Viernes,
10 de marzo de 2023
Con motivo de la
inauguración de la exposición Mujer, agua, memoria en la antigua cooperativa (que vi reformar en
2018), subo en tren a Arenas de Iguña una tarde anaranjada de sur.
En el primer vagón viene
bastante gente: deben ser aquellos que salen de sus trabajos o de la
universidad/instituto a las 14.30 h. Se bajan en Nueva Montaña, Parbayón,
Renedo (mogollón) y Torrelavega,
sobre todo.
En Valdecilla han cortado
los plumeros invasores, pero esto no es suficiente (volverán a rebrotar –sus raíces pueden
alcanzar los 3 metros de profundidad-, y a colonizar con su polen más y más
terreno…).
Vamos a toda flecha. Las
flores grandes de los magnolios dan color a los árboles, que aún aguardan que
llegue la primavera. También las mimosas, y la flor del tojo, y frutos como
naranjas y limones.
En Boo de Guarnizo, como
siempre, toca esperar el cruce con el otro tren, en sentido contrario. Antes de
llegar a Renedo, las prímulas inundan una zona de río.
Pasamos bajo el cohete azul de Vioño. Recuerdo que he
leído hoy algo en el periódico sobre las
chimeneas. https://www.eldiariomontanes.es/region/pielagos/pp-pide-alcaldesa-pielagos-evite-derribo-chimeneas-20230308121718-nt.html. El
PP pide a la alcaldesa de Piélagos que evite el derribo de las históricas chimeneas
de la antigua Cristalería Española de Vioño, una «seña de identidad» del
municipio.
En Torrelavega, me fijo en
un cartel mientras estamos parados: “No lanzar agua con tensión en catenaria”
(eso será porque alguna vez la habrán lanzado…- digo…). No llego a Arenas a las 16.04 h ni de churro: Son casi las 16 h, y aquí
seguimos…
La estación de Las Caldas
ahora está toda acordonada, más rota
que nunca: lleva así, al menos, desde 2018; lo he dejado escrito en mi libro
del tren…
El señor “culo inquieto” se
baja en Los Corrales y, con un palillo entre los dientes, grita a uno: “¡Adiós,
pollo!...”.
Cerca de Las Fraguas, muchos
árboles a ambos lados del río muestran sus hojillas tiernas.
A las 16.30 h, el pueblo de
Arenas está tranquilo, y los hombres, en el bar. Me tomo un cortado en El
Rincón (y aprovecho para ir al baño). Luego, para hacer tiempo hasta las cinco,
recorro la calle/carretera principal, en un sentido y en otro.
En varias casas, cuelga el
cartel: “Biogás, así, no” (luego me entero de que hace alusión a la planta de
biogás que se planea en Cabezón de la Sal). Paso ante el restaurante Casa
Victoria, donde comí al menos dos veces el menú en 2018. Y constato que han
puesto placas solares en el tejado del Ayuntamiento.
En el otro sentido, llego
hasta los apartamentos turísticos, al final del pueblo, y la harinera. Aquí
también hay un barrio La Herrán: el nombre tiene que significar algo…
La exposición es un éxito de público, pero hay demasiada gente para verla a placer: tendré que subir otro día...
Esperando el tren de vuelta
(nada de a las 18.07 h, como consta en el horario: llega a las 18.18 h…), una
voz – cantando las estaciones- me ha sorprendido: la estación tiene nuevo
sistema de megafonía en remoto…
¡Qué tarde tan naranja y tan
bonita de sur!
Después de Vioño, junto al
río, hay un dormidero de garcillas. Sigue habiendo 20 grados a las 7 de la
tarde…
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