lunes, 30 de septiembre de 2019

MI CAMINO DE SANTIAGO 2019: DE ARZÚA A PEDROUZO-ARCA

En capítulos anteriores...

https://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2013/09/mi-camino-de-santiago-2013-de-comillas.html . MI CAMINO DE SANTIAGO EN 2013.





https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2018/09/mi-camino-de-santiago-2018-villalba.html . MI CAMINO DE SANTIAGO EN 2018.

Introducción

“Pero si solo te falta una etapa…”- me decían el año pasado cuando decidía terminar en Arzúa, el lugar “donde todos los Caminos confluyen”.  “Eso será para los que hacéis las etapas oficiales (son 40 kilómetros…). Yo aún tengo para, al menos, cinco jornadas…”. Y, además, quiero llegar al “final de la tierra”, el Finis Terrae de los antiguos (89 kilómetros más a Finisterre o Fisterra).


Luego haré el Camino Portugués (creo que es la única manera de que vaya a Portugal -andando-  tras varios intentos fallidos), la Vía de la Plata, el Inglés…, mientras el cuerpo y mis pies aguanten (Después de Reyes -¡vaya regalo!...-, empecé de nuevo con la fascitis en el talón derecho…. Voy a tener que acabar andando con la imaginación… Me infiltré por segunda vez, pero el médico me ha dicho que, si no funciona, no podré ponerme otra inyección hasta dentro de un año, al menos, porque "puede romperse la fascia". Y que me acostumbre a no andar más de media hora diaria porque lo mío es estructural y no tiene arreglo… ¡Vaya M…!). Pues iré a 2 kilómetros al día…

No sé si es por hipocondría, pero a partir de decirme el reumatólogo que tenía un ligamento roto, cuando me acerco a esos 30 minutos prescritos, noto que el tobillo derecho me flojea; así que me he acostumbrado a vendarme el pie durante el día (de algo tiene que servir la experiencia de todos los esguinces que tuve en mi juventud…). Es como si se me cansase por la parte de fuera…Poco a poco, me estoy transformando en Pinocchio: mi talón derecho ya es casi un taco de madera...

En 2019 estreno cuaderno, el tercero. Me lo ha regalado una prima.



También estreno guía (porque la mía me la mangaron el año pasado. He de acostumbrarme a otra forma de contar y mostrar…

Veo que hay muchos más alojamientos cada pocos kilómetros (supongo que por la cercanía a Santiago y por ser el Camino Francés…), así que tengo más oportunidades de parada y de alcanzar con mis propios pies maltratados (el derecho, ya es de madera) el fin de cada jornada (No descarto la opción del taxi para completarla si mis pies no aguantan....).

Lo diferente este año es que tengo que llegar a mi punto y final primero (Santiago), para acceder al que fuera fin de etapa el año pasado (Arzúa)...

La picaresca en el siglo XXI


Cuando llamo para reservar el albergue en Santiago (donde llego en bus sobre las 22 h, la nueva propietaria del albergue privado La Estrella (he buscado uno cerca de la estación), me dice que tengo que hacerle una transferencia 4 días antes porque ha habido gente que, con tarjeta, ha dormido allí y ha cancelado después el pago…¡Increíble!


Después que consigo entender que CaixaBank es la Caixa (gasto mi media hora de andar en paseos -como 6- entre dos sucursales),  en el cajero que tiene “persona” hay una cola enorme y tengo que ingresar 13 euros antes de las 11 h, así que ingreso 15 en el cajero “mecánico”. Le envío el comprobante a Ana diciéndole que ya me descontará los dos euros el próximo año, a lo que ella me responde que me los deja bajo el colchón en mi litera. Espero que, cuando llegue sobre las 22 h, no ocurra como en el cuento Ricitos de oro y los tres ositos,  y alguien se haya “acostado en mi camita”…


He leído en el Diario de un viaje trashumante  (de Eduardo Saiz Alonso) que la velocidad media de marcha de un rebaño de ovejas es de 1´5 km/h. ¡Exactamente la mía…! Así que ando como una oveja, soy una oveja o tengo genes de oveja…


Voy un poco cagada…Antes de empezar, leí que a un vecino de Labarces le picaron avispas asiáticas que tenían el nido en un bardal (ya no solo están en las copas de los árboles…). Hasta he preguntado en la farmacia si debería llevar una dosis de adrenalina…

La semana antes de partir fui al médico a preguntarle por mi "pie de madera"; pero no le dio la menor importancia: "La fascitis es así"...Creo que le dejé haciéndose cruces al decirle que iba a Santiago de todas formas...

Martes, 17 de septiembre. En bus a Santiago. Más de 8 horas de viaje...

Salimos a las 13.48 h de la estación de San Vicente de la Barquera. Dos despistados no habían cogido los billetes en la taquilla y una señora quería ir a Cabezón de la Sal (en el bus de Irún a Santiago…).

El día está nublado (huevo frito, dieron) y la ría de San Vicente, en marea baja. 22-23 grados.

Pronto, antes de llegar a Unquera, se mete una niebla negra. Espero que no me toque la gota fría…

Los plumeros han ido inundando ambos lados de la autovía del Cantábrico y las márgenes del río. Incluso han llegado a Bustio, primer pueblo de Asturias  (y más allá…). https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/plumero-campa-anchas-20190922211725-ntvo.html. El plumero campa a sus anchas. 

Veo Colombres, a la derecha, en una loma, y la salida a Buelna. Me parece mentira que todo esté tan cerca, tan lejos me parecía a mí andando… Buelna, carretera y ferrocarril tan cerca de la costa. Y el camino de tierra, serpenteando hasta Pendueles. Veo unas tiendas de campaña blancas (¿un campamento?), el cementerio…

Llanes es la primera parada para recoger gente. Recuerdo que La Pereda era la sede del FAPAS cuando en 1994 fui a plantar árboles con el proyecto “Frutos para el oso”. En Llanes me reciben las casas de los Indianos y los carteles de la Virgen de la Guía.

Se baja gente con maletas y se sube gente con mochilas. A Santiago, fin de trayecto, creo que solo voy yo, y una  maleta. “A Oviedo, 11 euros”- dice el conductor a una paisana. “Te tomas unas cervecinas”- le dice ella. No sé si la taquilla está cerrada y por eso no tienen billete…

Vamos hacia Mordor…A la salida de Llanes, un toro de Osborne (que ya no lleva publicidad, solo es un toro negro).

Desviación a Naves, otro sitio increíble. En ese caso, el pueblo está a la izquierda. Veo la “maya”, la cucaña con la bandera en lo alto (aquí lo llaman "plantar la hoguera"). Pría, donde la iglesia entre los escajos, y Nueva.

Llevamos aire acondicionado, así que, desde el principio, he abierto mi forro polar y me lo he echado a modo de manta , arremetiéndome las mangas por los costados.

Villaviciosa, 26 kilómetros, otro de mis “must”. Colunga, el lugar del nutricionista Grande Covián. Lastres, el pueblo de la serie “Doctor Mateo”.

Vuelve a salir el sol cerca de la Vega de Sariego. ¡Menos mal!

Nava, cerca de Pola de Siero (de infausta memoria)…

Creo que me da un subidón de temperatura, pero es que fuera hay ¡26 grados!...

A las 15.30 h, más menos, en Oviedo. A estirar la piernuca durante una hora  (mientras el bus va y viene de Gijón).


En los baños,  recuerdo que el papel higiénico está fuera y, al pasar frente a las taquillas, que a los 60 años puedo solicitar la tarifa “mayores de 60 años” (alguna ventaja teníamos que tener…). Este año descubro que hay una sala VIP para los servicios “Supra” (yo no soy…). También que hay aseos al principio y al final (yo siempre iba a los del final…).

Como ya me sé la mecánica, cruzo el semáforo dirección El Corte Inglés y la cafetería Peña Tu (por la sombra). En la calle hace demasiado calor (me duele un poco la cabeza). El conductor me ha dicho que ya no hay más paradas de “andar” (solo de coger y dejar gente) hasta Santiago (¡cinco horas!!!). Me compro una empanadilla de atún en la panadería La medida (1 euro). Prefiero reservar mi bocadillo de queso…En Mercadona, caen unos “palitos” de chocolate negro (1´35 euros), y a la estación.

No me acostumbro a no llevar reloj (la pila que recién cambié, atrasa, y lo he dejado en Santander; y solo tengo ese reloj…). 73 % de humedad. Bufff. “Lo voy a decir en televisión…Que los coches de ALSA no tienen formalidad ninguna…”- dice un paisano setentón en el andén. Son las 16.35 y el bus aún no ha llegado de Gijón. Hombre, los cinco minutos de cortesía… En la pantalla pone “delayed”; “retrasado”. “Lo hacen a propósito…Qué pena que no haya tren…”. El hombre es gracioso y tiene guasa. “El tren, si se retrasa, te devuelve…El tren es más legal…”.

A las 16.47 h salimos de Oviedo (bueno, no: paramos a repostar gasolina en la propia estación; 214 litros, 428 euros…), Mi compañera es una monja oronda (potolita - que dirían en el País Vasco…). Como hay sitio de sobra, le digo que nos expandamos a gusto hasta Avilés, y me cambio enfrente. El señor asturiano sigue rezongando detrás: “Como llegue a las 11 [las 23], le reclamo el dinero…El tren, si se retrasa media hora, te devuelve la mitad…”. “Siempre quedo uno mal. ¿Por qué no llenaste en Cantabria…? “Me cago en la madre que los parió a los coches...”- en la salida de la estación.  Todo el pasaje nos vamos riendo.

Son las 17 h cuando salimos finalmente de Oviedo. El conductor es otro y se dedica a momificarnos con el aire acondicionado. Será para acallar las protestas…Me pongo el fular por la cabeza para taparme las orejas (no quiero tener dolor de oídos). Los plumeros siguen después de Oviedo: es la invasión…

La siguiente parada es en Avilés a las 17. 30 h. Entramos por la zona portuaria. Lo conozco todo. Cómo me gustó el centro de Avilés…

Me como unos cuantos mordiscos de mi bocadillo de queso. La monja tose un montón, no sé si será alergia al aire acondicionado.

Nos cuesta salir de Avilés. Vamos detrás de un ciclista y un coche de autoescuela. 252 kilómetros a Coruña ¡Bufff! Ya tengo el culo plano. Y solo son las 18 horas… Ojalá hubiera un buen tren, seguido, entre Irún y Coruña en vez de tanto AVE infrautilizado… ¡Qué ganas de desabrocharme el sujetador…! Encima, se me ha olvidado el abanico…

Cadavedo y la Virgen de la Regalina.

De vez en cuando me vienen de atrás unos olores extraños. Prefiero no pensar en que sean del baño…

Quizá en 2020 debiera hacer el viaje en bus en dos veces: Hasta Villalba? aún con luz del día y, al día siguiente, a Santiago y de allí coger un bus a donde me toque empezar a caminar.

Siguiente parada: LUARCA. La llegada, en caída libre, con el puente en el horizonte, es arrebatadora. El conductor va a toda mecha. A este paso, voy a potar…La parada es como entrar por un soportal…

Desde Avilés, raro es que se suba alguien ya a estas horas. Yo preferiría parar 20 minutos cada dos horas en vez de una hora en Oviedo y nada más. Será cómodo para la compañía y los conductores, que se cambian, pero para los pasajeros…Somos  “el último mono”- que diría Manolito Gafotas.


Próxima parada: RIBADEO. Luego, el Puerto de Vega, que no vi (¡pena!). Villapedre, donde me quedé en una mansión. Tapia de Casariego y su albergue sobre la playa…

Accidente en el kilómetro 485 ¿ de la A8 en dirección contraria a la nuestra. Una cola…Iba despistada y no he visto qué ha sido. Después del viaducto de Mivales? (Se lo oigo comentar luego al conductor: ha volcado un camión de troncos a la salida de Navia).

A Coruña, 162 km a las 18.44 h. Bufff. Y siguen los plumeros en la A-8.

Autovía cortada del km 536 al 552 –no sé si se habrá dado cuenta el “rezongón…” -Desvío por la carretera nacional 634- pone en un luminoso. (Luego oigo que es por la niebla, como si no hubiera en las carreteras nacionales…).

Veo Figueras, el último pueblo de Asturias. Y salimos de Ribadeo a las 19 horas. Unas peregrinas francesas talluditas me dicen que este año se lo toman con calma: una semana a la playa y otra al Camino Inglés.

Siguiente parada: VILALBA.

A las 19.12 h el cielo se está poniendo de chirimiri. 20 grados.Enseguida, lloviendo con ganas. Si ya decía yo…Menos mal que he dejado sacado el chubasquero…



Pasamos Lourenzá, la patria de las fabas y Mondoñedo, donde está la estación fantasma. Vía cortada por niebla a 500 metros llegando a Mondoñedo. Salimos aquí de la autovía. Santiago, a 160 kilómetros. A Coruña, a 124. A ver a qué hora llegamos…

La carretera, el asfalto, no traga el agua, pero circulamos despacio “chupando rueda” de un camión. Vamos con el cristal delantero empañado y los limpias no quitan el agua hasta arriba, así que no veo nada. En la nacional también hay niebla y está oscureciendo y bajando la temperatura rápidamente. ¡Qué carretera más llena de baches la nacional!

Retomamos la autovía en el kilómetro 552 de la A-8, cuando faltan 22 km a Vilalba. Las coles de Goiriz y el cementerio.  Baamonde, junto al tanatorio.

PARADA EN VILLALBA. 18 grados a las 19.51 h. ¡Qué diferencia con el año pasado y un atardecer maravilloso, anaranjado. Llevamos media hora de retraso. Así que si llego a las 22.15 h…Tengo una sudada…Espero que pueda ducharme antes de ir a dormir: lo prefiero antes que la cena.

El monasterio de Sobrado, donde me robaron mi guía el año pasado, tras acompañarme 6 años…

A las 20.30 h, el sol rojo en el horizonte. A las 20.39, ya tras las montañas.

Quizá en 2020, bajarme en Betanzos, a las 20.44, aún de día.


Tras Betanzos, de nuevo a la autovía. A Coruña, 25 km. Santiago, 57.

Parada A CORUÑA. 21.07 h. 22 grados. A partir de aquí vamos ya 4 gatos y el conductor pone el fútbol a toda pastilla.

Llegamos a la estación de buses de Santiago sobre las 22.15 h. El conductor me señaló el albergue, a 100 metros de la estación (pero el mío no era ese. Estaba un poco más allá, a unos 300 metros). Abrí con el código y, a pesar del cartel que decía no ducharse más allá de las 22 h y solo 5 minutos, lo hice. Como solo me jabono y me desjabono, no tardé ni uno. Luego, a la cama, sin cenar ni nada (por ejemplo, hacer mi colada del día). ¡Qué gusto ponerse en horizontal y estirarse…!


DÍA 1. Miércoles, 18 de septiembre. A SANTIAGO CON MI PIE DE MADERA

“La alegría del campo/ me saluda en la vereda”. (A. López Andrada).

¡Qué sintonía de ronquidos…! Me costó dormir, y luego, me he levantado tantas veces a hacer pis que parece que estoy de la próstata…

A las 5.30 h, ¡5.30 h!! empiezo a oír los primeros ruidos: cosas que se caen, sonidos de bolsas de plástico… Es una pareja que tiene que coger el avión a las 8 h. Claro, aquí todos lo que están, o han llegado a Santiago o van a Finisterre (menos yo, que voy para atrás, a Arzúa).

La chica se está poniendo divina de la muerte con un montón de maquillajes. Con lo que pesan…

En el salón de entrada hay alguien durmiendo, no sé si porque no hay sitio o porque le han “colado”. Un cartel advierte de no dejar entrar a gente extraña o la puerta abierta y de que todos los inscritos tienen el código. El caso es que, para no molestar, estoy escribiendo en el baño de chicas, sentada sobre la tapa del váter…

Al poco, el que estaba durmiendo en el sillón, con pinta de punky, se levanta y se va y yo enciendo la luz. Una alemana ha hecho el Camino portugués  por la costa y dice que es precioso.

Ana, la gerente del albergue me dijo por teléfono que había té y galletas en el lobby (también que, bajo el colchón, estaban mis 3 euros de más).  Es verdad que hay té y galleas cortesía del albergue, pero me tomo un chocolate de la máquina (1 euro) y mis palitos de chocolate negro.

Britt, la alemana que habla muy bien español, me cuenta que estuvo de intercambio en Málaga y que su jefa actual es española. Se ha levantado porque dormía en un compartimento (son de 4, con unas cortinas para garantizar la intimidad) con otros 3 señores y entre pedos y ronquidos no pegaba ojo…

No acaba de amanecer, así que, pasadas las 7.30 h, me marcho. Según el anuncio de fuera, la estación de autobuses está a 300 metros y  a 1 kilómetro, la catedral (para pedir la Compostela).


A las 8 h está empezando a amanecer. A las 8.05 h se apagan las luces de la calle. El cielo está mitad azul, mitad negro. La estación de buses, construida en 1993 ¿, por el lado contrario a la entrada de buses (a pesar de la prohibición todos los peatones, incluido el personal administrativo, entra por ahí), hay una plazoleta inmensa en forma de medio arco.
A partir de las 8. 30 h, la estación es un trasiego de viajeros y peregrinos. Hay buses de Santiago a Oporto, a Fisterra y a Muxía. (Y está la compañía Arriva, para mí de infausta memoria en Mondoñedo…).

A las 8.45 h abre la taquilla. El billete a Arzúa, 3´25 euros. Los asientos son superestrechos y no hay cinturón de seguridad. Solo tiene una puerta, la delantera, y somos al menos 50 plazas. Me siento desnuda sin cinturón…

El señor de delante, extranjero, al reclinar el asiento, casi se ha acostado en mi regazo (encima, se sorbe los mocos), así que me cambio de butaca.

A la salida de la estación, en el edificio de enfrente, Antena 3 Tv comparte espacio con la sede del Bloque Nacionalista Galego.

A las 9.35 h paramos en el aeropuerto de Lavacolla. Se suben muchos ingleses. Por Pedrouzo pasamos a las 9.51 h (aquí acabará este año mi Camino). La parada, sin marquesina, está junto a la ferretería Hermanos Castro Varela.

En Arzúa, me tomo un chocolate con churros y un cruasán en la cafetería Ameixa, donde para el autobús. Les pido el nombre de un taxista, por si acaso, y atravieso la praza de Galiza (han cortado un plátano) para ir hasta la pizzería argentina donde el paño pasado me tomé una deliciosa pizza, y la tienda de suvenirs arriba, en la Cima do Lugar (me gasto 13´50 euros en una camiseta del Camino del Norte y una pegatina con el emblema de una peregrina con coleta, no un monigote asexuado).

A las 10.53 h comienzo mi Camino de este año en la Cima do Lugar. El año pasado no me di cuenta, pero en Arzúa hay albergues por todos lados. El primer mojón, pintarrajeado, señala el kilómetro 38´025.


Me encanta una casa abandonada en mitad de un maizal. En una rotondilla reservo en el albergue de Burres, por si acaso. Es el día perfecto para caminar: nublado. El camino baja enlosado en piedra desde la Rúa do Carme. Luego, se hace pista, en la casa de nombre “Carballeira”.

Un paisano con una hoz pequeña está limpiando el camino. Le enseño mi podadera y le digo que yo también voy cortando zarzas…

Esto es un “conventillo” -que diría Felipe, el de Mafalda. Un río de gente me adelanta y, cuando me paro, he de mirar antes atrás y poner el intermitente, como hacen los autobuses, para que no me arrasen. (Entonces no sé que en Salceda encontraré una pintada en inglés que, traducida, dice: “El camino dejó de hablarme en Sarria”- lugar donde inician muchos el Camino para hacer los 100 kilómetros estipulados para conseguir la acreditación).


Vamos entre robles y nogales. En las cunetas, menta acuática. Mi primer petirrojo está un poco esquivo este año: no consigo hacerle una foto. Esta parte es muy bonita, junto a un arroyuelo, oyendo los cantos de los pájaros.

En As Barrosas, menhir en memoria a Ramón Pazos Seaje, Moncho, fallecido en el Camino el 22 de julio de 1996. Y, de paso, a la perra Cuca (En mi guía nueva dice que, a este paso, el camino se va a convertir en una necrología llena de memoriales…). Hay un montón de carballos-cajigonas impresionantes. El bosque (la Carballeira) debe de ser privado porque pone “prohibido el paso” y “perros peligrosos”. Me recuerda al que hay en Las Fraguas, en Cantabria, cerca del palacio de la película “Los otros”, de Amenábar.


2º hito a las 11.41 h. Km 37´397. Dejo pasar a unos que van con radio incorporada.  ¿Qué mejor música que los trinos y el viento entre las hojas…? De repente, me huele a resina: unos pinos se han infiltrado entre los eucaliptos y los robles.

En los siguientes monolitos pone “Camino complementario” y no aparecen los kilómetros…Hay uno que se dedica a dejar mensajes: “Aquí y ahora. Let your ego go”.

Oh, oh, unas cabezas de vaca aparecen por el camino frente a mí. ¿Qué hago…? ¿Me paro, paso entre medias…? El paisano no me dice nada; solo lanza un gruñido. Una vaca se reboza el morro hasta las orejas con la tierra de un ribazo.


Me duele el hombro izquierdo. Trato de aliviarlo metiendo la mano entre el correaje para levantar la mochila. Una peregrina que viene a toda mecha desde Sobrado me pregunta: “¿Eres española…? Perdona, pero tienes una pinta de guiri…”. No sé qué me habrá visto…

En determinado momento, salimos a una carretera de asfalto, pero no sé dónde estoy. Me gustaría que en las aldeas, aunque haya pocos habitantes, pusieran el nombre.

Raído. Parroquia de Burres - leo en un cartel. Burres, mi destino de hoy… Son las 12 y 28 h.

Acabo de llegar a Preguntoño, a 2 kilómetros de Arzúa. Son las 12.34 h. 90 minutos para 2 kilómetros. ¡ Me voy superando…! 45 minutos por kilómetro, casi  a hora el kilómetro…).

El café-bar Preguntoño, con música de reguetón, me previene de sentarme a descansar. No va con mi estado de quietud…

Llamo a Moisés, el taxista que me había puntado en Arzúa, sobre las 13 horas. Estoy cerca de la carretera nacional, y ya no puedo más. Voy hasta “donde se coge la línea”- que me dijo un paisano  porque donde estoy es en curva y el tráfico viene “follado”. “Tardo 10 minutos “- me dice por wásap. He aprendido a geolocalizarme (el año pasado no sabía qué era eso). En la marquesina cae un sol de justicia: me voy a derretir y va a encontrar un charquito.


Me cobra 6 euros (“Tengo que cobrarle la ida y la vuelta”). Le doy 7. Hoy me quedo en el Camiño Das Ocas, albergue privado, que llevan entre Susana y Manuel. Abrieron en 2012 y el sitio es una gozada. Tiene una parte de albergue, con literas, por 12 euros, y otra de pensión, por 40-45 euros, según la doble sea con o sin baño. Da desayunos, comidas y cenas en la cafetería (o en las mesas del jardín) y tiene cocina por si te quieres hacer tu propia comida.

Para almorzar, me pido una lasaña calentita con una caña (6´80 euros). Sea cocinada por ellos o semipreparada, está muy buena. Manuel me cuenta que llevan 7 años abiertos y que les va bien. Los que están, la mayoría, o todos, son extranjeros. Muchos han ido a la parte de pensión.


Tras comer, me salgo al jardín a las 14.53 h. No pasan coches por la carretera nacional 547 y se oye el graznido de los cuervos. En la huerta, en un lateral, tomates, pimientos, judías verdes; uvas en la parra, manzanas, peras y moniquís en los árboles frutales. La fruta de la pasión tapiza la terraza superior.


En la litera de al lado (mi habitación, la 2, tiene 8 literas en dos espacios de 4), una alemana que no habla más que alemán. Nos entendemos por gestos. Llega luego a la cámara contigua otra pareja alemana. Deseo que abran su ventana para que salga el sudor que traen acumulado…


A las 16 h hace demasiado calor para andar, así que me tiendo en mi litera (de abajo y junto a la puerta, para ir al baño) mientras cargo el móvil. Poco a poco empiezan a llegar los peregrinos bullangueros. Creo que muchos se conocen. ¡Horror! Adiós tranquilidad. (Me veo haciendo pis en el jardín como tarden tanto en el WC…).

¡Qué solana…! Hasta las 18.30 h dice Susana que no empieza a bajar el calor; pues a reposar en la cafetería con una cervecita (Estrella Galicia)…A las 17.40 h, aprovechando que se nubla un poco, salgo para mi paseo vespertino. La gente se ha quedado en el jardín, pero yo prefiero ver el entorno y descubrir el camino para el día siguiente.


En un área de descanso cercana (no sé quién aparcará aquí…), un puentecillo sobre un manantial, 2 papeleras y varias mesas con bancos. Todas las manzanas andan por el suelo ¡Qué pena! En el prado, han salido dientes de león. Me adentro donde pone Fontelas, 1 kilómetro (unos paisanos me han confirmado que por ahí sigue el Camino), pero pasa un gracioso acelerando su coche por el guijo y casi me salta una piedrecilla a los ojos. ¡Idiota!. 

Luego, paseo hacia el otro lado, por el arcén de la carretera. En el cielo, varias nubes, de las malas, con forma de conejos deslavazados. La luz de la tarde empieza a ponerse naranja. En el área recreativa hay una paz… (cuando no circula un coche a más de 70). Las hojas de los árboles cabecean suaves y la piedra de la mesa aún conserva el calor del sol. Poco a poco el aire se va enfriando. A las 18.46 h, recojo para irme hacia el jardín del albergue.


Me siento primero bajo un reineto, y luego, en una mesa en la parte delantera a esperar el último rayo de la tarde. Una peregrina se acerca (un poco raquera) y me dice que van a cenar, que son cuatro y, más o menos, que ¡hospa!, que les deje el sitio libre. Yo, exquisita, le he dicho que sin problema, que toda suya, y me he sentado en otro lugar. “Estoy en “modo Camino” y nada me afecta, o casi nada. Los perros empiezan a ladrar con la caída de la tarde. Esperemos que el ruido del tráfico ceda (porque como dice la sudafricana, van a más de 70 km/ h, que es el límite…). Hemos sacado un banco corrido de la cocina, de madera, y estamos sentadas en el primer piso, en la terraza. Huele a heno, a hierba seca (durante el verano ha llovido poco y el prado está casi amarillo). Me dice que ha venido a hacer un poco del Camino Inglés.


DÍA 2. Jueves 19 de septiembre

"La canción está en el paso" (Paul Auster).

Me levanto sobre las 6 de la mañana porque ya no puedo más de estar en la cama. La alemana a mi lado roncaba…y pensaba que era el señor de la otra pareja (¡prejuiciosa!…). Me voy a la cocina con todas mis pertenencias, para no molestar, y paso un rato hablando con Armando, de Madrid, cuyo padre es de Santander. Me informa de que no se esperan lluvias hasta el sábado ¡Biennnn!

Salgo a las 8 menos 10. Los cuervos me saludan. Durante el desayuno en la cafetería, Manuel me ha dicho que antes de dedicarse a esto, estaba en el mundo de la telefonía.

Aún está la luna menguante en el cielo. Iba a pintar la flecha desvaída que señala a Fontelas, pero no me funciona el espray que cargo desde el principio y llevo en el chaleco. ¡Damn!...


El amanecer es rosado y precioso, “La aurora de rosáceos dedos”- que decía Homero en La Odisea. Ya empezamos con las dos flechitas,  cada una señalando para un lado… Y ahora, ¿qué…? Veo que, en ambos casos, convergen arriba de uno y otro extremos de un puente sobre la autovía. En mi guía pone “paseo entre eucaliptos”. Yo voy por el camino paralelo. En la autovía, un cartel anuncia Santiago, 29. Por mi lado, hay castaños. Libero mi primera flecha amarilla de las zarzas. Con las obras de la autovía, ha habido que repintar las flechas. Ahora, en las cunetas de cemento.


A las 8 y 29 h, un “conventillo” de gente cruza desde el otro lado del puente. El primer hito del día: 33´255 km. Menos mal que ya no pone “Camino complementario…”. Comienza la pista. Huele a hojas mojadas.

Km 32´965, frente a una aldea.

Km, 32´858, frente a una granja…Alguien se debe estar forrando haciendo tantos hitos cada pocos metros…

Km 32´728, frente a la parada del bus escolar. Los niños se dirigen allí con sus mochilas sobre las 9 h. Estorninos en una antena de tv.


Un poco más adelante, en Casa Calzada, se han parado dos decenas de caminantes  a desayunar. Debe de ser la taberna rural que pone en mi guía. Un peregrino me da las gracias por cortar las bardas del camino. Hay muchos españoles en este tramo y muchos jóvenes.

Hito 32, 570 km. A las 9.30 h, llamo al Albergue de Boni en Salceda a ver si se puede reservar cama para la noche.

Km 32´359. Hoy, en una hora, de 8.30 a 9.30 h, he andado un kilómetro. Ha salido vientillo y, a menudo, huele a caca de vaca.

Pasan dos peregrinos de la mano: ella, inglesa; él, español: ¿una historia de amor nacida en el Camino…?


En esta última etapa es cuando me entero de todo: gente que viene con maletas y se las van llevan de alojamiento en alojamiento en coche y cada día se ponen lo que necesitan. Así veo yo unas mochilitas tan pequeñas que no cabe ni un alfiler…Otros se envían la mochila de etapa en etapa (pero has de saber cada día exactamente dónde te quedas) y llevan lo imprescindible en una bolsa impermeable…


Hito 32´063 km. Se te corta el pensamiento con tanta gente bullanguera que lleva la radio puesta o la música a tope o habla a gritos por el móvil…Bufff. Y no te puedes quedar atrás y dejarlos pasar porque siempre vienen más…, todo el rato…

Hoy, mi petirrojo ni se acerca. Oh, sí, acaba de pararse en un tocón, a 1 m, pero dos peregrinas que vienen detrás le han asustado. Hasta va un caballo peregrinando con las mochilas de alguien.


Un paisano, no sé si iría de penitencia  o era vagabundo, llevaba – además de una mochila enorme- dos bolsas gigantes en las manos, con peso.

Km 31´587. El caballo nos está dejando “regalitos” a cada paso: es un cagón.

En el bar Lino, en la aldea de Calle, otra gran parada de peregrinos.


Km 31´145. Ya dos kilómetros a las 10.19 h.

Empiezan a caerse las castañas. En el kilómetro 31´014, camino de lajas, como romano. ¿Será  “el pasadoiro” del que se habla en mi guía…? En un canalón, una pegatina: “El jamón. Desde Andalucía os deseamos un Camino de Santiago lleno de grandes vivencias”.
El lugar es Ferreiros, donde está la Casa do Horreo, abierto el pasado 30 de junio. Nueva parada de peregrinos, muchos de ellos ingleses.


Kilómetro 30´384 o 30´849… Tía Dolores, hecha de botellas de cristal de la cerveza Peregrina, lager (la compañía es de Val do Dubra en A Coruña). La gente pone sus nombres o mensajes y quedan allí acumuladas. Es la atracción, y una nueva parada. Pasamos por muchas aldeas semiabandonadas con las parras aún dando uvas en las pérgolas, y sin gente.


Km 30´736. ¡Y ya! Son las 11.09 h. 2´5 kilómetros en tres horas… El taxi me cuesta hoy 13 euros (estoy más lejos). Moisés me dice que si le llamo mañana, me mandará un taxi de Pedrouzo, que me sale más barato. Se lo agradezco.

A las 12 h estoy en Salceda, en el km 76  de la Nacional 547. Tiene farmacia y en A Esquipa dan de comer a partir de las 13 h. El taxista me ha recomendado el churrasco, pero eso es demasiado para mí. Mañana saldré del km 27´300.

“El Camino dejó de hablarme en Sarria”- escribe alguien, en inglés, en una puerta metálica. ¿Por la masificación…?


En el restaurante, mientras se hace la hora, leo por primera vez el periódico. En La Voz de Galicia, “La hermana de John Lennon [Julia Baird] en una canción del Camino de Santiago”. Por lo visto, aparece en el videoclip Teu Caminar (Tu Caminar) de promoción del Camino. Según la información, Lennon quería peregrinar a Santiago en los años 70 acompañado de salvador Dalí…Ahora, su hermana, decide recorrer el Camino Inglés con la Real Orden de Caballeros de María Pita. Para rendirle homenaje.


En El Correo Gallego, “Feijoo invita a los gallegos de Argentina a ser embajadores del Xacobeo 21”. No quiero pensar lo que será viendo lo de 2019…

El asesino de Valga sigue copando los titulares…Otros: “Peregrinos con discapacidad tendrán acceso a reserva de plaza en los albergues públicos”. “El programa es uno de los principales compromisos del Plan Estratégico del Xacobeo 21”- termina la noticia.

A las 13 h, me pido un plato combinado con las cosas que más me gustan: ensaladilla rusa, croquetas (me ponen de marisco) y huevos con patatas fritas ( (pido que sea solo uno). De postre, melón (7´50 euros).


El albergue privado de Boni, por 11 euros, no tiene nada que ver con el de ayer (para mí, se asimila más a uno de  los municipales).  En carácter, tampoco se parece -como antiguo peregrino- a Javier, el chico que regenta el albergue Aves de paso, de Pendueles. Su alusión a que no hay que restringirse con el agua en la ducha (“En Galicia siempre acaba lloviendo”), no me parece procedente. Sí me parece -sin embargo- buena idea, que se dejen las mochilas a la entrada (por las posibles chinches y por el ruido que hace la gente al empacar y desempacar con las malditas bolsas de plástico…Las de tela impermeable para los bañadores son estupendas…, y silenciosas).


A las 15.27 h, tras ducharme y hacer la colada, me tumbo un rato (en la calle hace mucho calor). A las 16.30 h veo nubes negras y decido salir a pasear, pero sale el sol y ¡es de justicia!

Algunas casas me parecen deslavazadas: grandes, pero sin gracia. Cerca del albergue y del mesón me huele a cal viva (un olor que me parece repugnante y siempre me recuerda las letrinas del Campamento Nacional de Montaña en el Valle de Arán, allá por los años 80).

Me acerco hasta la farmacia a comprar un antihistamínico (me he olvidado el mío en el bolso de diario). El farmacéutico es la alegría de la huerta. “Me ha mordido una mosca en el albergue”… “Será una chinche…”.


Acaba de sonar un trueno. Dos, tres…,  y se está humedeciendo el aire. ¡A quitar la ropa! Si llueve, soy capaz hasta de dejar de ir a cenar. Tengo en la mochila una lata de sardinas de "supervivencia" y el bollo  de pan de la comida.

En la habitación hay moscas para aburrir: he contado 4 solo en un cristal…


Sobre las 18 h, empieza a llover. No me convence lo de los toilets mixtos e indistintos. Prefiero váteres de mujeres y de hombres y que ellos se salpiquen a ellos mismos…

No deja de llover: no muy fuerte, pero sin parar. Me hago el bocadillo de sardinas…y quedo estomagada de sardinas por una temporada. Boni me cuenta que quiere cambiar de trabajo (“cada 7 años  hay que hacer otra cosa”…). Antes, estuvo 14 años en un banco y también fue profesor de universidad.

Hay una mosca paseándose todo el rato por el somier de la litera de arriba. Me “mosquea”…

No entiendo lo de estar hablando en la habitación de tertulia (aunque no sea la hora de “toque de queda”. Hay un salón, se puede hablar fuera…Dos polacas charlan, sin parar, en voz alta, un señor resopla cada vez que entra en la habitación para hacerse notar y nadie aguanta la puerta del toilet que da portazos. ¡Paciencia…!

DÍA 3. Viernes, 20 de septiembre

“Llovió ayer noche. Hoy todo es redondo” (Alejandro López Andrada).

Para ser 17 personas en la habitación, no ha habido excesivos ronquidos, pero sí mosquitos (me han picado en un dedo, en la muñeca, en la sien y en el empeine), y hacía un calor que me he cogido una sudada…Una chica tenía taponada la nariz y, de cuando en cuando, se iba a sonar al baño y a hacer la “trompetilla”. Luego, sobre las 6, ya han empezado los golpes en las puertas, aunque cada vez que iba al baño, siempre había alguien consultando el móvil con su luz azulada. Creo que ha habido insomnio colectivo.

En la cocina, coincido con un chico de Miami, con rasgos asiáticos, que ha hechos 2 veces el Camino Francés y una el Primitivo. Dice que ya es suficiente (va superrápido y abomina de la gente. Creo que es un poco agobiado  y antisocial), pero que le gustaría venir algún día con su hijo, que ahora tiene 4 años. Me dice que a las 7 ya está abierta, para desayunar, Casa Tía Teresa  (de hecho, según el cartel, abre a las 6), así que me dirijo hacia allí.

2´50 euros una tostada y un té solo. No está mal. Encuadrado, tienen un menú histórico del camino de Santiago en los siglos XIII-XIV bajo el nombre “Entretenimientos del Camino”. Este consistía en: vieira a la brasa, xoubas (sardinas) en pan, asado de pobre con huevo en ajoaceite, raxo de orza en manteca con grelos, castañas con leche y filloas. Le pregunto al mesonero por  el raxo de orza y me dice que es una parte del cerdo y un lugar. Cuando inquiero sobre el asado de pobre, me contesta: “Yo no sé todo lo que pone ahí…”.


Su señora? sale de la cocina: “¿Una tostada con mantequilla y mermelada…? Mía -dice un peregrino “tirillas”. “¿Y huevos con beicon?...”. Mío, vuelve a decir, mientras todos los presentes nos reímos. Él se pone rojo, mientras se justifica: “Es que voy a andar mucho hoy”…

A las 7.37 h no acaba de amanecer y han caído unas gotas. Hay niebla y el paisano dice que va a llover toda la semana. Desempaqueto el chubasquero y lo coloco atrás en la rejilla de la mochila para tenerlo a mano. Hace frío, o quizá sea la humedad. ¡Qué listo es mi móvil…! Sabe que estoy en Salceda y me da la previsión: nublado, entre 13 y 20 grados. 13 ahora, seguro.

A las 8 h me canso de esperar que amanezca y me voy. Aún casi no hay luz. Cojo la pista en silencio total, con los trinos de los pájaros, los cuervos y algún quiquiriquí. Voy entre una plantación de pinos y, ahora sí, el Camino es como lo recordaba: a solas con lo que pienso y siento.


Antes de salir, el del bar me ha dicho: “¿quiere azúcar…?” -mientras me acercaba un caldero lleno de las chuches infantiles de ahora (nubes y todo eso). Me llevo un huevo frito.

No sé si el de Miami tiene algo de edadismo. No le entendí bien si es que no iba -andando- con mayores de 55 años??? Ayer, un cordobés (de unos 30, 30 y tantos) a quien yo parecía atractiva y “ligable”, cuando le dije la edad (57), que él me preguntó, se echó para atrás con el flirteo. ¿Es que dejé de ser atractiva al minuto siguiente…? Claro, que el que  quedó mal fue él…

A las 8 y 20 ya me parece que amanece. Hay algo más de luz. De repente, se me cruza el petirrojo: aterriza de un salto delante de mí y me da un buen susto…

Kilómetro 26´722. Hoy he empezado en el 27´300. Cruzamos la N-547.

Km 26´593. Hoy vuelve a ser la Galicia fantasmagórica de El bosque animado. Huele a mojado, a eucalipto y a pino. Vamos por una pista, paralelos a la carretera general (acaba de pasar un bus de la compañía Freire). Me parece como que llueve, aunque bajo los árboles no lo noto.

Km 26´281. Me encanta que hagan el esfuerzo de buscar caminos locales o pistas para que los peregrinos no tengamos que andar por el arcén.

Km 25´825. ¿Cómo puede ser que alguien haya perdido una bota…? Y ¡qué pena de fruta no recogida que se pudre en el suelo…! Acaba de adelantarme una señora mayor -a la que vi en el desayuno del bar en chanclas-, sin bastones y bastante perjudicada.


Km 25´559.

Km 25´319 (2 kilómetros a las 9 y 10). Hoy, voy mejor. Estoy en Brea. Primero he visto el cartel de The Way Hostel y luego el del propio Brea. Generalmente, las aldeas no tienen nombre (o yo nunca lo veo…).

En 2018, abre la cantina Marela, un sitio chic, con buena música, en mitad de la aldea de Brea (92 habitantes). Lo lleva un chico joven, cocinero, que quería abrir algo en el Camino para dar desayunos y comidas, y tener las tardes libres.


Decido hacer aquí mi segundo desayuno: un trozo de empanada, otro de tarta de Santiago y un colacao (y un kínder para el camino). 7´10 euros.


Andando de nuevo a las 9.47 h, tras el “tentempié”, casi un almuerzo... Km 25´195.

Km 25´026.

Km 24´842 a las 10 h. Casi 2´5 km  en 2 horas. Me adelanta un peregrino joven agotado que va con un rosario de cuentas de colores en la mano.

Km 24´692.

Km 24´601. Albergue El chalet.

Km 24´429.


Km 24´167. Llego a un área de descanso con una pista empedrada  y una fuente del año MCMXCIX, 1999???. Los peregrinos nos bajamos a la tierra porque es más blanda. O Pino queda a 2´5 kilómetros. En la Nacional 547 es el kilómetro 79. A las 10.30 h en el kilómetro 23´979. Si no he hecho mal las cuentas, he hecho 3´ 321 km en 2´5 horas. Voy mejorando mi media…, pero ya no puedo más.


En un cartel en un árbol pone que el albergue privado Santa Irene es el primer albergue privado del Camino, en 1992, y que está ubicado en una casa de labranza de 1839. Esto es una señal. Llamo a Moisés para que me ponga en contacto con el taxista de Pedrouzo. Se llama Manolo y al pagarle (6 euros) le pido su tarjeta por si tengo que llamarle mañana (o el año que viene desde Pedrouzo…).

A las 11 h estoy en Santa Irene, una aldeíta (15 habitantes según mi Guía). Dejo las cosas y voy a dar un paseo hasta que terminen de limpiar.


Está en el kilómetro 22´644. Acaba de pasar el que parece que se tragó una escoba. Ha debido alucinar: me ha visto sentada en la fuente del área de recreo y he llegado antes que él…

Este es un sitio mágico: la capilla de Santa Irene (una mártir de Tesalónica), del siglo XVII y la fuente “de la eterna juventud”-dicen. (En mi guía, explica que el agua está recomendada para la piel y la curación de las ampollas. En cualquier caso, no cae una sola gota del caño, así que ni más jóvenes ni sin sarpullidos…). Para verlas solo hay que pasar un túnel bajo la N-547 (si no, vas directo a Pedrouzo, pero merece la pena. Se lo recomiendo a varios peregrinos que van  sin mirar  a los lados).



Junto a la fuente, ¡no me lo puedo creer…!!!! La otra zapatilla viuda. ¿Las habrá tirado al aire, quienquiera que sea, de una en una, por alguna promesa…?


Detrás de la capilla, un castaño de cuento, viejo y lleno de oquedades. A los lados, un acebo y un roble. Lo dicho; un lugar mágico.

En el albergue, me atiende Lorena y soy la primera en elegir sitio. La habitación consta  de 5 literas más una cama, abajo (11 camas en total) y 4 camas arriba. Total: 15. Además, 3 duchas, 2 lavabos y 2 WCs. Todo nuevo, limpio y precioso, lleno de detalles. Por 13 euros, cama con sábanas “de verdad” y una toalla. Una pareja francesa, mayor, se deshace en elogios. En el libro de firmas, los adjetivos son, también, muy positivos: “a charmig, lovely place”, “acogedor”, “peaceful” , “el mejor albergue”, “nos hemos sentido en el paraíso”, “un albergue con alma”, “un sueño”, “un oasis en el camino”, “uno de los pocos albergues donde uno se siente como en casa”…Ha habido gente que se ha alojado dos y tres veces.


A las 13 h, tras ducharme y hacer mi minicolada, bajo a ver el resto de la aldea. “Dan agua a las 4 o las 5”- me avisa Lorena.

Cerca del albergue público, en un asubiadero, un “chiringuito” de una especie de santón que vende su libro sobre el Camino, La soledad compartida.


En el bar Sant-Yago tienen platos combinados, ensaladas, bocadillos, hamburguesas y raciones. Lo lleva una pareja joven con una niña de 3 años, Sandi, que es la primera vez que va al cole. Pido una lasaña y una caña (8´10 euros, deliciosa, cocinada por Albert) y, mientras la prepara, Sandi me asusta con sus dedos encapuchados por caperuzas de bolígrafos y rotuladores. “Soy el lobo…”.

A las 13.50 h, mientras subo a Santa Irene, pasan riadas de peregrinos. Espero que no llueva porque si no, el cabezón del alemán, que dice que no va a llover ni p´tras (según su App alemana, supongo), me va a secar la ropa soplando (con niebla, sin sol y sin viento, se niega a colocar el colgadero con la ropa de ambos bajo una tejavana, por si acaso…Estos hombres que lo saben todo…).


Sobre las 16 h, abrigada por una manta zamorana, no me apetece moverme, pero parece que hay sol, así que voy a ver el robledal de San Pedro que linda con la capilla. Es una extensión relativa, pero marcada y rodeada por los sempiternos eucaliptos. De regreso, me encuentro con una peregrinación masiva de japoneses que no saben muy bien a dónde ir.


A las 17 h estoy sentada como una marquesa en el salón de la casa. He cogido -con permiso- un libro sobre las Rutas Xacobeas de Galicia y escucho la radio, de fondo, un lujo.

En la cocina, Sonia y Teresa preparan nuestra cena. Es comunitaria, a las 19. 30 h, para todo el que quiera. Consta de sopa, merluza a la gallega, postre, pan y agua por 10 euros. Hay que avisar antes de las 17 h si quieres quedarte a cenar.


“La vida es un peregrinaje”…- se inicia el libro. Y habla del “homo viator”. El alemán cazurro se ha sentado en otro sillón e iniciamos conversación con una peregrina holandesa. El alemán dice que mañana (sábado) tampoco va a llover…

Uno de los últimos que ha llegado es un español, fotógrafo, de Madrid, En uno de sus Caminos, se rompió el menisco y anda también lesionado. Quiere salir de noche para llegar a misa de 12 a Santiago mañana. Bufff. Le ha tocado la cama arriba de la mía. Todos queremos litera baja, y claro, no hay…

A las 18. 30 h, tras hacer sol toda la tarde (el alemán tenía razón), las nubes vienen corriendo sobre los árboles. Salgo a recoger mi ropa del tendedero. Reitero que hay gente que, en vez de lavar la ropa, la pone a secar el sudor en el mismo sitio que tú la tuya, limpia. Y despide unos efluvios…

Cenamos 8 de los 13 que nos alojamos. Por Dios, que no se siente el alemán a mi lado: un olor sospechoso sale de sus pies, o será la goma de sus chancletas…La cena es opípara: sopa de fideos con guisantes, trocitos de zanahoria y de chorizo; merluza con cachelos - ambos en su punto- y ajitos, y melocotón y piña en almíbar. Entre los comensales, una pareja de australianos muy simpáticos, de Melbourne. Es el cumpleaños de ella. El hombre me pregunta cómo se dice en castellano “Everything hurts”. “Me duele todo” -le contesto. Y él repite la frase varias veces para aprendérsela. La favorita de su mujer es: “La ropa huele bien”…

Tras la cena, salgo a pasear un poco antes de "hacer la boa". Huele a leña y cantan el mirlo y otros pájaros que no conozco. También se oyen chicharras.

DÍA 4. Sábado, 21 de septiembre. Meta: Pedrouzo

“Cuando una se para y mira alrededor es cuando realmente aprende a mirar  de forma diferente”. (María Sánchez).

Salgo a las 8 en punto después de un estupendo desayuno preparado por Esther, la propietaria de la casa: mermeladas y pan divinos.

Hay nubes negras, pero huele cálido, como a viento sur. Un cuervo solitario me saluda. Yo, a los cuervos, les tengo afecto. Son los primeros que oigo, de buena mañana, con sus voces agrias (También me gusta el graznido de las gaviotas: me recuerda los sitios de mar, como Looe o Polperro, en Cornwall. En estos pueblos fui consciente, por primera vez,  de dicha asociación: gaviotas y mar).

El viento susurra entre las hojas de eucaliptos y aún no se han apagado las luces de la calle.

Ya no está el “santón” que ayer vendía su libro, al que abrazaban las peregrinas. De vez en cuando cae una bellota o una castaña y te dan un susto.

Me adelanta la pareja francesa (ella ha perdido las gafas el el albergue y su marido le ha echado una buena bronca). Llevan las mochilas en una carretilla.

Km 21´905. La pista entra en un robledal (carballeira) “placado” por eucaliptos.

Km 21´510.

Km 21´259. Pasa un ciclista a tumba abierta. “Vas como una flecha…”- le grito. Se para: "¿Qué…?". Le repito. “Es que voy cuesta abajo…”.


Una francesa viene en mi contra, de subida. Vuelve de Santiago a Jean Pied de Port.

Km 20´857. A Rúa (aldea de 190 habitantes). Empieza a lloviznar. A Rúa está llena de parras a la salida de las casas.


De repente, oigo detrás de mí una voz inconfundible, con acento extranjero: “Me due-le to-do”.  Me vuelvo. Es la risueña pareja australiana. Cuando hace rato que han desaparecido, me arrepiento de no haberles pedido la foto que sacaron anoche del grupo en la mesa. Yo no suelo hacerme fotos con personas, y apenas algún selfi. Hubiera sido un bonito recuerdo…

Km 20´585. Se está poniendo negro por momentos. Está visto que al alemán hoy no le ha funcionado su bola de cristal...

Km 20´489 a las 9.05 h. En una hora, de 8 a 9, 2´155km. ¡Récord!

Km 20´ 347. El Camino me ofrece dos alternativas: ir hacia la iglesia de  Santa Eulalia de Arca o cruzar la carretera general para ir a Pedrouzo. Ante la amenaza de lluvia, prefiero llegar a mi destino cuanto antes. Sin embargo, ya en el otro lado, un paisano me dice que si quiero ir a Pedrouzo he de ir recto porque el camino donde estoy lo rodea por una pista. Frente al hito Km 20´145, un monolito in memoriam: “Marlen Bonilla Vargas. Junio 2015. De sus amigos del Camino de Santiago de Lugo”. Pues vuelta a cruzar…


A las 9. 23 h estoy a la entrada de Pedrouzo. El albergue turístico O Bourgo es el primero junto a una gasolinera. El lugar me parece un poco desapacible. Me apunto “No ir el año que viene”. Han construido una acera señorial y un aparcamiento enorme (aún sin inaugurar). A la derecha, un edificio negro espantoso (Grupo de Desenvolvemento Rural???). A la izquierda, una estructura fantasma, no sé si abandonada o solo sin terminar.

Subo con el viento en contra y la lluvia de nuevo. Ya arriba, en un alto, el albergue Mirador de Pedrouzo.

Entro en el primer bar que veo a tomarme un té e ir al baño. En los cristales, anuncios de todo: taxis, furgos que transportan bicicletas, mochilas, maletas...En El Correo Gallego me entero de que hoy es el Día Mundial del Alzheimer. “Sobre 65.700 mayores gallegos -cerca del 10 %- sufren algún tipo de demencia”.


A las 9.51 h, Pedrouzo parece desierto, un pueblo fantasma, como Mondoñedo. Sopla un viento…Frente al poste con los horarios del bus a Santiago (frente al cuartel de la Guardia Civil), me encuentro a una peregrina irlandesa que vuela hoy a su tierra desde el aeropuerto de Lavacolla.


Para hacer tiempo hasta las 11 h, decido ir hasta el final del pueblo y buscar la flecha amarilla para el año que viene. Huele a humo de higuera. De vuelta, veo otro cartel que señala la "igrexa", a 200 m (antes, exploré otro camino con 3 hermosos alcornoques encajonados, pero me pareció lejos y lo dejé), pero ya estoy fundida. Me meto en el café más cercano a la parada de autobús, sin marquesina, al fresco, para tomarme un té. El dueño me advierte que esté en la parada a menos 10 (su hora es las 11.05 h) porque, a veces, pasa antes si no hay usuarios. Esta peculiar costumbre no acabo de entenderla. Que llegue con retraso, vale, pero con adelanto…


Así que, a menos 10, intentando refugiarnos de la lluvia bajo el alero o en la entrada a la ferretería, estamos: la peregrina inglesa, yo y otros cuatro parroquianos. Me he puesto todo lo que tengo y me he sentado en el quicio de una puerta (lo de estar de pie, parada, lo llevo bastante mal porque se me quedan las lumbares al jerez). Llovizna racheado y nos estamos poniendo perdidos.

Mientras espero, veo pasar por segunda vez la furgo de “Camino fácil” que transporta mochilas. Tomás, el fotógrafo madrileño, me ha explicado que se rellenan unos tarjetones  indicando el lugar de destino y de partida y el nombre. Lo único, que has de saber a dónde vas y dónde paras cada día. Yo, de momento, seguiré con mi mochila a cuestas. Cuando empecé a hacer montaña, me dijeron que cada cual debía llevar en su mochila el peso que fuera capaz de aguantar, y con eso me he quedado…


El bus hoy llega más tarde: pasadas las 11.15 h. Cada vez llueve más fuerte a medida que nos acercamos a Santiago. Un taxista me dirá que “En Santiago siempre llueve…”.


En la cafetería de la estación, mientras hago tiempo para coger el bus a Coruña, me tomo un colacao y dos cruasáns. En barra, no hacen nada aparte de tostadas; los bocadillos parecen de plástico y los sándwiches están envueltos en plástico…

Mientras vuelvo la cabeza como un búho de lado a lado de la fila de dársenas, me pregunto: ¿No podrían asignar dársenas a recorridos o a itinerarios concretos? …En mi billete a Coruña, pone: dársenas, de la 11 a la 17. O sea, todas las de un lado. Me estoy volviendo mico…

Martes, 24 de septiembre. Vuelta a casa

Tras pasar un par de días con una compañera de universidad en A Coruña (le he dicho que la visitaré mientras ande haciendo el Camino por sus lares porque…está tan lejos…y tan mal comunicada…(ojalá hubiera un buen tren - no hace falta que sea AVE- que te llevara directo a una velocidad razonable…).

Esta vez me coloco bien en las “dársenas de salida”. Como no encontraba en la pantalla mi viaje, he preguntado en ventanilla. Es la dársena 6. He vuelto a oír por el altavoz: “No crucen por el centro…”, así que a más gente le debe pasar lo mismo, el no fijarse en que hay dársenas de salida y de llegada, con la misma numeración.



Aunque anoche ha soplado y ha caído bien, a las 10 h el día está despejado. 20 grados.

Salimos puntuales a las 10.04 h. A las 10.50 h para en Guitiriz, solo a coger gente. 17 grados. Sobre las 11 h, pasamos por Baamonde: reconozco la iglesia, el albergue y el bar Km 101 de las estupendas hamburguesas caseras.

Voy sentada al lado de un asiático que vive en Alemania (se llama Sam, o eso le he entendido) y ha hecho el Camino del Norte desde Gijón durante 15 días. La experiencia le ha encantado y me enseña fotos y vídeos. Dice que vendrá más años y que quiere aprender algo de español. Que está feliz y que le emocionó llegar a Santiago. Vive a unas 3 horas de Munich y había oído hablar del Camino. Ahora, es otro “enganchado”…Me pregunta por el dicho (en castellano) “Con pan y vino se anda el camino”…

A las 11.53 h estamos saliendo de la estación de autobuses de Vilalba y, a las 12 y 20, de Ribadeo. 22 grados. Este año no hay parada técnica y, hasta Oviedo, no estiraremos las piernas. 137 kilómetros aún. ¡2 horas más de bus! ¡Bufff!

La estación de Navia me parece nueva, o quizá sea que no pasé por ella…Me he metido en el escote una servilleta de colonia porque el váter empieza a oler (estoy justo una fila por delante…).

A las 14. 30 h estamos en Oviedo. 21 grados y una hora de parada para comer. Como siempre, voy a Peña Tu y, por 5 euros, me tomo una tapa de ensaladilla y medio sándwich vegetal, con una minicaña. Luego, ¡al Corte Inglés…! Compro jabones de olor para todos y, ya en la cafetería de la estación, me pido un helado. Las 15.30 h o´clock. Ahora, que el bus venga puntual de Gijón…

El nuevo conductor va como un tiro y nos lleva momificados con el aire acondicionado. Hacia Ribadesella empieza a bajar la temperatura exterior. Se nubla y aparece la niebla. Me pongo todo lo que tengo. Tiene pinta de ir a llover en cualquier momento. El mar se ve bravo cerca de Naves y empieza a llover en Llanes.


Me parece que fue ayer cuando vine, y hace ya una semana…El año que viene, más…

MIS GASTOS DE ESTE AÑO

Han sido moderados: unos 100 euros en el bus ALSA de ida y vuelta; 30 euros en suvenirs; 30 euros en taxis y 75 euros en alojamientos y comidas. Grosso modo...

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https://elpais.com/elpais/2018/09/25/escaparate/1537867863_887960.html. 10 artículos que no pueden faltar en tu mochila de viaje.



https://www.eldiariomontanes.es/region/siete-villas/peregrina-numero-100000-20190904213441-ntvo.html. La peregrina cien mil en el albergue de Güemes, en Cantabria,  desde  que se abriera en 1999.

https://www.eldiariomontanes.es/region/occidental/pense-explotaba-cabeza-20190905220435-ntvo.html. Velutinas. Las personas que trabajan en los medios rurales son las que más expuestas están. Si estás segando, aplastas el nido sin darte cuenta (dentro de un bardal de zarzas).