Domingo,
17 de septiembre. SIEMPRE SE DESCUBRE ALGO NUEVO
Hoy, el plan -con este día
de “huevo frito con lluvia” o “nubes y claros”- era salir, entre escampe y
escampe, a ver si había algo nuevo en
las inmediaciones.
En el muro de la playa, por
la parte de la arena, entre La Caracola
y la salida junto al puerto, había todo un plantel de hierbas y plantas, unas
conocidas, otras desconocidas…
HINOJO
MARINO, LA MÁS FRECUENTE EN LA PARED
Recuerda al hinojo que crece
tierra adentro, pero de textura más gruesa (carnosa). Sin embargo, si
espanzurras algunas de las bolitas de la flor, huele a anís, como su pariente
de interior. Y recuerda a los anises que comprábamos de pequeños en las
pastelerías, pintados de colores.
HIERBA
PEJIGUERA, EN UN JARDÍN ABANDONADO
La había visto en terrenos
baldíos antes, pero nunca en un jardín junto a la playa. Las flores son
rosadas, blancas o verdosas.
AVES
EN LAS INMEDIACIONES
ESTORNINO
Reconocible por su voz
estridente y chillona. Es frecuente verlo ahora en compañía de sus congéneres
sobre los cables de la luz o las antenas de televisión, preparados para emigrar
¿. Leo que imita muy bien los sonidos de otras aves.
LAVANDERA
Blanca y negra, es fácil de
reconocer por el movimiento de su cola, arriba y abajo, en tierra.
Como dicen los hermanos Torres ("Siempre hay un buen motivo para cocinar"), siempre hay un buen motivo para salir a la calle a descubrir, y a aprender, algo nuevo...
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