http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2014/01/diario-de-dos-pintoras-en-ciernes-i.html. I TRIMESTRE DEL DIARIO DE DOS PINTORAS
EN CIERNES.
http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2014/04/diario-de-dos-pintoras-en-ciernes-ii.html. II
TRIMESTRE (para que cojáis el hilo…).
Lunes 31 de marzo. Fin del segundo trimestre o
primer día del tercero…
Repasando el texto antes de
colgarlo en el blog, veo que “inopia” se escribe sin “h”. Menos mal que lo he
visto a tiempo. ¿Por qué hay palabras que nos suenan de una forma y se escriben
de otra…? A mí me pasa con “untar”, y alguna más que ahora no recuerdo.
Paloma me abandona en el
último trimestre, pero le he dicho que si se le ocurre alguna reflexión
pictórica, o no (en este diario cabe todo), que me la mande.
Debe de ser el horror al
vacío, pero los diarios me gusta que sean de “un curso escolar”, de octubre a
junio; lo mismo me ocurre con una postal,
que tengo que llenar por completo, o con la hoja que sale por defecto en
el ordenador (igual por eso empecé a escribir relatos de “un folio” mucho antes
de que se llamaran microrrelatos).
Hoy no tenía el día muy “de
Dios”, así que me he dedicado a hacer apuntes rápidos a lápiz de fotos
familiares que llevaba en el cuaderno. No se parecen en nada, pero trato de
pillarles el movimiento y la forma de estar. La expresión, -triste, seria,
enfadada-, ya es más difícil.
Algunos, más bien algunas,
que pasan por mi lado son muy generosas y me dan ánimos. Son como mi madre que
siempre se ríe con los chistes aunque se los hayan contado mil veces. Dice que
es porque se le olvidan, pero yo creo que es que es muy agradecida.
Al final, se los enseño a
Sonia rápidamente: “Esta cabeza te ha quedado demasiado grande para el cuerpo,
pero la posición de las piernas no está mal”.
Mientras me movía por ahí,
viendo qué hacían unos y otras, me dan mi primera clase práctica de acuarela:
“Es muy fácil, ¿ves? Primero se da agua a la zona con el pincel y luego se
hacen pequeños puntos y líneas y se deja que escurra”. O algo así. Yo creo que
me quedarían unos chafarrinones tremendos, pero alguna vez tendré que probarlo.
Y ese ha sido mi día de hoy.
Un poco plof. Debe de ser el cambio de hora…
Lunes, 7 abril 2014. Bush hijo retrata a Aznar
En el periódico leo que el
expresidente estadounidense George Bush hijo ha hecho una exposición de
retratos de mandatarios con los que coincidió, entre ellos el expresidente
Aznar. Y claro, como en su día fue famoso (Bush Jr.), pues expone y todo el
mundo lo va a ver. Pero la verdad, viendo el retrato de Aznar, creo que Paloma
y yo lo hacemos mejor.
Hoy he decidido pintarnos a
Paloma y a mí el primer día de clase (como quedamos Paloma y yo para resumen de curso). He escogido el lápiz,
claro.
Cuando pasa Sonia, me
corrige un poco la nariz y difumina algo los rasgos.
Luego, mira mis apuntes de
la semana pasada, seis en hora y media. ¡El sumum!
Me recomienda pintar las
“líneas de tensión”: “Si es un apunte, que se vea que es un apunte, no un
quiero y no puedo”.
-
¿Y cómo sé
cuáles son las líneas de tensión?- le pregunto, interesada.
-
Lo irás viendo
con el tiempo.
Eso será…Me fijo en que ella
ha subrayado algunos bordes de las cosas, los que hacen que la figura se
asiente. Intentaré practicar en el siguiente dibujo.
He elegido una familia, la
de unos amigos ingleses en un día de campo con sus tres hijos.
A mi lado, Carmen ha venido
con “goma de enmascarar”, otra sustancia nueva desconocida para nuestro
vocabulario y nuestros exiguos plumieres. Al parecer, la extiendes primero
sobre la parte del dibujo que quieres salvaguardar. Pintas luego sobre él y,
después, “la borras” con el dedo y te quedan las partes blancas sin manchar.
Ella estaba haciendo en acuarela una gran amapola y es una manera de que el
color no se extienda a todos los pétalos.
Contemplo la labor de un
señor que también se ha especializado en caras. Lleva ya tres años y es un
maestro. Otra alumna quiere hace en
tinta china un pino negro. Y una más fija con laca especializada su interpretación
de la Estatua de la Libertad con los rascacielos reconvertidos en instrumentos
musicales, a petición de su sobrino.
Me parece estar rodeada de
genios y genias…
Lunes, 14 de abril. Hoy he pintado cuatro
(retratos)
Hoy en clase éramos pocos.
Quizá tenían que ejercer de abuel@s porque en algunas comunidades ya han
empezado las vacaciones de Semana Santa.
Yo, a lo mío. Desplegué mis
papeles y me puse a terminar a la familia de Sarah.
Cuando vino Sonia, le enseñé
el dibujo de la foto de Paloma y yo del primer día de clase para que revisara
mi autorretrato. Me había hecho poco “coco” porque al mirar para abajo es
verdad que se me veía bastante cabeza desde la coronilla. (A Paloma le había
adelgazado algo los brazos). Me borró mi supermano y también la de Paloma, para que las repitiera. No sé si me decidiré
a pintarlas de nuevo: las manos llenas de dedos y, encima, en posiciones
superdifíciles, son mi martirio. Con razón no las pintaba ya desde pequeña y
las hacía siempre como manoplas.
Lo dejé para otro día y
escogí la foto de la tatarabuela. Me ha salido mucho más joven y me he dado
cuenta de que pintar los ojos entrecerrados con los párpados caídos también es
difícil. No sé cuándo encontraré algo que me parezca fácil. Luego, me decidí
por la bisabuela: me ha quedado como Liz Taylor. Y como aún tenía tiempo,
escogí la foto de boda de mis padres. No se parecen en nada, de gesto, pero son
casi una ilustración de la revista Lily
de mis años jóvenes. “Encajado, está bien encajado” -me dice Carmen,
contundente. Antes me había asesorado sobre un ojo que debía estar más
inclinado. Con ella aprendo que la acuarela es muy “intelectual”. “Hay que
pensar un poco (antes de decidirse a pintar)”. Y me recomienda mirar por internet
los retratos de Santiago Ydáñez.
Hoy, Mª Jesús había traído
la escultura de dos pajarillos en ¿jade/mármol/alabastro? naranja y quería
pintarlos con un lápiz sanguina. Con todos los reflejos que le daban los
fluorescentes del techo, a mí me parecía
un imposible.
Al final de la clase, cuando
vuelvo de mi “mundo”, escucho: “Pero ¡qué callada ha estado Aída! Ni se le ha
oído”. Claro, ya no está Paloma, y ahora, ¿con quién me río yo si todos dibujan
fenomenal…? Lo cierto es que yo, pintando, me abstraigo y, ya lo he dicho más
veces, ni oigo, ni veo, ni entiendo.
Lunes
28 de abril. Después de las vacaciones de SS
El último día de clase antes
de las vacaciones decidí comprarme un cuaderno más manejable, tamaño cuartilla,
para “llevármelo de excursión” y poder hacer mis bocetos con más facilidad.
He pintado algo, pero poco,
siempre fotos de familiares: la prima Ángeles, a la que he obviado los dientes,
que me salen muy mal; la tía Pochola, que mamá reconoció. El tío Marcelo, de joven,
hablando por teléfono (no le reconoció nadie) y mamá con David en brazos cuando
mi hermano aún no andaba (los ojos y los remolinos del pelo están bastante conseguidos).
En clase, me decidí por
pintar el perro favorito de mi madre cuando era pequeña: Chita, un perrillo de
raza inclasificable. Pasó un alumno cuando ya lo di por acabado: “Pero aún le
falta mucho…”. La profesora me repitió
lo mismo. “Pero es que muy difícil pintar tantos pelos. No sé cómo hacerlo”.
Carmen me hizo una sugerencia: “A mí una vez me dijeron que tenía que pintar
más pelos entre los pelos…”.
He decidido dejarlo para
otro día. Acabo de leer en las cartas de Monet (Los años de Giverny) que él tenía empezados varios cuadros a la vez
(claro que, en su caso, era porque al pintar del natural tenía que parar cuando
las condiciones de luz, y meteorológicas en general, no eran las mismas…).
“Tengo veintitrés telas en marcha…”.
Me pongo ahora con el
bisabuelo. Tengo dos fotos: una, de perfil, con una cámara a la altura de los
ojos. No sé quién se la sacaría. ¿Él mismo con otra cámara…? Era un gran
aficionado a la fotografía. Otra, de carné, mirando de frente. La primera me
queda un poco mal pero, en la segunda, creo que consigo bien el rictus de la
boca con las comisuras un poco hacia abajo. Les preguntaré en casa a ver si lo
reconocen. Es la prueba de fuego. (Al sacarle la foto para ilustrar el Diario,
me doy cuenta de que le he hecho un cuello de girafa y que, en mi dibujo, no le
sale de la oreja como en la foto. Bah. Una nimiedad).
Cuando llega la hora, salgo
como una exhalación. Tengo mucho que hacer. El puente de mayo viene Cristina y,
en casa, me espera un gran zafarrancho. Para librarse de cosas inútiles no hay
nada mejor que la visita de las amistades. Así, he tirado por fin jabones ya
deslucidos, sin color y sin olor, que conservaba porque a mi hermano David le
gustaba ducharse con jabón sólido. También he apilado de otra forma, más
cómoda, los montones de libros y papeles para dejar caminos fáciles y que nadie
se “esmorre” al ir de una habitación a otra.
Miércoles,
7 de mayo de 2014. Paloma nos hace una visita
Llego a las 9.30 h y me
entero de que no es que haya llegado adelantada sino que es nuestro nuevo
horario.
Hoy me he traído para dibujar
a lápiz a mi abuelo con sombrero y bigote, y a mí misma con 20 años, un retrato
en blanco y negro que me hice en Pamplona para una foto de carné, y que resulta
antigua, como de estudio. No sé si es también por la raya en medio que llevo.
Empiezo por mi abuelo, que
me queda… “japonés”. No sé cómo hacer los ojos que apenas se ven tras las gafas
casi transparentes. Sonia viene en mi ayuda.
Resulta que no hay por qué
pintar los ojos siempre. Basta una suave insinuación con las sombras de
alrededor.
Acto seguido me pongo
conmigo misma, y repito el error. “Pero, ¿qué son esos ojos tan marcados…?” (y
eso que yo nunca me echo rímel ni me pinto la raya del ojo…. No sé de dónde habré
sacado esa manía). Yo no me explico cómo lo hace Sonia, pero en un pis-pas ha logrado la profundidad de ojo
y mi parpado caído.
Mi hermano David es el
siguiente en la lista. Creo que consigo sus remolinos y su barba. Pero tendré
que terminarlo la semana que viene. Paloma ha venido a hacernos una visita con
sus últimas obras. Pinta bodegones “de realismo mágico”. “Quiero pintar una
lata de sardinas que contenga sirenas…”. No te digo…Esta chica es un prodigio.
Nos enseña un bodegón de “pan y vino” con lo que parece una salamandra o una
lagartija. Creo que va a inaugurar un nuevo género en la pintura del siglo XXI.
Miércoles
14 de mayo. Desmotivada
Llego a las 9.30 o´clock y
estoy solita. No sé si la gente no se ha enterado de que empezamos un cuarto de
hora antes.
Hoy he acabado el cuaderno,
mi primer cuaderno, con todas sus hojas por delante y por detrás (que hay que
amortizarlo). Me voy a comprar uno tamaño cuartilla para llevarlo en mis
desplazamientos y practicar. El tamaño folio es poco manejable.
Aún no he empezado mi nuevo
cuaderno tamaño cuartilla, pero sí el tamaño folio número 2. Lo he inaugurado
con un autorretrato sacado de una foto.
Echo mucho en falta a
Paloma. Las clases no son lo mismo sin ella. Incluso estoy más desmotivada a la
hora de escribir mi diario pictórico. Casi no tomo notas en mi libreta sobre
frases o comentarios. Además, me cansa cada vez más tener qué pensar “qué
quiero pintar hoy” y llevarme un modelo. Este trimestre me pesa…
Aunque esta vez medí, a mi
hermano (por cierto, que todo el mundo me dice que eres muy guapo) le hice lo
que me pareció una barbilla muy larga, y la borré, pero cuando vino Sonia, me
demostró que el error estaba en la nariz, demasiado chata. Y, de nuevo, el reto
de los dientes. “Es lo más difícil, también para los pintores”- me consoló la
profe. Decidimos apenas sugerirlos, pero ahora pareces un “Mobutu” con los
labios sensualotes. No me acabas de
gustar.
Sonia me sombreó una mitad
de la cara y dejó que yo hiciera lo mismo con el otro ojo, pero no me siento
motivada. Además, así se nota mi trabajo, y el suyo.
Creo que seguiré con mi
autorretrato o me pondré con una foto de Gary Cooper y Patricia Neal. Si
estuviera Paloma, me diría que a ver si me centro…
Miércoles, 21 de mayo.
Gary Cooper y la “tarantulación más espasmódica”
Begoña, mi compi de las
acuarelas de la izquierda, dice que he mejorado mucho, pero no sé…
Cuando pasa Sonia, rauda y
veloz, me apunta que me he hecho una nariz muy larga, y que la mía es más
chata. Como borrar y volver a pintar la nariz- desnarigarme- me es más difícil
que alargarme la barbilla –desbarbillarme-, me decido por esta segunda opción.
¡Ah! Pero por lo visto esos atajos no valen. Cuando vuelve, la profe alucina:
“Nunca me había pasado nada igual”. Parece que no basta con alargar la
barbilla. También tenía que haber agrandado los ojos y bla,bla,bla. O sea, que
mi gozo en un pozo. Veo que Sonia usa el lápiz más duro para ir sombreando muy
poco a poco. Igual es mejor para no enguarrecer el dibujo. Lo intentaré con el
próximo.
Hoy he decidido inmortalizar
a Gary Cooper. Pero su posición, abrazando a Patricia Neal, es muy complicada;
un escorzo, o lo que sea, de lo más barroco para una principiante como yo. Seguro
que la postura imposible se la pidió un fotógrafo para uno de esos carteles de
cine. Él está con la cara ladeada, solo se le ve un poco de pestaña de una
mejilla, la nariz brillante y un labio sensualote.
En cuanto a Patricia Neal,
su cara me ha salido triangular como la de un marciano. Creo que me voy a pasar
a una foto en blanco y negro de mi hermana, de frente y sin complicaciones.
Esperaré al curso de perfeccionamiento para reintentar a Gary.
Sonia comenta que va a
plantear hacer un curso de “Retrato”, monográfico y para empezar desde el
principio, todos juntos y a la vez, con algunas pautas y nociones teóricas. La
verdad es que creo que los que nos iniciamos,
necesitamos de algunos trucos y recursos sencillos para sentirnos
seguros y no “en shock” ante cada pequeña dificultad.
Aunque como decía Cortázar:
“Tampoco ellos [los pintores consagrados] sabían al comienzo”…Él solía usar la
tinta china y un pincel gordo “porque son cosas que ayudan harto cuando no se
es Alberto Durero”. Así lo narra: “ Y entonces, plaf, una espléndida forma
central de la que deberían ir saliendo diversos plups, smunkts y vloufs…por
cada plup se ven surgir cuatro o cinco schlajs, cuya repugnante tendencia a
entrelazarse con los smunkts y los vloufs es una de esas cosas que me sumen en
la tarantulación más espasmódica”.
No se podía explicar mejor.
Miércoles,
28 de mayo. Igual podía haber sido retratista…
Siguiendo con Cortázar, si
tengo en cuenta el autorretrato que se hace al final de una de sus cartas en
1947, donde se describe como “largo, flaco y feo”, yo pinto infinitamente
mejor.
Recuerdo en un curso de
Diseño de Moda que hice en Madrid hace años que, el primer día, la profe nos
pidió que nos pintáramos a nosotros mismos desnudos. Curiosamente, los que
éramos rellenitos, nos pintábamos “rechonchudinhos” y los flacos se pintaban
delgados. Incluso el ilustrador Ulises Wensell, que a mí siempre me ha
encantado, pintaba niños y niñas redonditos…como él.
Hoy Sonia me ha dicho que
estoy mejorando mucho (con las sombras). Para bajarme el ego y compensar, la
alumna de mi derecha corroboró que el retrato de mi hermana le gustaba mucho,
“aunque no se le pareciera en nada”…
Mirando hacia atrás sin ira
he recordado un autorretrato que me hice en tinta china cuando debía de tener
unos 14 o 15 años. La monja que nos daba dibujo artístico (esto es un decir,
cada una pintaba lo que quería – debía de ser “tema libre” todos los días) se
quedó con él como ejercicio de examen. Y
siempre me ha dado pena porque, aunque me había pintado todas las rayas que me
veía ante el espejo (ya sabéis que yo veo rayas, no sombras): las ojeras, las
arruguitas de los ojos, los pliegues de las mejillas…, resultando mucho más
vieja de lo que era entonces, sí me recuerdo con un cierto parecido. También
dibujé a mi hermano David (a lápiz) y a otros miembros de la familia, de manera
más o menos incompleta, y es cierto que también se parecían. Igual tenía ahí un
filón del que no he sido consciente hasta ahora, cuarenta años después…Nunca es
tarde si la dicha es buena. (Igual también si me hubiera dedicado a la natación
sincronizada, aprovechando mis cualidades flotatorias naturales, estaría más
delgada. Nunca lo sabremos…).
Miércoles,
4 de junio. Ya solo quedan tres días
El curso que viene Sonia va
a hacer un monográfico de retrato. ¡Qué bien! A ver si puedo apuntarme y
aprendo desde el principio…
La semana pasada fui a ver
al MAS, el Museo de Arte de Santander, la última exposición de José Ramón
Sánchez sobre la Guerra Civil. El cuadro que más me gustó es uno en el que se
ven las siluetas, frente a frente, de dos combatientes de distintos bandos. A
su lado, los dos tienen familia y, de alguna manera, son iguales. Me pareció
una imagen muy bella y simbólica a la vez.
En las guerras nos
enfrentamos por las ideas, pero somos igual de humanos, o de inhumanos.
Nacemos, reímos, lloramos…
Hoy había decidido pintar a
mi sobrina. Debo de tener una tendencia ignota a poner recto lo que está
ladeado (que yo sepa, me pasa solo con los felpudos y con los libros colocados
en las mesas de las librerías), así que aunque tuviera un cierto escoramiento,
leve, del que yo no era consciente, la pinté de frente total.
Al pasar Sonia, me lo
destacó. Lo borré, contra mi intolerancia a rectificar, borrar o corregir, e
intenté empezar de nuevo (Sonia se había ofrecido a trazarme los ejes), pero
nada, no me salía. Así que decidí pasar a otra foto de “mis chicas” en la
cocina. “Pero si dibujar un grupo es mucho más difícil…”- oí una voz a mi
derecha. No me importa. Yo me atrevo. También había una cara ladeada, pero más
de perfil y, en este caso, yo lo percibía.
Les voy a enseñar el retrato
hoy que tenemos comida. No se parecen en nada, pero si lo titulo “Foto de
grupo”, o algo así, y no pongo la foto cerca, tiene un pasar.
Incluso me dio tiempo a
iniciar otro retrato de “mamá y yo” en el que yo vuelvo a tener los ojos
marcados “a lo cine mudo”. Igual si hubiera nacido en los años 20, hubiera sido
una figura de renombre internacional…
Miércoles,
11 de junio. Proporción, proporción
Se han partido el eje, sin
ningún respeto ni pudor, ante mi retrato de Gary Cooper, de perfil, y Patricia
Neal, evanescente. Es que no se han cortado ni un pelo. Se les caían las
lágrimas, y las carcajadas llegaban hasta Cuatro Caminos. ¡Qué vergüenza!
Marta me ha sugerido incluso
que pinte a un negro o a una negra: “Así no tendrás problemas con las sombras,
ja, ja…”.
El problema con Gary era la
nariz, que le había hecho muy larga. Es curioso cómo las proporciones (la falta
de proporción) pueden afectar al gesto (a conseguir bien un determinado gesto).
Sonia me ha apuntado que ponga a la actriz en vertical para que pintarla me sea
más fácil (está tumbada en un escorzo imposible). Y ¡funciona! ¡Por eso
necesito ir a un curso monográfico de retrato donde empecemos todos de cero!…Para
atrapar esos pequeños trucos.
Además del de retrato, va a
hacer un taller de tinta china, otro de paisaje a pastel y uno más para pintar
a bolígrafo. Yo, siempre fiel al lápiz y al retrato de cosas “con ojos”, sean
personas o animales.
Hoy, por ejemplo, he pintado
a nuestro primer perro, Lucky 1, a quien pilló un coche cuando cumplió el año.
No era de raza conocida, sino mezcla, pero tenía una cara “muy guapa”. Me pasó
como con la vaca tudanca: le hacía un
lateral muy largo y luego las patas se quedaban bailando por el cuerpo. Una de
ellas más parece el hueso de Los
Picapiedra que una pata, pero no sé cómo mejorarla.
A continuación, me puse con
mi madre en nuestro retrato dual, pero no he conseguido sacarle el parecido. Y
tampoco sé lo que falla. ¿Será la boca con dientes…?
Al llegar a casa, me
encontré con la desagradable sorpresa de que una paloma o una gaviota había “pintado”
la jamba (¿se dice así?) de una de mis ventanas de “blanco cagadero”. Anda que no
lo hacen difícil: en vertical y de lado.
Y encima dirán que es pintura abstracta…
Miércoles
18 de junio. Fin
El otro día oí en la tele
que había un nuevo síndrome?? que no era Diógenes (recoger basura) sino ser
incapaz de deshacerse de libros y papeles. El chico que hablaba con la cara
pixelada decía que no era capaz de invitar a sus amigos al piso. A mí, al
menos, eso no me pasa, pero este verano voy a intentar deshacerme de más que
dos o tres papeles, no vaya a ser que vaya encaminada a esa enfermedad
acumuladora. Aprovechando que en otoño quiero hacer un taller dedicado a las
“cartas”, voy a poner en orden todas las que tengo.
En el tema pintura, como
solo uso mi cuaderno de dibujo para pintar
a lápiz, sé que no recubriré mis paredes con cuadros infinitos que, una
vez llenas, intentaré colocar a
amistades y parientes. Es un alivio.
Hoy, último día, he decidido
ser egocéntrica y me he pintado a mí misma en una foto de mis años jóvenes. Lo
bueno es que me he sacado más guapa, si cabe. Sonia me he echado un jarro de
agua fría: No está bien la proporción entre los ojos…
Pero así se van a quedar,
porque yo me veo estupenda.
Cuando pasó, aproveché para
preguntarle qué era lo que estaba mal en el anterior retrato de mi madre, que
yo no sabía definir. Al parecer, eran los ojos: ambas dos los tenemos que se
nos cae el párpado superior sobre ellos, en vez de ser ojos de pez o de bacalao
(saltones) como los de Victor Mature (el actor). Casi que prefiero tenerlos
hacia adentro que hacia afuera…
Así y todo, sigo sin cogerle
parecido. A ver cómo se ve ella…
Hoy, al ser el último día,
tod@s estábamos más parlanchines. Pero Sonia no sabe que le vamos a regalar su
sueño desde que era niña: la caja de madera de 120 colores de Faber –Castell.
Ahora habrá dos “120” en clase…
PALOMA:
VACACIONES Y PUNTO FINAL
“Dale algo para que se
apoye, que no flote en el espacio”. “Guarrea el dibujo con el dedo, saca luces
con el borrador”. “Traza líneas imaginarias para que cuadren las medidas”. Mi
amiga Cristina, en las vacaciones gaditanas que compartimos, me ha puesto a dibujar
algo “sencillo”: una botella de agua, que no tiene más remedio que arreglarme
con un par de trazos sabios. Generosamente, me regala consejos junto a una caja
grande de pasteles y otra de pinturas acuarelables. Ella siempre lleva consigo
una cajita de acuarelas y, cuando tiene un poco de tiempo, pinta. Lo que a mí
me parece un dibujo estupendo, ella lo desprecia con exigencia de profesional.
Como todos los artistas,
desde pequeña ha dibujado muy bien. Me cuenta que un profesor la avergonzó en
clase acusándola de presentar un dibujo hecho por su padre y la obligó a
repetirlo “in situ” para demostrar su autoría.
Yo nunca destaqué en dibujo,
siempre he sido “del montón”, y, hasta este año en las clases de Sonia, no
había vuelto a coger un lápiz. He descubierto el placer de recrear pequeños
objetos con mis pasteles, y quiero más. Necesito tiempo y clases. Práctica,
mucha práctica, no para hacer algo bueno, sino para disfrutar aprendiendo a
mirar e interpretar en un papel lo observado. Me ha gustado asistir a clases de
dibujo con el resto de “compas” y,
aunque Aída y yo éramos las peores, nos hemos divertido de lo lindo. Espero que
ésta no sea nuestra única colaboración literaria porque estoy encantada de
haber llegado hasta aquí en su compañía.
EPÍLOGO, por Sonia
Piñeiro
Hola, soy Sonia, la profe de Aída y Paloma.
No hagáis ningún caso de
lo que escriben estas pájaras. Se les
da muy bien el dibujo y, afortunadamente, tienen muy claro lo que les gusta a
cada una.
Aída disfruta con el
retrato; es una disciplina difícil, pero lo ha abordado con fuerza y con una
buena dosis de intuición y sensibilidad. De momento, solo los ha realizado con lápiz. El curso que viene probará otras técnicas que le
llevarán a resolver los problemas de otra manera y a obtener resultados sorprendentes.
Paloma es más de bodegón
y paisaje. El bodegón lo entiende desde una perspectiva cercana: objetos
cotidianos que utiliza a diario y que, al plasmarlos en la hoja, cobran una
vida inesperada. Le gusta el dibujo suelto y nervioso, encontrándose cómoda en
técnicas rápidas como el pastel y la acuarela.
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