Martes, 6 de agosto de 2024
A las 7 h apagan las luces
de la ciudad. 22 grados. Un bochornooo… El cielo está un poco negro, pero…
En mi vagón, todo el mundo
va silencioso, unos mirando el móvil; a mi izquierda, una chica saca punta al
lápiz… de ojos (para acabar de pintarse).
En Valdecilla-La Marga, se
sube mucha gente (muchos latinos en el tren a estas horas, ¿a trabajar…?). El
amanecer se refleja en las cristaleras de las naves a la salida de Santander.
En ellas, siguen encendidas farolas y focos.
Un chico, delante, oyendo a
voz en grito lo que quiera que oiga en su móvil.
El sol deja reflejos rojizos
en las fachadas, Ya está alto en Nueva Montaña. Vamos a paso de caracol.
Parados en Astillero: me
está entrando un sopor… El maíz empieza a empanojarse
después de Heras. Frente a la estación de Orejo están construyendo algo, no sé
qué.
Dos palmeras que he visto
están de los más achuchadas. ¿El
picudo rojo…?
En Solares se baja el pesado del móvil que, además, ponía las playeras en el asiento de delante. 👿
De Solares a Ceceñas vamos
tocando las ramas con las ventanas. Antes de llegar a Líérganes (casi una hora
de viaje), en un campo, una cigüeña y una gaviota se miran, cara a cara.
El andén está lleno de
hierbas silvestres (hierba cana, zanahoria silvestre, trébol de cuernecillos…):
casi parece un jardín. Enfrente, las autocaravanas se desperezan a las 8.15 h.
A “y 20” son las salidas de vuelta, cada hora.
Mi intención era, como siempre,
cruzar el puente hacia las cafeterías, pero la cartelería de la estación me
lleva a tomar, a la derecha, hacia el puente mayor y el casco histórico. Para
otro día dejo, o no, a la izquierda, la subida a los Picos de Busampiro (las tetas de Liérganes en el lenguaje
popular) y la vía ferrata. Ja, ja, ja. Ese para Sonia…
A estas horas, las 8.30 h,
el hombre–pez está pensativo y solo mirando al río. En el pozo del puente romano están intentando recuperar el
salmón y piden que no se tiren piedras ni se bañe la gente.
Aunque pone “carretera
cortada”, tiro hacia la última casa blanca que veo, en el barrio del
Mercadillo, pues la carretera sigue. Hay una finca estupenda a la derecha y, la
senda, de cemento, discurre entre pinos y eucaliptos. Es todo subida y, cuando
veo el cartel de “Cuidado con el perro”, me vuelvo: no está mi cadera para
subidas pindias… No he visto barreras, puertas, o algo, que me indique que es
propiedad privada… En la bajada, huele a menta deliciosamente.
En el río, la crocosmia ha
invadido una de las orillas, bajo los fresnos y alisos. A las 9 h cruzo el
puente. El sol ya pega, así que, a partir de ahora, cogeré las calles en
sombra.
-Panorama…, el que va a
venir… -escucho al pasar frente al supermercado. No sé si se referirán a
visitantes y turistas, más tarde. La plaza, frente a Correos, está ya llena de
coches aparcados.
Frente al alojamiento rural
El Arral, el grupo Egoin Wood reforma una casa en madera.De nuevo mi camino
acaba en el río. ¡Vuelta!
En Casa Langre (vivienda
vacacional) cojo la paralela, en sombra. Y salgo a la carretera general, a la
izquierda, en busca de la umbría.
Abren tardísimo, para mí, y, antes de las 10 h, no encuentro un sitio para tomarme un pinchito de algo. Por fin, consigo un café y un triangulo vegetal en el Hotel Cantábrico (4´50 euros). Luego, compro en la pastelería María Luisa unos sobaos para casa, y me da tiempo a comerme un pastel recién traído (!´70 euros). Ummmm. Levito...
A las 10.15 h estoy en el tren. A "y 20" salimos o´clock. He andado 5´09 km, 8.331 pasos. He estado activa 114 minutos y he gastado 1.066 calorías. ¡Bien!!!
En La Cavada se sube mucha gente. El Salón Sañudo, recién blanqueado, antaño una sala de baile, es ahora una nave industrial.
El aire acondicionado, ahora, me da frío y me pongo el pañuelo a lo Audrey Hepburn en Charada, cubriendo oídos y garganta.
En Orejo una lugareña me dicen que la construcción no son viviendas sociales sino una fábrica de yeso. Parece que ahora nos toca estar parados aquí... Veo el cartel de Piensos Ulises. Curioso nombre...
En Astillero, se sube gente que va a la compra con carrito, o a la playa. Cuando llego a Santander, es demasiado tarde para ir a darme un baño: ver las colas para el bus urbano , y el calor, también me desincentivan. Otra vez será...
Reinosa, fin de trayecto en la línea C-1, tendrá que quedar para septiembre o cuando acaben las obras con trasbordos en
bus…
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