Hoy hemos empezado a medio
gas (no por nuestro entusiasmo, sino porque ha habido gente que continúa con vacaciones de navidad y no ha venido a
clase…).
Un pajarito nos había chivado de qué iba a ir el ejercicio de hoy. Por
mí, como si nos lo hubieran dicho dos semanas antes: yo siempre lo pienso en el momento.
“Buscad un motivo sencillo,
figurativo o abstracto, y representadlo de diferentes maneras en 12 cuadritos,
jugando con las texturas, los materiales…”. Además, el resultado total tenía
que ser armónico y equilibrado. ¡Casi ná…!
Al principio, pensé en un
pájaro (con mi pez no podía competir con el de la profe), pero luego recordé una foto que había hecho en Navidad de una urraca de
perfil en un árbol de copa, en esqueleto, y me dije: “¡Eso voy a hacer!”…
Pero, como siempre, mi
atolondramiento, me hizo medir mal y en vez de 3 X 4 rectángulos, había hecho 3
X 3, o sea, 9. “Pues yo ya no lo repito…. Haré 9, más grandes…”.
Para los dos primeros, elegí
mis fondos favoritos, en acuarela: turquesa y naranja. El primer árbol lo hice
en acrílico verde, y el segundo, con una tiza de sanguina. La urraca, en boli y
rotulador negro y blanco. La verdad es que como más resultones
quedan es en fotografía: parecen algo. Al natural, se ven un poco más pochos…
El fondo del tercero, creo
que es acrílico y, el árbol, acuarela. Para el cuarto, le dije a Sonia que iba
a intentar la “acuarela pura”. “Primero, pinta el rectángulo solo con agua…”.
Me dio más instrucciones, pero le dije a la profe que ¡paso a paso!, que era mi
primera vez de acuarela pura... Una vez humedecido el papel, mojé el pincel en agua y
acuarela roja, y empecé a dejarlo correr …Como queda todo desvaído,
parece del mundo de los sueños…
El resto de los rectángulos:
uno a lápiz con la palabra urraca; otro con lápices de colores. Uno con fondo
de témpera rojo al que Sonia me sugirió que difuminara el tronco con el dedo…Otro,
donde solo echo agua en el tronco y las ramas para pintar luego a acuarela (la
mayoría, sugerencias de la profe…). Para el último, abajo, a la izquierda,
Sonia me dijo que buscara un color fuerte. Pues azul marino. Y el árbol, en
blanco acrílico. Al final, hay variedad, pero sigo pensando que están más bonitos
en foto (Sí, ya sé que la urraca parece cualquier cosa, pero ni siquiera la he copiado -no tenía la foto a mano-: es como recordaba en mi imaginación...).
La gente de clase, muy imaginativa:
barcos, máscaras, soles, flores, palmeras…
Los peces de la profesora ya juegan en otra liga, claro...
Miércoles,
15 de enero
Hoy, la propuesta de Sonia
era “a voleo”…”Elegid tres números, del 1 al 6…”. Cada uno pertenecía a una
columna de su cuadernín: dos eran objetos y, el tercero, la gama en la que
debían estar. Por ejemplo, a mí me toca jugar con un huevo, una flor y la gama
de frío y caliente. Las permutaciones varias incluyen: peces, caras, tazas,
arañas o manzanas; campo, casa, árbol, números y luna. En rojos, azules,
verdes; colores calientes, fríos, o fríos y calientes. … "Intentad que sea algo creativo y con
humor…”. “A poder ser…”- me digo yo, que lo veo claro enseguida: un huevo de
los de cáscara roja (la gama cálida) como centro de la margarita azul (la gama
fría). Ay, pero que la gente no ve un huevo, sino el botón de oro en otro
color. “Pues escríbele dentro “Soy un huevo”- me anima Sonia. ¡Dicho y hecho!
Ahora no hay duda...
Como me parece que la hoja
queda muy vacía, decido pintar una segunda opción: un huevo frito con puntilla.
La yema la haré densa, en acrílico amarillo, para que den ganas de mojar en
ella. Como la clara es azul, necesito que se noten las puntillas. “¿Blanco o
negro…?”- le pregunto a Paloma, a quien tengo a mi lado. “Blanco”. Así que, con
mi rotulador, marco el perfil de la clara. Pero siguen sin notarse las
puntillas. “Haz un poquito de entrantes”- me sugiere Paloma, quien también me
ha dicho que “en la acuarela (ella ya es maestra), lo más importante es cogerle
el punto al agua”. Ahora, creo que ya sí se adivina que es un huevo frito con
puntilla. Pero, por si acaso, en rotulador negro, escribo al lado “frito”.
Paloma, con su combinación
de “casa, más pez, en gama fría”, ha dibujado una cabaña de la que salen peces
por la chimenea. Muy imaginativo.
Recorro la mesa a ver qué
han hecho las demás…Encuentro otro “huevo más flor”, que ha sido abordado de
una manera totalmente distinta. Hay una casa con manzanas, en gamas cálidas,
que parece de Magritte; árboles con peces en distintos tonos de verde…
Como aún me queda tiempo,
Sonia me dice que elija lo que quiera de su lista para hacer otro dibujo. Cojo
la luna y la manzana en colores cálidos y fríos. Ya sé: pintaré una “luna de
sangre” en la que los morros sean una
manzana granny Smith. Le hago un ojo con las pestañas muy largas en rotulador
negro y, como esto de poner caligrafías, me está gustando, le pongo en la otra
cara de la luna (“hay que compensar”- dice siempre la profe), en vaivén, la
frase “luna coqueta”. Creo que ha quedado bonito, pese a que sea muy sencillo.
La foto a vista de dron no
la puedo hacer hoy porque hay gente que no ha terminado, y otras se han ido
antes. El próximo miércoles…
Leído
estos días
https://elpais.com/cultura/2020/01/09/actualidad/1578585325_165215.html. El placer del arte para nuestro cerebro. La ciencia investiga la base y el sentido biológico de la experiencia
artística, más allá de los beneficios reconocidos.
https://www.eldiariomontanes.es/cantabria-dmoda/moda/sabes-color-pantone-20200115131522-nt.html. “El color del año 2020, el '19-4052 Classic
Blue' del pantone…, un tono azul
atemporal y duradero elegante en su simplicidad”. ¡Qué bien! Voy a estar de
moda. Es mi color favorito…
Miércoles, 22 de enero
La
propuesta para hoy es MUY difícil: “Vamos a trabajar un paisaje en línea
y otro [el mismo] en mancha, y con un solo tono…”. ¡Y se queda tan pancha…! El que
ha traído la profe de muestra está hecho con boli, tinta y rotulador rojos. No
sé qué me voy a inventar. O, más bien, qué voy a copiar…
Rebusco
en las estanterías a ver qué encuentro; no tengo imaginación para dibujar algo
de la nada. En un libro de Renoir encuentro un paisaje que me gusta. Como en mi
librería de referencia no tenían tinta china, lo haré con lo que tengo. Decido
usar el color verde: boli, lápices de colores, témpera…Voy a prescindir de los
acrílicos, por esta vez.
Divido
en dos la página del bloc y empiezo por el dibujo “con línea”. Menos mal que me
lo aclaran: yo pensaba que línea eran "rayas", pero -y según un dibujo aclaratorio de Van Gogh-, también
incluye círculos, puntos… (todo lo que no sean “manchas”, vamos).
Tras
hacer un ligero boceto a lápiz, empiezo a siluetear con el boli verde. Luego
añado en dos tonos los lápices de
colores y, el cielo, que es bastante grande, decido hacerlo con témpera.
Sonia me riñe, un poco; me dice que busque “la expresión de la línea”. ¡Cómo si
yo supiera lo que es eso…! Creo que quiere decir que no corra tanto y solucione
tan rápido...
Al
final, parece que no ha quedado tan mal. Ahora, lo mismo a mancha, con acuarela.
Los pinos piñoneros me parece que están
logrados: parecen pinos piñoneros. Paloma, queriendo mejorarlos, me enguarrina
a los dos más pequeños. Trato de arreglarlos cuando se secan, pero ya no son lo
mismo: han dejado de ser pinos piñoneros… Ella ha empezado por la mancha, que
es lo que más le gusta. Tiene un pincel largo y fino que dice que se llama “ramero”,
pero yo no me atrevo a preguntar en la tienda, a ver si me dan una mala
contestación…”Tú pregunta por un pincel de pelo largo”- me dice la profe. Es
que los que tengo yo, de cuatro duros, dejan unos manchurrones…No son para
trabajos finos.
Cuando
lo doy por terminado, Sonia me sugiere que ponga alguna sombra a la montaña y
alguna pincelada más en el suelo del primer plano. Eso hago y Paloma me dice
que ahora ve la montaña "en relieve".
Pues
pese a todo y lo difícil que me pareció al principio, aún me queda una hora de
clase. Decido empezar otro dibujo inspirándome, una vez más, en Renoir. Esta vez
elijo el color rojo. Es un cuadro donde el pintor se pinta a sí mismo pintando,
junto a una valla de madera, rodeado de vegetación y casas bajas.
De
nuevo, empiezo por la línea (yo es que soy más de línea; siempre lo he sido). El
rotulador rojo casi está seco así que lo tiro. Cojo la caja de lápices de
colores y voy trazando diferentes tipos de líneas que, como recordábamos de
parvulitos, eran: recta, curva, mixta, quebrada, ondulada y espiral.
No
tardo mucho, pero, ay, que ya me queda poco tiempo y odio dejar inacabados los
trabajos (prefiero que me sobre tiempo a que me falte). Lo haré más liviano…
Así
y todo no me da tiempo a acabar (y como no me llevo a casa la "maleta", que pesa como una piedra, no lo podré terminar. Damn!). Bueno, el próximo día…
Y esto es a vista de pájaro...
Miércoles, 29 de enero
Hoy,
cuando Sonia explicó el ejercicio, fue
la debacle: todo el mundo quería irse a su casa… “Tenéis que dibujar un
sentimiento…, y que las demás lo adivinen…”. Bufff. Paloma me decía luego:
¿pero era una idea o un sentimiento…?
La
profe había escrito unas palabras que formaban el mensaje que ella quería
comunicar (que ya no me acuerdo, pero era algo así como ¿las edades del
hombre…?), todo como muy aleve y muy ligero (había viento y hojas volando…).
Yo
empecé a estrujarme la cabeza: ¿Y qué pongo…?..., hasta que se me encendió la
bombilla como en los tebeos. Ya sé: quiero comunica el placer de andar. Desde
ahí llegué a mi lema: “Andar es vivir” y ello me llevó a su vez al sol (que
siempre tenía que pintar, de pequeña, muy amarillo, en todos mis dibujos. Y si
no tenía amarillo, en naranja), el verde de la hierba, los árboles, las
montañas…
Como
no era capaz de extraer una imagen, en abstracto, de mi cabeza, Sonia acudió en
mi ayuda. Puso en Google “mujer andando” y aparecieron cientos de fotos.
Seleccioné una y en ella me inspiré, porque lo de pintar de la nada, sacándolo
del magín, no es lo mío. Boceté rápidamente y luego me puse con la acuarela,
que me está encantando…
Acabé
enseguida y…quedaba más de una hora. “Hala. Pues haz otro…”. Como había elegido
para el primer dibujo un sentimiento positivo, pensé en una emoción negativa
que pudiera pintar con colores oscuros.
Estaban
hablando en clase de experiencias de autostop en la juventud (lo que pillé,
porque suelo estar a lo mío, totalmente ensimismada) y del miedo a lo que hay
debajo del mar…
Entonces recordé uno de los pocos sueños -en este caso,
pesadillas-, que no he olvidado nunca:
adolescente, yo sola en casa, en Barreda,
nadie en los alrededores y, al
final de la calle, alguien que se acercaba (como una especie de frankestein o
de monstruo o de hombre malo). Luego, lo asocié al miedo a nadar sobre zonas
con rocas en el fondo, porque siempre pienso que un tentáculo me va a agarrar
un pie y, finalmente, la experiencia de mi primer viaje a Inglaterra con una
maleta de 20 kilos, para todo el curso -sin ruedas-, que fue el peor de mi vida
(Me sentí una inmigrante total: nadie me entendía, nadie me ayudaba, no me
hacían caso…).
Para
rizar el rizo, como a la profe le gustan tanto las grafías, escribí “Pesadillas”
en rotulador negro y letra temblona, como si fuera un episodio de las historias
para no dormir de Narciso Ibáñez Serrador.
Al
dar la vuelta a la mesa, todas habíamos elegido como primer dibujo un
sentimiento bonito, amable, positivo. Claro, puestos a elegir, yo prefiero
hablar de mis virtudes que de mis defectos…
Estas son algunas de las cosas que se hicieron…
La vista del dron...
https://elasombrario.com/herbarios-imaginados-dejate-abducir-plantas.Herbarios imaginados.
Y los colores de mi calle, en obras...
Miércoles 5 de febrero
La
semana pasada, Isabel había traído una idea que podía estar bien: tras recortar
una imagen y pegarla en su cuaderno, la había interpretado en sus gamas y
luego, ido más allá, como si se hubieran despegado algunos elementos y hubieran
tomado vida propia o se hubieran independizado (eso entendí yo, al menos…).
Así
que, esta vez (la primera que vengo con algo pensado), me traigo de casa una
foto que me gustó y fotografié de una revista de modas -mientras esperaba al
dentista- (aunque no tiene muchas gamas…), y ya sé incluso cómo la voy a “independizar”:
haciendo ojos por todos lados a la manera de Dalí…Muy inquietante…La profe va a
flipar…
Cuando
Sonia ve mi foto, me dice: “Te va a costar sacar esa gama…”. Es una gama como
de grises, a excepción del gorrito, que es rojo. Como si fuera una foto en
blanco y negro a la que hubieran coloreado un elemento.
Yo,
pongo un chorrito de cada primario de acrílico en mi plato coloreado y comienzo
a mezclar hasta que el pincel se me queda todo emplastado. Previamente, he esbozado
a lápiz la cara de la modelo y su escorzo (el movimiento de su pichi, un evasé???,
fue lo que me determinó a seleccionar la foto).
Empiezo
por el vestido, que me queda de un morado oscuro. En cuanto al gris del jersey,
me sale bastante azulado (la profe no me lo pasa. “Eso necesita más blanco y
bla, bla, bla…”). Ella misma se pone a sacar el tono para que lo vea.
Luego,
me pongo con mi idea maravillosa: la de una cortina de ojos a modo de collage. Recorto
entre los que me había traído, los que son en blanco y negro y los pego…a la virulé, como caen…, y me parece que
quedan bien…
Vuelvo
a pintar mis dibujos en el tono apropiado (ya en su segunda o tercera capa/mano)
y, como he tapado los rasgos a lápiz, los resalto con rotulador negro. Además,
le añado a la foto primitiva unas pinceladas en malva, como si fueran pestañas
o el flequillo de la chica. Creo que me ha quedado ¡espectacular!…
Sonia,
pese a mis errores de gama, se queda obnubilada. “Pero qué creativa es mi niña”…,
o algo así, me dice.
Como
ya he terminado con el ejercicio de hoy, bajito, le pregunto si ya sabe qué
vamos a hacer la semana que viene (Soy como mi padre, que todos los días,
cuando mi madre se acaba de levantar y aún está un poco aceporrada, le pregunta: “¿Y qué vamos a comer hoy…?”- como si algún
día se hubiera quedado sin comer…
En
ese momento, me comparte que tiene varias ideas, pero mientras busco algo en lo
que inspirarme para la próxima hora, me adelanta: “Tenéis que buscar colores y
una forma que os defina (simbólicamente)”.
Rápidamente
me pongo a ello: recorto varias cosas que me gustan de unas revistas y las
combino con unas forma redondeadas (el sol, la gama de naranjas) y el azul marino de las olas, el mar y los
barcos de vela, junto a la música de películas. Termino rápido. Yo es que tengo
como visiones. Me dicen algo y, en un momento, lo veo. ¡Yaaaa...!
Como
ya he resuelto el ejercicio del próximo miércoles, Paloma me encarga que la
defina yo. Promete no enfadarse si el retrato es desfavorable…
Además,
tengo las sugerencias de Sonia para ilustrar un relato que me ha encantado de Emilia
Pardo Bazán (El encaje roto). Yo,
como ignorante total, trataba de reproducir el texto -exactamente- en la imagen,
pero Sonia me ha dicho que el ilustrador ha de ir “más allá”.
Además, he
aprendido que si inclino las líneas, “todo se tumba” (Por eso, el novio, en vez
de parecer de pie, de perfil, parece tumbado en el pasillo de la iglesia, como
las chimeneas de mis dibujos infantiles…). Yo, había puesto la palabra “clavo”
junto al clavo, por si alguien no se daba cuenta, pero no sabía cómo representar
el encaje roto. La profe me ha dado unas ideas buenísimas: si me da tiempo, las
pondré en práctica.
Dando
la vuelta a la mesa, he visto ilustraciones extraordinarias. ¡Puffff!...
Y los colores de mi calle, en obras...
Miércoles 12 de febrero
Hoy llevaba ya todo medio
hecho: No me pude resistir y, tras buscar una foto de un encaje para
reproducirla en el dibujo, la noche anterior lo dejé resuelto.
Claro, que no sé si resulta demasiado abstracto...He pedido por ahí que me reconstruyeran el cuento a partir de la ilustración, y las preguntas han sido: ¿el casamiento del diablo...? ¿el de los puños rojos es un boxeador...? Es que no están preparados para ver arte...
También llevaba
ya medio acabada la “semblanza visual” o autorretrato de Paloma. Había impreso
todos mis bits y solo me quedaba ensamblarlos
y dotarlos de “unidad en la diversidad”. ¡Que pedante parezco…! Pero es lo que
dice siempre Sonia, la profesora…
Cuando llegamos, le dije a Paloma
que no podía sentarse a mi lado porque no quería que lo viera antes de tiempo. Así
y todo, con los acrílicos en ristre y la cartera de mis útiles, me hice una barrera que ni la muralla china.
En un momento de epifanía,
se me había ocurrido dibujar espirales para significar el misterio que siempre le
gusta representar a Paloma (para que no se me olvidara -las neuronas se me caen
a puñados,- la había dibujado en la parte de atrás de las hojas impresas.
Como sus colores favoritos -según los dibujos últimos- eran/son verdes y azules, pues mezclé mis acrílicos
y me puse a pincelar espirales y líneas
onduladas (que también le iban bien).
Cuando lo vio, casi se
desmaya… (de gusto). A punto estuvo de caerle una lagrimilla. Se lo regalé,
claro. Si un día me hago famosa, puede que ahí tenga un capitalillo…Pero amigas
varias, no os pongáis a la cola, que esto no se va a repetir…
Como Paloma y yo ya habíamos
acabado el ejercicio de autorepresentarnos (e incluso de representar a otro), la
profe tuvo que pensar rápidamente un ejercicio alternativo. “Vais a trabajar
los grises…Cogéis una imagen chillona y le quitáis saturación”... Esto, que
parece estar en lenguaje críptico, en cristiano, es: “convertir los colores brillantes
en pasteles”. Se puede bajar la intensidad del color con blanco, pero (si no he
entendido mal), como los colores no saturados son los que más se acercan a los
grises, puedes tener varios matices de gris e irlos añadiendo al color
brillante (¿Lo he dicho bien Sonia…?).
Me puse a buscar mi lámina
en el cuaderno de anillas de los Impresionistas que rueda por clase. Yo nunca
busco nada determinado: es el cuadro o la foto el que me llama y me dice que lo
escoja. En este caso, fue una lámina de una mujer de tres cuartos con un
vestido ceñido en malva y una especie de boa de tul en amarillo.
Primero lo boceté a lápiz y
luego empecé a hacer mis mezcolanzas en el plato multicolor. El pincel hacía
chof-chof como si estuviera en un charco de barro (me encanta). Cuando se secó la pintura,
resalté algunos rasgos con rotulador negro y creo que me quedó muy de cartel de los años 20.
Luego, me puse a ver lo que
hacía la gente. Somos lo más creativo de este mundo…
Viernes 21 de febrero
Esto es el “más difícil
todavía…”. El título ya lo decía todo: “Luz y saturación de un color…”.
¿Ehhhhhh…? Se trataba de empezar con un color muy saturado (sin nada de blanco) y luego lograr un gris
que le equiparara “en luz”. “Pero profe, ¿eso no es muy subjetivo…?” – le pregunté
yo. “¿Y cómo sabemos qué gris es el que le equipara en luz…?”- a mí no me
quedaba nada claro. Sonia decía que ella nos lo diría, y que -con el tiempo-
nosotras también lo sabríamos. “Pero, ¿cuánto tiempo…?”. Eso ya no nos lo dijo…
Yo empecé por mi acrílico
azul y, como me gusta fabricarme mis colores con los tres primarios, comencé a
mezclar hasta conseguir varios tonos de gris. “¿Cuál es el que tiene la misma
luz, profe…?”. Cuando me lo dijo, me puse a mezclar mi azul con el gris y a
irlo aclarando/degradando hasta conseguir el primero (el gris que tenía la
misma luz que mi azul). Pero no es nada fácil y, por el medio, me salieron
varias bandas fallidas. Me dio igual: le puse unos peces rojos y ¡a otra cosa,
mariposa!
“¿Por qué no lo intentas con
tu naranja favorito, que te gusta tanto…?”- me sugirió Sonia.
Así que escribí en la
cabecera de mi hoja: “¿Qué gris tiene el naranja…?”, y mezclé amarillo y
magenta hasta que el tono de naranja me plació. Y ¡otra vez el proceso! Este me
costó más: al final, tuve que poner unas flechitas, en rotulador negro, para señalar los aciertos
frente a los fallos…A Paloma le había sobrado un verde muy bonito y brillante,
que le daba pena tirar y decidí hacer los peces de este color. Ella dice que
quedan mejor en los grises, pero a mí me gusta más el de la banda naranja...
Aún me sobraba tiempo…”Pues
ahora, con el verde…”. ¿Qué gris tiene el verde…?, y a repetir la operación. Me
copié la definición que Sonia nos dijo de “saturación”: “Es la pureza del color
respecto al gris, y depende de la cantidad de blanco que presente”. Ahora, me
queda ya más claro (je,je)…
Aún tenía minutos antes de
que acabara la clase. Como la profe nos había avanzado de qué iba a ir la
siguiente sesión (“un dibujo que vaya perdiendo saturación hasta llegar al
blanco y negro”), y tenía una foto que me gustaba y había recortado, me puse a
bocetar a lápiz al personaje: un atractivo Vincent Cassel (al que parece que le
han sacado las muelas del juicio - como Cher se quitaba costillas-, para hacerle el rostro más afilado y anguloso).
Mi idea era convertir su camisa amarilla en un degradado en bandas hasta legar
al blanco y negro. ¡Una idea brillante…!
P.S. La foto de dron no he
podido hacerla porque aún no había terminado todo el mundo. A cambio, algunos
trabajos de mis compañeros…
LEÍDO
ESTOS DÍAS
https://elpais.com/cultura/2020/02/12/actualidad/1581514149_630969.html. El
jardín del Prado (Espasa), de Eduardo Barba, un recorrido por el Museo del Prado de flor en flor.
Miércoles, 26 de febrero. Día del
degradado
Hoy tenía mi dibujo de partida
hecho (a lápiz). Ahora tenía que “desaturar” el color de la camisa (amarillo)
hasta llegar al gris que le igualara en luz. “¿No es eso, profesora…?”- pregunté
como una repelenta niña Vicenta. “¡Muy
bien!”…
Empezando por la izquierda (su
hombro derecho), pinté primero una banda en amarillo puro, el más saturado. En
mi plato multicolor, había creado varias muestras de gris para que Sonia me
dijera cuál lo igualaba en luz (para mí es algo marciano: yo no lo veo). Cada vez, Sonia me decía: añade más
blanco. Hasta que, por fin, conseguí el gris perfecto. Ahora podía empezar a
mezclar mi amarillo con el gris para hacer bandas cada vez más descoloridas
hasta llegar al gris del hombro izquierdo (a mi derecha).
El primero me quedó bastante verdoso y a Sonia casi se le salen los ojos de las órbitas al verlo. “Eso hay que arreglarlo”. Lo arreglé -como pude- y un poco a trompicones, más mal que bien, terminé mis bandas. Luego, le pinté la cara en rotulador negro y un poco el contorno y algunos detalles, y ya. Ejercicio terminado.
El primero me quedó bastante verdoso y a Sonia casi se le salen los ojos de las órbitas al verlo. “Eso hay que arreglarlo”. Lo arreglé -como pude- y un poco a trompicones, más mal que bien, terminé mis bandas. Luego, le pinté la cara en rotulador negro y un poco el contorno y algunos detalles, y ya. Ejercicio terminado.
Yo pensaba que este era el ejercicio
de hoy e iba a hacer mi segundo del mismo tipo, pero la profe dijo que pensáramos en un objeto para sobredimensionarlo. A la
manera de la pintora Georgia O´Keefe.
Si no lo entendí mal, se
trataba de agrandar un detalle hasta que dejara de ser eso para ser otra cosa. Es
que la profe hoy ha venido muy Bergman (el director de cine)…
Mi primer diseño “O´Keefe”
fue una foto de mi oreja agrandada, pintada en naranja y azul. Di con ella una
vuelta a la mesa a ver qué sentimiento les despertaba y si sabían qué era. Solo
Rosario lo acertó y dos me dijeron que les comunicaba energía y fuerza. Yo, si
lo hubiera visto de nuevas, hubiera dicho que era un tronco de árbol seco en
mitad de la noche. Es decir: había perdido su identidad (de oreja), que era lo
que pedía Sonia. Pero, por lo visto, no había llenado toda la hoja, así que debía
ponerle un marco para que lo llenara todo. Le dibujé uno a rotulador, y ¡listo!
Para el segundo, me inspiré
en un cuadro de un libro de arte (era un calabacín- pero no se lo digáis a
nadie. Bueno, el culo de un calabacín).
Me fijé, sobre todo, en las listas de su piel, en verdes distintos. También lo
agrandé, como si lo viera a un microscopio
con un zoom enorme. E hice la vuelta
al ruedo. “¿Los pelos de una fregona…?”. Pero, otra vez, no había ocupado la
hoja entera y que se saliera por los bordes…Y, de nuevo, a ponerle un marco
externo…
Cuando volvíamos a casa de clase, paramos
en una frutería. Paloma se llevó una cebolla roja y aplastada para su dibujo. Yo
iré esta tarde al super, a ver si encuentro algo que me inspire. Esta vez
llenaré toda la hoja…
P.S. La gente hoy ha hecho cosas preciosas...
P.S. La gente hoy ha hecho cosas preciosas...
La tarde del mismo día que
terminamos la clase anterior, me compré un calabacín enano, redondo, para
ampliarlo. Le hice una foto con el móvil y la agrandé lo más que pude…hasta
desfigurarlo y que pareciera otra cosa. ¡A ver si Sonia esta vez está contenta
conmigo…!
En clase, la verdad es que
ya cada una pinta lo que quiere: como cada una va por una cosa…Yo me puse con
mi calabacín. Primero, lo dibujé a lápiz, grosso modo, y luego empecé a mezclar
los colores en mi plato hasta hacer una pasta de acrílicos (que es lo que me
gusta…).
Aunque me quedaban un par de
hojas en mi segundo cuaderno, decidí hacerlo en uno nuevo, tamaño cuartilla (si
no, tendría que volver a dibujar un marco a mi cuadro… porque llenar una hoja
tamaño folio de pintura… es mucho).
Cuando lo enseñé, pensando que
nadie lo adivinaría…, lo adivinaron. ¡Qué rabia! Eso era que no lo había hecho
todo lo bien que lo tenía que hacer…
Entonces, me puse un a zangolotinear y a ver
lo que estaba haciendo la gente, cada uno a su aire (esta es la clase de la
libertad absoluta...).
Como Martamante nos había
propuesto una tarea, le pregunté a la profe si podía hacerla, aunque no fuera
de clase. Cuando me dio permiso, me puse a ello. Dibujé a Sofonisba a lápiz (tiene
unos ojos saltones de calamar…) y le dije a Paloma que me hiciera una foto en
la misma pose que en uno de sus autorretratos: mirando a cámara, en posición
tres cuartos y con el pincel en la mano. Yo ya tenía mi idea: En casa, me
recortaría a tamaño diminuto (para no hacer desmerecer a la pintora
renacentista, que es la importante) y luego pondría la frase de marras en
rotulador negro alrededor de la silueta (Sonia siempre nos dice que juguemos
con la tipografía…). Creo que no me ha quedado mal. A ver qué le parece a Marta…
Aún me quedaba tiempo, así
que me puse con otra de mis fotografías, para los momentos de “intervalo”,
mientras espero al próximo ejercicio de la profe.
Sonia nos ha adelantado lo
que será el trabajo de la próxima semana; menos mal que yo no trabajo en casa;
si no, ya lo traería hecho…
“Vamos a ir un paso más allá…”.
Ahora se trata de “cambiar la identidad del objeto”. De acentuarlo y ayudar a
que se parezca a… lo que hayamos decidido que sea. Por ejemplo: decido que el
culo de mi calabacín es una plaza de toros o un estanque…, y actúo en
consecuencia: le pinto un toro o un pez.
Aún nos queda el tercer paso
(todavía más allá): ver cosas en una mancha (o sea, como si interpretáramos los
dibujos del test de Rochas (Rorschach)
-supongo…).
Nosotras es que entramos a
todo…
Estos son algunos de los trabajos que he visto... A ver si adivináis qué son.
Gracias al libro El jardín del Prado, he descubierto a la
fotógrafa Pilar Pequeño y al pintor holandés Adriaen Coorte. Sus flores y
bodegones tienen que ver con el taller de Sonia, así que…
Miércoles, 11 de marzo. Un paso más allá
Hoy nos tocaba “el paso más allá”. Como Sonia no me dejaba pintar sobre mi dibujo anterior, decidí utilizar una foto que había encontrado por ahí de unos erizos en una cesta.
La creatividad, cada una en su casa, ha sido maravillosa...
Aisladas. o juntas, somos la bomba...
Hoy nos tocaba “el paso más allá”. Como Sonia no me dejaba pintar sobre mi dibujo anterior, decidí utilizar una foto que había encontrado por ahí de unos erizos en una cesta.
Los di la vuelta a ver si me
daban alguna idea…, y vi ¡fuegos artificiales! Ya lo tenía. “¿Lo pinto con acrílicos
o con acuarela…?”- le pregunté a Paloma,
que estaba a mi lado. “Con acuarela, sin
duda”. Ella es toda una acuarelómana. Le encantan. Así, además, utilizaría por primera
vez mi pincel ramero (de pelo fino y
largo) que, además, me costó un congo
(ni que tuviera oro incorporado…).
Terminé enseguida: unas
pinceladitas por aquí, otras por allá, en distintos colores, como los erizos de
la cesta. A la profe le pareció incompleto. Y a Paloma, también. “Pero ponle un
fondo, ¿no…?”. Bueno, pues un fondo. Dos tonos de azul para el cielo de la
tarde-noche, y ya. “¿Qué tal ahora…?”.
Como me quedaba mucho
tiempo, me puse a buscar otra cosa entre los folletos y libros de arte que
pululaban por las baldas. Porque no me vale cualquier cosa: tengo que verlo. Paloma
me ofrecía fotos y motivos, pero eran muy difíciles para mí. Claro, como ella
es toda una maestra…
Al final, lo encontré: un
dibujo de Warhol, el de Marylin [Monroe]. Recordando la vez que pinté a Gary Cooper
en un escorzo imposible, y el consejo de Sonia -“dale la vuelta”-, hice lo
mismo: lo puse cabeza abajo y, ¿qué vi…? Pues varios lagos en mitad de un marjal.
Ya había cambiado la identidad del objeto: donde Warhol había puesto ojos, nariz
y boca, yo veía el lago Titicaca.
En el lago más grande, pinté
con mi pincel ramero, en acrílico blanco, un cisne, que es como un dos, que a Paloma
le encantó. “Pinta otro pequeño”…Como me lo decía con la voz del Principito: “Píntame
un cordero”, pues lo pinté. Pero yo siempre prefiero más quedarme corta que
larga. “Creo que deberías ponerle un fondo…”. Paloma, cuando se pone, es
insaciable. La profe también lo creía. Pues ¡hale!... Cogí un fucsia o un
granate y rellené el fondo. ¡Ahora sí que quedaba bonito…”.
Aún había tiempo hasta que
se cumplieran las dos horas de clase: El día anterior había iniciado, por mi
cuenta, (no era un encargo de Sonia), el retrato de Maurín. Había algo extraño
en el rostro. pero no acababa de verlo: eran los ojos. Los rectifiqué y ahora sí
que se me parecía. Decidí ponerle un poco de color al lápiz, pero con cautela:
un poco de acuarela gris para el pelo, un tono naranja para la cara, y la
chaqueta, negra. Ay, pero que lo cogió Sonia y le dio un viaje…Rojos, azules,
morados… “Hay que atreverse, jugar, probar…”. (Ya, cuando uno sabe…, pero ¿y si
lo guarreo…?).
Aunque ya no es solo mío, el
retrato - con el arte de Sonia- quedó precioso…
P.S. Hoy éramos pocas y cada
una estaba en lo suyo. Menos Paloma, que -luego me dicen a mí-, pero ya ha terminado el ejercicio del próximo
miércoles: a partir de manchas, se ha inventado otra cosa…Esto...
LEÍDO
ESTOS DÍAS
https://elpais.com/internacional/2020/01/29/mundo_global/1580320254_763838.html. Hallada la vista más antigua de Venecia en el
diario de un peregrino.
Miércoles, 18 de marzo. Confinadas en
casa por el coronavirus
Hoy no teníamos taller, al
menos en el centro de Perines. Pero la profe no nos ha dejado desasistidas y,
por el grupo de wásap, ha mandado la tarea (el ejercicio) de hoy…para que la
hagamos en casa.
Las instrucciones por el móvil
eran muy difíciles…: Dos colores…, realizar manchas…, hacer una composición…”Pero,
¿no era echar manchas y luego buscar un posible dibujo interpretándolas…?”-le
pregunté a Sonia, casi gritando, por mi wásap. “¡¡¡Pues eso he hecho yo….!!!-
me respondió, entre exclamaciones. A ver qué pensáis vosotros viendo las fotos.
¿Os parece fácil…?
El caso es que yo, en estos
días caseros de marujeo obligatorio, había encontrado mis cuadernos de dibujo
de la adolescencia. En una de las láminas, amarillentas y con pintas de humedad
de más de 40 años, había unas manchas de pintura (que no recuerdo ni cómo
surgieron ni cuándo fue).
Le di vueltas a la hoja
hasta que me pareció ver unos mosquitos y una libélula (a la bola azul que se
descolgaba del cielo, de primeras, no lograba sacarle ningún parecido…). Ya sé:
pintaré un burrito en el medio, como si le fueran a atacar y transformaré la
libélula en una dama sofisticada y alada.
A ello me puse con fruición
en el rincón pictórico que me he creado en la cocina, sobre el hule – con animales
de granja- de la mesa. Primero dibujé a
lápiz el burro y completé mi libélula hembra. También les puse a los mosquitos
una especie de picos de succión. Luego, fue el momento de estrenar mis
acuarelas nuevas (todo mi material está confinado
en el cuartito-almacén de UNATE) y mis pinceles nuevos.
Al burrito enano, decidí
pintarlo en gris Platero. A la libélula, le planté una melena rubia años 50,
unas antenas y unas bonitas y coloridas alas. Se lo mandé por wásap a mi
profesora: “¿Ya vale… o le hago un fondo…?”. Sonia me dijo que lo completara un
poco más, que hiciera más manchas…Pero no se me ocurría nada (lo que sí tuve
fue una iluminación y vi en la bola azul ¡el coronavirus! Lo pinté de verde,
como vi en una foto en el móvil, y le pinté las patitas). Después, me puse a pintar el fondo de fucsia, para tapar las
manchas de humedad. Creo que ha quedado un poco guarro, pero en foto parece “resultón”…
Como ya había terminado el
ejercicio del día, era el momento de que hiciera lo que me diera la gana. Había
seleccionado varios retratos que me apetecía pintar, y tenía dos descripciones
literarias que quería intentar.
La primera era de Elvira Lindo
sobre su abuela Sagrario en su último libro, A corazón abierto. La resumía así: “El rostro era de Inocencio X;
el peinado, de Cristóbal Colón, y el gesto, de Scrooge”…Me hice con las 3 fotos
y realicé un remix. Esto fue lo que
me salió. Me encantaría poder mandárselo a Elvira, a ver si se parece a su abuela…
Luego, me puse con el
retrato de un señor de actualidad, que me parece superatractivo, más que en sus
fotos de joven (es de los que mejoran con la edad): sereno, paciente…Lleva los pelos
a la virulé y tiene unas cejas de
demonio, pero a mí me resulta muy atractivo. No digo el nombre, a ver si lo
adivináis…
¿Y, ahora, coloreado...?
Estaba desatada y productiva total…Ahora era el turno de otra descripción, en este caso de Vicente Aleixandre, en 1920, sobre una señora. ¿Sabéis de quién se trata…?
Estaba desatada y productiva total…Ahora era el turno de otra descripción, en este caso de Vicente Aleixandre, en 1920, sobre una señora. ¿Sabéis de quién se trata…?
Aisladas. o juntas, somos la bomba...
Miércoles, 25 de marzo. Trabajando con
los colores complementarios
Lo habíamos trabajado en un
taller anterior, pero ya no me acordaba de que lo que llaman “complementarios”
son los “opuestos” en el círculo cromático…Del amarillo es el morado; del azul,
el rojo, y del magenta, el verde.
Con el confinamiento, nos
estamos volviendo de lo más aplicadas. Sonia no se puede quejar. Yo, cada
tarde, a partir de las 18 h, me siento en el rincón que me he hecho en mi
cocina y me pongo a pintar. Hasta los aplausos de las 20 h por el balcón, que
esos son irrenunciables…
Desde el miércoles pasado,
he estado de lo más productiva…Tras pintar la primavera y a Paloma el viernes
20 (el retrato era su regalo de cumpleaños. Al paso que vamos, creo que va a
ser lo máximo que voy a poder regalar…), hice otra serie de retratos en días
sucesivos. Paloma me dijo que me iban a contratar para los Simpson, pero mis
caras no son amarillas, sino naranjas, y la suya, rosada como la de Porky… (A pesar de todo, la ha puesto en el perfil de su wásap...)
La propuesta de hoy, además
de inentendible -cuando la leí-, no me gustaba -cuando me la explicaron: hacer
cosas geométricas…Bufff. Bueno, ya lo apañaré yo para que sea más divertido…
Mi
manera de representar los colores complementarios…
Puse en Google “Figuras
geométricas”. Yo ya tenía mi idea, pero por si acaso…Las básicas eran las que
yo pensaba; luego, podías encontrar agrupaciones de lo más pintoresco. Mi
elección, el círculo.
Como mi cuaderno de ahora es
tamaño cuartilla, ahí me ves buscando por toda la casa superficies redondeadas
pequeñas para que cupieran los 3; al final, encontré una lata de guisantes y,
para el círculo interior, un rollo de papel celo.
Como tengo guarreadas todas
las acuarelas, he tenido que excavar para encontrar el color original…Me han
quedado un poco “quebrados” (el morado me ha salido un poco berenjena)…Qué se
le va a hacer…
Como Paloma nos había
lanzado el reto de pintar un pájaro y, yo había quedado en hacer al estornino
cabrón que se burla de mi encierro desde la antena de tv, se me ha ocurrido
mezclarlo con el ejercicio. A ver qué sale…
Decido elegir los colores
amarillo y morado, que son los que más me pegan para mi paisaje de sabana
arenosa, donde van a “bailar” una bandada de estorninos. Las montañas y el
cielo irán de morado oscuro a morado claro.
Pero mientras lo estoy
haciendo, pienso otra cosa. ¿Por qué en vez de pintar una bandada no pinto la
silueta de un estornino dibujada por el resto…? Así doy cabida también al reto
de Paloma y mato dos pájaros de un tiro…
Pues eso he hecho y este es
el resultado…Además, no me he escaqueado de lo que pidió la profe: figuras
geométricas con los colores complementarios.
La semana que viene, 1 de
abril, ya iniciamos el tercer trimestre…¡virtual y en confinamiento!...
Pues la urraca está muy bien. Bienvenida al mundo del agua y la acuarela.
ResponderEliminarMuy graciosa la urraca. Hasta el miércoles.
ResponderEliminarMe encanta tu diario mi niña prodigia!!!!!!!
ResponderEliminarAída, se nota mucho el progreso, pero lo que más me gusta de ti es tu imaginación.... grandiosa
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