18 grados a las 7 h.
Parcialmente nublado. Hoy dan hasta 22 grados.
Salgo a las 8.15 h con el
sol queriendo aparecer entre las nubes.20 grados a las 8 y 24 h.
Todos los plátanos de la
calle José Mª Pereda tienen oidio, y nadie los
trata (también los de Reina Victoria).
Hoy la Segunda playa del Sardinero está llena de hoyos y pozas. Grado de ocupación: 1 %.
Tras el baño, sigo el camino
del agua hasta la orilla…para secarme mientras paseo.
Las tablas de los que están
sentados esperando la ola perfecta refulgen como bonitos de plata.
A estas horas, en la Escuela
de Surf Sardinero, tablas y trajes de neopreno están dispuestos para la próxima
clase, secándose al sol.
Mientras voy hacia la playa
del Camello, huele a mar. El niño Neptuno está jugando a pinchar las nubes.
En el aparcamiento, un señor
arregla su coche; otro, acalda el maletero y, un tercero, descansa en un banco
en traje de baño, con la mascarilla en la muñeca a la manera de Caperucita…
El Camello, a las 9.40 h,
está al 2-3% de ocupación. Cinco minutos más tarde, empiezan a bajar coches
como locos al parking.
El carril-bus del año pasado
(o de aparcamiento de motos y coches…) se ha convertido en un carril-bici de doble
sentido. A su lado, los coches han de ir a 30 kilómetros por hora.
Frente a la parada de bus,
antes del enorme paso de cebra, se advierte a los ciclistas de que puede haber
peatones cruzando, al bajarse del autobús. No sé si me convence mucho la idea… En
otro paso de peatones con semáforo recomiendan a los de dos ruedas ir a una
velocidad de 10 kilómetros por hora. Esperemos que no haya ningún peatón
atropellado por bici al final del verano…
La bahía hoy está como un
plato…
Martes,
4 de agosto. 2 años ya
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2018/06/suances-1947-1973-aquellos-veranos.html. Suances, aquellos veranos…
18 grados a las 8.15 h. Creo que cada vez soy más de mañanas…
Miércoles,
5 de agosto
Tarda en amanecer. 17´3
grados a las 6.45 h.
En la curva de la lonja se
oyen voces y gritos de la gente: a través del objetivo de la máquina, veo que
son personas con traje de buzo, supongo
que de la Escuela de Buceo… (podían ser un poco menos “expresivos”…).
Cojo el Paseo de Jesús
Cancio. Nunca me había fijado en las luces anaranjadas colocadas en la barra
del faro…
Al inicio del Paseo del
Muelle, un tablero anuncia que, desde las 11 h, está abierto el sustituto del
restaurante “La lonja”, ahora de nombre “Mirando al mar”.
Al dar la vuelta al puerto
veo la luna llena, hermosa, blanca y redonda en el cielo.
¡Por fin! descubro a los
hombres-rana. Vuelven, tras nadar toda la playa, con una boya naranja, a las
escaleras de la lonja. El último llega agotado, parándose entre brazada y
brazada. Los demás, se han ido, dejándolo/la a sus propias fuerzas…
En
Santander
A la una menos diez hay un
montón de chavales en la parada de Jesús de Monasterio. Claro: ¡van a la playa!
Cojo el primer bus que veo que va en dirección al Sardinero: el 13. En el
Ayuntamiento, ya hemos debido alcanzar el aforo máximo (45 personas) y el
conductor emplaza a los viajeros a coger el siguiente.
A las 13.15 h, la ocupación
de la Segunda del Sardinero es del 86 %, ya en rojo, y con el acompañamiento de
“Precaución”.
No sé si volverme fumadora,
comedora compulsiva o habladora de móvil sin fin (esto último creo que no es
excusa) para poderme quitar la mascarilla: yo me asfixio, siento un ahogo que empiezo
a hiperventilar… Por eso, salgo lo menos
posible de casa para no tener que ponérmela; es como si estuviera, de nuevo,
confinada…
Jueves,
6 de agosto
Salgo a las 8.15 h. Hoy dan
el segundo día de más calor en Cantabria: hasta 29 grados (a la sombra).
El sol ya ha salido por
encima de la biblioteca municipal, y me deslumbra a pesar de llevar las gafas
de sol. 20 grados a las 8 y 21 h.
¡Bufff! Hoy me toca pasar la
banda de arena…Grado de ocupación: 1 % (verde). Entre…
El agua está más fría que
estos días y casi tengo que poner el intermitente para cruzar entre los
paseantes de la orilla hacia el mar (van muy cerca de la arena seca; está marea
alta).
En la orilla hay muchos “choco-melos”
(no sé lo que son…¿actinias muertas...?) y un tractor va recogiendo
los montoncitos de hierba/algas, agrupados antes, al filo de la arena
mojada.
Hoy no está agradable para
pasear después del baño: fuera, hay mucho desnivel y se te tuercen los pies y,
por el agua, las olitas han dejado su marca en la arena, y también es incómodo.
Cuando me voy, sobre las
9.15 h, la Segunda está al 5 % de ocupación. Cerca del Chiqui se ha formado una
isleta de arena.
Mientras subo hacia la Primera,
huele a hoja seca, a tamarindo… ¡y a pis!!!!...
Viernes,
7 de agosto. Comillas
Cuando salía del agua, sobre
las 9.30 h, una vecina de mis padres, me dice: “Esa que va por ahí, con el
blusón blanco, es Ágatha Ruiz de la Prada…”.
Me fijo y va totalmente de
incógnito entre las gafas grandes de sol, la pamela y el pelo en la cara.
Sábado,
8 de agosto
Hoy me he bañado más pronto
que nunca. Luego, sobre las 11.30 h he salido a pasear, de sombra en sombra,
como el Coyote de Correcaminos MicMic.
En la subida al parque de la
estatua, una valla y dos carteles: “Clausurado de 22 a 7 h [por] Medidas
Sanitarias” y la copia de los artículos de la “Ordenanza para la Convivencia
Ciudadana” que recoge la multa por infracción al beber en la vía pública, fuera
de “terrazas y veladores” (150 euros). Supongo que esa ordenanza puede
aplicarse todos los años, aunque no haya covid (la convivencia debería ser siempre…).
Aún quedan restos de latas
de cerveza y botellas rotas de licor en las cunetas. A las 11.30 h, por el
cementerio, bajan riadas de gente hacia la playa.
Frente a La Gaviota, como no
hay raya amarilla que lo prohíba, una hilera de coches ocupa uno de los
carriles (la carretera es de subida y bajada).
Unos colirrojos observan,
primero desde el cable de la luz y luego desde un poste de cemento, mientras
mariposas blancas y amarillas revolotean en el aire caliente. Una urraca anda
despacio cerca de los columpios vacíos.
A los pies del banco en que
descanso (de todos los bancos en que descanso), colillas y cáscaras de pipas…
Desde Cruz Roja recuerdan, por los altavoces, guardar la distancia de
seguridad, en la arena y en el agua.
Cojo la calle La Peña, a la
derecha y me siento frente a la antigua prisión, hoy albergue, con la
Pontificia al fondo. Plátanos y fresnos forman un túnel hacia la Casa del duque
de Almodóvar.
Luego cojo la senda que
parte del albergue. El “jardín secreto” está lleno de mirlos y…los efectos del
botellón (vodka con naranja, cervezas…). Simplemente, han cambiado de sitio…
A mí no me importa que
beban: allá ellos…; pero que luego recojan y dejen el sitio como lo
encontraron. Yo les ponía a recoger basura “incontrolada” durante una jornada
de 8 horas: verás como no vuelven a hacerlo…
Domingo, 9 de agosto
Salgo a pasear, pasadas las
7.30 h (ya hay más de 21 grados a pesar de que ayer por la tarde jarreó con ganas). De momento, el cielo
está lleno de nubes (aunque no dan agua; al menos, durante la mañana).
Se oyen voces en la
carretera, o quizá sea en las casas de más arriba, o en el prado del marqués
(ya son más de las 7 h y, teóricamente, se puede entrar al parque…). Hace un vientito que vivifica y refresca de
tanto bochorno húmedo.
Efectivamente, hay gente en
la estatua, pero no sé si son jóvenes…Pues sí: son jóvenes y acaban de poner
esa música machacona a todo gas…
Sigo el Paseo de Juan
Martínez Noriega y cojo en dirección a la Puerta del Moro (luego prefiero ir
por detrás de El Espolón, la calle Ignacio Fernández de Castro). Junto al
número 15, Villaquieta de Santa Lucía, la casa que alquilaron un verano -hace ya muchos
años- la tía Pili y el tío Clemente. Entonces el jardín (hoy Jardín de Lorenzo
Correa) llegaba hasta la carretera. (Por detrás, veo que conserva las ventanas
de antes, de madera, de dos hojas y con contraventanas).
Después cojo el Camino
Puerta de los Pájaros. Tiro hacia la izquierda…y han pintado El Mirador de
color ladrillo.
Ya en el centro del pueblo,
junto al bar La Moto, la esquina se vende o alquila. Al lado, el bar de copas
La bici (se ve que va de vehículos…).
Cuando me voy a bañar, sobre
las 9 h, delante de mí Ágatha Ruiz de la Prada con una pamela rosa y un blusón
de rayas de colores.
Lunes,
10 de agosto. Santander
Una amiga me pasa la
aplicación oficial del Gobierno de España (radar-COVID) para evitar la
propagación del coronavirus. Como soy un poco zote, le digo que esperaré a mi sobrino para que me tutele…Si,
finalmente, puedo echarme al Camino en septiembre, me puede ser útil…
Sobre las 13 h. ¿Por qué no inventarán máquinas sin ruido…? Mi vecina del 27 está limpiando el patio con agua a presión. Parece que se ha generalizado el uso de la “Lady Vap”, en vez de quitar el verdín con el silencioso cepillo de púas de toda la vida…
18 h. No soporto el reguetón (ni a las personas que te obligan a oír su música por las ventanillas abiertas de los coches, a todo volumen).
Martes, 11 de agosto
Un epidemiólogo advierte de lo que va a pasar en España dentro de 15
días por la COVID…O sea, hacia el 25 de agosto…Esperaré antes de sacarme el
billete de autobús a Santiago y reservar noche…
https://www.huffingtonpost.es/entry/un-epidemiologo-advierte-de-lo-que-va-a-ocurrir-dentro-de-15-dias-por-el-coronavirus-en-espana_es_5f314559c5b6e96a22b55c20. El corona, en España, dentro de 15
días.
Salgo para mi baño diario sobre
las 8.15 h, antes de que el día empeore…23
grados a las 8 y 22 h en la farmacia Americana de Jesús de Monasterio.
El autobús va con el aire
acondicionado a tope; así que saco de la bolsa de playa toda mi artillería…: pañuelo
de cabeza para cubrirme los oídos y la chaqueta del revés (lo de atrás, delante),
para taparme la garganta.
Hoy me apeo en Piquío, que
tiene rampita para bajar a la arena; la marea está alta. En un mar en calma,
muy cerca, el artilugio de viento que instalaron ayer.
https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/instalan-abra-sardinero-20200810141623-nt.html.
Instalan en el Abra de El Sardinero la
primera turbina eólica flotante. Generará energía renovable con capacidad de
abastecer a 15.000 hogares.
Hay
mucha menos gente en la playa que en días pasados (los paseantes se acumulan en
la parte del Chiqui). Según la pantalla digital, concretamente, cero. Debe
ser porque no existe el 0´5 %, porque los que estamos, yo incluida, ¿acaso no
somos nadie…?
Cuando
me marcho, tras el baño, la ocupación ya es del 1%...
En
la Primera playa, ocupada al 0%, han llenado de “conitos” la que supongo será luego la salida de los cursillistas de la Escuela de Surf, con sus tablas…
El
mar es hoy una piscina. Juraría que hay gente junto a la “plataforma eólica”…Me
encantan estos días plomizos: sin lluvia, pero grises. El viento, mientras
camino hacia el busto de Sepúlveda, me viene de frente: es gallego.
- Hala, disfruta, que voy a currar… -se despide un
ciclista de otro a la entrada de La Magdalena.
Por
Reina Victoria, parece Niu York: ¡cuánta gente corre…! Como si me hubieran leído
el pensamiento, me doy de bruces en una marquesina con un anuncio de la ciudad
que nunca duerme. Jajaja… Me encanta…Estos publicitarios…
La
hierba de los parterres está totalmente agostada (nunca mejor dicho) tras la
siega de verano. 22 grados a las 10 h en Puerto Chico.
Por la tarde, chaparrones...
Jueves 13 de agosto
8
h. 20 grados “Mayormente nublado”. Lluvia: 7%. Pues me arriesgo…
21
grados a las 9.05 h, cuando voy a coger
el autobús a la playa. No es que me haya despertado más tarde (estoy levantada
desde las 5…); es que me he liado con la escritura de una entrada para mi blog
sobre un libro fascinante: El jardín (de
Constance Fenimore Woolson).
Veo
a varias personas con paraguas: espero que no caiga…
Me
apeo en Piquío. Hay poca gente paseando y nadie bañándose en la Segunda.
La
turbina destaca en amarillo sobre un mar grisáceo.
Hasta
este año no me había dado cuenta de cuántas “alturitas” tienen los paseos junto
a la playa: hasta 4 en paralelo, en ocasiones.
Mientras
me baño, un grupo con traje de neopreno chilla como una bandada de estorninos
cada vez que viene una ola.
La
marea está baja, pero subiendo. Con el agua por las rodillas, cruzo a la Primera
playa, la Concha. Hoy, además de tablas, hay canoas en el mar.
La
luz ya me parece de septiembre y el sol ha salido, picón…En Peligros, las
barcas destacan sobre el agua mansa, con sus colores vivos.
Viernes, 14 de agosto
En Santander amanece
despejado con una hermosa luna menguante aún en el cielo.
En Comillas, a las 10.45 h
salgo hacia el pueblo, tras bañarme en la playa
a las 9.30 h.
Estoy harta de, cada vez que
voy a tirar la basura, recoger latas o briks que la gente arroja por encima del
muro, en vez de tirarlos a una papelera (o llevárselos a su casa). En el
pasadizo, una mugrienta mascarilla y los restos de poda del seto de la carretera
(que también los han dejado ahí…).
Al volver de la compra, me
encuentro la plaza Ortiz de Zárate con tres filas de coches. El bar La bolera
está cerrado por COVID…
Más tarde voy con mi padre a
ver cómo progresan las obras del puerto. Hoy no trabajan. Las gaviotas otean
confiadas.
Por
la tarde
Paseo por Liandres (unas
gallinas curiosas se acercan a la carrera) y parada en la playa de Fonfría.
Sábado,
15 de agosto. Cambio de quincena
Amanece mortecino. 20´6 grados a las 7 horas. Día mustio.
Salgo a las 9 h, tras el
baño. Según mi móvil, las lluvias no empezarán hasta pasadas las 2 de la tarde.
El mar es una piscina (y está a 21 grados…).
Hoy decido ir hacia la
universidad Pontificia. Al inicio del camino, me encuentro a la señora del moño
que al principio del verano me decía que a ver si llegaba “a ver el mar”; un
poco lejos de los lugares habituales - para mí-, me dice que es su paseo de
cada día: “Me he metido por una calleja…”. Supongo que es “Las Paserucas”…
Carretera abajo es la Ruta
costera (Los pocos coches que pasan van como si esto fuera una autopista…). Yo
voy a ver a dónde llego, rodeando a la Ponti, por el camino de pedruscos. Huele
a heno de las pacas ensiladas.
En la tejavana donde
jugábamos al tenis, en tiempos de los cursos de inglés de los jesuitas, ha
salido ¡un pino! Y hasta aquí han llegado las mascarillas abandonadas…
Pronto empieza una pista más
amable tapizada por agujas de pinos.
Tras pasar un túnel, como
hacia la Ponti está vallado, la única opción es tomar el ramal de la derecha
hacia un eucaliptal, rebrotando tras una matarrasa.
El camino se vuelve a
dividir junto a dos araucarias comidas por la hiedra: para internarse en el
eucaliptal (con charcos), o bajar. Decido tomar el de bajada.
Los cuervos me saludan en su
vuelo matutino.
Al poco, el camino carretero
se convierte en la entrada a una gran finca de hierba. Como me parece ver un
camino impreso en el prado (y oigo una máquina al final), decido seguir mi
intuición. Pero es una intuición fallida: no hay salida y tengo que volverme en
dirección a la garita abandonada. Hasta aquí ha llegado el botellón…
De regreso, tomo la
“calleja”, que decía la señora del moño. Yo también la recuerdo como un camino
de herradura de los de fila india, pero ahora es una carretera que da servicio
a los “casoplones” de la zona.
Tras comprar el periódico en
el pueblo, bajo rodeando el prado del marqués. En las inmediaciones de La
Gaviota, la gente está acaldando sus coches para volver a su primera
residencia: palos de golf, chica de servicio, o nanny…
A las 11 h, estoy en casa.
Domingo,
16 de agosto
17´2 grados a las 7 h.
Amanece con la “mano negra” (Mordor) extendiéndose de este a oeste.
Salgo a las 7 y 25 con el
sol elevándose del mar. Aún están encendidas las luces de la calle…
Paso delante del tanque de
tormentas, que huele nauseabundo, hacia la Ruta
(carretera) de la costa, que dejé pendiente. El mar está liso como una
tabla.
Dicha ruta son bajadas y
subidas pronunciadas; la última, una muy pindia en la que mi padre dejó tirados
a sus hijos muchas veces a sus 70 y
muchos. En algunos sitios, la carretera esta abierta y se desliza hacia los
lados, que tiran para abajo.
Definitivamente, la luz ya
es septembrina (aunque estemos a mediados de agosto).
Pensaba que podría llegar
hasta la grúa de caloca, que veía en el horizonte, pero está prohibido el paso.
Pero más adelante, hay otro camino (agrícola) -no prohibido- y llego ante el
castillete. El paisaje es maravilloso: verde y azul, con las pacas redondas de
hierba amarillenta, el sol y el aire.
Decido seguir por el camino
agrícola, a ver dónde me lleva…Está un poco embarrado de la lluvia de ayer, así
que voy por la línea central de hierba. Al fondo, los Picos…
Voy costeando por los
meandros que marca el sendero. Todo sea que el camino acaba abruptamente, como
ayer, y me tenga que volver por donde he venido…
Sigo por esta mies de
verdura. Toda la costa está llena de castilletes
para subir la caloca.
Esto es una aventura…El
sendero se convierte en un camino de herradura y luego solo en hierba aplastada.
Junto a una de las grúas, entre un eucalipto y un brezal, veo la marca de la
rueda de una bicicleta. Por ahí subo.
Paso entre un grupo de
helechos (espero que no tengan garrapatas) y llego a un banco mugriento “con
vistas”, así que el camino debe ser este…
Al final, salgo enfrente de
unos casoplones de Trasvía. Cerca de las casas, cojo el camino empedrado hacia
arriba (hacia abajo, creo que puedo llegar a Gerra…). Ya son las 9 h Empalmo
con el “Camino a la mies” que me hice
hace unos días, y vuelvo por la carretera. Me espera un baño bien merecido…
Lunes, 17 de agosto
18´9 grados a las 7 h. El amanecer es siempre más bonito, y más
rojizo, de lo que aparece en mis
fotografías. Del rojo sangre al naranja. Cuando la luz se hizo, vi las nubes
grises…
Sobre las 16.30 h empieza a
llover en Santander.
Martes,
18 de agosto
Amanecer fastuoso...
Pensaba ir a Monte (un
pueblo/barrio de Santander) a primera hora, pero como solo hay un autobús cada
hora, y faltan 35 minutos para el siguiente, decido irme primero a la playa (hoy
me he puesto el traje de baño debajo).
A las 8.45 h cojo el 2 hacia
el Sardinero. Cuando me bajo en Piquío, veo que hay mucho tráfico de barcos:
distingo 4 cargueros desde la Punta de Mataleñas en dirección al puerto.
Tras el baño, para secarme (no
he traído recambio), voy por los “caminos del agua“ (hay mucha gente por la orilla…).
-Lucas, no tengo tanto
dinero…- escucho decir a un niño de unos seis años a otro, mientras se chutan
la pelota.
Andando de poza en poza y de
lámina de agua en lámina de agua, descubro ¿los restos de una antigua arqueta…?
Algo como con tornillos y una estructura de ladrillo al lado.
Hoy la marea está muy baja y
se puede andar tranquilamente hasta la primera playa, sin correr para cruzar
antes de que suba la marea. El saliente entre ambas playas está cubierto de hinojo
marino. También veo uña de gato, tamariscos y palmeras.
Sobre las 10 h, los señores habituales
andan de charleta en la playa del Camello.
Miércoles,
19 de agosto
Hoy, que dan 34 grados (a la
sombra), salgo como una bala sobre las 8.15 h. Ya hace un calorrrr y el aire es
caliente. 25 grados en la farmacia.
Cuando llego a la playa, hay
una luz de septiembre maravillosa. Tras el baño, el sol es fuego y el aire arde.
Creo que hoy me van a salir calenturas…
De nuevo hago “los caminos
del agua” hasta la playa de La Concha. Junto a la “trampilla del infierno” o
del “submarino del capitán Nemo”, una bolsa de plástico de unos grandes almacenes…
Más adelante, alguien se ha
dedicado a hacer apilamientos caprichosos de piedras y rocas. La gente hoy se
va a cocer y muchos se van a abrasar.
A las 9.15 h ya estoy
saliendo de la playa: no aguanto más este calor de fuego.
En un banco de la playa del
Camello, alguien ha dejado una cáscara de plátano encajada entre los listones.
Pero, ¿tanto cuesta…?
Jueves,
20 de agosto
22´4 grados a las 7 y 25 h.
Cuando me voy a bañar, sobre las 8 h, chispea un poco, pero agua con agua…
En el paseo posterior con mi
padre hasta el puente, en el “pajarín”, un cormorán ha sustituido a las
gaviotas que habitualmente se posan en la roca que señala la playa de Santa
Lucía, bajo el Joseín.
En la biblioteca, hoy me han
dicho que, por precaución, han retrocedido a una fase anterior y ahora no se
permite estar en sala más de 10 minutos
al ordenador. Me bajo al pendrive los correos que me interesan y me llevo un
libro.
Viernes,
21 de agosto
Hoy bajo a la playa sobre
las 7.45 h. El mar está rugiente; ha subido mucho (la marea alta, de 101, era a
las 7 h) y ha dejado “acantilados” en la
arena.
Decido no bañarme: tira
mucho hacia adentro y las olas son “rompeclavículas” (rompen mal), y no hay
nadie para que me salve…Solo paseo de lado a lado, y me voy.
Al salir al pueblo a las
8.45 h, huele a quemado; pero no veo el incendio. La niebla se está metiendo en
la playa y un solitario se ha sentado en su silla a la vera del mar.
Sábado,
22 de agosto
El mar, malo, de nuevo. A
pesar de un coeficiente de 94, casi ha llegado a la barandilla. 20´8 grados a
las 8 y 20 h. Chirimiri.
A pesar de todo, me he ido a
pasear hasta el Joseín, y vuelta. No se bañaba nadie (yo, tampoco), hasta que
ha venido una señora, un poco tambaleante y se ha metido a remojarse por la
rodilla (que le llegaba al muslo o a la cintura cuando le llegaba la ola). La
he mirado un rato, para asegurarme de que no se la llevaba una ola orillera, y
he seguido mi camino...
Domingo, 23 de agosto
17´9 grados a las a las 7.05
h. Septiembre se acerca.
Salgo a bañarme pasadas las
8 h, con marea alta. Hoy el mar no parece tan fiero como ayer. Las olas son
orilleras, pero si entras en el periodo de descanso, ya no te pillan las olas
rotas. Tengo el mismo cuidado para salir…
Antes, he recogido de la
arena 3 cascos de litrona, dos de vino, dos botellines de agua y un vaso de
plástico…
La basura sigue camino del
pueblo. En el parque del marqués, un operario desinfecta la cruz junto a los
bancos que miran al cementerio.
Lunes, 24 de agosto
19´7 grados a las 7 y 20 h. Suben
las temperaturas de nuevo.
En el autobús a Santander, dos conductores cuentan sus aventuras y desventuras con la gente de televisión
que han tenido que transportar.
Tras hablar de un tema de
trabajo para este próximo otoño, me pego la gran sudada haciendo zafarrancho en casa porque viene una
amiga...
https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/cantabria-registra-mayor-20200824164749-nt.html. Cantabria registra el mayor grado de
ocupación hotelera de España en julio.
Martes,
25 de agosto
22 grados (a la sombra) a
las 8.40 h. Dan 23 de máxima.
A las 10.15 h, cuando salgo
de la playa (la Segunda), hay un 12 % de
ocupación. Pero como la marea está alta, la sensación de que hay mucha gente es
mayor. Hace un nordeste suave, pero cuando el sol te pega en la cara, te abrasa
(por lo menos, a mí).
Es un día de calma chicha
para los surfistas. Les preguntaba a unas niñas: “Y hoy, ¿qué vais a hacer sin
olas…?”. “Nadar”- me responden. Nadar
sobre la tabla, claro.
Mientras bajo en autobús,
por la zona de Somo se ve un incendio, ¿o es niebla…?
Miércoles,
26 de agosto
24 grados a las 9 y 17 h. ¡Bufff!
Hoy el día está “mayormente nublado” -como dice mi móvil. Luego pasará a “parcialmente
nublado…”.
Otro día de “nadar sobre la
tabla”- pienso cuando veo el mar desde el autobús. En la Segunda, 2 % de
ocupación y ¡otra vez a pasar la barra
de arena!…
“Para bañarse, la zona buena
es donde rompen las olas…”- oigo explicar a un monitor a sus neófitos. Lo he
experimentado: había una corriente que me llevaba para adentro, en ese mar
encalmado, y me costó salir.
Cuando me voy a las 10.15 h,
la playa ya está al 4 %. La atmósfera, como dice mi amiga Conchi, está cargada (la
humedad, pesa). Desde Piquío, se ve muy bien la corriente que me pilló a mí.
-
Ayer me comí el primer helado del verano… -cuenta
por el móvil un señor sentado en un banco. (Un poco tarde -pienso para mí…-
aunque nunca es tarde para tomar un buen helado…).
A
las 11 h, con el sol ya brillando en el cielo, estoy en casa. ¡Bien!!!
Jueves,
27 de agosto
Salgo a las 8.15 h, antes de
que apriete el calor…, o venga Mordor. La atmósfera sigue cargada y huele a
basura.
23 grados a las 8 y 23 h.
¡Bufff!
Lo primero que miro antes de
bañarme es si está la corriente de ayer, y dónde. No la veo, pero me meto un
poco recelosa. El agua fresca es una maravilla.
Toda la ropa me huele a
gambas (las que hicimos ayer, a la plancha, para comer).
La marea está subiendo y
puedo seguir los caminos del agua hasta la Primera. Dos señoras se saludan a un
lado y a otro del “océano”.
Una madre joven, que mira el
móvil, sienta de malas formas a su hija, que jugaba dos metros más allá.
Soy la única que sigue el
“camino del agua”. Veo pequeñas ¿quisquillas…? Hoy, mientras siga el sol, va a
hacer un calor terrible.
A las 9 y 20 h estoy fuera
de la playa. La fuente donde me limpiaba los pies al salir de la Primera, no
tiene agua, así que voy andando descalza hasta los bancos y me quito la arena
con el pañuelo.
A las 10.40 h, como siempre,
cojo el bus en la parada de Sepúlveda. Baño y paseo todo en uno…
Viernes,
28 de agosto
20´1 grados a las 7 y 20 h.
Esta noche ha llovido y por momentos, ha hecho un ventarrón…
Hoy mar y cielo están grises
cuando salgo, a las 8.30 h, hacia el pueblo.
Bajo el “Molucas” (calle Antonio López) veo las primeras hojas
caídas de su yedra trepadora. El pueblo, salvo por sus coches aparcados, parece
ya un lugar invernal (no hay nadie por las calles).
A la vuelta, las hojas de
los plátanos cubren la acera. En la tele, oí decir que los árboles hacían una
gestión del agua para adaptarse al alargamiento del verano, los periodos de
calor y el cambio climático, tirando hojas. Uno de ellos tiene dos ramas
desgajadas como si alguien se hubiera colgado de ellas. ¿Acaso les gustaría que
les estiraran de los brazos como si fuera una tortura…?
En la playa, solo algas y
gaviotas.
Sábado, 29 de agosto
17´8 grados a las 8 y 10 h.
¡Ha llegado el invierno!…
Sobre las 12.15 h, hay una
concentración de gaviotas en el cielo y sobre el mar. ¿Será que anticipan peor
tiempo…?
Domingo,
30 de agosto
15´5 grados a las 8 h. Ha
llovido toda la noche y no sé lo que tardará en caer de nuevo. A las 9. 30 h es
la marea baja.
Salgo hacia el pueblo a las
8 y 20 h. ¡Qué frescura!, qué gusto.
La valla del Ayuntamiento
lleva tirada al menos desde ayer ante la subida al parque del marqués, aunque
no creo que ahora, con estas lluvias, alguien haga botellón…
Mientras subo al pueblo por
la carretera que rodea el parque voy recorriendo, mentalmente, todos los paseos
que he dado este verano: hasta los pinos, por la universidad…
Cuando vuelvo, dos noticias
relacionadas con la basura: una chica me pregunta por un iglú para echar los
cascos de cerveza. Y descubro cómo sacan la basura de esos contenedores mini
metálicos: yo pensaba que iba por tuberías bajo tierra, pero hoy lo he visto.
Con un botón hacen ascender los puestos y, debajo, hay un contenedor como el de
toda la vida que es el que vuelcan en el camión. Al llegar a casa, junto a
nuestro contenedor, han dejado dos o tres bolsas de basura. ¿Por qué no hacen
el trabajo completo: levantan la tapa y echan la basura dentro, como hace la
mayoría de la gente…?
Lunes,
31 de agosto
13 grados a las 9.30 h. La
fisio me ha puesto un esparadrapo turquesa precioso para aguantarme el tobillo.
Con la revisión dentista ya tengo todas las revisiones hechas para irme
tranquila al Camino: podólogo, corte de pelo…
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