2013: “Si la Justicia no hace nada, es el pueblo gallego
quien les condena”.
Me levanté por la mañana pensando que iba al percebe... Pero no. No había percebes, y no los habría durante mucho tiempo. Había llegado la marea negra, y los había sepultado a todos.
Yo pensé en
la familia aquí, en Galicia, y en la familia allá, en Argentina, a donde habían
emigrado en tiempos de los abuelos, buscando un mundo mejor, y que ahora
estaban con “el corralito”, sin poder disponer de sus fondos, empobrecidos y
desesperados.
Allí, los
niños se morían de hambre, y familias en las que habían trabajado los dos,
estaban ahora en el paro, sin ingresos y sin liquidez. Aquí, las familias
tienen que recurrir a sus parientes en el campo para que los provean de
“patacas, ovos...”.
... Nos
levantamos por la mañana pensando que vamos al percebe... Pero no. Ya no hay. Ni
percebes, ni pulpos, ni nécoras. Todo está manchado y envenenado. De nuevo
tendremos que emigrar.
Los niños
gallegos, con sencillez, han puesto el
dedo en la llaga: “No se lo han tomado en serio... ¿Por qué nosotros no tenemos
barcos anticontaminación? ¿Es que acaso no tenemos costa...?”.
¿Por qué no
contratan a un superlogista? -digo yo. Si el gobierno no lo tiene, que contrate
a uno en cualquiera de las ONGs acostumbradas a desenvolverse en catástrofes.
Alguien que coordine por encima de nosotros, los marineros, que ya nos hemos
organizado solos. Como siempre.
Hoy me
desperté pensando que iba al percebe. Pero no. Ya no hay. Solo queda alquitrán
sobre las rocas.
Nunca mais -dicen. Pero yo sé que no será así. Hay muchos intereses en juego. Países con
armadores y navieros desaprensivos. Países que extraen y transportan
hidrocarburos en malas condiciones.
Así que hoy
me vestí con el pescador, me puse las botas katiuskas y salí a recoger fuel.
Con mis propias manos. Ahogándome. Sin desmayo...
Para el
desastre no hay competencias ni comunidades autónomas. Para el desastre no hay
fronteras. Ya lo dijo el rey: Todos a una, como Fuenteovejuna.
Ayer soñé que
iba al percebe. Pero no. Solo queda una noche negra y permanente sobre el
mar...
[Publicado un extracto -como
Carta-, en la revista Mujer Hoy, MH, en 2002]
Coda: en 2024 ha vuelto a suceder: en este caso, con pélets, unas bolitas de plástico contaminantes, millones y millones. De nuevo, los voluntarios son quienes primero y más permanentemente actúan...
No hay comentarios:
Publicar un comentario