30.7.11. 5º CUMPLEAÑOS SIN TI. ME QUEDÉ CON ALGUNAS COSTUMBRES TUYAS
Más
de una vez me he descubierto apretando el botón del freno de mano del coche,
por si acaso no estuviera bajado del todo -como tú hacías, varias veces en el
mismo trayecto. Es curioso, como se nos pegan costumbres de otros, gestos de otros;
quizá, a veces, ni nos demos cuenta.
También
recuerdo en algunas curvas, bien peraltadas, -la del zoo de Santillana, la de
antes de llegar a Cóbreces-, como las cogías diciendo: “¡Hay que dar alegría al
coche!”. Y me recuerdan a ti los sobres de taquitos de jamón o de beicon ya
cortados, para añadir a los guisantes o a los espaguetis.
A
partir de Stieg Larsson (hubieras disfrutado con su trilogía), he vuelto a leer
novela policiaca. La española Giménez Bartlett, la de la inspectora Petra
Delicado, es muy buena. Y tiene un gran sentido de humor. También me he reído
mucho con Carmen Posadas, hacia quien tenía ciertos prejuicios, y su Hoy caviar, mañana sardinas, escrita en
colaboración con su hermano Gervasio y con las hilarantes notas de su sufrida madre-esposa-de-diplomático, es de lo más divertido. Por cierto, ¿os reís en el cielo…?
Carolina ha preguntado que cuándo bajáis.
En
los talleres de lectura, intento que la escritura sea cada vez más depurada y
ajustada a la esencia, a lo que se quiere decir. “La palabra exacta”. Ser
preciso.
El
otro día pasó un chico de traje por la calle que olía a Davidoff, no recuerdo si tu última colonia, pero sí la que mejor le
iba a tu persona, y no solo por el nombre…
Víctor
se sube el traje de baño hasta el cuello, como tú a su edad (esto me lo dijo
mamá). Yo no te recuerdo a ti en plan “alcalde de Villar del Río”, con el
pantalón en los sobacos. Será que con el tiempo te volviste pitifino y aprendiste las costumbres de
la jet.
En
las fiestas de la Virgen Grande
de Torrelavega he recordado que tú eras uno de los fijos de las fiestas
patronales de agosto, y que siempre ibas con los hijos de tus amigos a las
distintas atracciones. Era una cita irrenunciable a la que nunca faltabas.
A
mamá le hiciste el mejor regalo que podías hacerle: apuntarle a ONO y que pueda
llamar gratis a quien quiera. Nosotros también lo disfrutamos, porque así
podemos hablar todas las noches.
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