Y yo, ¿qué culpa tengo…?
Cuando el pintor de Orgaz me
retrató, yo ya era un caso extraordinario, citada en el Guzmán de Alfarache y recibida por nuestro rey, el augusto Felipe
II. Incluso Sebastián de Covarrubias, el autor del Tesoro de la Lengua Castellana, se había servido de mí en uno de
sus Emblemas morales, aquel que dice:
«Soy varón, soy mujer, soy
un tercero / Que no es uno, ni otro, ni está claro (...) Me tienen por
siniestro y mal agüero…”.
Pero el ilustre lexicógrafo
se equivoca: yo sé lo que soy. Y aunque cobre por dejarme ver, y a pesar de mi
pelo hirsuto, me siento como me siento.
Sin embargo, en estos últimos días, me desasosiegan sueños y premoniciones; en uno de ellos, un maestro de ceremonias, de nombre Carlos Sobera, presenta a dos contertulios que hablan con palabras extrañas: “poliamor”, “intersexualidad”, “tercer sexo”… No sé si me aportan luz…, o más tinieblas…
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