Sábado, 22 de junio de 2024
Siempre me gusta darme un
paseo previo, para ver lo que hay de nuevo desde el verano anterior. Son ya
tantos años…, desde mis 18 (y ya tengo 62…).
En este caso, ha sido el sábado
22 de junio, para dejar algunas cosas en la casa de mis padres.
Me acerqué primero a la playa: aunque la temperatura es buena, el día está nublado y no hay mucha gente. Veo una montaña tapada por un plástico: son troncos para la próxima hoguera de San Juan. También la “tribuna” del pinar, supongo. Espero que no se quede permanente todo el verano… Siempre me pregunto por qué el ruido es el principal componente de las fiestas. Como si estuviéramos todos sordos para subir decibelios…
Luego, fui andando al
pueblo, por abajo. La casa ¿Villa Elena? está plagada de ortigas y, cada vez,
más deteriorada. Para mí es el emblema de las casas de familia amplia, cuando los veraneos eran de tres
meses…
A continuación, la que yo
llamo “de los piratas”, una casa larga, de abajo arriba, tiene un desconchón
enorme en su pintura rojiza.
Veo pasar el tren turístico
-¿¡yaaaa…!?-, aunque vacío, delante de la plaza de la fuente de los tres caños.
De camino hacia el Corro,
una nueva tienda de ropa infantil, que se despliega en una superficie acristalada. Con cartel,
diciendo que, si no están, se comuniquen a través de un móvil para que acudan “rápidamente”.
El corro (Campíos) está hasta arriba: en los bares, en el poyo (el banco corrido bajo la rampa)…
En la plaza del
Ayuntamiento, en la antigua farmacia, luce ahora un cartel de “La Central. Cerámicas
and Co”. Me acerco y… ¡es una tienda pitifina!
En la Cuesta de Tino,
Canela, ya en su tercera ubicación, si no recuerdo mal…
Sigo hacia el Corro San Pedro.
Un cartel anuncia “Vacaciones en Comillas. Alquiler turístico. Licencias para
uso turístico. Gestión de vivienda vacacional”. Creo que ya estaba el año
pasado, pero supongo que con la declaración de “pueblo más bonito de España” y
las redes sociales (y National Geographic), tendrán trabajo “a destajo”…
Bajo por la cuesta del
marqués y vuelvo a constatar que la miniacera está invadida por las hortensias
y que la gente ha de salirse a la carretera en ese tramo. ¿Los que diseñan las
zonas verdes, no piensan que la vegetación crece…? ¿Por qué ponen arbustos -que
también crecen- en las isletas donde debes dar la vuelta con el coche,
impidiendo una buena visibilidad…?
Este ha sido mi primer paseo
pre-verano. Los siguientes serán al amanecer, para huir de los calores y de la
gente (y disfrutar del silencio y del frescor)…
El primer paseo del verano 2024 en Comillas evoca una mezcla de nostalgia y observación crítica. A lo largo del recorrido, se notan los cambios del pueblo, desde la playa, con la preparación para la hoguera de San Juan, hasta las viejas casas que evidencian el paso del tiempo, como la deteriorada Villa Elena y la casa "de los piratas" con su fachada deslucida. La vida en el centro está en plena ebullición: el tren turístico recorre las calles vacías, los bares están llenos en el Corro, y nuevas tiendas aparecen, como la boutique infantil acristalada y la refinada "La Central" en la antigua farmacia. El paseo también muestra algunas frustraciones, como la vegetación que invade aceras y dificulta la visibilidad en las isletas, reflejando la necesidad de un diseño urbano más consciente del crecimiento natural. En conjunto, es un relato lleno de observaciones personales que transmite tanto la transformación del lugar como la permanencia de ciertas tradiciones. ¿Qué recuerdos tienes de tus lugares favoritos en verano? ¿Hay algo que siempre cambia o que permanece igual año tras año? ¡Comparte tu experiencia!
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Soy técnico de refrigeradores