Nunca antes he estado en
Valencia. Y voy a cumplir los 56... El XII Congreso de Periodismo Ambiental era
una oportunidad y, como no me gusta viajar en avión (a no ser que sea
estrictamente necesario), decidí sacar el billete de tren por internet (me
salió en forma de dos billetes con parada y trasbordo de una media hora en
Puerta de Atocha, Madrid).
EL
RELATO
Santander,
martes, 14 de noviembre de 2017
En el taxi, llego a las 6.35
h, media hora antes. Soy una puntual compulsiva.
Apenas hay nadie en la sala
de espera. Me siento en un banco de metal, y me levanto escopeteada para poner
el plástico con el papeleo debajo, no sea que coja una cistitis. ¿Quién
diseñará los bancos, y en quiénes pensará…? ¿Se habrá sentado alguna vez en
uno…?
La gente se pone en cola ipso
facto. Yo, por no esperar 20 minutos de pie…Si el asiento está
reservado…Algunos llevan unos pedazos de maletas…
Hoy han abierto el checking point pronto: a las 6.45 h ya
estoy sentada en mi sitio. Delante, tengo una cantidad de loros…: “Las pastillas, en el bolso siempre…”, “No seas
antigua…Deja las maletas detrás…”, …
Con los auriculares voy
oyendo ópera.
Primera
vez en AVE Madrid-Valencia
El espacio para las piernas
es menor que en el ALVIA y la rejilla del asiento delantero es rígida y no me
cabe el botellín de agua. Hasta el hilo musical es peor… ¡Pues vaya con el
AVE…!
A mi lado, uno que tiene
“furor selfi”: saca todo lo viviente; incluso vídeo…
Vamos tan rápido que echo de
menos llevar cinturón de seguridad: 235 km/h, 292 km/h, ¡301 km/h! No quiero
pensar en las miguitas que quedarían si
nos damos un leñazo.
Por la media ventana que ha
dejado al paisaje el de delante, veo un rebaño pastando. El campo, un secarral.
Valencia es una llanura
sembrada de todo.
VALENCIA,
estación Joaquín Sorolla
Antes de salir de la
estación pregunto en la oficina de turismo por la tarjeta transporte de tres
días (la T3). Ellos no la tienen pero me indican que puedo conseguirla en
estancos y quioscos.
En las afueras, un autobús
gratuito te transporta a la estación del norte, más céntrica, cada diez
minutos. A mí me queda a unos pocos metros de mi hotel, cerca de la plaza del
Ayuntamiento, centro-centro.
Tras dejar las cosas y comer
algo, decido emplear las últimas horas de luz en callejear, “dejándome llevar”
por la ciudad. Me quedo extasiada con los edificios (cómo es el Banco de
Valencia o el Museo Nacional de Cerámica, con una escultura que se sale de la
puerta…).
Otra cosa que me llama la
atención son las aceras; ¿pues no las sacan brillo y las pulen como si fuera el
suelo de un edificio público…?
También hay momentos en que
me siento extraña: ¿estoy en la calzada o en una zona peatonal…? Al cabo del
tiempo y de procesar las imágenes, me doy cuenta de que no hay bordillos, y de
que acera y carretera están al mismo nivel. ¡Era eso…!
Veo muchas acacias en las
calles y en la plaza de la Reina todo el mundo, muchos extranjeros, como
caracoles, aprovechan el último rayo de sol mirándolo de cara.
Pensaba que el clima
mediterráneo era más tibio y templado pero, a las cuatro y media, ya hay muchas
calles sombreadas y braseros encendidos en las terrazas de varios cafés. Me
alegro de haber salido con mi “manta zamorana…”.
En muchos momentos no sé
dónde estoy; tengo un plano poco detallado, pero a posteriori, consigo
identificar la Lonja y sus gárgolas, frente al Mercado Central, escoltado por
una “tribu” de cotorras; la calle de la Paz y…, nada más.
Me quedo con pena de no
haber recorrido al menos uno de los 9 kilómetros del Jardín del Turia, en el
antiguo cauce del río, desviado hace años. Un buen motivo para hacer una
segunda visita…
Valencia,
miércoles 15. Primer día de Congreso
9 grados centígrados a las
8.15 h. Día magnífico. Utilizo por primera vez mi tarjeta T3 (me ha costado
11´70 euros en un quiosco) para llegar al Oceanográfico en el bus número 35. El
conductor me dice que la parada que me queda más cerca es Profesor…, ¿o era
escultor…? Bueno, veo enfrente las costillas de un edificio majestuoso, y
cerca, el Centro Comercial El Saler, que me servirán como referencia.
Ahora he de buscar el
Auditorio Mar Rojo, andando. No sé por dónde demonios se entra. Esto está más
solo que la una. Solo las cotorras circulan de un lado a otro, parloteando. Por
fin, veo un poste vertical: L´Oceanográfic, 10 minutos. ¡Menos mal!
MIS
CONCLUSIONES DEL PRIMER DÍA. Cosas que se han dicho en el Congreso “Cambio
climático, la noticia más urgente”
El
cambio climático es un feroz enemigo de la sostenibilidad.
El
cambio climático no se refleja ni en la agenda política ni en la mediática. Hay
falta de liderazgo.
Hay
que movilizar a la sociedad y a la clase política. Comunicar para movilizar y
dar esperanza. Nada moviliza más que las buenas noticias.
Hay
que hablar de soluciones y de quiénes son los responsables. Identificar,
señalar, combatir y desmontar los “micronegacionismos”.
Los
periodistas quizá podamos, y debamos, por una vez, ser más activistas en este
tema, y tomar partido.
El
periodista debe educar (la información sola no es suficiente) al público sobre
el cambio climático: con una perspectiva grande; evaluando tendencias de una
manera crítica y dando contexto, contextualizando. Hay que vincularlo con la
vida cotidiana: “A la gente no le importa el clima: le importan las cosas”, y
buscar referentes cercanos.
Las
redes sociales hoy son fundamentales.
La
información ambiental cada vez está más esponsorizada. Los suplementos
ambientales no salen si no hay publicidad.
El
cambio climático no es SOLO energía y transporte.
El
cambio climático interactúa con otros factores como el de los usos del
territorio, el cambio de usos del territorio.
Hay
que hablar de cambio GLOBAL y no tanto de cambio climático. El cambio global
incluye más cosas que el cambio climático: por ejemplo, la pérdida de
biodiversidad. Necesitamos muchas especies y muchas interacciones para mantener
la funcionalidad y los servicios ecosistémicos. La naturaleza funciona por “equipos”. Habrá nuevas
relaciones e interacciones entre las especies.
MIS CONCLUSIONES DEL SEGUNDO DÍA DE CONGRESO
En
las migraciones hay multicausalidad. El IPCC (Panel Intergubernamental sobre
Cambio Climático) reconoce la naturaleza multicausal de las migraciones
inducidas por el clima y la influencia específica de los factores
socioeconómicos (incremento de la vulnerabilidad y la desigualdad social).
El
cambio climático es un problema social, no ambiental. Solo con personas
protegidas podremos proteger el medio ambiente. Justicia social como respuesta.
La
agricultura puede resolver muchos de los problemas. Solo un pequeño porcentaje de
la tierra es cultivable y, de ella, el 70 % se emplea para producir piensos y
alimentar el ganado (producir un tomate cuesta 17 litros de agua. Conseguir una
hamburguesa necesita ¡2.500! litros de agua). Hay que producir y consumir de
una manera diferente. Si el desperdicio alimentario fuera un país, sería el
tercero del mundo, tras China y Estados Unidos, en producción de emisiones.
Tenemos
el conocimiento y la tecnología. Sin periodistas, sin científicos, sin
expertos, no se puede divulgar nada. Hay que trabajar con amor y con
autenticidad; transmitir verdad y mostrar la belleza en vez de la catástrofe.
El
cambio climático es la noticia más importante: una cuestión de Estado, de
agenda. Y sin embargo, en una posible
reforma de la Constitución española, no se habla del derecho al medio ambiente, a un
patrimonio natural a salvo...
-
Relato
paralelo: mi flujo de conciencia
VISITAS
EL VIERNES 17
Explotación
ecológica y kilómetro 0 “Terra i Xufa”, en Alboraya
Enric Navarro, ingeniero
agrónomo y agricultor ecológico de la Associació Per l´Horta, que intervino en
la mesa redonda “Alimentación y cambio climático”, será nuestro cicerone.
La localidad de Alboraya
está a 4 kilómetros de Valencia en la comarca de la Huerta Norte, cuna de la
horchata.
La chufa, un tubérculo (como
la patata), se siembra en marzo-abril y se cosecha a partir de noviembre.
Cuando el tallo se agosta y se seca sobre la tierra, es el momento. Hay quien
quema esta “hierba seca” para que no se enrede en las máquinas cosechadoras. A continuación, se seca el fruto para que
pierda la humedad.
Enric nos explica que las
chufas de Níger o Mali no sirven para hacer horchata artesana porque no siguen
ese proceso de secado y el líquido queda como un jarabe de patata.
La horchata es una leche
vegetal que puede ser, y es, en otros países, de almendra, de cacahuete, de
arroz…Necesita una cierta cantidad de azúcar (100 gramos por litro) y, según la
reglamentación técnico sanitaria española, la artesana solo puede llevar chufa,
agua y azúcar, y canela y limón como aliño (nunca caseína).
En la actualidad, hay en la
comunidad valenciana 300 Ha (1 Ha es como un campo de fútbol) dedicadas a la
chufa. En la Huerta, 19 pueblos con denominación de origen (Chufa de Valencia,
desde 1995), aparte de Valencia capital.
La chufa necesita suelos
arenosos bien abonados (ellos usan estiércol de oveja de Teruel) y también
puede emplearse gallinaza de gallinas que anden por el suelo o abono de
vaquerías con ganado extensivo.
El mercado regulador de lo
ecológico está en Perpiñán, Francia. “Si cosechamos hoy, mañana puede estar en
Perpiñán, y en otro día más, en Frankfurt”- dice Enric.
Navarro posee 5 Ha, que
llegan a 8 con las del tío Juan -que se ha pasado a lo ecológico con más de 80
años-, y su sobrino. En tiempos, una familia podía vivir con una extensión de
entre 1 y 2 Ha.
Ellos plantan las chufas
secas del año anterior. “Antes, un año de cada tres, se ponía chufa en los
campos. Ahora, uno de cada dos. Y se producen patologías…”. De todas formas, la
chufa solo tiene una plaga, la Bactra bactrana, un lepidóptero (una polilla
nocturna).
En
el lavadero
Aquí se lavan unos dos
millones de kilos por temporada (hay 6 lavaderos). Cada partida tiene tres mil
kilos y la cosecha de cada agricultor va por su carril, para no mezclarse. Se
secan y luego se separan por tamaños (las que están malas, flotan y quedan
aparte).
Enric se despide
comentándonos que en Corea o Japón la chufa se considera un “superalimento”,
por su alto contenido en fibra, ser fuente de magnesio o un alimento saciante.
Y que el aceite de chufa se utiliza en cosmética. Y demuestra su confianza en
que el territorio se convierta pronto en un “parque agrario” autogestionado por los propios agricultores de La Huerta.
https://elviajero.elpais.com/elviajero/2017/11/23/actualidad/1511429015_368029.html?por=mosaico. Los caminos de la chufa.
Centro
de Investigación Agronómica (CIAM) de Montserrat
http://www.levante-emv.com/economia/2017/12/06/grupo-alimentario-citrus-invertira-1/1650996.html.
A continuación, vamos al
Centro de Investigación e Innovación Agronómica Montserrat, a 20 kilómetros de
Valencia.
Su objetivo es mejorar lo
que se está haciendo hoy en agricultura: se experimenta con diferentes formas
de riego, nuevas variedades, biocidas, germinados…Es un centro de I+D agrícola
en donde se busca la mejora continua y procesos y métodos de cultivo más eficientes
y sostenibles.
Su responsable, Vicent Máñez,
técnico de innovación agrícola, nos
enseña los 190 metros de invernadero lleno de brotes Baby Leaf (sus diferentes
cortes son los que vienen en bolsas de ensalada listas para consumir). Las
instalaciones pertenecen al Grupo Alimentario Citrus (GAC), proveedor de
Mercadona (por ejemplo, con los productos frescos Verdifresh).
“Las mejores semillas son
holandesas”- nos confiesa Vicent. Pero la maquinaria es italiana; la turba, de
Lituania…Siempre en busca de lo mejor en cada campo. Cada dos-tres años se
sacan nuevas variedades (por hibridación) al mercado. En ellas, se busca
resistencia (a las plagas), un determinado color (más apreciado por el
consumidor), palatabilidad y que dé producción, que sea rentable. “En invierno,
cada planta de lechuga, permite hasta 6 cortes”.
El cultivo hidropónico de
brotes de lechuga es otro de los experimentos actuales. “Se necesita un 80 %
menos de agua que en campo abierto”, pero tiene más consumo energético
(necesita luz led para hacer la fotosíntesis). También el sabor es algo más
débil y la textura de la hoja menos rígida.
Tras la visita, nos vamos a
casa felices con varios envases de los llamados microgreens
(kale, brócoli, rabanito o mostaza, sin cortar ni procesar, en maceta).
Muy interesante, Aída, habrás gozado como una enana a pesar de que el tema es alarmante.
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