Lógicamente,
no se llama así, pero de este modo la conocen en el asilo y en Campuzano, su
patria chica. A pesar de sus setenta y cua... “Uy, si ya tengo setenta y ocho”-se
autocorrige-, no es infrecuente verle andar a paso ligero entre Torrelavega y
Cartes. Va a ayudar a su hermana enferma: le quita el polvo, le hace la comida
y, hacia las seis de la tarde, vuelve a la residencia, donde entra como un
huracán saludando en voz alta, dando besos y abrazos y diciendo piropos.
¡Qué importa
que haya dejado la cama sin hacer por la mañana! Hay que tener disciplina, pero no ser
inflexibles...
Unos días con
hábito frailuno, de negro con cordondillo; otros, con una pinta de abuela
estrafalaria, su carácter alegre nunca cambia. Por eso, en la residencia,
aunque hay quien piensa que está un poco loca, todo el mundo la quiere.
-¡Hoy me he
comido cuatro huevos crudos en casa de mi hermana! Les hice un agujero en la
cáscara y los sorbí! -cuenta en voz alta. ¿Y la salmonela? -le pregunta una
joven voluntaria atemorizada. ¡Bahhhh! Eso son paparruchas.
Luego, mira a
Julia, que cada vez está más consumida y parece un pajarillo de lo poco que
come: Como sigas así, la semana que viene estás en el hoyo...-le espeta sin
ningún reparo. ¡No se corta un pelo! Bueno o malo, a cada uno le suelta lo que
le tenga que decir sin dulcificar la expresión ni hacer circunloquios.
Cuando ve que
estamos leyendo en voz alta la historia de Genoveva de Brabante, pregunta:
¿Queréis que os baje las memorias de Carmen Sevilla o Lola Flores? Las tengo
enteritas (Supongo que serán los suplementos coleccionables de Lecturas
o Diez Minutos). En el grupo se
decantan por Carmen Sevilla: es tan simpática...Pues ya se las dejaré a Pepita,
porque yo como mañana salgo temprano...
Y se marcha como un ciclón a saludar a otro grupo.
Victoria, así
se llama, desapareció, de pronto, de la Residencia. Yo preguntaba siempre por
ella, pero nadie sabía decirme. Era como si se hubiera disuelto en el espacio.
Quizá se la llevó el viento un día, como a Mary Poppins, y está echando una
mano en otra residencia en Pernambuco...
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