viernes, 25 de noviembre de 2016

VIERNES FORAMONTANOS... (3). DE CABEZÓN DE LA SAL A CARREJO

Jueves, 24 de noviembre de 2016

10 º C a las 10.03 h. Es el primer día, tras finalizar los talleres, que tengo una mañana entera para mí misma.

Hoy voy a buscar la casa de Matilde de la Torre en Cabezón, donde estuvo su academia y donde estaba su jardín (Ver: http://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2016/08/matilde-de-la-torre-gutierrez-la-alonsa.html. Matilde de la Torre, la “Alonsa Quijano de las ideas puras”).

Y, si tengo tiempo, andar el espacio entre Cabezón y Carrejo que corresponde a la Ruta de los Foramontanos, abandonada tras un primer viernes entusiasta… (http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2016/10/viernes-foramontanos-1-notas-de-viaje.html).

No estoy totalmente segura de que no caiga una gota y, como no tengo aquí mi chubasquero naranja, he cogido un paraguas pequeño, por si acaso. De momento, hace sol, pero el cielo está negro…

A la salida de Santander, en tren, veo que están dejando la falda de la calle Alta toda guapeada. ¡Me encanta viajar en tren…! (http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2015/04/diario-de-una-viajera-en-tren-de.html). Los árboles que no son perennes, están ya muy “despelucados” (Esta palabra creo que es “ideolengua”, que me ha dicho mi profesor de portugués que es la manera de hablar propia de cada un@). Los liquidámbar, rojos; los robles, ocres, como los helechos y la reynoutria japonica, una invasora; amarillos, los chopos…

En el Cuco, donde ya han derribado los edificios de las laderas, empieza a verse un paisaje más naturalizado. Al llegar a Boo, las dos señoras a mi lado, se ríen con el grafiti de Mafalda (“El problema de las mentes cerradas es que siempre tienen la boca abierta”): “¡Qué verdad!”- dicen.


Cuando pasamos el río, los campos alrededor están inundados con una balsa somera de agua. Se ve que la tierra no traga…El día es luminoso y limpio, como recién lavado.

En Gornazo han cortado los plumeros, pero solo a ras de suelo. Me temo que volverán a brotar pronto…La campiña está hermosa con esta luz. Mucha gente tiene caquis en sus jardines y, al caerse la hoja, quedan solitarios los frutos naranjas como bolas de Navidad.

En Torrelavega, se baja todo el mundo y apenas sube media docena de personas. De Puente San Miguel a Santa Isabel vuelvo a recordar este paisaje extraordinario entre árboles. El río va crecido y marrón.

En San Pedro de Rudagüera, casas y tapias rezuman humedad. En Golbardo, hay un movimiento de tierras terrible. No sé si será para el nuevo puente que van a hacer…Al pasar, recuerdo la iglesia a la que pude, por fin, hacer la foto. En el río, veo un cormorán y una garza, oteando desde la orilla, sin osar meterse en los rápidos.

Un poco antes de llegar a Casar, me parece distinguir unos calabacines, o calabazas que trepan por los riscos, ¿los restos de algún huerto abandonado…?

Ya en Cabezón, antes de empezar con mis pesquisas, me tomo un café y un pincho de tortilla en el bar Saja (2´30 euros). La tortilla es gruesa, de dos pisos, como las de antes. Está deliciosa.


Una vez “restaurada” y, tras preguntar a varios parroquianos, voy en busca de la casa de Matilde de la Torre, dirección Carrejo, donde la antigua OJE y el actual IES Valle del Saja.

La avenida de plátanos entre la estación y el centro del pueblo está llena de lazos rojos por cada una de las mujeres asesinadas en 2016 a manos de sus parejas o exparejas. Mañana, viernes 25 de noviembre, es el Día Internacional contra la Violencia de Género.


Frente al IES Valle del Saja, unas casonas. ¿Será alguna de estas…? Doy la vuelta a la finca por un camino adoquinado que pone “Uso exclusivo de peatones”. Se llama “Camino de Tresano”. Es una finca grande con un jardín lleno de árboles hermosos. ¿Podría ser este su jardín…?


¡Ay, pero mi gozo en un pozo! La casa ya no existe. La tiraron. Yo había leído que al entrar las tropas franquistas en Cabezón, durante la Guerra Civil,  su casa había sido saqueada y la biblioteca incendiada, pero esto…Un profesor me dice que solo queda la puerta de entrada al invernal, tapiada. Da a una bolera por dentro del instituto. Solo me queda hacer la foto, como testimonio.


Al dar la vuelta al instituto por fuera, una placa recuerda el nombre de Matilde de la Torre en el “Complejo Municipal Cultural Deportivo”, desde 1984. Del jardín, puede que solo resten las dos secuoyas gigantes ante el espacio donde parábamos cuando éramos pequeños para ver muebles en Magín…


Sopla un viento frío que se lleva las miasmas cuando enfilo la recta de Carrejo. He preguntado a una mujer cuánto puede haber hasta el lugar: ¿diez minutos? ¿una hora? ¿5 kilómetros…? No sabe decirme. ¿Será que solo se mueve en coche…? - pienso yo.

Sin pararme a hacer fotos o tomar notas, el trayecto lleva unos veinte minutos. El Museo del Arte Textil (y del traje regional), que se encuentra a  mitad de camino,  pone que en noviembre abre de miércoles a domingo de 10 a 14 h y de 16 a 19 horas. Pero hoy es jueves y son las 12 h, y está cerrado. Claro, que tampoco ponía en noviembre de qué año…

Cuando llego al lugar que alcancé el primer día, me vuelvo a toda prisa a coger el tren de las 13.30 h.



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