En 2014 estuve en Molledo,
buscando los lugares de El Camino (http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2014/12/diario-de-una-viajera-en-tren-de.html. DIARIO
DE UNA VIAJERA EN TREN (DE CERCANÍAS). Molledo). Ahora, tras leer en el periódico (Diario
Montañés, 12 de marzo de 2017) que ha habido unas jornadas, las primeras, sobre
el escritor, decido volver, a ver si han hecho un folleto o un circuito para
quienes nos las perdimos…
Martes,
28 de marzo de 2017
Salgo de casa amaneciendo a las
7.45 h. Todo tranquilo en mi calle; solo algunos “gorgoteos” de palomas. En el
reloj de la farmacia, que aún no ha cambiado la hora, 12 grados centígrados.
“Reinosa. 8.14 horas. Vía 2”.
El tren todavía no está en la estación. En los fríos asientos, otro señor con
mochila y palo largo de los de saltar arroyos. “No está permitido jugar en el
recinto de la estación”- dicen por los altavoces. A las 8, estamos seis
personas, todas de más de 50 años…Un gorrión escandaloso se ha debido colar
dentro de la estación y pía con furia.
Hay bastante gente que se ha
cogido el día libre para andar o ir en bici. En la parte trasera de mi vagón,
se juntan tres que se han subido en diferentes paradas. El cielo está
increíble. Con las gafas de sol, los colores parecen aún más brillantes.
En Guarnizo esperamos para
cruzarnos con otro Cercanías. En Las Fraguas se apea el de la bici. No me he
dado cuenta de cuándo han bajado los senderistas. La carretera apenas lleva
tráfico. Todo el mundo va por la autovía. Ya solo vamos cuatro en el primer
vagón; uno creo que es la calva del revisor.
El plan en Molledo es: Puente del
Rey- Iglesia- Plaza y busto de Delibes. A las 9.14 h hay 8 grados en
Molledo. Solo se oyen los pajaritos y los coches en la carretera junto a la
vía.
Decido ir primero hacia el
Puente del Rey, que me queda más cerca, eso creo.
Pensaba que era el que cruzaba el río para ir a Silió, a la salida del pueblo, pero no. Está siguiendo recto
hacia Bárcena. El camino que han hecho para peatones es tan estrecho que no
cabe ni un egipcio puesto de perfil.
El susodicho queda a 600
metros de Molledo. El señor de gafas de culo de vaso, al preguntarle si habría
unos 200 metros, me ha dicho: “Así así…”.
En un ribazo, la sorpresa de
unas orquídeas silvestres, Antes, heléboro junto a las vías del tren. Llego a
otro cruce: San Martín ya solo me queda a medio kilómetro, pero es todo cuesta
arriba y no era mi objetivo hoy, así que me vuelvo a Molledo. En la bajada,
descubro ombligos de Venus, y lechetrezna y oreja de ratón que, según mi guía,
florecen en abril.
Buscando una foto mejor del
puente del Rey, cruzo el paso a nivel donde trabajan unos operarios y me
encuentro a poco con el pueblo de Santa Olalla, que también quería ver. Entro
por la calle llamada “El mesón”, pero no veo ninguno (solo, más adelante, el
bar restaurante La Ribera de Santa Olalla.
Desde el tren, me había parecido ver una hilera de casas con prestancia pero,
visto de cerca, conviven solares abandonados con casas buenas y espacios
desarreglados.
En Santa Olalla “interior”,
cruzando el río, hay un centro social y una iglesia horrorosa (para mí) con un
busto de un señor sin nombre (¿el párroco? ¿un benefactor…?). Al sol, huele
deliciosamente a hierba verde. Una bandada de 12 cuervos pasa sobre mi cabeza
graznando: ¿a dónde irán…?
De vuelta, sobre las 11, en
el restaurante-bar La Ribera de Santa
Olalla me tomo un cortado y unas patatas fritas de bolsa (2 euros). El
dueño no es muy hablador.
Ya en Molledo, enfrente de
la casa donde vivió Delibes de joven (nº 4), se vende El Portalón (nº 5), sin
techumbre y llena de cascotes. Ahora sí, voy al Ayuntamiento a preguntar si han
hecho un folleto con el circuito de “los lugares de Delibes”. Me dicen que no y
que pregunte en el Centro Cultural por si tienen más información. Con el nombre
de Evaristo Silió, es un sitio maravilloso junto a la bolera. En el salón de
actos, está la exposición de los dibujos con los que Delibes ilustró la edición
americana de El camino (permanecerá
allí hasta junio).
El chico que atiende me
informa de que “el día” de Miguel Delibes no tiene fecha fija y que se convoca
por medio del facebook del Ayuntamiento. Mientras cojo un ejemplar de los
relatos ganadores del II Concurso de Relato Corto Miguel Delibes en 2016, le
digo que tienen que editar un tríptico o, al menos, un planito con el recorrido
para quienes acudimos fuera de temporada.
“Estamos en ello...”- me asegura.
Luego, salgo corriendo a buscar
el busto de Delibes, antes de ir al tren. Como no tengo tiempo para encontrarlo
por mí misma, pregunto a dos paisanos sentados en un poyo frente al bar Kiko.
“En la segunda plaza…”. Y sí, ahí está en una plazuela circular, con un par de libros
donde se lee: El Camino y Miguel Delibes
1920-2010. A tiro de piedra, la iglesia, pero ya no me da tiempo a llegar. El tren
es a las 12 y 26. Otro día será…
Mientras espero en la estación,
aún oigo la cantinela: “Ha llegado el chatarrero de Santa Olalla…”.
El revisor es el que se cae en
la marmita de colonia cada día. Mientras traqueteamos hacia casa, leo los relatos
ganadores del concurso (La cobrera, de
Isabel Ruiz Cabrero, y Volver, de Fernando
Terán Castañeda). Ambos me parecen muy buenos. Podían haber incluido una breve nota
sobre los autores -pienso.
SABER
MÁS
https://es-es.facebook.com/Ayuntamiento-de-Molledo-852947731469564/. Facebook del Ayuntamiento de Molledo. Exposición dibujos Delibes hasta junio.