Jueves, 24 de noviembre de 2016
10 º C a las 10.03 h. Es el primer día, tras finalizar
los talleres, que tengo una mañana entera para mí misma.
Hoy voy a buscar la casa de Matilde de la Torre en
Cabezón, donde estuvo su academia y donde estaba su jardín (Ver: http://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2016/08/matilde-de-la-torre-gutierrez-la-alonsa.html.
Matilde de la Torre, la “Alonsa Quijano de las ideas puras”).
Y, si tengo tiempo, andar el
espacio entre Cabezón y Carrejo que corresponde a la Ruta de los Foramontanos,
abandonada tras un primer viernes entusiasta… (http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2016/10/viernes-foramontanos-1-notas-de-viaje.html).
No estoy totalmente segura
de que no caiga una gota y, como no tengo aquí mi chubasquero naranja, he
cogido un paraguas pequeño, por si acaso. De momento, hace sol, pero el cielo
está negro…
A la salida de Santander, en
tren, veo que están dejando la falda de la calle Alta toda guapeada. ¡Me
encanta viajar en tren…! (http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2015/04/diario-de-una-viajera-en-tren-de.html).
Los árboles que no son perennes, están ya muy “despelucados” (Esta palabra creo
que es “ideolengua”, que me ha dicho mi profesor de portugués que es la manera
de hablar propia de cada un@). Los liquidámbar, rojos; los robles, ocres, como
los helechos y la reynoutria japonica, una invasora; amarillos, los chopos…
En el Cuco, donde ya han
derribado los edificios de las laderas, empieza a verse un paisaje más
naturalizado. Al llegar a Boo, las dos señoras a mi lado, se ríen con el
grafiti de Mafalda (“El problema de las mentes cerradas es que siempre tienen
la boca abierta”): “¡Qué verdad!”- dicen.
Cuando pasamos el río, los
campos alrededor están inundados con una balsa somera de agua. Se ve que la
tierra no traga…El día es luminoso y limpio, como recién lavado.
En Gornazo han cortado los
plumeros, pero solo a ras de suelo. Me temo que volverán a brotar pronto…La campiña
está hermosa con esta luz. Mucha gente tiene caquis en sus jardines y, al
caerse la hoja, quedan solitarios los frutos naranjas como bolas de Navidad.
En Torrelavega, se baja todo
el mundo y apenas sube media docena de personas. De Puente San Miguel a Santa
Isabel vuelvo a recordar este paisaje extraordinario entre árboles. El río va
crecido y marrón.
En San Pedro de Rudagüera,
casas y tapias rezuman humedad. En Golbardo, hay un movimiento de tierras
terrible. No sé si será para el nuevo puente que van a hacer…Al pasar, recuerdo
la iglesia a la que pude, por fin, hacer la foto. En el río, veo un cormorán y
una garza, oteando desde la orilla, sin osar meterse en los rápidos.
Un poco antes de llegar a
Casar, me parece distinguir unos calabacines, o calabazas que trepan por los
riscos, ¿los restos de algún huerto abandonado…?
Ya en Cabezón, antes de
empezar con mis pesquisas, me tomo un café y un pincho de tortilla en el bar
Saja (2´30 euros). La tortilla es gruesa, de dos pisos, como las de antes. Está
deliciosa.
Una vez “restaurada” y, tras
preguntar a varios parroquianos, voy en busca de la casa de Matilde de la
Torre, dirección Carrejo, donde la antigua OJE y el actual IES Valle del Saja.
La avenida de plátanos entre
la estación y el centro del pueblo está llena de lazos rojos por cada una de
las mujeres asesinadas en 2016 a manos de sus parejas o exparejas. Mañana,
viernes 25 de noviembre, es el Día Internacional contra la Violencia de Género.
Frente al IES Valle del
Saja, unas casonas. ¿Será alguna de estas…? Doy la vuelta a la finca por un
camino adoquinado que pone “Uso exclusivo de peatones”. Se llama “Camino de
Tresano”. Es una finca grande con un jardín lleno de árboles hermosos. ¿Podría
ser este su jardín…?
¡Ay, pero mi gozo en un
pozo! La casa ya no existe. La tiraron. Yo había leído que al entrar las tropas
franquistas en Cabezón, durante la Guerra Civil, su casa había sido saqueada y la biblioteca
incendiada, pero esto…Un profesor me dice que solo queda la puerta de entrada
al invernal, tapiada. Da a una bolera por dentro del instituto. Solo me queda
hacer la foto, como testimonio.
Al dar la vuelta al
instituto por fuera, una placa recuerda el nombre de Matilde de la Torre en el
“Complejo Municipal Cultural Deportivo”, desde 1984. Del jardín, puede que solo
resten las dos secuoyas gigantes ante el espacio donde parábamos cuando éramos
pequeños para ver muebles en Magín…
Sopla un viento frío que se
lleva las miasmas cuando enfilo la recta de Carrejo. He preguntado a una mujer
cuánto puede haber hasta el lugar: ¿diez minutos? ¿una hora? ¿5 kilómetros…? No
sabe decirme. ¿Será que solo se mueve en coche…? - pienso yo.
Sin pararme a hacer fotos o
tomar notas, el trayecto lleva unos veinte minutos. El Museo del Arte Textil (y
del traje regional), que se encuentra a mitad
de camino, pone que en noviembre abre de
miércoles a domingo de 10 a 14 h y de 16 a 19 horas. Pero hoy es jueves y son las
12 h, y está cerrado. Claro, que tampoco ponía en noviembre de qué año…
Cuando llego al lugar que alcancé
el primer día, me vuelvo a toda prisa a coger el tren de las 13.30 h.
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