lunes, 3 de agosto de 2020

DIARIO “Un año mirando desde el balcón” (10). CONVIVIENDO CON EL CORONAVIRUS

Sábado, 1 de agosto

¡Qué noche de calor…! 19 grados a las 6.30 h…Ya sé que, para los que vienen de Madrid, esto es la gloria, pero…Para hoy dan chubascos desde las 11 h…(Pues no).

Al salir de casa, por fin saco fotos a los alcorques de los carpes (antes de que “la patrulla segadora” se lleve por delante el pequeño jardín silvestre). Distingo llantén, diente de león, cenizos…, y otras plantas que no conozco. Las aceras están plagadas de mierda de perro, y huele  a pis…


A las 8.15 h subo a los salesianos por las escaleras mecánicas de Numancia. El viento es gallego, o quizá ahora suroeste. Dos mujeres están limpiando a conciencia reposabrazos y entradas y salidas de las cinta.

Llegando ya casi arriba, a la taberna La radio,  junto a un bordillo lleno de colillas, una mascarilla usada…


21 grados a las 8.33 h. Huele mal… El paseo General Dávila está casi vacío: uno paseando al perro; otro, con los periódicos…


En el Conservatorio Jesús de Monasterio, bajo unos pinos, un desconocido (no hay placa ni nada grabado…), con ropa del siglo XIX, mira hacia esta plaza dura, utilitaria, llena de cemento, que contrasta con su aspecto romántico de observador sin prisa… (En internet encontraré más tarde que es Beethoven…).


https://www.eldiariomontanes.es/20130919/local/santander/beethoven-escucha-201309190927.html. Santander cuenta con una poco conocida estatua del compositor alemán.


Domingo, 2 de agosto. Mamá cumple 82


18 grados a las 8.37 h. Calabobos incesante. ¡¿Quién me mandará salir de casa para ir a la pisci…!? Y encima voy todo el rato con un calcetín comido


Como quedan diez minutos para que abran, me siento en el banco de la marquesina de Salesianos a esperar. Los tejados, lavados por esta lluvia mansa, brillan entre el gris del cielo; el tráfico hace sisear el asfalto mojado y los zapatos de goma hacen chuik-chuik al pisar la acera.


En la piscina de los chorros me he dejado llevar por las corrientes de agua, haciendo la plancha: ha sido una gozada.

Al salir, a las 10 h,  ya no llueve. ¡Biennnn! El suelo incluso se ha secado un poco.


Las castañas pilongas en la finca Altamira me recuerdan los bastos de la sota de la baraja.


Nubes bajas cubren Peña Cabarga mientras desciendo por la cuesta del Meteorológico.


Zarzas y correhuelas salen entre las placas de cemento del muro cerca de la iglesia de la calle Monte.


Lunes, 3 de agosto

18 grados a las 7 h. Parcialmente nublado. Hoy dan hasta 22 grados.

Salgo a las 8.15 h con el sol queriendo aparecer entre las nubes.20 grados a las 8 y 24 h.

Todos los plátanos de la calle José Mª Pereda tienen oidio, y nadie los  trata (también los de Reina Victoria).

Hoy la Segunda playa del Sardinero está llena de hoyos y pozas. Grado de ocupación: 1 %.

Tras el baño, sigo el camino del agua hasta la orilla…para secarme mientras paseo.

Las tablas de los que están sentados esperando la ola perfecta refulgen como bonitos de plata.

A estas horas, en la Escuela de Surf Sardinero, tablas y trajes de neopreno están dispuestos para la próxima clase, secándose al sol.

Mientras voy hacia la playa del Camello, huele a mar. El niño Neptuno está jugando a pinchar las nubes.

En el aparcamiento, un señor arregla su coche; otro, acalda el maletero y, un tercero, descansa en un banco en traje de baño, con la mascarilla en la muñeca a la manera de Caperucita…

El Camello, a las 9.40 h, está al 2-3% de ocupación. Cinco minutos más tarde, empiezan a bajar coches como locos al parking.


El carril-bus del año pasado (o de aparcamiento de motos y coches…) se ha convertido en un carril-bici de doble sentido. A su lado, los coches han de ir a 30 kilómetros por hora.


Frente a la parada de bus, antes del enorme paso de cebra, se advierte a los ciclistas de que puede haber peatones cruzando, al bajarse del autobús. No sé si me convence mucho la idea… En otro paso de peatones con semáforo recomiendan a los de dos ruedas ir a una velocidad de 10 kilómetros por hora. Esperemos que no haya ningún peatón atropellado por bici al final del verano…

La bahía hoy está como un plato…


Martes, 4 de agosto. 2 años ya

https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2018/06/suances-1947-1973-aquellos-veranos.html. Suances, aquellos veranos…

 

18 grados a las 8.15 h. Creo que cada vez soy más de mañanas…

Miércoles, 5 de agosto


Tarda en amanecer. 17´3 grados a las 6.45 h.

En la curva de la lonja se oyen voces y gritos de la gente: a través del objetivo de la máquina, veo que son personas  con traje de buzo, supongo que de la Escuela de Buceo… (podían ser un poco menos “expresivos”…).


Cojo el Paseo de Jesús Cancio. Nunca me había fijado en las luces anaranjadas colocadas en la barra del faro…


Al inicio del Paseo del Muelle, un tablero anuncia que, desde las 11 h, está abierto el sustituto del restaurante “La lonja”, ahora de nombre “Mirando al mar”.


Al dar la vuelta al puerto veo la luna llena, hermosa, blanca y redonda en el cielo.


¡Por fin! descubro a los hombres-rana. Vuelven, tras nadar toda la playa, con una boya naranja, a las escaleras de la lonja. El último llega agotado, parándose entre brazada y brazada. Los demás, se han ido, dejándolo/la a sus propias fuerzas…

En Santander

A la una menos diez hay un montón de chavales en la parada de Jesús de Monasterio. Claro: ¡van a la playa! Cojo el primer bus que veo que va en dirección al Sardinero: el 13. En el Ayuntamiento, ya hemos debido alcanzar el aforo máximo (45 personas) y el conductor emplaza a los viajeros a coger el siguiente.

A las 13.15 h, la ocupación de la Segunda del Sardinero es del 86 %, ya en rojo, y con el acompañamiento de “Precaución”.


No sé si volverme fumadora, comedora compulsiva o habladora de móvil sin fin (esto último creo que no es excusa) para poderme quitar la mascarilla: yo me asfixio, siento un ahogo que empiezo a  hiperventilar… Por eso, salgo lo menos posible de casa para no tener que ponérmela; es como si estuviera, de nuevo, confinada…

Jueves, 6 de agosto

Salgo a las 8.15 h. Hoy dan el segundo día de más calor en Cantabria: hasta 29 grados (a la sombra).

El sol ya ha salido por encima de la biblioteca municipal, y me deslumbra a pesar de llevar las gafas de sol. 20 grados a las 8 y 21 h.

¡Bufff! Hoy me toca pasar la banda de arena…Grado de ocupación: 1 % (verde). Entre…

El agua está más fría que estos días y casi tengo que poner el intermitente para cruzar entre los paseantes de la orilla hacia el mar (van muy cerca de la arena seca; está marea alta).

En la orilla hay muchos “choco-melos” (no sé lo que son…¿actinias muertas...?) y un tractor va recogiendo  los montoncitos de hierba/algas, agrupados antes, al filo de la arena mojada.

Hoy no está agradable para pasear después del baño: fuera, hay mucho desnivel y se te tuercen los pies y, por el agua, las olitas han dejado su marca en la arena, y también es incómodo.

Cuando me voy, sobre las 9.15 h, la Segunda está al 5 % de ocupación. Cerca del Chiqui se ha formado una isleta de arena.

Mientras subo hacia la Primera, huele  a hoja seca, a tamarindo… ¡y a pis!!!!...

Viernes, 7 de agosto. Comillas

Cuando salía del agua, sobre las 9.30 h, una vecina de mis padres, me dice: “Esa que va por ahí, con el blusón blanco, es Ágatha Ruiz de la Prada…”.

Me fijo y va totalmente de incógnito entre las gafas grandes de sol, la pamela y el pelo en la cara.

Sábado, 8 de agosto

Hoy me he bañado más pronto que nunca. Luego, sobre las 11.30 h he salido a pasear, de sombra en sombra, como el Coyote de Correcaminos MicMic.

En la subida al parque de la estatua, una valla y dos carteles: “Clausurado de 22 a 7 h [por] Medidas Sanitarias” y la copia de los artículos de la “Ordenanza para la Convivencia Ciudadana” que recoge la multa por infracción al beber en la vía pública, fuera de “terrazas y veladores” (150 euros). Supongo que esa ordenanza puede aplicarse todos los años, aunque no haya covid (la convivencia debería ser siempre…).

Aún quedan restos de latas de cerveza y botellas rotas de licor en las cunetas. A las 11.30 h, por el cementerio, bajan riadas de gente hacia la playa.

Frente a La Gaviota, como no hay raya amarilla que lo prohíba, una hilera de coches ocupa uno de los carriles (la carretera es de subida y bajada).

Unos colirrojos observan, primero desde el cable de la luz y luego desde un poste de cemento, mientras mariposas blancas y amarillas revolotean en el aire caliente. Una urraca anda despacio cerca de los columpios vacíos.

A los pies del banco en que descanso (de todos los bancos en que descanso), colillas y cáscaras de pipas… Desde Cruz Roja recuerdan, por los altavoces, guardar la distancia de seguridad, en la arena y en el agua.

Cojo la calle La Peña, a la derecha y me siento frente a la antigua prisión, hoy albergue, con la Pontificia al fondo. Plátanos y fresnos forman un túnel hacia la Casa del duque de Almodóvar.

Luego cojo la senda que parte del albergue. El “jardín secreto” está lleno de mirlos y…los efectos del botellón (vodka con naranja, cervezas…). Simplemente, han cambiado de sitio…

A mí no me importa que beban: allá ellos…; pero que luego recojan y dejen el sitio como lo encontraron. Yo les ponía a recoger basura “incontrolada” durante una jornada de 8 horas: verás como no vuelven a hacerlo…

Domingo, 9 de agosto

Salgo a pasear, pasadas las 7.30 h (ya hay más de 21 grados a pesar de que ayer por la tarde jarreó con ganas). De momento, el cielo está lleno de nubes (aunque no dan agua; al menos, durante la mañana).

Se oyen voces en la carretera, o quizá sea en las casas de más arriba, o en el prado del marqués (ya son más de las 7 h y, teóricamente, se puede entrar al parque…).  Hace un vientito que vivifica y refresca de tanto bochorno húmedo.

Efectivamente, hay gente en la estatua, pero no sé si son jóvenes…Pues sí: son jóvenes y acaban de poner esa música machacona a todo gas…

Sigo el Paseo de Juan Martínez Noriega y cojo en dirección a la Puerta del Moro (luego prefiero ir por detrás de El Espolón, la calle Ignacio Fernández de Castro). Junto al número 15, Villaquieta de Santa Lucía, la casa que alquilaron un verano -hace ya muchos años- la tía Pili y el tío Clemente. Entonces el jardín (hoy Jardín de Lorenzo Correa) llegaba hasta la carretera. (Por detrás, veo que conserva las ventanas de antes, de madera, de dos hojas y con contraventanas).

Después cojo el Camino Puerta de los Pájaros. Tiro hacia la izquierda…y han pintado El Mirador de color ladrillo.

Ya en el centro del pueblo, junto al bar La Moto, la esquina se vende o alquila. Al lado, el bar de copas La bici (se ve que va de vehículos…).

Cuando me voy a bañar, sobre las 9 h, delante de mí Ágatha Ruiz de la Prada con una pamela rosa y un blusón de rayas de colores.

Lunes, 10 de agosto. Santander

Una amiga me pasa la aplicación oficial del Gobierno de España (radar-COVID) para evitar la propagación del coronavirus. Como soy un poco zote, le digo que esperaré a mi sobrino para que me tutele…Si, finalmente, puedo echarme al Camino en septiembre, me puede ser útil…

Sobre las 13 h. ¿Por qué no inventarán máquinas sin ruido…? Mi vecina del 27 está limpiando el patio con agua a presión. Parece que se ha generalizado el uso de la “Lady Vap”, en vez de quitar el verdín con el silencioso cepillo de púas de toda la vida…

18 h. No soporto el reguetón (ni a las personas que te obligan a oír su música por las ventanillas abiertas de los coches, a todo volumen).

Martes, 11 de agosto

Un epidemiólogo advierte de lo que va a pasar en España dentro de 15 días por la COVID…O sea, hacia el 25 de agosto…Esperaré antes de sacarme el billete de autobús a Santiago y reservar noche…

https://www.huffingtonpost.es/entry/un-epidemiologo-advierte-de-lo-que-va-a-ocurrir-dentro-de-15-dias-por-el-coronavirus-en-espana_es_5f314559c5b6e96a22b55c20. El corona, en España, dentro de 15 días.

Salgo para mi baño diario sobre las 8.15 h, antes de que  el día empeore…23 grados a las 8 y 22 h en la farmacia Americana de Jesús de Monasterio.

El autobús va con el aire acondicionado a tope; así que saco de la bolsa de playa toda mi artillería…: pañuelo de cabeza para cubrirme los oídos y la chaqueta del revés (lo de atrás, delante), para taparme la garganta.

Hoy me apeo en Piquío, que tiene rampita para bajar a la arena; la marea está alta. En un mar en calma, muy cerca, el artilugio de viento que instalaron ayer.

https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/instalan-abra-sardinero-20200810141623-nt.html. Instalan en el Abra de El Sardinero la primera turbina eólica flotante. Generará energía renovable con capacidad de abastecer a 15.000 hogares.

Hay mucha menos gente en la playa que en días pasados (los paseantes se acumulan en la parte del Chiqui). Según la pantalla digital, concretamente, cero. Debe ser porque no existe el 0´5 %, porque los que estamos, yo incluida, ¿acaso no somos nadie…?

Cuando me marcho, tras el baño, la ocupación ya es del 1%...

En la Primera playa, ocupada al 0%, han llenado de “conitos” la que supongo será luego la salida de los cursillistas de la Escuela de Surf, con sus tablas…

El mar es hoy una piscina. Juraría que hay gente junto a la “plataforma eólica”…Me encantan estos días plomizos: sin lluvia, pero grises. El viento, mientras camino hacia el busto de Sepúlveda, me viene de frente: es gallego.

-       Hala, disfruta, que voy a currar… -se despide un ciclista de otro  a la entrada de La Magdalena.

Por Reina Victoria, parece Niu York: ¡cuánta gente corre…! Como si me hubieran leído el pensamiento, me doy de bruces en una marquesina con un anuncio de la ciudad que nunca duerme. Jajaja… Me encanta…Estos publicitarios…

La hierba de los parterres está totalmente agostada (nunca mejor dicho) tras la siega de verano. 22 grados a las 10 h en Puerto Chico.

Por la tarde, chaparrones...

Jueves 13 de agosto

8 h. 20 grados “Mayormente nublado”. Lluvia: 7%. Pues me arriesgo…

21 grados  a las 9.05 h, cuando voy a coger el autobús a la playa. No es que me haya despertado más tarde (estoy levantada desde las 5…); es que me he liado con la escritura de una entrada para mi blog sobre un libro fascinante: El jardín (de Constance Fenimore Woolson).

Veo a varias personas con paraguas: espero que no caiga…

Me apeo en Piquío. Hay poca gente paseando y nadie bañándose  en la Segunda.

La turbina destaca en amarillo sobre un mar grisáceo.

Hasta este año no me había dado cuenta de cuántas “alturitas” tienen los paseos junto a la playa: hasta 4 en paralelo, en ocasiones.

Mientras me baño, un grupo con traje de neopreno chilla como una bandada de estorninos cada vez que viene una ola.

La marea está baja, pero subiendo. Con el agua por las rodillas, cruzo a la Primera playa, la Concha. Hoy, además de tablas, hay canoas en el mar.

A las 9.30 h ya estoy saliendo de la arena. El Camello está al 3 % de ocupación: será por los jugadores de palas…

La luz ya me parece de septiembre y el sol ha salido, picón…En Peligros, las barcas destacan sobre el agua mansa, con sus colores vivos.

Viernes, 14 de agosto

En Santander amanece despejado con una hermosa luna menguante aún en el cielo.

En Comillas, a las 10.45 h salgo hacia el pueblo, tras bañarme en la playa  a las 9.30 h.

Estoy harta de, cada vez que voy a tirar la basura, recoger latas o briks que la gente arroja por encima del muro, en vez de tirarlos a una papelera (o llevárselos a su casa). En el pasadizo, una mugrienta mascarilla y los restos de poda del seto de la carretera (que también los han dejado ahí…).

Al volver de la compra, me encuentro la plaza Ortiz de Zárate con tres filas de coches. El bar La bolera está cerrado por COVID…

Más tarde voy con mi padre a ver cómo progresan las obras del puerto. Hoy no trabajan. Las gaviotas otean confiadas.

Por la tarde

Paseo por Liandres (unas gallinas curiosas se acercan a la carrera) y parada en la playa de Fonfría.

Sábado, 15 de agosto. Cambio de quincena

Amanece mortecino. 20´6 grados a las 7 horas. Día mustio.

Salgo a las 9 h, tras el baño. Según mi móvil, las lluvias no empezarán hasta pasadas las 2 de la tarde. El mar es una piscina (y está a 21 grados…).

Hoy decido ir hacia la universidad Pontificia. Al inicio del camino, me encuentro a la señora del moño que al principio del verano me decía que a ver si llegaba “a ver el mar”; un poco lejos de los lugares habituales - para mí-, me dice que es su paseo de cada día: “Me he metido por una calleja…”. Supongo que es “Las Paserucas”…

Carretera abajo es la Ruta costera (Los pocos coches que pasan van como si esto fuera una autopista…). Yo voy a ver a dónde llego, rodeando a la Ponti, por el camino de pedruscos. Huele a heno de las pacas ensiladas.

En la tejavana donde jugábamos al tenis, en tiempos de los cursos de inglés de los jesuitas, ha salido ¡un pino! Y hasta aquí han llegado las mascarillas abandonadas…

Pronto empieza una pista más amable tapizada por agujas de pinos.

Tras pasar un túnel, como hacia la Ponti está vallado, la única opción es tomar el ramal de la derecha hacia un eucaliptal, rebrotando tras una matarrasa.

El camino se vuelve a dividir junto a dos araucarias comidas por la hiedra: para internarse en el eucaliptal (con charcos), o bajar. Decido tomar el de bajada.

Los cuervos me saludan en su vuelo matutino.

Al poco, el camino carretero se convierte en la entrada a una gran finca de hierba. Como me parece ver un camino impreso en el prado (y oigo una máquina al final), decido seguir mi intuición. Pero es una intuición fallida: no hay salida y tengo que volverme en dirección a la garita abandonada. Hasta aquí ha llegado el botellón…

De regreso, tomo la “calleja”, que decía la señora del moño. Yo también la recuerdo como un camino de herradura de los de fila india, pero ahora es una carretera que da servicio a los “casoplones” de la zona.

Tras comprar el periódico en el pueblo, bajo rodeando el prado del marqués. En las inmediaciones de La Gaviota, la gente está acaldando sus coches para volver a su primera residencia: palos de golf, chica de servicio, o nanny…

A las 11 h, estoy en casa.

Domingo, 16 de agosto

17´2 grados a las 7 h. Amanece con la “mano negra” (Mordor) extendiéndose de este a oeste.

Salgo a las 7 y 25 con el sol elevándose del mar. Aún están encendidas las luces de la calle…

Paso delante del tanque de tormentas, que huele nauseabundo, hacia la Ruta  (carretera) de la costa, que dejé pendiente. El mar está liso como una tabla.

Dicha ruta son bajadas y subidas pronunciadas; la última, una muy pindia en la que mi padre dejó tirados a sus hijos muchas veces  a sus 70 y muchos. En algunos sitios, la carretera esta abierta y se desliza hacia los lados, que tiran para abajo.

Definitivamente, la luz ya es septembrina (aunque estemos a mediados de agosto).

Pensaba que podría llegar hasta la grúa de caloca, que veía en el horizonte, pero está prohibido el paso. Pero más adelante, hay otro camino (agrícola) -no prohibido- y llego ante el castillete. El paisaje es maravilloso: verde y azul, con las pacas redondas de hierba amarillenta, el sol y el aire.

Decido seguir por el camino agrícola, a ver dónde me lleva…Está un poco embarrado de la lluvia de ayer, así que voy por la línea central de hierba. Al fondo, los Picos…

Voy costeando por los meandros que marca el sendero. Todo sea que el camino acaba abruptamente, como ayer, y me tenga que volver por donde he venido…

Sigo por esta mies de verdura. Toda la costa está llena de castilletes para subir la caloca.

Esto es una aventura…El sendero se convierte en un camino de herradura y luego solo en hierba aplastada. Junto a una de las grúas, entre un eucalipto y un brezal, veo la marca de la rueda de una bicicleta. Por ahí subo.

Paso entre un grupo de helechos (espero que no tengan garrapatas) y llego a un banco mugriento “con vistas”, así que el camino debe ser este…

Al final, salgo enfrente de unos casoplones de Trasvía. Cerca de las casas, cojo el camino empedrado hacia arriba (hacia abajo, creo que puedo llegar a Gerra…). Ya son las 9 h Empalmo con el  “Camino a la mies” que me hice hace unos días, y vuelvo por la carretera. Me espera un baño bien merecido…

Lunes, 17 de agosto

18´9 grados a las 7 h. El amanecer es siempre más bonito, y más rojizo,  de lo que aparece en mis fotografías. Del rojo sangre al naranja. Cuando la luz se hizo, vi las nubes grises…

Sobre las 16.30 h empieza a llover en Santander.

Martes, 18 de agosto

Amanecer fastuoso...

Pensaba ir a Monte (un pueblo/barrio de Santander) a primera hora, pero como solo hay un autobús cada hora, y faltan 35 minutos para el siguiente, decido irme primero a la playa (hoy me he puesto el traje de baño debajo).

A las 8.45 h cojo el 2 hacia el Sardinero. Cuando me bajo en Piquío, veo que hay mucho tráfico de barcos: distingo 4 cargueros desde la Punta de Mataleñas en dirección al puerto.

Tras el baño, para secarme (no he traído recambio), voy por los “caminos del agua“  (hay mucha gente por la orilla…).


-Lucas, no tengo tanto dinero…- escucho decir a un niño de unos seis años a otro, mientras se chutan la pelota.

Andando de poza en poza y de lámina de agua en lámina de agua, descubro ¿los restos de una antigua arqueta…? Algo como con tornillos y una estructura de ladrillo al lado.

Hoy la marea está muy baja y se puede andar tranquilamente hasta la primera playa, sin correr para cruzar antes de que suba la marea. El saliente entre ambas playas está cubierto de hinojo marino. También veo uña de gato, tamariscos y palmeras.

Sobre las 10 h, los señores habituales andan de charleta en la playa del Camello.

Miércoles, 19 de agosto

Hoy, que dan 34 grados (a la sombra), salgo como una bala sobre las 8.15 h. Ya hace un calorrrr y el aire es caliente. 25 grados en la farmacia.

Cuando llego a la playa, hay una luz de septiembre maravillosa. Tras el baño, el sol es fuego y el aire arde. Creo que hoy me van a salir calenturas…

De nuevo hago “los caminos del agua” hasta la playa de La Concha. Junto a la “trampilla del infierno” o del “submarino del capitán Nemo”, una bolsa de plástico de unos grandes almacenes…

Más adelante, alguien se ha dedicado a hacer apilamientos caprichosos de piedras y rocas. La gente hoy se va a cocer y muchos se van a abrasar.

A las 9.15 h ya estoy saliendo de la playa: no aguanto más este calor de fuego.

En un banco de la playa del Camello, alguien ha dejado una cáscara de plátano encajada entre los listones. Pero, ¿tanto cuesta…?

Jueves, 20 de agosto

22´4 grados a las 7 y 25 h. Cuando me voy a bañar, sobre las 8 h, chispea un poco, pero agua con agua…

En el paseo posterior con mi padre hasta el puente, en el “pajarín”, un cormorán ha sustituido a las gaviotas que habitualmente se posan en la roca que señala la playa de Santa Lucía, bajo el Joseín.

En la biblioteca, hoy me han dicho que, por precaución, han retrocedido a una fase anterior y ahora no se permite estar en sala más de 10  minutos al ordenador. Me bajo al pendrive los correos que me interesan y me llevo un libro.

Viernes, 21 de agosto

Hoy bajo a la playa sobre las 7.45 h. El mar está rugiente; ha subido mucho (la marea alta, de 101, era a las 7 h)  y ha dejado “acantilados” en la arena.

Decido no bañarme: tira mucho hacia adentro y las olas son “rompeclavículas” (rompen mal), y no hay nadie para que me salve…Solo paseo de lado a lado, y me voy.

Al salir al pueblo a las 8.45 h, huele a quemado; pero no veo el incendio. La niebla se está metiendo en la playa y un solitario se ha sentado en su silla a la vera del mar.

Sábado, 22 de agosto

El mar, malo, de nuevo. A pesar de un coeficiente de 94, casi ha llegado a la barandilla. 20´8 grados a las 8 y 20 h. Chirimiri.

A pesar de todo, me he ido a pasear hasta el Joseín, y vuelta. No se bañaba nadie (yo, tampoco), hasta que ha venido una señora, un poco tambaleante y se ha metido a remojarse por la rodilla (que le llegaba al muslo o a la cintura cuando le llegaba la ola). La he mirado un rato, para asegurarme de que no se la llevaba una ola orillera, y he seguido mi camino...

Domingo, 23 de agosto

17´9 grados a las a las 7.05 h. Septiembre se acerca.

Salgo a bañarme pasadas las 8 h, con marea alta. Hoy el mar no parece tan fiero como ayer. Las olas son orilleras, pero si entras en el periodo de descanso, ya no te pillan las olas rotas. Tengo el mismo cuidado para salir…

Antes, he recogido de la arena 3 cascos de litrona, dos de vino, dos botellines de agua y un vaso de plástico…

La basura sigue camino del pueblo. En el parque del marqués, un operario desinfecta la cruz junto a los bancos que miran al cementerio.

Lunes, 24 de agosto

19´7 grados a las 7 y 20 h. Suben las temperaturas de nuevo.

En el autobús a Santander, dos conductores cuentan sus aventuras y desventuras con la gente de televisión que han tenido que transportar.

Tras hablar de un tema de trabajo para este próximo otoño, me pego la gran sudada haciendo zafarrancho en casa porque viene una amiga...

https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/cantabria-registra-mayor-20200824164749-nt.html. Cantabria registra el mayor grado de ocupación hotelera de España en julio.

Martes, 25 de agosto

22 grados (a la sombra) a las 8.40 h. Dan 23 de máxima.

A las 10.15 h, cuando salgo de la playa (la Segunda),  hay un 12 % de ocupación. Pero como la marea está alta, la sensación de que hay mucha gente es mayor. Hace un nordeste suave, pero cuando el sol te pega en la cara, te abrasa (por lo menos, a mí).

Es un día de calma chicha para los surfistas. Les preguntaba a unas niñas: “Y hoy, ¿qué vais a hacer sin olas…?”.  “Nadar”- me responden. Nadar sobre la tabla, claro.

Mientras bajo en autobús, por la zona de Somo se ve un incendio, ¿o es niebla…?

Miércoles, 26 de agosto

24 grados a las 9 y 17 h. ¡Bufff! Hoy el día está “mayormente nublado” -como dice mi móvil. Luego pasará a “parcialmente nublado…”.


Otro día de “nadar sobre la tabla”- pienso cuando veo el mar desde el autobús. En la Segunda, 2 % de ocupación y ¡otra vez a pasar la barra de arena!…

“Para bañarse, la zona buena es donde rompen las olas…”- oigo explicar a un monitor a sus neófitos. Lo he experimentado: había una corriente que me llevaba para adentro, en ese mar encalmado, y me costó salir.

Cuando me voy a las 10.15 h, la playa ya está al 4 %. La atmósfera, como dice mi amiga Conchi, está cargada (la humedad, pesa). Desde Piquío, se ve muy bien la corriente que me pilló a mí.


-       Ayer me comí el primer helado del verano… -cuenta por el móvil un señor sentado en un banco. (Un poco tarde -pienso para mí…- aunque nunca es tarde para tomar un buen helado…).

A las 11 h, con el sol ya brillando en el cielo, estoy en casa. ¡Bien!!!

Jueves, 27 de agosto

Salgo a las 8.15 h, antes de que apriete el calor…, o venga Mordor. La atmósfera sigue cargada y huele a basura.

23 grados a las 8 y 23 h. ¡Bufff!

Lo primero que miro antes de bañarme es si está la corriente de ayer, y dónde. No la veo, pero me meto un poco recelosa. El agua fresca es una maravilla.

Toda la ropa me huele a gambas (las que hicimos ayer, a la plancha, para comer).

La marea está subiendo y puedo seguir los caminos del agua hasta la Primera. Dos señoras se saludan a un lado y a otro del “océano”.



Una madre joven, que mira el móvil, sienta de malas formas a su hija, que jugaba dos metros más allá.

Soy la única que sigue el “camino del agua”. Veo pequeñas ¿quisquillas…? Hoy, mientras siga el sol, va a hacer un calor terrible.

A las 9 y 20 h estoy fuera de la playa. La fuente donde me limpiaba los pies al salir de la Primera, no tiene agua, así que voy andando descalza hasta los bancos y me quito la arena con el pañuelo.

A las 10.40 h, como siempre, cojo el bus en la parada de Sepúlveda. Baño y paseo todo en uno…

Viernes, 28 de agosto

20´1 grados a las 7 y 20 h. Esta noche ha llovido y por momentos, ha hecho un ventarrón…

Hoy mar y cielo están grises cuando salgo, a las 8.30 h, hacia el pueblo.

Bajo el “Molucas”  (calle Antonio López) veo las primeras hojas caídas de su yedra trepadora. El pueblo, salvo por sus coches aparcados, parece ya un lugar invernal (no hay nadie por las calles).


A la vuelta, las hojas de los plátanos cubren la acera. En la tele, oí decir que los árboles hacían una gestión del agua para adaptarse al alargamiento del verano, los periodos de calor y el cambio climático, tirando hojas. Uno de ellos tiene dos ramas desgajadas como si alguien se hubiera colgado de ellas. ¿Acaso les gustaría que les estiraran de los brazos como si fuera una tortura…?


En la playa, solo algas y gaviotas.


Sábado, 29 de agosto

17´8 grados a las 8 y 10 h. ¡Ha llegado el invierno!…

Sobre las 12.15 h, hay una concentración de gaviotas en el cielo y sobre el mar. ¿Será que anticipan peor tiempo…?


Domingo, 30 de agosto

15´5 grados a las 8 h. Ha llovido toda la noche y no sé lo que tardará en caer de nuevo. A las 9. 30 h es la marea baja.

Salgo hacia el pueblo a las 8 y 20 h. ¡Qué frescura!, qué gusto.


La valla del Ayuntamiento lleva tirada al menos desde ayer ante la subida al parque del marqués, aunque no creo que ahora, con estas lluvias, alguien haga botellón…

Mientras subo al pueblo por la carretera que rodea el parque voy recorriendo, mentalmente, todos los paseos que he dado este verano: hasta los pinos, por la universidad…


Cuando vuelvo, dos noticias relacionadas con la basura: una chica me pregunta por un iglú para echar los cascos de cerveza. Y descubro cómo sacan la basura de esos contenedores mini metálicos: yo pensaba que iba por tuberías bajo tierra, pero hoy lo he visto. Con un botón hacen ascender los puestos y, debajo, hay un contenedor como el de toda la vida que es el que vuelcan en el camión. Al llegar a casa, junto a nuestro contenedor, han dejado dos o tres bolsas de basura. ¿Por qué no hacen el trabajo completo: levantan la tapa y echan la basura dentro, como hace la mayoría de  la gente…?


Lunes, 31 de agosto

13 grados a las 9.30 h. La fisio me ha puesto un esparadrapo turquesa precioso para aguantarme el tobillo. Con la revisión dentista ya tengo todas las revisiones hechas para irme tranquila al Camino: podólogo, corte de pelo…



 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 


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