda de la carretera, flanqueado por plátanos, ha sido de las mejores
cosas que pudieran hacer (aunque hay que ir pendiente del enlosado porque las
raíces lo han elevado por tramos…). Menos mal que advierten del “firme
irregular” (pero los carteles son de vuelta del paseo, no de ida…).
Rioturbio, 2´5 kilómetros.
Ruta De mar a montaña, leo.
La primera finca a la
derecha (Gerra Molino) la vimos en un curso de jardines, y es impresionante.
De frente, otras dos fincas
particulares (con seguridad y alarma, y hasta perro…).
La carretera sube entre un
túnel de vegetación: musgos, helechos, laureles, avellanos…
En una curva del camino,
entre los pinos, la ría.
Subo, hasta que me canso (una cabaña con unas cabritas).
Mañana, vendré en coche…Mientras descanso antes de bajar, un chaval en patinete
eléctrico, me sobrepasa con su casco mientras hace vídeo con el palito…Cosas
veredes…
Jueves,
23 de julio
Hoy, cojo el coche para
intentar localizar el lavadero de Rubárcena en la carretera a San Esteban.
Tras dejar atrás el
puentecillo que lleva a Rioturbio (una garza real se alza de entre la marisma),
cojo la carretera a San Esteban; pero tras pasar unos maizales más altos que
yo, comienzan unos baches que se pueden tragar el coche, y decido volverme.
Huele a marisma y a pis de vaca y a heno asilado.
Decido entonces terminar el
paseo hasta la bolera, que dejé incompleto el otro día. Pensaba dejar el coche
en el aparcamiento junto al restaurante de las patatas paja, tan añoradas, pero
no sabía que fuera privado (una banda y un cartel lo advierten). Lo dejo fuera,
mientras voy andando los 200 metros que me faltaban. En el remanso, una docena
de patitos deja una estela mientras nadan en formación.
Viernes,
24 de julio
22 grados a las 6.30 h. Unas
chicas fotografiándose en la orilla y gritando. Luego, música de bachata, alta…
Salgo sobre las 7 y 20 h. El
cielo está amenazante (ha llovido esta noche), así que decido hacer el camino
entre los dos puentes (el de la Rabia y el del Capitán) por tramos, e ir, con
el coche, de uno a otro aparcamiento.
El ambiente ahora es cálido,
y la luz en la marisma, maravillosa. Sobre la marcha, cambio los planes: no
quiero que me cambie la luz…Dejo el coche tras el puente de la Rabia, en el
primer aparcamiento, y voy costeando hasta la “casa de las calabazas”, y más
allá, hasta el puente del Capitán, antes de coger la carretera de Oyambre.
Entre tanta belleza, lo
único que discordaba eran las papeleras a rebosar…
Sábado,
25 de julio. Santiago
A las 2 de la mañana, gente
sentada en la heladería, charlando…
A las 4 h, el tractor
limpiando la playa…
A las 6. 30 h, vociferando
los que han pasado la noche en vela…
Salgo a las 7.15 h…y se me
olvida la mascarilla. Voy a dejar una permanente en los bolsillos del chaleco…A
volver otra vez…
Va a hacer un día “de
vitigudino”: un calorrrr (aunque ya ha salido el nordeste).
Doy la vuelta al camping,
que está dormido a estas horas, por la calle Antonio López (hay muchas
caravanas, o me lo parece a mí…, y la gente está bastante separada).
Luego, cojo el antiguo
“Camino de Rovacías”, ahora calle Doctor José Ortiz de la Torre. Han pintado un
camino de peatones en la subida/bajada. Por la carretera general pasan dos
beodos, arrastrando sus voces, con esa música machacona (para mí, insufrible...¿Por qué me obligar a oír su música...? ¿Acaso yo les obligo a oír la mía...?).
A la derecha del jardín, en
la curva, una de mis casas favoritas, construida en diferentes alturas, aprovechando
los desniveles del terreno.
Entro en el jardín, plantado
por la escuela-taller. Una farola solar destaca sobre la hierba recién segada.
¿Por qué ponen plantas pinchudas junto a un camino para que se nos metan en los
ojos…? ¿Acaso piensan que no crecen…?
El “arrocillo” resbala que
te matas: menos mal que llevo los dos bastones…Entre las plantas silvestres:
equisetos, correhuelas, centáureas, hierba de Santiago, salicaria…Entre las
plantadas: pinos, palmitos, arces, fresnos, araucarias…
El camino baja serpenteando
la colina, en Z, como nos enseñaron a subir/bajar cuando hacíamos montañismo.
Bajo la pérgola, un estanque. Y, al
final del camino, ya cerca del puente, unos eucaliptos impresionantes.
Si quieres hacer el camino
de subida desde el puente, puedes optar por el camino de guijo a la izquierda
(siempre pensé que era una pista para todoterrenos que bajaran de Rovacías) o
por el de hierba, a la derecha, que se transforma en “cementado” a los pocos
metros y, de nuevo, en camino herbáceo.
La hierba de los pordioseros
ya está en flor. También veo milamores, llantén, hierba de campanario y ortigas. Hacia la mitad del sendero se ha
abierto una grieta de unos 30 centímetros, un argayo porque la ladera se desliza.
Una bandada de alegres
jilgueros cruza de un laurel a otro. Ya casi al final, huele a hierba recién
segada (uno de mis olores favoritos).
Vuelvo por el mismo camino:
me merezco un buen baño…Llegando a la fonda La Colasa, me llega un olor a
quemado: concretamente, a papel quemado. Espero que no haya un incendio por
ahí…Todo el pueblo huele a quemado y se oye la sirena de una ambulancia. Espero
que no sea nada grave…
Domingo,
26 de julio
Hoy no tengo mucho tiempo y
salgo un poco al albur, a donde me lleven mis pies…
7.30 h. y ya 21 grados.
Anoche me acosté a las 2 de la mañana, porque los vecinos, que se han puesto
ventanas de tres cristales para no oír a los clientes de las terrazas de los
bares de abajo, se pusieron de tertulia en su terraza…
El pescador que se mueve por la orilla ya está y hay un
paseante junto al faro del puerto.
Hoy no hay rocío (o
condensación) sobre los coches. Mirlos,
gaviotas, palomas y urracas son los pájaros que más se ven. Junto a las
¿golondrinas…? de los cables de la luz.
Voy hacia el Joseín y luego
hacia el puerto por arriba. En una hora, encuentro 3 mascarillas abandonadas…
Lunes,
27 de julio. En Santander
Para hoy -según mi móvil-
dan despejado con intervalos nubosos y una temperatura entre 19 y 24 grados (los
24 ya los tengo yo dentro de casa a pesar de haber dejado todo abierto por la
noche…).
19 grados a las 6.30 h.
21 a las 8 y 12 cuando voy a coger el autobús para darme mi
baño diario en la Segunda del Sardinero.
En la parada del bus, tres
mujeres latinas comparten información sobre ayudas, trabajo, la parada más
cercana… "Trabajar y trabajar: eso es lo que nos toca a todas…”.
En la pantalla junto a El Cormorán,
informan: Segunda del Sardinero. Grado de ocupación: 2 % [sobre las 8.30 h. Marea
alta].
Hoy me toca salvar la banda
de arena. Hasta que me cubre, me parece que tengo que andar kilómetros…
Una hora más tarde, cojo el
bus de vuelta frente a Sepúlveda (la estatua del cantante, bajo una pérgola). Aquí
pega el sol, pero luego el camino se sumerge en las sombras.
Me echo hacia atrás en el banco
– para apoyarme sobre el cristal caliente- y, con los pies colgando, tomando un
baño de sol, estoy en la gloria mientras viene el autobús…
Martes
28 de julio
Amanece oscuro, pero hay 21
grados a las 6.30 h. Cuando subo las escaleras mecánicas hacia General Dávila
para ir a la piscina de los Salesianos, a las 8.30 h, hay 22 (para mí, calor).
Es el primer día que voy.
Aunque abren a las 9 h, el
que me tiene que cobrar el ticket está haciendo una ronda por las
instalaciones (según me dice con cachaza un ¿monitor? que zascandilea por la
zona sin hacer nada). Llega a las 9.15 h y, cuando me quejo, se disculpa (algo
había fallado y dice que me podía haber atendido el “zascandileador”...).
Voy a la clase de Aquagym de
las 9 h y luego nado unos largos, paso por los chorros del spa y ando por el
pediluvium. Cuando salgo, el chico me ofrece un pase gratuito para otro día
(“Que te has perdido media clase de aquagym”…). Me parece un buen gesto…
Cuando salgo, está lloviendo
-como anunciaban. Me dejo caer por la primera calle que desciende.
Miércoles,
29 de julio
7 h. Nublado. Humedad: 88 %.19
grados. Pero dan hasta 23. Luego, estará “parcialmente nublado”, pasando por “mayormente
nublado”…
Esperando que haya un poco
el sol, salgo a las 8.30 h a coger el bus a la Segunda del Sardi, para mi baño
diario. 22 grados a las 8.36 h. Bufff.
Antes de entrar en la playa,
descubro el monumento “A los que hablan en voz baja”. ¡Qué maravillosa
dedicatoria…”. Los árboles “sisean” con el viento entre las hojas.
El viento es norte y solo
hay un 1 % de ocupación. Al menos, no tendré que pasar la banda de arena: el
mar hoy está detrás…
En la orilla, lo que parecen
hierbas o algas delgaditas en montones, mezcladas con basura humana: plásticos,
envases, tapones…, y una mascarilla, ¡cómo no!, testigo de los tiempos…
Luego, me voy andando hasta
la primera playa y sigo andando, por arriba, hasta el monumento a Sepúlveda en Reina
Victoria. Hoy canta una canción triste, acorde con estos cielos grises...
19 grados a las 5.30 h…y
llegaremos a los 32 sobre las 17 h (según mi móvil)…A mí hoy la calle no me ve el pelo…
Salgo a las 8.15 h, con el
sol ya “salido”. 21 grados a las 8 y 25 h.
El bus lleva el aire
acondicionado que nos quiere criogenizar…Me pongo la chaqueta del revés y me
doy tres vueltas a la garganta con el fular. También me tapo los oídos con mi
pañuelo, estilo “castañera”. Con las arenillas, las
sandalias de agua me han hecho rozadura en los dedos y me escuecen un poco.
La marea hoy está bajísima. Entrando
a la playa (la Segunda del Sardi), descubro el busto del poeta José Luis Hidalgo (No lo había visto antes…). Estamos
al 2 % de capacidad, pero toda la gente está concentrada en el paseo por la
orilla.
Tras
el baño
Subo por la primera playa. Quiero
ver la plaza de Italia, con una parte ya reformada y otra por terminar.
https://www.eldiariomontanes.es/santander/debate-santanderino-nueva-20200729195644-ntvo.html. El debate santanderino de la nueva
Plaza de Italia.
Lavandas?,
hierba ¿de la que se desenrolla…?, bancos de madera - que van a durar un
telediario- tamarindos y losetas. Muy bonito para la inauguración, pero para un
mantenimiento sostenido…Muchas de las plantas -incluidos tamarindos- ya se han
secado.
En un camión, distingo geranios y romeros para poner en los
cuadros, que ahora solo contienen tierra y “malas hierbas”. Demasiado
pavimento -me parece a mí.
Hoy ya no saldré más…https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/calor-hara-subir-20200730182225-ntvo.html. El día en Cantabria: Playas llenas y superados los 40 grados en el
interior.
Al final, no hubo galerna...
Viernes, 31 de julio
Al final, no hubo galerna...
Viernes, 31 de julio
23
grados a las 8.40 h. Para mí, calor. El cielo está encapotado, pero voy a darme
mi baño diario. El agua, un poco más fría que ayer; pero te deja la cabeza
fresca y despejada.
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