viernes, 21 de febrero de 2020

DIARIO “Un año mirando desde el balcón” (4)

Sábado, 1 de febrero. 7.15 h. 15 grados y llegaremos a 18

Hoy se nota que es sábado. Muchas menos ventanas iluminadas a las 7.15 h (no hay que ir a trabajar…). Solo el ruido sordo de fondo, como de una industria, y algún vehículo, de cuando en cuando.

A la derecha, hacia la zona del hotel, sí se ve alguna ventana iluminada. Hay una estrella en el cielo entre nubes que más se adivinan que otra cosa.


Un chico en pijama se levanta a prepararse el desayuno en un tercero de la trasera de San Luis. En un bajo, o en un entresuelo, también hay luz.

Localizo dos estrellas más: una en el centro y otra a mi izquierda. Uy, la de la izquierda, se mueve: debe de ser un avión. Otras más también se mueven: ¿serán todas aviones…?

A las 7.25 h empieza a clarear por el este. Adoro cuando los días van alargando y amanece antes y atardece más tarde. Si fuera Dios, solo dejaría 8 horas para dormir, y el resto, todo, y siempre, día y luz.


Martes, 4 de febrero. 6.30 h


A las 6. 30 h hay una gran nube blanca, como un ovni, sobre los edificios de la calle Alta. Las nubes son hoy como grandes pedazos de algodón que se destacan, a estas horas, entre el gris.


Mi vecina del 3º del número 27 ya está levantada y lo mismo el del último piso, el de la luz roja, de la trasera de San Luis. Abajo, en algún sitio, por la ventana abierta, oigo el sonido de platos y vasos. Luego, una voz tenue de mujer en conversación (monólogo) mañanera.
Me llega de la calle un olor como a basura fermentada. Y escucho la puerta de mi vecino, que va a trabajar.

Según el móvil, hay 13 grados en Santander, y dan lluvia, pero aquí, solo un 3 % (aunque la humedad es el 93 %). Ayer, al sol, llegamos  a los 30 grados. Hoy, la máxima es de 14. ¡Gracias a Dios…!

Una especie de minipimer (¿pasando un puré…?) se alza de entre el rumor del tráfico. Luego, el  sonido monótono de un microondas. Sí, se oye la campanita final: ¡Clinc!

Casi al filo del horizonte, una ventanita encendida (¿en el tejado, una buhardilla?...), que no he visto nunca antes (o no me he fijado…). Ahora me llega de abajo  un olor suave a colonia para niños (¿Vistiéndose para el cole/la guarde…?).

Miércoles, 5 de febrero. 8 h

A las 8 h las gaviotas cruzan el cielo, locas, chillando…Mi vecina del 3º, del 27, ya está colgando la ropa. En el edificio de andamios, más luces que nunca. ¡Anda! Si ya no tiene andamios. Igual es por eso…


El cielo, oscuro, con una claridad más ligera por el oeste. La trepanadora comienza, tímida, o´clock, a las 8 en punto. Se nota la humedad (86%). Hay 8 grados ahora, y no superaremos los 12 (yo agradezco que volvamos a temperaturas de febrero; más de 20 grados, para mí, ya es calor insoportable).


Me fijo en que el vuelo de las palomas es más rápido (más aleteos por segundo); el de las gaviotas, más moroso, más pesado, de aleteo más lento.


En el 5º del 31, en vez de bayetas, hoy una sábana bajera de cuatro puntos de ajuste (gris, como el día). Mi patio trasero podría llamarse “de las plantas y la ropa tendida”. 


Miércoles, 12 de febrero

A las 8 h, puntualmente, empiezan las trepanadoras. Las gaviotas chillan en mitad de un cielo gris. A estas horas hay 10 grados; nublado, pero cero precipitaciones, aunque la humedad es del 99 %.


Huele a pan tostado…de molde. Un plástico, de los que cubren la ropa, ha volado y aterrizado en un tejadillo bajo del patio.


Ante mis narices pasa una gaviota, volando con esfuerzo -como si le pesara el culo…-, y vuelve a planear, haciéndome dar un respingo.

Hoy, en el 5º del 31 no hay bayetas: solo pinzas.


En el balcón de la cocina de la trasera de San Luis, se airean unas zapatillas de deportes (o están recién lavadas…). Lo mismo en la terraza del 3º del 27.


Una paloma aletea próxima a la altura de mis ojos. ¿Me estaré pajarizando y ya me consideran una igual…?

Cuando vuelvo a casa del taller de pintura, un vecino me dice que esta tarde inauguran el tramo terminado de mi calle. ¡Pues a ver si colocan de una vez los cubos de basura en su acordonamiento amarillo…!


https://www.eldiariomontanes.es/santander/concluye-primera-fase-20200210203817-nt.html. El 12 de febrero concluye la primera fase de las obras de remodelación de la calle Magallanes y entorno.

Jueves, 13 de febrero


A las 8 h, la luz del sol, que aún no ha salido, se refleja en los cristales de las ventanas. Y la superluna, que han llamado “luna de nieve”, se deja ver, a ratos, entre las nubes grises.


Huele a café recién hecho y, a las 8 y 10, todavía no han empezado las “trepanadoras” (lo hacen poco después. Hoy tampoco nos libramos). Deben de ser las obras del ascensor en el Pasaje de Peña…
https://www.eldiariomontanes.es/santander/ascensor-pasaje-pena-20200211163005-nt.html. El ascensor entre el Pasaje de Peña y El Cabildo  y la calle Alta estará listo tras el verano.

Mi vecina del 5º ha colgado varias camisas azules que destacan entre el blanco de las paredes.


Gaviotas y palomas cruzan a placer, pero apenas me da tiempo a fotografiarlas. Las alas de las palomas, cuando pasan cerca, suenan clap, clap, clap.


El oeste está cuajado de nubes mientras el este luce cálido y naranja. Poco a poco, el color se va difuminando, como si le hubieran pasado el dedo a un dibujo a carboncillo.


Viernes, 14 de febrero. 7.45 h


¡Qué día más divino para ir a Astillero!, a descubrirlo como pueblo de veraneo, con casas de baños, quintas de recreo y establecimientos hoteleros.

La luna menguante está increíble, blanca y brillante.


A las 7.45 h, las oficinas de la calle Burgos ya están iluminadas (son luces fuertes, de fluorescentes o de xenon, tan desagradables en los faros de los coches cuando conduces de noche…). ¿Será la limpiadora…? Veo  a alguien pasar con un jersey rojo. ¿Un trabajador/a mañanero…? Creo que es un trabajador: ahora se ha sentado a la mesa. Es un chico, con un polo rojo.


Las gaviotas cruzan en todas direcciones, cada una a su aire. En mi “dinosaurio” particular se ha posado una, que otea el horizonte desde su atalaya.

Muy al fondo, hacia el este, se elevan columnas de humo blanco.

9 grados, cero lluvia y 90 % de humedad. Llegaremos a los 17 (a la sombra).

Miércoles, 19 de febrero


A las 6.45 h tenemos una hermosa luna menguante, delgada y blanca. Se ha desplazado desde mi derecha (el oeste) hacia el centro (el sur) y ahora está sobre la calle Alta.

Se oye el ruido “de industria” de fondo, lejanos graznidos de gaviotas y, de cuando en cuando, un sonido seco o puntual: la caída o depósito de material de construcción ¿?? (andamios???), un vehículo solitario…

Hay 7-8 grados y un 78 % de humedad, pero parece que hace más frío. El cielo se entrevé nuboso entre la oscuridad. Me parece distinguir una grúa detrás de las oficinas de la calle Burgos (Sí, con la luz del día, la veré).


Entre mis vecinos cercanos se enciende la luz de la cocina donde dejan las sillas recogidas por la noche. Bufff. Todos los días subir y bajar sillas…


En la cocina del siguiente bloque, también se ha levantado el chico en pijama. La luna se vela por momentos…


Viernes, 21 de febrero

A las 7.45 h huele a chocolate caliente. Ummmm. Creo que luego iré a Valor a tomarme uno…

De un contenedor de vidrio acaban de caer cascos a miles, troceándose en la caída. Cerca, el sonido gutural de las palomas y, más lejos, el chillido de las gaviotas.

El otro día, una paloma, la muy tonta, chocó contra la el cristal de la ventana del balcón - estando cerrada. Ahora, para ventilar, la abro solo un poco, Si se me cuela una en el salón, me da un infarto…

Hoy, en el tendedero de las “bayetas al aire”, hay ropa tendida, Y lo mismo en todos los balcones y terrazas, en línea, en la trasera de las casas.


También empiezan a florecer las plantas, con tantos días que estamos por encima de las temperaturas habituales de febrero...


P.S. Solo nos han puesto uno (el de orgánico) de los tres contenedores que teníamos enfrente de casa (el de papel y el de envases y embalajes), y encima, está roto...


Domingo, 23 de febrero. 7. 50 h

Hoy continúa la niebla que se metió ayer por el mar: lo vimos en Santoña. ¿Será que nos ha llegado la calima de las Canarias…?


Los ruidos llegan como en sordina y la humedad (un 98 %. En mi móvil la representan como unas olas grises) es grande. Aun así, no dejan de pasar las palomas aleteando (clap, clap, clap), y las gaviotas, en todas direcciones.

Parece que el silencio de la nieve se ha instalado en la calle. Quizá también que es domingo y que la gente estará cansada tras el desfile de Carnaval. De hecho, se oyen algunas voces, un poco beodas, gritando.

Apenas hay viento (3 km/h) y todo está quieto a las 8 h.

De repente, el chasquido de una persiana, levantada con brío. Cierro la ventana, que me voy a coger un pasmo…

Jueves, 27 de febrero. 7.45 h

Hoy, de nuevo, tras la lluvia, el sur. Palomas y gaviotas me sobrevuelan, muy cerca.

El cielo, aunque nuboso, amanece naranja. Y la temperatura es más alta y no tan fría como los últimos días (¡claro!, 13 grados y humedad del  53 %...).


Huele a café recién hecho y a pan tostado y llega el pitido del tren desde las estaciones. En el hotel, se han olvida de apagar la H azul.


Un mosquito diminuto se acerca a mi nariz. ¡Fuera, coronavirus…! Y es que se ha despertado una locura colectiva y frenética…

Yo voy a plantar mis caléndulas, a ver si esta vez me salen… (¡Vaya! Se me olvidó echar las semillas en agua, como recomendaba el jardinero Eduardo Barba...).



lunes, 10 de febrero de 2020

A MOLLEDO EN TREN EL AÑO DEL CENTENARIO DE DELIBES

Ya estuve antes (en 2014. ¡Cómo pasan los años…!); en dos ocasiones, al menos:

https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2014/12/diario-de-una-viajera-en-tren-de.html. Diario de una viajera en tren. A Molledo, en busca de las localizaciones de El Camino.

https://quefluyalainformacion.blogspot.com/2014/06/miguel-delibes-su-vida-y-su-obra-con.html. Miguel Delibes, su vida con sus palabras.

Hoy voy a hacer la ruta literaria Miguel Delibes, que he leído en la prensa, con motivo del centenario de su nacimiento. En tren de cercanías, mi favorito…



Jueves, 6 de febrero del 2020

Día magnífico para salir de excursión. A las 7.50 h aún es de noche, pero clarea por el este (la biblioteca municipal).


Ya está “andamiado” el que será futuro hotel en Magallanes. En la calle hay 7 grados.

En la estación de RENFE (Cercanías), mi vía es la 2, con destino final Reinosa (“Para en todas las estaciones”…- advierte la señorita del megáfono. Es el tren que llega unos minutos antes de la hora desde Los Corrales.


Salimos puntuales a las 8.14 h. En una hora estaré en Molledo (sobre las 9.15 h). El día está naranja, como de sur. En el tren hace calor: llevamos la calefacción puesta.

Tengo un poco de hambre, pero si me como ahora el sándwich que me he preparado…Solo un par de mordisquitos… (he desayunado a las 5…). Ver comer a un hombre en la estación, me ha “solidarizado”…

Centrada en el capítulo III


                                           Ilustración: Sonia Piñeiro

Vuelvo a leerme el capítulo tercero de El camino, que habla del “valle”: “una gran olla”, atravesada por “la vía férrea y la carretera”, entre “prados y maizales”, con los “blancos caseríos”, “las manchas oscuras y espesas de los bosques de castaños” o más claras de las “aglomeraciones de eucaliptos”. Y, por todas partes, las montañas…

Parados en Guarnizo. ¿Por dónde andaría Concha Morell (la amante de Galdós) el día que fue a darse un paseo por Boo, allá por 1894…? (como se habla también de Astillero, he pensado que tenía que ser Guarnizo y no Piélagos…).


Hay helada en los campos, y una banda de niebla, como un chal de las montañas, llega hasta Parbayón, y más allá.


A las 8.45 h, el sol sale tras los montes, después de Renedo. A pesar de ser 6 de febrero, ya parece primavera: por la luz, las floraciones y el movimiento de los pájaros.

Antes de llegar a cada estación, ahora te advierten de que hay un paso habilitado para cruzar las vías y de que se tenga cuidado al pasar, pues “un tren puede ocultar otro…”.

¡Y siguen sin arreglar el tejado roto de Las Caldas! 


En Lombera, la temperatura ha bajado a 5 grados. Varias chimeneas humean; seguro que huele rico, a leña. Sin embargo, en el tren se ha filtrado un olor a “pis de vaca”...

El revisor, que ya me había mirado la tarjeta, me pregunta: “¿Ande iba…?”. Me recuerda a aquel curso de español de Forges...

Cuando me bajo en Molledo, el termómetro del tren marca 8 grados. Toda la estación está cubierta por vallas metálicas y, en la parte de atrás, las ventanas están tapiadas.


Al salir, cantan multitud de pajarillos y se oye el sonido del tráfico en la carretera. “La vía, la carretera y el río…, se entrecruzaban una y mil veces…”- escribe Delibes.


Junto a la carretera general -dejando atrás el caminillo a la estación- veo un poste (el primero) con el número 6 de la Ruta literaria Miguel Delibes. Se titula “El ferrocarril”. Como no sé leer el llamado código QR, pues me tengo que aguantar…


En un lateral del asubiadero, otras dos placas, la número 1: Daniel el Mochuelo; y la número 4: Salvador, el quesero. Esta vez hay "letra", así que me entero. Lo cierto es que están puestas un poco en escorzo, junto a una papelera, y muy cerca de la carretera sin arcén.


He preguntado a  una señora por el Puente del Rey, que, como yo pensaba, queda hacia la izquierda, muy cerca de la casa de la familia Delibes (el pueblo, hacia la derecha, saliendo de la estación).

Frente a la casa de Delibes, un poste informativo con toda la ruta y el número 4: Las anécdotas de Delibes.


Antes de cruzar bajo las vías del tren, ya se oye el fragor del río. La verdad es que da un poco de miedo cómo las aguas se arrojan por una grieta. Yo creo que esto debe de ser lo que llaman El Chorro o La Canalona. Intento reconocer dónde, río arriba, podían bañarse Daniel, el Mochuelo, y Roque, el Moñigo (Luego me doy cuenta de que era río abajo, en “la Poza del Inglés”…Por un momento, pienso que pueda ser una presa donde el agua se remansa, a la que se llega por un caminito de tierra, pero no).


Junto al Puente del Rey, han levantado un pequeño merendero, donde está el poste 3: Las aves. Como no sé escanear el código QR, me quedo como estoy


Precisamente, 30 nombres de pájaros será su aportación a la RAE a partir de ser nombrado académico: “Noté, nada más ingresar en la Academia, que faltaban en el diccionario muchos nombres de pájaros comunes aquí en España…”. Estos fueron los que sugirió Miguel para su incorporación al Diccionario de la RAE: “agateador, alzacola, buitrón, bigotudo, buscarla, canastera, carricero, carricerín, charrán, charrancito, chochín, chorlitejo, correlimos, críalo, fulmar, fumarel, grajilla, grévol, lúgano, havelda, págalo, pagaza, paiño, ratonero común, roquero, serín, treparriscos, triguero, vuelvepiedras y zampullín”.

La ruta literaria es ahora compartida con el inventor Leonardo Torres Quevedo, un genio, nacido en Santa Cruz de Iguña, en el municipio de Molledo.

Cuando no pasan coches, solo se oyen los pajaritos y, como mucho, el ruido agrario de un tractor. Acabo de escuchar a un “picapinos” o “pájaro loco” (el pájaro carpintero).

Tras dejar atrás El Portalón, una casa con solana y jardín, la casa del Mochuelo, en el número 15, pintada en color ocre y  con un par de bancos de piedra a la puerta. Nunca me hubiera imaginado que podía ser esa…


Más adelante, en el número 40, la Botica, de piedra y rejería, con las galerías -en marrón-, bastante despintadas (necesitan un buen lijado).Tampoco lo hubiera dicho…


Enfrente, una gran finca, que yo me imagino ser la de Gerardo el Indiano (en internet encuentro que era la casa de los García Lomas, cuyas iniciales pueden verse en la puerta).

Mientras estoy escribiendo en mi cuadernillo, un paisano mayor, con bastón (“¿Qué…? ¿Haciendo cuentas…?”), me informa de que va a Santa Olalla a pasear, 4 kilómetros, por la mañana; y por la tarde, al polideportivo. Le digo que así llegará a los 150 años…

La calle central del pueblo está vacía: solo el viento frío y un par de vecinos. La plaza (de la Constitución; casi me la paso), según la definición de Josep Pla (“Una plaza es un espacio de aire colocado delante de un edificio importante”), tampoco sería plaza. Veo, de casualidad, el cartel con el número 6 y una foto antigua de la plaza de Molledo, con la fuente.



Antes de llegar a la iglesia, la plaza Miguel Delibes, con un busto y el libro El camino, un laurel y una placa (“Los montañeses de Cantabria a D. Miguel Delibes Setién”).



Junto a un enorme plátano, en la iglesia, otro busto a Luis Fuentevilla, un sacerdote. Dejo unos “duros” ante la imagen de la Virgen del Camino (creo que la voy a adoptar para mis excursiones a pie) y me vuelvo a buscar la bolera, fin de la ruta de 8 puntos. Son las 11 h.




Pregunto a una señora mayor que está tendiendo la ropa y no sé si me confunde con otra o es así de afectuosa con los forasteros, pero me dice: “Ay, hijuca, dame dos besos…”. Yo se los doy, claro. Luego, me encamina hacia el corro de bolos: por el interior, desde la plaza de la Constitución hacia abajo.


Junto  a la bolera, el Centro Cultural Evaristo Silió, donde tendrán lugar la mayoría de los actos a lo largo de este año. Agustín me informa de que todo está en el Facebook del Ayuntamiento de Molledo, incluida la convocatoria del VI Concurso de Relato Corto “Miguel Delibes” (que no es tan corto, entre 7 y 15 folios…).




De vuelta a coger el tren de las 12.30 h, en el asubiadero, por la parte del caminillo de cemento que lleva a la estación, veo la placa que habla de La Mica y Gerardo, el Indiano (la numero 10), que me había pasado desapercibida antes.


Son las 12 y 5 y me siento a hacer tiempo y a mirar. Los árboles, al otro lado de las vías, están llenos de pelusilla verde clara (La primavera ya está aquí).


En el tren, pruebo por primera vez el baño redondo supermoderno. Me recuerda la película Mi tío, de Tati. Menos mal que una voz te dice los pasos: “Bloquee la puerta”. “Puerta bloqueada…”.

A las 13,30 h estoy en Santander. 15 grados. Mi calle, ya casi asfaltada.


SABER MÁS

http://www.catedramdelibes.com/t.php. DICCIONARIO DE VOCES Y EXPRESIONES POPULARES Y RURALES EN LA OBRA DE MIGUEL DELIBES. Para buscar el significado de sus palabras.