Miércoles, 26 de abril de 2023
18 grados a las 10 h en el
tren a Lombera, Los Corrales de Buelna (con destino final Reinosa). A pesar de
estar nublado (casi que lo prefiero).
Espero recordar bajarme en
Lombera, la estación más cercana al IES María Telo. Aunque me quedarán casi dos
horas hasta la charla.
En Guarnizo, ya sale el
sol…, y sube a temperatura (19 grados). Las falsas acacias en los terraplenes
de las vías están en flor (son de mayo…).
Vioño no es nada sin su cohete-sputnik azul, arrumbado y roto en
el suelo, su seña de identidad desde lo lejos. ¡Qué pena! (han detonado las
chimeneas de la antigua Cristalería Española).
En el apeadero de Lombera
pregunto a un joven y me dice que el insti
está a unos quince minutos, cruzando el puente, hacia la derecha. “Es el mío…”.
Y no sé si es que ya ha acabado las clases o ha hecho pellas…Como también me
informa de que “cerca no hay nada”, decido ir hacia el centro (por la calle San
Cipriano), buscando la sombra, a consumir las casi dos horas que me quedan.
En los jardines de las casas
han florecido las rosas. Pronto llego a un sitio donde creo saber dónde estoy
(la avenida de Cantabria, que cruza la localidad): hoy es día de mercado.
Aprovecho para ver la nueva
biblioteca, que ha quedado espléndida, me tomo un café y un pincho y compro una
chaqueta calentita a mi madre en una tienda de las de toda la vida. Luego,
regreso, un poco apurada (el tiempo se me ha echado encima) hacia el instituto.
En una rotonda, un señor en coche al que pregunto, viéndome con el bastón, se
ofrece a dejarme a la puerta. Siempre hay gente amable por ahí.
Tras la jornada libresca,
voy andado hacia el apeadero. En el andén, hay chavales a todas horas, sea la
hora que sea. Las vías están llenas de basura, y ellos tienen algo que ver…
Media hora de vitamina D. A
las 14.17 h pasan los tropecientos vagones de un tren mercancías. Una hormiga
solitaria camina desde las losas al alquitrán, que debe de estar ardiendo (no
sé cómo no se deja las patas…).
Una lata de refresco llega a
mis pies con el viento. Miro alrededor en busca de una papelera, para tirarla,
pero no hay ninguna; así que mi gesto, que pretendía ser ejemplificador, se
queda en nada.
A las 14.38 h pasa el
Talgo/Alvia a toda flecha. El aire viene mojado por mi nuca y las nubes negras
comienzan a agolparse sobre nuestras cabezas.
Muchos de los jóvenes de
Lombera se apean en Torrelavega. En Viérnoles, la revisora ha tenido que meter
la llave para que un rezagado, que se mueve con paso cansino, pueda bajarse.
24 grados a las 14.57 h,
pero llevamos aire acondicionado -y yo me he dado dos vueltas al fular. Otro
montón de chavales se baja en Renedo (venían de más allá de Lombera). Aquí nos
toca esperar.
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