Como la otra vez no pude ver bien la exposición, decido
ir en cuanto abran un día de diario…
Jueves,
16 de marzo
21 grados (al sol) a las 9.37 h. Bufff.
Con mi tarjeta dorada, el billete me sale -ida y vuelta-
4´90 euros. ¡Bien!
Al salir, veo flores amarillas (¿mostaza silvestre?) en
el ribazo de la Peña del Cuervo. El bar La Pasarela está llena de parroquianos
al sol. Todo ha florecido.
En Valdecilla se sube uno de seguridad que va, como yo,
bien abrigado…
En el vagón vamos cuatro gatos, pero impera la mala
educación: un señor oye música a todo volumen en su teléfono… Me cambio al
inicio del vagón. Y se sube otro que habla a gritos por el móvil. Me levanto y
camino hasta el tercer vagón, buscando la paz. Ahora es el de seguridad, que
tiene la sintonía del Coche fantástico.
“Es que voy conduciendo…”- miente a quien quiera que sea…
Paramos en Guarnizo, as usual. Se ha ido nublando y sopla
algo de viento.
Dos esforzados ciclistas
pedalean por un sendero cercano a la estación de Sierrapando.
El de seguridad se baja en
Las Caldas. A partir de ahora, si viene un malandrín, ¡allá nos las
compongamos!…
Veo fotos en el paisaje,
pero no me da tiempo a hacerlas: una vaca blanca rodeada de garcillas blancas…
Otra vez parados en Los
Corrales, La temperatura ha bajado a 18 grados. Se agradece…
Veo la exposición a placer:
pasadas las 11 h, estoy sola. Y tomo muchas fotos de los paneles, en espera de
que salga el libro.
Al salir, en Arenas de huele
a incendio. Miro en Google y…, sí: “Activo un incendio forestal en Arenas de
Iguña y otros cinco controlados”…
Junto al río, una lavandera
hace su vuelo, y conviven verónicas (flores azules) y almizcleñas (moradas). Un
mirlo corretea por la carretera (a 20 km/h) habilitada para bicis. Cerca de la
harinera descubro una lengua de buey (planta).
¡Vaya! Me las prometía muy
felices siguiendo la carretera ciclable,
pero llego a una puerta metálica con un cartel de “Prohibido el paso”. No me
extraña: en la finca hay tudancas e igual me mochan con esos cuernos largos…
Son las 12 h, así que es
hora de volver y tomarme algo en El Rincón antes de coger el tren de las 12.30
h. Dejo atrás una huerta de berzas lozanas y regreso por el mismo camino
ribereño. Pena de río con plásticos que cuelgan de troncos y arbustos.
¡Nada de a las 12.30 h...! –
según mi horario impreso. A las 12.36 -según mi App a “tiempo real”.
En el tren, va un chico
leyendo un libro… ¡en papel!...
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