lunes, 29 de abril de 2019

MI HUERTA (jardín) AÉREA (2). DIARIO DE UNA CULTIVADORA “DE ALTURA”

DÍA DE PLANTADO (Abril, de aprire, abrir la tierra)

El lunes, 1 de abril, principio de mes y de semana, recomenzó el dolor. Me estaba vendando el pie porque notaba que al acercarme a los 30 minutos pautados de andar, era como si el tobillo derecho quisiera salirse para fuera. Pensaba que quizá el excesivo vendaje o su apretura eran los responsables del inicio de las molestias, pero no. Debe ser que ya se me ha pasado el efecto de la segunda infiltración, y ahora debo esperar 10 meses dolorida hasta que haga el año y pueda infiltrarme de nuevo. ¡Damn!

(No sé qué me hicieron en la plantilla, pero el dolor se me ha quitado…, por ahora, aunque los tendones del pie me molestan).

El miércoles 24 de abril, por fin, fui a comprar las plantas. Iba con toda la caterva de consejos y recomendaciones: fibra de coco, humus de lombriz, corteza de árbol, perlita…Cuando le expliqué a la señora el tamaño del cubículo, lo sentenció: “sustrato universal y humus de lombriz”. Si pones tantas capas, al final no vas a tener tierra suficiente para que crezcan las plantas…

No tenían albahaca, pero sí orégano y lavanda. También me llevé una acelga y una fresa. Al día siguiente, iré por el cebollino. La espinaca, también es de hojas, como la acelga (pero a esta ya la conozco). El perejil, otra de las recomendadas, siempre se me ha dado fatal. Dejaré para otra vez la rúcula y los canónigos.

Como hacía mucho viento, he decidido esperar a que esté más calmado para plantar. No vaya a ser que el aire me lleve toda la tierra…

El viernes 26 echo los 15 litros de tierra (sustrato universal) y el humus de lombriz y planto mis 6 pantas: en la parte de fuera, la albahaca, el orégano y la lavanda. En la de dentro, la acelga, la fresa y el cebollino. Aplasto bien la tierra alrededor y, como todavía están húmedas, las riego sucintamente para el fin de semana. Espero que no se me vuelen con el sur…




viernes, 19 de abril de 2019

PASEOS DE MEDIA HORA. SANTANDER, DISTRITO 39008

El reumatólogo me ha dicho que tengo que acostumbrarme a no andar más de media hora diaria porque tengo un problema estructural en los pies que va a hacer que esté lesionada constantemente. Es lo peor que me podía decir. Adoro andar. Pero mejor media hora (2 kilómetros, máximo) que nada. Así que tendré que hacerme un programa con centro en mi casa, y cuarto de hora de ida y cuarto de hora de vuelta. Salvo que coja un autobús hasta la zona escogida y haga lo mismo…

En 2015 empecé con fascitis plantar en el talón izquierdo; en 2017, tuve una tendinitis en la rodilla derecha, y en 2018, fascitis plantar en el talón derecho. Parece que me han echado mal de ojo… O mal de pie…

Me dedicaré, pues, a sumergirme y profundizar en el “detalle”, ahora que no puedo andar tanto.

Santander. De la renta más rica a la más pobre, en 30 minutos


De Cuatro Caminos (CP 39008) al Ayuntamiento (CP 39002)

39008 es el código postal de la zona comprendida entre Cuatro Caminos. Numancia y San Fernando (23.923 euros de renta media bruta anual, apenas dos mil euros al mes). Abarca la Calle Alta, Alcázar de Toledo, Cuesta del Hospital, Fernández de Isla, Isaac Peral, Limón, Rampa de Sotileza, Peña del Cuervo o Ruamayor, entre otras.

39002 es el de la zona Centro-Ayuntamiento, que comprende las calles de Amós de Escalante, Alfonso XIII, plaza de la Asunción, Calderón de la Barca, calle Cádiz, Isabel II, plaza de la Esperanza, Juan de Herrera, Lealtad, Miguel Artigas y Méndez Núñez. 38.686 euros de renta media (3.224 euros/mes).

DISTRITO 39008. Viernes, 5 de abril de 2019

Decido subir hasta Cuatro Caminos y empezar ahí mi paseo, callejeando paralelas y perpendiculares -como cuando voy al supermercado…


Mirando hacia Cuatro Caminos desde la plaza de Numancia, me doy cuenta de que la calle Vargas, a la izquierda, aún conserva varias casas antiguas, mientras que en la calle San Fernando los edificios me parecen todos posteriores a los años 1940s.


Mientras subo, vuelvo a pensar que la alameda (más bien, platanera) de Oviedo es la “madre de todas las corrientes de aire”. No sé cómo puede uno sentarse o jugar ahí y no coger una pulmonía…Gallego o nordeste, todos los días algún viento barre la mediana.

Me congratulo ante las rampas y escaleras  mecánicas de las calles Eulalio Ferrer y Alceda hasta la calle Alta. Me voy haciendo mayor, y la ciudad de Santander, también; así que está bien que se vayan poniendo los medios para que la ciudad sea accesible  y amigable para tod@s. Ya lo dijo el pedagogo Tonucci, referido a los niñ@s como parámetro en las urbes. Si la ciudad se adecua a los niños – los más frágiles- será adecuada para todos los públicos.


Hoy es viernes y hay mercado en la plaza de Méjico (gritos agudos pregonando la mercancía). Junto al colegio Ramón Pelayo han pintado de azul brillante la pista deportiva, bautizada con el nombre de una  de sus exalumnas, Verónica Cuadrado Dehesa (exjugadora española de balonmano, internacional absoluta con la selección española -leo en la Wikipedia).


Al otro lado de la residencia La Caridad, por fin han tirado un edificio ruinoso, y el solar, ahora vacío, aparece vallado con planchas metálicas. En la caseta de obra, el bloque que parece que le va a sustituir es una mole que deja enana a la edificación subsiguiente.


Frente al colegio, un edificio recién pintado de gris (odio ese “no color” sucio). En el bajo, a pie de calle, una tienda de bebés, El detalle perfecto, en color malva.

En la calle Alta, unas casas tienen mejor pinta que otras (desconchadas y con la pintura caída, con pintadas y cinta aislante en las ventanas o cristales rotos). Hay muchas tiendas cerradas.

La paralela a la calle Rosario de Acuña (Fernando VI?) es tan estrecha que el sol no debe llegar nunca en la vida y las ropas tendidas casi se tocan.


Junto a la calle Alta nº 93, otro solar vacío. Enfrente, contenedores de los modernos, subterráneos. Y han pintado de verde piscina la casa adyacente (error frente a la contaminación. Yo he llegado a la conclusión de que el más sufrido  y duradero es el color vino/granate).


El Centro Cívico Callealtero lo han pintado de azul oscuro (me encanta ese color) y el contraste con los castaños de la plaza hace muy bonito. En la esquina del parque infantil han levantado un edificio moderno en colores negro y arena, muy elegante (es el edificio Orión, en el número 75). Abajo, una tienda de muebles, Chic Home Santander.

Junto a mi edificio favorito de la calle Alta, el número 67 (me parece que sería una estupenda localización o escenario para un relato), el solar vacío está ya limpio de bardas. Las vistas son espectaculares, con las montañas nevadas y el cielo oscuro.


Hay otro solar vacío frente a Liberbank, junto al número 49, pintado de rojo brillante. Un poco más allá, el colegio Purísima Concepción, Hijas de la Caridad, alegra el paisaje con su color amarillo solar.

Antes de bajar por la calle Alcázar de Toledo, distingo en la distancia la “flecha” del colegio de los Salesianos, en General Dávila, la otra calle “alta” de Santander.


Junto a la antigua Tabacalera han hecho un aparcamiento y, mientras desciendo, me doy cuenta de que el Café Doménico es ahora la sala “La Santa” y de que ha quedado despejada la calle Isaac Peral de la casa tapón que la estrechaba.

Otro día, más…

Viernes, 31 de mayo. Desde donde lo dejamos

A las 9.15 h ya voy por la sombra, como Correcaminos. 16 grados (al sol).

La trocanteritis está rebelde y me duelen mucho las caderas, pero hay que andar (por lo menos, la media hora que me dejan).

Subo por la calle Alcázar de Toledo hasta la calle Alta, y giro a la izquierda, en dirección al Parlamento de Cantabria. En frente, la compañía europea de tabaco Altadis, antes Tabacalera y, mucho antes, un monasterio de franciscanas clarisas del cual solo queda hoy una iglesia en ruinas. Su silueta forma parte de la “línea de cielo” que se ve desde mi casa.


Para que no se caigan cosas a la calle, le han puesto una especie de repisas/tejadillos. Las palomas anidan, o descansan, en la torre, mientras los aviones la sortean entre gritos agudos. A la sombra, en un banco, veo al primer abuelo, en bermudas y con camisa de manga corta, refugiándose del calor.

Dejo a mi derecha la entrada al Parque del Agua, con la mediana diseñada por el ilustrador José Ramón Sánchez, en 2003. Ya hay alguien que le ha pintado encima y han abierto dos boquetes en la pared. También se ven bastantes grietas.


Me asomo a lo que yo llamo “Santander, por detrás” (la estación de trenes, los edificios del barrio Castilla-Hermida y, al fondo, las montañas). La hierba está recién segada y huele a fresco y a limpio. Como ando con la alergia, salgo rápido de nuevo a la calle Alta.


En los bajos de un edificio moderno, más pintadas: “Basta ya de justicia patriarcal” y “El turismo mata los barrios”. Yo tengo mi teoría de una nueva especie de migrantes: los turísticos. Con el cambio climático y el calor insoportable en el levante y en el sur, la gente va a empezar a emigrar en masa los veranos hacia el norte. Espero que no nos convirtamos en el nuevo Benidorm… https://www.publico.es/viajes/las-ciudades-espanolas-mejor-valoradas-por-los-turistas/. Las ciudades españolas mejor valoradas por los turistas. 1ª: Santander.

En el número 30, un escudo (con la mitad superior “alisada”). Parecen leones rampantes y, debajo, ¿un ángel o un demonio…? Leo luego que es el edificio habitado más antiguo de Santander (del siglo XVIII). https://eltomavistasdesantander.com/tag/calle-alta/


En un rincón inesperado, en la calle Cobo de la Torre (donde está la Oficina Municipal para la Recuperación del Cabildo de Arriba), bajo un cartel del Bar Casa Sota, un pequeño jardín esquinero con rosas, geranios y flor de acanto.


La calle María Egipciaca es muy pequeña; se prolonga en la calle Garmendia, que baja hasta Jesús de Monasterio. A un lado y a otro de la medianera, con un dibujo del “Alcalde del mar, voz de los vecinos”, se han creado dos descansaderos: una placita y dos bancos tristes sobre el terrazo.


En el número 9, una carpintería-ebanistería se promociona con las puertas talladas del propio portal.


A pesar de que se hayan pintado fachadas (hay muchas aún desconchadas), en el barrio hay aún mucho por hacer.

La calle Limón me recuerda, no sé por qué, a algunas de la parte vieja de Laredo. Todavía conserva los adoquines originales.


Me tomo un café en Teleférico, con entrada por la calle Cuesta, en un primer piso con vistas al Ayuntamiento. El dueño me dice que llevan  cerca de cincuenta años abiertos.


Son cerca de las 11 y al sol hay 20 grados: es hora de volver a casa.

Martes, 4 de junio. Antes de que comiencen las lluvias

Hoy empiezo en la plaza Juan Carlos I. Hay calles que las recorro tan a menudo que ya ni me fijo. Hoy haré un paseo “consciente”.

A las 10. 45 h, aunque todavía hay sol (22 grados a la sombra), ya sopla un gallego…Las nubes negras vienen cabalgando desde Torrelavega y por Cuatro Caminos.

Como siempre, en la calle Burgos, peatonal, los de las ONGs (quienes intentan hacer soci@s), atacan. A alguno, que se ha dirigido a mí cuando hacía la diagonal para esquivarle, le he tenido que decir que esa es mi ruta habitual unas cuatro veces al día y que ¡por favor…!

La calle Burgos forma parte de mi “manzana” básica, que incluye la librería Estudio. Al salir a Jesús de Monasterio, voy por el lado de la sombra.


Don Pelayo es una calle enana que parte del quiosco de Jesús de Monasterio. Sube por unas escaleras a Fernández de Isla. 

El nombre de la calle Monte Caloca, a continuación, está bien puesto porque hay que subir una carretera pindia. También se puede ascender a la calle Alta por una rampa zigzagueante (yo siempre las prefiero a las escaleras), una zona verde con castaños de Indias, acacias y chopos de gran porte; alguno, con musgos y helechos en su corteza. Es un sitio muy agradable para estar. Tranquilo y recogido, a pesar del ruido del tráfico en Jesús de Monasterio.


El final es la plaza Juan José Ruano, donde están los Juzgados frente a la iglesia de La Consolación (primero, ermita); esta es pequeñita y sencilla por dentro. 


Por fuera, conserva una placa en la que se menciona a Marcelino Menéndez Pelayo, callealtero ilustre (que fue bautizado en su pila bautismal). En el lado izquierdo, otra placa, bastante deteriorada, de junio de 1939, dedicada  “A la perenne y grata memoria de los jóvenes de Acción Católica y de este párroco, muertos en la terrible lucha contra los enemigos de Dios y de la Patria…”.


A los edificios de Gonzalo Salazar, encajonados, se les podía dar una pintadita, y ganarían. Aunque sean sencillos y sin balcones.


Hoy, la calle San Pedro está libre de barreras. El bar Las Muñecas y el pub Sube y Baja quedan como restos de una vida anterior finiquitada. “Aguantando mecha…”- dice una vecina desde el balcón a unos que le preguntan.


https://www.eldiariomontanes.es/santander/201705/01/derribo-edificio-calle-pedro-20170501000019-v.html.


La casa de piedra del principio de la Cuesta del Hospital, con ventanas tapiadas con  tela metálica, me parece muy antigua. Leo que la calle comienza a llamarse por ese nombre en 1769.


En Ruamenor, un ejemplo de esos “diálogos” de la ciudad: El lema feminista “No es No” y, debajo, utilizando parte de la negación “Aparcar”…


En Ruamayor está el albergue de peregrinos Santos Mártires, a pocas “escaleras” de la catedral. Un poco más abajo, frente al cine Los Ángeles, La barruca, con montañas de pinchos y tortillas “de niño”, de todo: con gulas, carne de cocido, jamón, tomate crudo…Me tomo un café y una hamburguesita con queso de cabra y cebolla caramelizada (2´50 euros).

Junto al cine, la peluquería Champoo & Bennett, que antes estuvo en San Luis, y el taller de relojería Carlos Herrero, que se traslada desde Isabel II. Siguen La Parisien y, desde 1968, regalos y souvenirs Michel.


A las 12 h, cuando regreso a casa, se está metiendo una especie de niebla negra en el centro de la ciudad. Paso ante el Pasaje de Peña, túnel mil veces atravesado. Recuerdo que, en 1984, cuando Rosa Eva y yo estábamos de prácticas en la COPE y veníamos en tren desde Torrelavega, nunca cruzábamos por el pasadizo, porque nos asfixiábamos…


RELATO SITUADO EN EL DISTRITO 39008

La llamaban, por Ana Cabrera

Ella sube la cuesta contoneando las caderas. Es rubia de bote, sin edad definida. De lejos, parece joven; de cerca, se aprecia que no lo es tanto... Despista su minifalda de palas. Atrae miradas y reojos. La mayoría son de reconocimiento; otras, evalúan si la ajustada blusa aguantará la contención que sufre el pecho. El mozo de la carbonería sueña con que el primer botón explote.

La mujer camina en actitud tranquila, saludando a vecinos y tenderos. Toca cariñosamente la cabeza de una colegiala que va de la mano del abuelo; la niña sonríe tímida. El abuelo, discretamente, acelera el paso.

Alguien ajeno a la calle, observaría en ese momento el bullicio de los años sesenta en esta peculiar zona de Santander. La escandalera de los repartidores del butano; las conversaciones entre vecinas, hablándose de ventana a ventana. A clérigos que pasan, un poco apurados, camino de la iglesia de Consolación. A las monjitas del colegio la Purísima, que esta mañana, casualmente, también acarician la cabeza de la niña que, esta vez, es la que acelera un poco el paso.

Este alguien ajeno tiene que contemplar muy bien a la mujer rubia para percatarse de que, en una de sus manos, lleva una llave. Siempre la sigue un hombre con la cabeza gacha.

La llamaban…“La Pololos”. Vivía y trabajaba en la Cuesta del Hospital. Era generosa y alegre. Se la respetaba. En aquellos años, la Cuesta era todo un ejemplo de convivencia. En tan poco espacio, se daban situaciones tan curiosas como que un cura, anduviese, camino de la iglesia, detrás de una llave que oscila, al ritmo de un contoneo.

[Escrito en el taller "Historias de mi distrito"].

Mi calle (CP 39007)

La calle Magallanes, está en el  código postal 39007.  Con 21.141 euros de renta media está en octava posición (de doce). De la mitad para abajo.


Nuestras baldosas, por ejemplo,  tienen más de veinte años,  al menos (que son los que yo llevo viviendo aquí)…Cisneros, paralela por arriba, tiene unas aceras estupendas, recién puestas, y San Luis, paralela por abajo, también, nuevecitas...


Me encantan las baldosas nuevas de la parte central de Isabel II, pero si no pueden ser esas, que sean como las de la primera parte de la calle...


SABER MÁS

http://distritopostal.es/cantabria/santander. Calles de cada código postal.

https://www.eldiario.es/politica/codigo-postal-influye_0_889261413.html.: "El código postal influye más que el código genético en la salud" (Miriam Navarro, médica e investigadora). 



lunes, 8 de abril de 2019

MIS PELÍCULAS FAVORITAS (1). WIND ACROSS THE EVERGLADES, de Nicholas Ray. 1958

(Como ahora no puedo andar mucho, tengo que inventarme otras cosas…Hablar de mis películas favoritas y de lo que hay detrás, puede ser un opción…).


En España se tradujo -desafortunadamente- como “Muerte en los pantanos”, reduciéndola, a mi juicio, a algo truculento y despojándola de la poesía del título original, algo así como El viento en las marismas/los manglares.


La película es una versión (muy) libre (se introduce una historia de amor y el final es inesperado) de la vida y muerte de Guy Bradley (1870-1905), un guardabosques que, en 1905, fue asesinado por los cazadores (furtivos) de aves silvestres (por las plumas), en los Everglades de Florida.


Era la época justo antes de la creación y legislación de  los Parques Nacionales, y la matanza de pájaros para conseguir plumas -para los sombreros de moda entre las mujeres-, había llevado a muchas especies a la extinción.


La película, rodada en escenarios naturales, introduce imágenes que recuerdan a los documentales de naturaleza posteriores y que nos conmueven con la belleza de los animales en su propio hábitat.

Su experiencia en pájaros, la aportación de Budd Schulberg, guionista


En su libro En la estela de los cisnes, 1975, cuenta: “Cuando terminaba un libro o una película, solía recompensarme a mí mismo con una excursión pesquera por los Cayos de Florida o por los Everglades, criaderos de las aves más exóticas que aún existen en Norteamérica…Ver cómo una bandada de ibis blancos se convertía súbitamente en una nube plumosa, bien merecía la pena de horas y horas de infructuosa pesca a la cacea. De ahí que, cuando mi hermano Stuart y yo decidimos rodar una película juntos, eligiéramos este escenario para contar la verdadera historia de Audubon?/Guy Bradley ¿ [1785-1851], un joven guardia forestal que renunció  a todo para así poder dedicar su vida a salvar a las aves tropicales de los cazadores que, en busca de plumas para los sombreros y boas femeninos, estaban destruyendo uno de los grandes criaderos naturales del mundo. Recuerdo una noche en que Stuart y yo, en compañía de nuestro guía  Bud Kirk…, anclamos cerca de Duck Rock, ofreciéndonos como carnada viviente a las hordas de mosquitos hambrientos a cambio de poder observar un  espectacular amanecer emplumado de aves: más de cien mil espátulas rosadas, garcetas, garzas rabihorcados, ibis americanos, despegando  en escuadrillas, misteriosamente autodisciplinados, se perfilaban en un cielo color de púrpura…”. 

“El primer mártir en la protección de los pájaros”


Eso dijeron en uno de los obituarios a su muerte. Un relato detallado de la historia apareció en The New York Times, The New York Herald, The Philadelphia North American, and Forest and Stream. "Guy M. Bradley, disparado en Florida mientras observaba a los destructores de pájaros".


“Fue la experiencia más maravillosa”. Zane Grey

El escritor Zane Grey estuvo por la zona algunos años después y quedó fascinado por la visión de las aves aleteando sobre el agua.

“La Gran Dama de los Everglades”, Marjorie Stoneman Douglas (1890-1998)


En 1930 (el 14 de junio), la escritora publica el relato Plumas, ilustrado por Charles Livingston Bull,  sobre la historia de Guy Bradley en The Saturday Evening Post.

“Two Gun George Johnson gave it out around the Cape Sable and Shark River Country that he was watching the egret rookery al Cocos Lake. That meant that everyone else, in the code of that country, would courteously lay off…- comienza el relato, que finaliza: “Los había visto  durante un rato brillando en el sol”...


Periodista, escritora y activista, Marojorie fundó a los ¡79! años (vivió 108) la asociación “Amigos de los Everglades”.

En 1947 publica su obra más influyente, Everglades, río de hierba, cuyo impacto ha sido comparado con el del influyente libro de Rachel Carson, Primavera Silenciosa, en 1962.


Una necrológica en The Independent de Londres, decía sobre ella: "en la historia del movimiento ambientalista estadounidense, ha habido pocas figuras tan notables como Marjory Stoneman Douglas”. La Madre de los Everglades. "...Y esta frágil línea de costa, con sus manglares, antiguos arrecifes y hammocks costeros, es una preciosa parte de lo muy poco que aún sobrevive de nuestro medioambiente único". 

SABER MÁS

https://www.youtube.com/watch?v=huCAO7xhfEk.  Tráiler   The Wind in the Everglades (1958, film).


Suart B. McIver publica en 2009 Death in the Everglades. El asesinato de Guy Bradley, Primer mártir del ambientalismo en América.


The Last Egret, La última garceta, de Harvey E. Oyer III, dentro de Las aventuras de Charlie Pierce, desarrolla -en versión juvenil- los años adolescentes de Guy Bradley, cuando acompañaba como guía a pescadores y cazadores que se adentraban en los Everglades.