En
2007, nos llovió lo indecible, dicen que por ser el mes de abril “aguas mil”.
Pero en Irlanda también insistían en que ese era un clima no habitual y luego
leímos que un literato lo llamaba “the bleak country”, algo así como “el país
rezumante”.
Mallorca,
a pesar de ser una isla de solo 37 por 100 kilómetros, no puede verse en solo una
visita…
Nos
sorprendieron agradablemente las ensaladas y la verdura, muy buenas, pero
echamos de menos en el hotel que nos pusieran zumo de naranja natural para
desayunar (en el país de las naranjas) y unas ensaimadas que no fueran
industriales…
De
todas formas, hicimos todo lo que pudimos, sin darnos por vencidas por el
tiempo, pero no yendo de mar y playa.
“¿Habéis visto las calas…?” -nos preguntaban. “No, ¿para qué? Si está jarreando todo el día…”.
Lunes, 9 de abril
Llegar
en coche alquilado al hotel Zurbarán nos cuesta un triunfo. Está detrás del
Paseo Marítimo, pero en una callejuela de solo un sentido, y sin poder aparcar en
la calle. Menos mal que el hotel tiene un aparcamiento… a seis euros el día.
Nuestra
habitación tiene una terraza tan amplia como la habitación. Debe de ser que al
quedarnos cuatro días… quieren conservar la clientela. También hay una máquina
de café en la que uno puede servirse gratis las veces que quiera.
VALDEMOSSA, EL VALLE DEL
MORO MUZA
Lo
primero que se ve es el campanario de azulejos verdes de La Cartuja. El rey Martín el
Humano donó en 1399 su palacio de Valldemossa para que se fundara la actual
Cartuja. Alrededor del Patio de los Mirtos se construyeron seis capillas y diez
celdas, cada una con su jardín, primitivamente los huertos de los monjes.
La
botica, fundada entre 1723 y 1725, se mantuvo activa hasta el año 1895 y su
último boticario, Juan Esteva Oliver, la mantuvo ocasionalmente abierta hasta
1926.
En 1932, se abrió al público como museo. Este contiene 138 albarelos de
cerámica catalana de los siglos XVII y XVIII, decorados en azul, con figuras
humanas, motivos vegetales y animales; el nombre, en latín, y escrito en
caracteres góticos. Además, se pueden admirar 21 arquetas de madera policromada
que contuvieron raíces, semillas u hojas o preparados de origen animal como
cuerno de ciervo o dientes de tiburón. O una colección de recipientes de vidrio
soplado que guardaban aceites, jarabes y destilados como el agua de rosas o la
flor de azahar.
Leo
que la farmacia de Llívia en La Cerdaña (Girona), de 1594, se considera la más
antigua de Europa…
Tras
la Desamortización
de Mendizábal, en 1835, [tres años antes de la llegada de Chopin y George Sand
a Mallorca], las celdas de los monjes cartujos y demás dependencias de La Cartuja se dividieron
entre 9 propietarios, modelo que ha llegado hasta nuestros días.
Algo de historia
En
el año 902 Mallorca pasa a formar parte del mundo islámico hasta que en 1229 Jaime I el Conquistador
entra en Madina Mayurca (Palma de M.). En esa fecha, el barrio judío, llamado
El Call, estaba junto a la actual calle de Santo Domingo.
De
la época musulmana sólo quedan los Baños árabes y el palacio de La Almudaina que, junto a la Seo , la Catedral , constituyen los
núcleos de Palma.
Pero
Palma fue fundada mucho antes por el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo, con
el nombre de Palmaria, hacia el año 123 a . C.
Oriundos famosos…
En
1233 nace en Palma Ramón Llull. El árbol de la ciencia, un incunable
suyo, se halla en la actualidad en la Cartuja de Valldemossa.
Quinientos
años más tarde, en 1713, nace en Petra el que luego será Fray Junípero Serra, evangelizador de
California.
…Y visitantes célebres
Jovellanos estuvo prisionero en la isla, entre
1802 y 1808, primero en la
Cartuja de Valldemossa, que aún no había sufrido la Desamortización , y
luego en el castillo de Bellver.
Pero
son George Sand y Chopin los
considerados como precursores del turismo en Mallorca. “Creo que hubiera podido
reclamar el honor de haber descubierto la isla de Mallorca”- escribe George
Sand en su relato “Un invierno en Mallorca”. “Llegamos a Palma el mes de
noviembre de 1838 [un 8 de noviembre], con un calor comparable al de nuestro mes de junio [en París]”.
Unos
años después, en 1867, llega el Archiduque
Luis Salvador de Habsburgo Lorena,
bajo el seudónimo de Ludwig. A él se
le tiene como el primer ecologista, ya que compró, para preservarlas, varias
fincas: Miramar, en Valldemossa; S´Estaca (que fue propiedad del actor Michael
Douglas), Son Ferrandell, Son Gallard y Son Guall, también en Valldemossa, y
Son Marroig y Sa Pedrissa, en Deiá, lugar que también eligió para vivir y morir
el escritor Robert Graves, enterrado desde 1985 en su cementerio, y que vivió
en la casa de nombre Ca N´Alluny. En 1953 escribió Por qué vivo en Mallorca.
Son Vent (El Viento) en
Establiments
Cuenta
George Sand en Un invierno en Mallorca:
“Íbamos todos los días a pasearnos por el lecho del torrente y llamábamos a
este rincón el Poussin, porque esta
naturaleza libre, elegante y bravía nos recordaba, con su melancolía, los sitios
predilectos de este gran maestro [pintor]”.
“Hacía
tres semanas que estábamos en Establiments cuando empezaron las lluvias. Hasta
entonces habíamos tenido un tiempo inmejorable…Los mallorquines…hasta el fin de
los dos meses de diluvio que tuvimos que aguantar, nos sostuvieron que no
llovía jamás en Mallorca…La Casa
del Viento (Son Vent)…se hizo inhabitable…No podíamos habituarnos al olor
asfixiante de los braseros, y nuestro enfermo [Chopin] empezó a sufrir y a
toser”.
Los marjades, “muros de piedras secas que cierran todos los
cercados”
Muchos
están derruidos o abandonados, pero el paisaje humanizado creado por ellos le
da una forma reconocible y característica. Es un rasgo peculiar del
paisaje mallorquín. “Este cultivo en bancales es muy favorable a los árboles”
-dicen sus conservadores.
Nos fuimos sin ver
Marivent
Al
volver a casa, otra pregunta habitual era: “¿Habéis visto el palacio de
Marivent?”. Pero en los cuatro días que estuvimos, oteando desde el hotel al
norte, al sur, al este y al oeste, nunca lo vimos. “Nos vamos a ir sin ver
Miravent”, vaticinaba mi hermana, trafucando las letras. Y nos fuimos…
RECUERDOS DIEZ AÑOS MÁS TARDE, EN 2017
Me fascinó Valldemossa. Pensé que, si alguna vez volvía, este sería mi centro a partir del cual desplazarme. O si no, me bastaría con pasear sus rincones y caminos. En La Cartuja salió el único rayo de sol del que disfrutamos...
En cambio, me quedé con pena de no ver los jardines de Raixa, que estaban cerrados por obras. Solo pudimos ver el exterior...
SABER MÁS
http://elviajero.elpais.com/elviajero/2015/12/17/actualidad/1450366443_093185.html. La Mallorca de Ramón Llull.
http://www.eldiariomontanes.es/planes/viajes/escapadas-guia-repsol/201603/06/inspiracion-mallorquina-chopin-20160306011615-rc.html.
Valldemossa, la inspiración mallorquina de Chopin
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